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sábado, 31 de enero de 2015

1049. TORO* (II), Zamora: 3 de agosto de 2010.

14. TORO, Zamora. La Colegiata desde el paseo del Espolón.

15. TORO, Zamora, Otra visión de la Colegiata de Sta. Mª la Mayor.

16. TORO, Zamora. Cimborrio de la Colegiata de Sta. Mª la Mayor.

17. TORO, Zamora. Una de las portadas de la Colegiata de Sta. Mª la Mayor.

18. TORO, Zamora. El puente románico sobre el río Duero.

19. TORO, Zamora. Alcázar.

20. TORO, Zamora. Ayuntamiento, en la plaza Mayor o de España.

21. TORO, Zamora. Fachada y espadaña de la igl. del Sto. Sepulcro.

22. TORO, Zamora. Ábside y torre de la igl. de San Salvador de los Caballeros.

23. TORO, Zamora. Portada y Fachada de la igl. de San Lorenzo el Real.

24. TORO, Zamora. Ábside de la igl. de San Lorenzo el Real.

25. TORO, Zamora. Igl. de San Julián de los Caballeros.

26. TORO, Zamora. El monasterio de Sta. Clara.

27. TORO, Zamora. Portada de la igl. del monasterio de Sta. Clara.

28. TORO, Zamora. Acceso al compás del mon. de Sancti Spiritus.

29. TORO, Zamora. Portada de la igl. del mon. de Sancti Spiritus.

TORO* (II), provincia de Zamora: 3 de agosto de 2010.
   La perspectiva de la ciudad desde la lejanía, si se llega por la carretera de Zamora, impone el perfil oriental y brillante de la Colegiata casi aéreamente alzada sobre la amplia vega. En su entorno y en el de la cercana Plaza Mayor, en la parte más antigua de la ciudad, se alinean calles estrechas y sombrías, flanqueadas por edificios de ladrillo y madera. La sucesión de pórticos, arquerías, ventanales y escudos de iglesias y palacios, remozados o en ruinas, junto con los propios nombres de las rúas (Abrazamozas, Tablarredonda, Zapateros, Candeleros, Judería, Trasalfóndiga), crean la peculiar atmósfera medieval de una ciudad justamente declarada, desde 1963, conjunto monumental histórico-artístico. Una vez visitado este núcleo histórico, aún puede el viajero demorarse por extramuros de la primitiva muralla. Allí, entre edificaciones más modernas, sobreviven numerosas huellas monumentales. Es aconsejable, antes de iniciar el recorrido, dirigirse a la Oficina de Turismo, situada en el mismo edificio del Ayuntamiento, para garantizar de esa forma la apertura de los monumentos de visita imprescindible: la Colegiata, San Lorenzo el Real, el monasterio y Museo de Sancti Spiritus y la iglesia de San Sebastián de los Caballeros.
El entorno de la Colegiata y la Plaza Mayor
   Toro conserva su estructura medieval en forma de abanico, con ejes radiales que parten de su principal templo. Incluso más allá del primitivo recinto amurallado, por la zona del antiguo arrabal, se prolonga esa disposición característica de tal modo que el punto hacia el que converge la ciudad es la iglesia de Santa María la Mayor, la Colegiata**. La visión de este templo desde el inmediato paseo del Espolón permite admirar su elegancia y el equilibrio de volúmenes existente entre los ábsides con arquerías ciegas, las naves, el remate octogonal de la torre y, sobre todo, el espléndido cimborrio** de gusto bizantino, rodeado de torrecillas semicirculares, muy semejante al de la Catedral de Zamora y, más aún, al de la Catedral Vieja de Salamanca, en el que se inspira. El templo se construyó entre los siglos XII y XIII, y en él se aprecian dos estilos muy diferenciados. En los inicios, hacia 1160, se empleó una basta piedra caliza tratada según formas muy evolucionadas del románico, mientras que la finalización, hacia 1210, se hizo a base de piedra rojiza trabajada, paradójicamente, según pautas de un románico anterior.
