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viernes, 16 de octubre de 2020

3134. SEVILLA** (MCCCLXXXIV), capital: 20 de mayo de 2019.



















































SEVILLA** (MCCCLXXXIV), capital de la provincia y de la comunidad: 20 de mayo de 2019.
   Mostramos imágenes de la exposición "Azul. El color del Modernismo" celebrada en la sede sevillana del CaixaForum, que se adentra en el espíritu de una época marcada por la presencia del azul y de sus connotaciones. Se trata de un período, el de finales del siglo XIX y comienzos del XX, en que se constituye una poetización estética basada en la relación entre los paisajes, los fenómenos de la naturaleza y los estados anímicos. Esta correspondencia entre la naturaleza y el yo se inscribe en el proyecto de la modernidad, transita por el simbolismo y ve nacer el cinematógrafo.
   La poesía y el arte del Modernismo se llenan de paisajes crepusculares, de cielos a medianoche, de parajes montañosos, de playas y de mares, pero también de escenas cotidianas y de retratos que emplean una gran variedad de azules como vehículo para traducir y manifestar el misterio y el subconsciente, la belleza y la inmensidad, las tensiones interiores y la soledad, la vida espiritual y el más allá. Además, los matices de expresión se amplían gracias a la aparición de los pigmentos sintéticos; al azul ultramar (lapislázuli), el añil o el azul cobalto de la paleta de colores, se les añaden el azul ultramar francés, el azul de Prusia o el cerúleo.
   El Arte es el color Azul
   El protagonismo que toma el azul a finales de XIX no es completamente nuevo. Anteriormente el Romanticismo ya había concedido una atención particular al simbolismo de los colores, entre los cuales el azul, que representaba virtudes poéticas. No en vano, Victor Hugo sostenía que l’art c’est l’azur, es decir, que el arte es el azul. También los poetas simbolistas otorgaban al azul valores y atributos fundamentales, como Charles Baudelaire, quien consideraba que emergía de la belleza enigmática de las sombras para devenir un símbolo vinculado a lo inalcanzable, mientras que Stéphane Mallarmé se aventuraba en la búsqueda del ideal de belleza absoluta a través del eterno azur. Rubén Darío, desde tierras americanas, se inspiraba en la poesía francesa para escribir, en 1888, el libro Azul…, de influencia decisiva en los modernistas. En esta obra describe el azul como “el color del sueño, el color del arte, un color helénico y homérico, color oceánico y del firmamento”. 
   A finales del s. XIX, en paralelo al Modernismo, nace el cine. En sus inicios se aplicaba el color manualmente fotograma a fotograma con pinceles, plantillas o tintes. Así se conseguía crear atmósferas que a menudo responden a un código de uso simbólico; por ejemplo, el rojo expresaba peligro, el amarillo, alegría y el azul, la noche. No se puede hablar de cine en color hasta las décadas de los años veinte y treinta del siglo XX, pero si queremos atender a los colores del Modernismo y, concretamente, al azul y a su relevancia, hemos de fijarnos también en las primeras películas coloreadas.
   
Textos de:
www.caixaforum.es

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3131. SEVILLA** (MCCCLXXXIII), capital: 17 de mayo de 2019.

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