   En la fachada norte, que es la que da a la plaza de la Colegiata, se abre una portada románica con profusión de esculturas. Otra portada, más sencilla, se encuentra en el lado opuesto. Sin embargo, la puerta más destacada se abre a los pies del templo, precedida de un atrio abovedado. Es el llamado pórtico de la Majestad**, obra ya decididamente gótica (siglo XIII) y bellamente decorada con gran número de esculturas y relieves polícromos que recrean la Coronación de la Virgen y el Juicio Final. Ha sido objeto de un largo y complejo proceso de restauración.
   Junto a la Colegiata, el mirador del Espolón proporciona una espléndida panorámica sobre la vega del Duero y el puente románico, construido entre los siglos XII y XIII. Del antiguo alcázar, originario del siglo X y al que se llega por la calle de las Comedias, sólo se conservan los muros exteriores y siete torres semicilíndricas.
   La calle de la Mayor, flanqueada por destacables edificios, conduce hasta la Plaza Mayor, o de España, cuyo flanco meridional está presidido por el edificio neoclásico del Ayuntamiento (siglo XVIII), mientras que enfrente se alza la iglesia del Santo Sepulcro, templo construido a finales del siglo XII para la orden del mismo nombre y que después pasó a la Orden de San Juan. En la actualidad alberga los principales pasos de la Semana Santa. Es, aunque muy reformada, una obra románico-mudéjar, estilo abundantemente representado en Toro, a veces con zócalos de sillarejo y refuerzos de cal y canto sustentando las construcciones de ladrillo.
   A dicho estilo corresponden también la iglesia templaria de San Salvador de los Caballeros, en la calle del Salvador, y las ruinas de la de San Pedro del Olmo, en la de Abrazamozas, enclavadas ambas al oeste de la Plaza Mayor y equidistantes del convento gótico de las Mercedarias.
   Sin embargo, el ejemplo más destacado del románico-mudéjar toresano es la iglesia de San Lorenzo el Real*, en la calle de igual nombre, excelentemente conservada tras su restauración. Edificada en el siglo XIII, se caracteriza por el empleo de arquerías ciegas, tanto externa como internamente, y por el uso ornamental del motivo llamado "de dientes de sierra", como puede verse en la cornisa del ábside. Su única nave se cubre con un artesonado del siglo XVII, mientras que la tribuna del trascoro presenta un bello artesonado polícromo de tracería morisca. El retablo principal conjuja la arquitectura y diversas pinturas hispanoflamencas consideradas como obras maestras de su autor, Fernando Gallego (siglo XV).
   Calle adelanto se llega a una pequeña glorieta dedicada a la pintora toresana Delhy Tejero, fallecida en 1968. En la plaza contigua se alza la iglesia de San Julián de los Caballeros, del siglo XVI, con portada gótica trasladada de un antiguo convento y un curioso rótulo indicando que ella "se mantuvo público el culto católico en tiempo de sarracenos". Un poco más al oeste se halla el monasterio de Santa Clara, cuya fundación data del siglo XIII, aunque no cesó de sufrir reformas hasta el siglo XVIII, época en la que se levantó el patio de ladrillo con doble galería. Es interesante la iglesia, donde, al igual que en las dependencias monacales, se conservan valiosas obras.
   Para finalizar esta primera y fundamental parte del recorrido es recomendable acercarse, al suroeste de la Colegiata, al monasterio de Sancti Spiritus*, fundado a principios del siglo XIV. En él destacan el claustro renacentista sobre columnas dóricas (siglo XVI) y el espléndido sepulcro* en alabastro de la esposa de Juan I, Beatriz de Portugal, que, junto con otros enterramientos femeninos y numerosas obras de arte, pueden admirarse en la iglesia, provista en su Capilla Mayor de una bellísima armadura mudéjar* (siglo XIV), y en el Museo Comarcal, instalado en varias dependencias del edificio.

Enlace a la Entrada anterior de Toro*:

viernes, 30 de enero de 2015

1048. ZAMORA* (IV), capital: 3 de agosto de 2010.

54. ZAMORA, capital. El palacio de los Momos.

55. ZAMORA, capital. Igl. de Santiago del Burgo.

56. ZAMORA, capital. Edificios modernistas.

ZAMORA* (IV), capital de la provincia: 3 de agosto de 2010.
Hacia la ciudad nueva
   La zona que se extiende al este de la plaza, por la calle Renova, marca la transición entre el casco antiguo y el ensanche reorganizado desde principios del siglo XX.
   El contraste se hace mucho más evidente a partir de la bifurcación entre las calles de San Torcuato y Santa Clara, especialmente a lo largo de esta última.
   Casi en el vértice entre ambas calles, en una plaza presidida por un monumento a la maternidad, puede verse la laboriosa fachada gótico-florida del palacio de los Momos, del siglo XVI, lo único que se conserva del antiguo edificio rehabilitado como Palacio de Justicia.
   Detrás, entre enrevesadas callejuelas, eleva su esbelta torre* coronada por un negro capitel dieciochesco la iglesia de San Vicente, también de origen románico, aunque tardío (siglo XIII) y muy modificada.
   Ya en la calle de Santa Clara, frente a la plaza de la Constitución y muy próxima a la bulliciosa zona del mercado, se levanta la iglesia de Santiago del Burgo, de los siglos XII y XIII, pero reformada en el siglo XIX, de original portada en el flanco meridional y, excepcionalmente, todavía provista de sus tres naves.
   Si bien la larguísima estela del románico zamorano aún se prolonga con ejemplos como el de la iglesia de San Esteban, encajonada frente a la plaza de igual nombre, así como con otros templos de interés situados en barriadas de extramuros (Sancti Spiritus, San Frontis ...), a partir de este punto la ciudad nueva impone su arquitectura de principios de siglo XX, a veces con vistosas fachadas y miradores de aire modernista o ecléctico, también con buenos ejemplos de arquitectura racionalista, hasta desembocar en un más impersonal urbanismo adaptado -o sometido- a los usos y necesidades del presente.
   El recorrido por algunos rincones de hondo tipismo, como la pronunciada y pintoresca cuesta de Balborraz, al sur de la Plaza Mayor, diversas áreas lúdicas y, singularmente, el gran pulmón del bosque de Valorio, que ocupa un vasto espacio al noroeste, son otras opciones a tener en cuenta.

Enlace a la Entrada anterior de Zamora*:

jueves, 29 de enero de 2015

1047. ZAMORA* (III), capital: 3 de agosto de 2010.

30. ZAMORA, capital. Igl. de San Isidoro.

31. ZAMORA, capital. Curiosa ventana en la cabecera de la igl. de San Isidoro.

32. ZAMORA, capital. Igl. de San Pedro y San Ildefonso.

33. ZAMORA, capital. Igl. de la Magdalena.

34. ZAMORA, capital. Portada meridional de la igl. de la Magdalena.

35. ZAMORA, capital. Igl. de Sta. Mª la Nueva y Museo de la Semana Santa.

36. ZAMORA, capital. Ábside de la igl. de Sta. Mª la Nueva.

37. ZAMORA, capital. Monumento a Viriato en la plaza homónima.

38. ZAMORA, capital. Portada del hospital de la Encarnación.

39. ZAMORA, capital. Patio del palacio de los condes de Alba y Aliste.

40. ZAMORA, capital. Portada de la igl. de la Concepción.

41. ZAMORA, capital. Igl. de San Cipriano.

42. ZAMORA, capital. Enigmáticos relieves en los muros de la igl. de San Cipriano.

43. ZAMORA, capital. Igl. de Sta. Lucía.

44. ZAMORA, capital. Palacio del Cordón.

45. ZAMORA, capital. Igl. de Sta. Mª de la Horta.

46. ZAMORA, capital. Una de las portadas de la igl. de Sta. Mª de la Horta.

47. ZAMORA, capital. Igl. de Sto. Tomé.

48. ZAMORA, capital. Cabecera de la igl. de Sto. Tomé.

49. ZAMORA, capital. Interior de la igl. de Sto. Tomé.

50. ZAMORA, capital. El Ayuntamiento Viejo.

51. ZAMORA, capital. Igl. de San Juan de Puerta Nueva.

52. ZAMORA, capital. Rosetón de la fachada meridional de la igl. de San Juan de Puerta Nueva.

53. ZAMORA, capital. Monumento a la Semana Santa en la Plaza Mayor.

ZAMORA* (III), capital de la provincia: 3 de agosto de 2010.
Entre la Catedral y la Plaza Mayor
   A partir de la Catedral, en dirección al centro de la ciudad, el casco antiguo está jalonado por una incesante sucesión de templos románicos. Muy cerca, a la izquierda, queda la iglesia de San Isidoro, del siglo XII, en cuya decoración externa se perciben influencias de la Catedral. Su interior, al igual que el de la mayoría de las iglesias zamoranas, fue completamente reformado en siglos posteriores, en este caso en el siglo XVIII.
   Por la rúa de los Notarios, atravesada la plaza de los Ciento, sale al paso la iglesia de San Pedro y San Ildefonso, originaria del siglo XII, aunque renovada en el siglo XV y cubierta con bóvedas alargadas de crucería gótica. Conserva del románico la Capilla Mayor, un bello rosetón, la portada con tres arquivoltas y el muro meridional.
   La inmediata calle de los Francos conduce hasta la iglesia de la Magdalena*, de una sola nave, ábside semicircular y estilizadas proporciones. Su portada meridional*, con arquivoltas profusamente esculpidas, está considerada por muchos como la mejor de la ciudad. En el interior puede verse un precioso sepulcro románico** del siglo XII bajo un elaboradísimo baldaquín. Enfrente del templo está el convento del Tránsito, del siglo XVII.
   Un poco más al norte, la iglesia de Santa María la Nueva*, incendiada durante el Motín de la Trucha, en 1158, sólo conserva de la obra primigenia el muro meridional y la cabecera, con un hermoso ábside*. En el interior destaca una pila bautismal* del siglo XIII.
   Junto a este templo, en un edificio moderno, se halla instalado el Museo de la Semana Santa, donde se pueden ver buena parte de los pasos procesionales.
   Contigua se abre la plaza de Viriato, presidida por una estatua del caudillo lusitano, obra de Eduardo Barrón.
   A un lado, con iglesia anexa, se extiende el antiguo hospital de la Encarnación (siglo XVII), de sobria arquitectura, que es la sede de la Diputación Provincial. Frente a él queda el palacio de los condes de Alba y Aliste, hermosa mansión gótico-renacentista con un bellísimo patio, convertida en parador.
   En la cercana plaza de la Claudio Moyano se alza la iglesia de la Concepción, del siglo XVII, perteneciente a un antiguo convento, y detrás mismo del Parador, en medio de una zona ajardinada y al pie de un agradable mirador, se sitúa la iglesia de San Cipriano (siglos XI y XII), con una compleja disposición que evidencia intervenciones posteriores. Es interesante su cabecera, formada por tres ábsides rectangulares, y posee notables capiteles en el interior.
   La marcada y pintoresca pendiente que arranca bajo la iglesia conduce hasta la plaza de Santa Lucía, en la zona donde estuvo situado el barrio judío; está presidida por la iglesia de Santa Lucía, que aunque tuvo un origen románico fue reconstruida en el siglo XVII.
   El Museo Provincial de Zamora ocupa el contiguo palacio del Cordón o de Puñónrostro (siglo XVI), con una bella fachada enmarcada por un alfiz a modo de cordón franciscano. El museo consta de dos secciones, la de arqueología y la de bellas artes, y guarda, entre otras piezas, el valioso Tesoro de Arrabalde, compuesto por joyas de la Edad de Hierro.
   En las barriadas cercanas, próximas al río, aún pueden verse dos interesantísimos templos: la iglesia de Santa María de la Horta, del siglo XII, reformada en el siglo XVI, que conjuga elementos románicos e indicios protogóticos, y la iglesia de Santo Tomé, con una destacable decoración en su triple cabecera y la portada septentrional, ambas obras del siglo XII que consiguieron sobrevivir a la profunda reforma del siglo XVII.
   Desde la plaza de Viriato, la arterial Ramos Carrión, en la que se suceden el teatro dedicado a este dramaturgo y libretista de zarzuelas zamorano y el interesante edificio del Conservatorio de Música (siglo XIX), desemboca en la Plaza Mayor, un amplio espacio creado a finales del siglo XV y reurbanizado en el siglo XVIII.
   En su flanco meridional se halla el Ayuntamiento Viejo, notable construcción del siglo XVI, y frente a él emerge, completamente exenta y bien resaurada, la iglesia de San Juan de Puerta Nueva* de los siglos XII al XIV, en cuya fachada meridional destaca el magnífico rosetón. La torre, al igual que las cubiertas, fueron renovadas, tras su hundimiento, en el siglo XVI, época en la que también se alteró el interior, se suprimieron las naves laterales y se cubrió con una armadura mudéjar.
   El edificio que ocupa el flanco septentrional de la plaza es la actual sede del Ayuntamiento.

Enlace a la Entrada anterior de Zamora*:

miércoles, 28 de enero de 2015

1046. ZAMORA* (II), capital: 3 de agosto de 2010.

14. ZAMORA, capital. La Catedral.

15. ZAMORA, capital. Cimborrio de la catedral.

16. ZAMORA, capital. Portada del Obispo de la catedral.

17. ZAMORA, capital. Fachada del palacio Episcopal.

18. ZAMORA, capital. Patio del palacio Episcopal.

19. ZAMORA, capital. Cabecera poligonal de la Catedral.

20. ZAMORA, capital. Torre-campanario de la catedral.

21. ZAMORA, capital. Una de las naves laterales de la catedral.

22. ZAMORA, capital. Cúpula del cimborrio y reja de la cap. mayor de la Catedral.

23. ZAMORA, capital. Sillería del coro de la Catedral.

24. ZAMORA, capital. Capilla del Cardenal de la Catedral.

25. ZAMORA, capital. Una de las pandas del claustro de la Catedral.

26. ZAMORA, capital. Tapices flamencos del Museo Catedralicio.

27. ZAMORA, capital. Puerta de acceso al parque del Castillo.

28. ZAMORA, capital. El Alcázar.

29. ZAMORA, capital. La Catedral, desde el Alcázar.

ZAMORA* (II), capital de la provincia: 3 de agosto de 2010.
La Catedral y el Castillo
   En la parte más alta de la ciudad, en el extremo occidental, encontraremos la Catedral y el Castillo.
   La Catedral* ha sufrido numerosas transformaciones, en general poco afortunadas, desde su construcción inicial entre 1151 y 1174. Su originalidad radica en la combinación de la armonía y la severidad del románico con la influencia bizantina del magnífico cimborrio**, compuesto por un tambor con 16 estrechos ventanales sobre el que se disponen, a modo de gajos, otros tantos gallones cóncavos, con torrecillas similares en los ángulos y cubiertos por escamas semicirculares de piedra. Forma serie con la torre del Gallo de la Catedral Vieja de Salamanca y con la cúpula de la Colegiata de Toro.
   La portada del Obispo*, en el flanco meridional, frente al dieciochesco Palacio Episcopal, es la única que permanece visible de las tres originales, y también posee una marcada influencia oriental, tanto por las arquivoltas a base de lóbulos cilíndricos que enmarcan la puerta como por la obra escultórica que adorna los ventanales ciegos situados a ambos lados.
   La cabecera del templo es obra ya del gótico tardío (siglo XV) y vino a sustituir a los tres ábsides primitivos. Junto a la trastocada fachada principal se alza una gran torre-campanario inconclusa, de planta cuadrada.
   Al penetrar en el luminoso interior, de tres naves de cuatro tramos y crucero apenas marcado, ademas de la majestuosa cúpula bizantina, se impone la presencia del coro, un recinto de piedra situado en el centro del templo. Por su exterior pueden verse varias tumbas antiguas y un Cristo en Majestad, del siglo XVI. Es extraordinaria la sillería*, decorada con relieves que, además de efigiar santos y personajes bíblicos, narran episodios de la vida cotidiana en los albores del Renacimiento. Su autor fue Juan de Bruselas.
   Una hermosa reja cierra la Capilla Mayor, presidida por un retablo de apariencia neoclásica (siglo XVIII) que representa la Transfiguración. Al lado, en otro retablo del siglo XVI, destaca la imagen de la Virgen de la Calva, preciosa talla gótica. Son numerosas las capillas con que cuenta el templo, la mayoría de ellas incorporada en los siglos XV-XVII y provista de valiosas obras y labrados sepulcros. Especial interés tiene la capilla del Cardenal, donde puede verse un retablo con tablas de Fernando Gallego (siglo XV).
   A través de una puerta renacentista se accede al claustro, construido en el siglo XVII sobre poderosas columnas. En uno de sus lados están las salas del Museo Catedralicio*. Lo más destacado es la colección de grandes tapices flamencos* de los siglos XV-XVII, entre los que sobresalen los dedicados a la guerra de Troya. Merece también una detenida contemplación, al fondo de la planta baja, una custodia procesional (siglo XVI) cuyo principal motivo escultórico es una minuciosa representación de la Última Cena en mesa redonda.
   Una puerta plateresca (siglo XVI), a la derecha de la Catedral, da acceso al parque de Castillo, dispuesto en torno a los restos del antiguo alcázar, muy reformado, de perímetro trapezoidal y rodeado por un profundo foso. Son extraordinarias las vistas sobre la vega del Duero y el "Campo de la Verdad".

Enlace a la Entrada anterior de Zamora*: