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domingo, 31 de mayo de 2020

2996. BARCELONA** (XXXVI), capital: 3 de marzo de 2019.

553. BARCELONA, capital. Interior de la Cap. Real de Sta. Àgata, en el Pal. Reial Major.

554. BARCELONA, capital. Retablo de la Cap. Real de Sta. Àgata, en el Pal. Reial Major.

555. BARCELONA, capital. Bóvedas de la Cap. Real de Sta. Àgata, en el Pal. Reial Major.

556. BARCELONA, capital. Bóveda del Saló del Tinell en el Pal. Reial Major.

557. BARCELONA, capital. Otra perspectiva del Saló del Tinell en el Pal. Reial Major.

558. BARCELONA, capital. Zona arqueológica del Museo de Historia de la Ciudad en la Casa Clariana-Padellàs.

559. BARCELONA, capital. Mosaico romano en la zona arqueológica del Museo de Historia de la Ciudad en la Casa Clariana-Padellàs.

560. BARCELONA, capital. Pintura mural en la zona arqueológica del Museo de Historia de la Ciudad en la Casa Clariana-Padellàs.

561. BARCELONA, capital. Otra vista de la zona arqueológica del Museo de Historia de la Ciudad en la Casa Clariana-Padellàs.

562. BARCELONA, capital. Otra perspectiva de la zona arqueológica del Museo de Historia de la Ciudad en la Casa Clariana-Padellàs.

563. BARCELONA, capital. Cabeza femenina aparecida en la zona arqueológica del Museo de Historia de la Ciudad en la Casa Clariana-Padellàs.

BARCELONA** (XXXVI), capital de la provincia y de la comunidad: 3 de marzo de 2019.
Plaza del Rei**
   A la espalda de la catedral se esconde uno de los rincones más fascinantes, sugestivos y emblemáticos de Barcelona, la plaza del Rei. Si la catedral y los edificios de su entorno (Casa de l'Ardiaca, Palau del Bisbe, Casa dels Canonges...) están vinculados al poder religioso en época medieval, esta recoleta plaza es la herencia del escenario del poder político y el reflejo del esplendor de la ciudad y de Cataluña en esa misma época.
   Se trata de un espacio rodeado por varias edificaciones que en su conjunto conforman el Palau Reial Major, y que se construyeron adosadas a la primitiva muralla romana. Así, la arquitectura medieval es protagonista única de toda la plaza, sin excepciones, con un único detalle complementario: la escultura de Eduardo Chillida que el propio autor decidió emplazar en la entrada del recinto, y que consigue una armónica relación entre la contemporaneidad de la obra y la estampa medieval de la plaza. El atractivo del lugar queda aún más remarcado por el silencio y el sosiego que desprende tan escondido rincón. En verano la plaza se convierte en escenario ocasional de actuaciones musicales o teatrales.
El Palau Reial Major** tiene su origen en el siglo X, aunque ya desde el siglo anterior los condes de Barcelona  residían en el lugar, y los historiadores no descartan que allí estuviera también anteriormente la residencia de reyes visigóticos como Ataulfo, que en el siglo V instaló su corte en la ciudad, e incluso de los pretores romanos. En cualquier caso, el palacio que hoy podemos contemplar fue rehecho en el siglo XI, y aun ampliado posteriormente hasta el siglo XIV. En él residieron los monarcas de la Corona de Aragón desde el siglo X hasta el XV.
   En su austera fachada sobresalen tres monumentales arcos que unen los contrafuertes del edificio y que están adosados a los primitivos muros del palacio románico que mandó edificar Ramon Berenguer IV. Las ventanas románicas fueron tapiadas, pero pueden apreciarse desde el interior, y en su lugar se abrieron los ventanales en forma de tríptico y los rosetones góticos. Bajo un soberbio arco gótico hay una escalinata rinconera semicircular (s. XVI) que da acceso desde la plaza a la sala más impresionante del conjunto, el Saló del Tinell, un perfecto espacio gótico (1359-1370) que denota grandeza y solemnidad, y bajo cuyos seis enormes arcos de medio punto y su techumbre de madera policromada los Reyes Católicos recibieron a Colón tras su primer viaje al Nuevo Mundo. Hoy la sala está destinada a exposiciones, conciertos y actos solemnes. Contigua al salón está la capilla real de Santa Àgata, capilla palatina del siglo XIV, de una sola nave también cubierta con madera policromada y que guarda un retablo gótico realizado por Jaume Huguet  en 1465. Completa el edificio el llamado mirador del Rei Martí, una atalaya renacentista de cuatro cuerpos con galerías de siete arcos en cada uno, construida en 1555 y que se levanta en un ángulo de la plaza.
   Para completar la visión exterior del conjunto puede rodearse la capilla de Santa Àgata y contemplarla desde la plaza de Ramon Berenguer III, ya tangente a la Via Laietana. Desde ese punto se puede observar cómo el edificio gótico fue levantado aprovechando las murallas romanas, que aquí tienen uno de los tramos mejor conservados. En el centro de esta plaza se halla una estatua ecuestre de Ramon Berenguer III, obra de Josep Llimona.
Palau del Lloctinent*. A la izquierda del conjunto monumental queda la parte posterior del Palau del Lloctinent, una construcción renacentista (s. XVI), austera pero elegante, con portales con grandes dovelas encarados a la plaza del Rei. En su interior esconde vistosos elementos arquitectónicos y ornamentales, entre los que destacan el patio central con grandes arcos escarzanos en la planta baja, una galería de inspiración toscana en la planta superior y una gran escalera de acceso con una excepcional techumbre de madera tallada. Desde 1838 a 1993 este edificio albergó una de las instituciones archivísticas más antiguas de Europa, el Archivo General de la Corona de Aragón.
Museu d'Història de la Ciutat*. A la derecha de la plaza, junto al ábside de la capilla de Santa Àgata, se encuentra la Casa Clariana-Padellàs, que acoge el Museu d'Història de la Ciutat. Se trata de una construcción gótica trasladada aquí piedra a piedra desde la calle dels Mercaders cuando se llevó a cabo la abertura de la Via Laietana en 1930.
   En la casa se exponen importantes elementos de la Barcelona del Renacimiento y del Barroco. Pero lo más interesante del conjunto museístico es el área arqueológica visitable que se extiende en el subsuelo de la plaza del Rei, de la calle dels Comtes, de la plaza de Sant Iu, de la propia Casa Clariana-Padellàs y de una parte de la catedral. En el recorrido pueden verse significativos vestigios sobre los orígenes bimilenarios de la ciudad (la Barcino romana), una necrópolis visigótica, las salas románicas abovedadas del palacio de los condes de Barcelona o el conjunto episcopal de época paleocristiana (s. IV), con el baptisterio y sus dependencias, que se halla bajo la catedral gótica. El conjunto monumental de la plaza del Rei también forma parte de los ámbitos visitables del museo.
Textos de:
Xavier Martínez i Edo, Barcelona, Guía Total. Ed. Anaya Touring. Madrid, 2009.
José Angel Cilleruelo y Xavier Martínez i Edo, Cataluña, Guía Total. Ed. Anaya Touring. Madrid, 2006.

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2995. BARCELONA** (XXXV), capital: 3 de marzo de 2019.

sábado, 30 de mayo de 2020

2995. BARCELONA** (XXXV), capital: 3 de marzo de 2019.

539. BARCELONA, capital. Las Reials Drassanes.

540. BARCELONA, capital. Uno de los patios de las Reials Drassanes.

541. BARCELONA, capital. En el interior de las Reials Drassanes.

542. BARCELONA, capital. Una de las torres defensivas de las Reials Drassanes.

543. BARCELONA, capital. La proa de la réplica de la galera real que participó en la Batalla de Lepanto, en las Reials Drassanes.

544. BARCELONA, capital. Sobre la réplica de la galera real que participó en la Batalla de Lepanto, en las Reials Drassanes.

545. BARCELONA, capital. Ante la popa de la réplica de la galera real que participó en la Batalla de Lepanto, en las Reials Drassanes.

546. BARCELONA, capital. En el interior de la réplica de la galera real que participó en la Batalla de Lepanto, en las Reials Drassanes.

547. BARCELONA, capital. Detalle de réplica de la galera real que participó en la Batalla de Lepanto, en las Reials Drassanes.

548. BARCELONA, capital. Uno de los objetos expuestos en las Reials Drassanes.

549. BARCELONA, capital. Otra de las maquetas expuestas en las Reials Drassanes.

550. BARCELONA, capital. Otra vista del interior de las Reials Drassanes.

551. BARCELONA, capital. Otro de los patios interiores de las Reials Drassanes.

552. BARCELONA, capital. Réplica del Ictíneo, antecedente del submarino, en las Reials Drassanes.

BARCELONA** (XXXV), capital de la provincia y de la comunidad: 3 de marzo de 2019.
LA FACHADA MARÍTIMA
   El puerto antiguo, el Port Vell, constituye el frente marítimo de la Barcelona histórica. Curiosamente, ciudad y puerto siempre fueron dos espacios separados desde el punto de vista urbanístico: la muralla los separó durante muchos siglos y cuando ésta fue derribada, los tinglados y almacenes portuarios conformaron una nueva barrera entre la ciudad y el Mediterráneo. Hubo que esperar al impulso renovador de los Juegos Olímpicos del 92 para que Barcelona dejara de vivir de espaldas al mar y el puerto pasara a ser una prolongación del urbanismo de la ciudad.
   Pero los Juegos del 92 no sólo impulsaron la recomposición del Port Vell, sino de prácticamente todo el litoral barcelonés. Viejas fábricas, chimeneas en desuso, cloacas, chabolismo y playas sucias y marginales a las que apenas nadie acudía dejaron paso al Port Olímpic, a la Villa Olímpica, a los rascacielos y, sobre todo, a una larga alineación de playas limpias y perfectamente acondicionadas, con amplios y agradables paseos a su espalda, que hoy son la envidia de cualquier gran ciudad europea.
Reials Drassanes**
   Las Drassanes de Barcelona están consideradas las atarazanas medievales más grandes y mejor conservadas del mundo. Hasta bien avanzado el siglo XIII los astilleros de la ciudad se hallaban al final de la actual calle de Regomir, antaño junto a la muralla, y en ellos se armó la flota que condujo a Jaume I a la conquista de Mallorca. Pero los proyectos expansionistas de la Corona, con los ojos puestos en el dominio del tráfico marítimo en el Mediterráneo occidental, exigía instalaciones más capaces.
   Así, la construcción de unas nuevas atarazanas se inició alrededor de 1275, bajo el reinado de Pere el Gran, e inicialmente consistieron en un simple patio  fortificado rodeado de porches y con torres defensivas en los cuatro ángulos. Ya en tiempos de Pere III los antiguos porches se convirtieron en grandes salas que conformaban ocho naves paralelas con tejado a dos aguas, y abovedado interior mediante arcos de medio punto que soportaban la estructura de madera de la cubierta. Al parecer, las instalaciones permitían la construcción simultánea de treinta barcos, unas dimensiones que sin duda fueron fundamentales para la expansión comercial de la Corona de Aragón por el Mediterráneo.
   De aquellas ocho naves originales se conservan siete, dado que en el siglo XVIII se unieron las dos centrales en una única; las tres naves restantes que hoy pueden verse son de construcción posterior (1612-1618). En las naves góticas destaca la majestuosidad de los arcos de diafragma,que sostienen un envigado de madera rehecho en época moderna. El conjunto conserva también dos de las primitivas torres almenadas de defensa construidas en época del rey Pere el Gran y un buen tramo de la muralla que lo protegía. Dado su evidente carácter funcional, tenía pocos elementos ornamentales, pero aún se aprecia el escudo de Pere III en una de las torres.
   Entre 1792 y 1936 el astillero albergó un cuartel y arsenal militar, hecho que probablemente contribuyó a su salvación, pagando el precio de una notable degradación.
   Desde 1941 las Drassanes son la sede del Museu Marítim de Barcelona, que contiene piezas relacionadas con la historia marítima de Cataluña, como maquetas de embarcaciones, portulanos de la escuela mallorquina (del siglo XIV) y otras colecciones cartográficas antiguas, una curiosa colección de marscarones de proa, la maqueta del Ictíneo (el submarino precursor de Narcís Monturiol) y una reproducción a tamaño natural de la galera real desde la que don Juan de Austria dirigió la batalla de Lepanto (la original fue armada en estos astilleros en 1571). En 1995 se inauguró el ámbito denominado "La gran aventura del mar", un área de exposición interactiva que combina elementos evocadores del pasado (réplicas de buques y escenografías) con objetos originales y efectos audiovisuales y sensitivos, como olores, sonidos y luces. 
Textos de:
Xavier Martínez i Edo, Barcelona, Guía Total. Ed. Anaya Touring. Madrid, 2009.
José Angel Cilleruelo y Xavier Martínez i Edo, Cataluña, Guía Total. Ed. Anaya Touring. Madrid, 2006.

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2994. BARCELONA** (XXXIV), capital: 3 de marzo de 2019.

viernes, 29 de mayo de 2020

2994. BARCELONA** (XXXIV), capital: 3 de marzo de 2019.

527. BARCELONA, capital. Ante la fachada principal del Hosp. de Sant Pau.

528. BARCELONA, capital. El Hosp. de Sant Pau.

529. BARCELONA, capital. La fachada principal del Hosp. de Sant Pau.

530. BARCELONA, capital. Hall de entrada del Hosp. de Sant Pau.

531. BARCELONA, capital. Bajo la cúpula del pabellón principal del Hosp. de Sant Pau.

532. BARCELONA, capital. Bóveda de uno de los pabellones del Hosp. de Sant Pau.

533. BARCELONA, capital. Otro de los pabellones del Hosp. de Sant Pau.

534. BARCELONA, capital. Interior de otro de los pabellones del Hosp. de Sant Pau.

535. BARCELONA, capital. "Caja" de la escalera del pabellón principal del Hosp. de Sant Pau.

536. BARCELONA, capital. Detalle de una de las salas del pabellón principal del Hosp. de Sant Pau.

537. BARCELONA, capital. En el pabellón principal del Hosp. de Sant Pau.

538. BARCELONA, capital. Otra de las salas del pabellón principal del Hosp. de Sant Pau.

BARCELONA** (XXXIV), capital de la provincia y de la comunidad: 3 de marzo de 2019.
Hospital de Sant Pau*
   Frente a la Sagrada Família arranca la avenida de Gaudí, que conduce directamente hasta la puerta principal del hospital de Sant Pau.
   Ya hemos visto que hasta principios del siglo XX la principal institución hospitalaria de la ciudad era el hospital de la Santa Creu i Sant Pau, en el Raval, con un edificio cuya historia se remonta a la Edad Media. A finales del siglo XIX el desarrollo demográfico de la ciudad había dejado pequeño aquel centro sanitario y obligaba a plantearse la construcción de uno nuevo. Los problemas presupuestarios fueron retrasando el proyecto, hasta que Pau Gil i Serra, un banquero barcelonés residente en París, legó en testamento a la ciudad cuatro millones de pesetas (una cifra abrumadora en aquella época) con el deseo expreso de que fuera utilizados para levantar un nuevo edificio sanitario.
   El dinero permitió adquirir los terrenos equivalentes a nueve manzanas del Eixample y encargar al ya entonces muy reputado arquitecto Lluís Domènech i Montaner los planos del edificio. De su ambicioso proyecto lo primero que llama la atención es que la planta del conjunto, al igual que la citada avenida de Gaudí, está trazada en diagonal con respecto a toda la cuadrícula del Eixample, una decisión que el arquitecto utilizó  como gesto de desagrado hacia el plan urbanístico de Cerdà. De hecho, la avenida de Gaudí es el único testigo de un plan urbanístico de principios del siglo XX que, dirigido por el francés Léon Jaussely, pretendía modificar la monótona cuadrícula del Eixample.
   La construcción del nuevo hospital se inició en 1902 y, a pesar del evidente carácter funcional del edificio, Domènech i Montaner consiguió aunar en él la más vanguardista concepción hospitalaria en su época y el preciosismo estético del modernismo. En conjunto, pues, una obra modélica, que fue catalogada por la Unesco como Patrimonio de la Humanidad.
   Domènech i Montaner contemplaba inicialmente construir 46 pabellones sanitarios especializados que se comunicarían, y aún lo hacen hoy, mediante pasadizos subterráneos para facilitar la rápida y cómoda movilidad de los pacientes y el personal médico. Sobre éstos planteó un gran jardín. Pero la construcción del hospital hubo de superar constantes trabas y dificultades, por lo que finalmente el número de pabellones construidos fue muy inferior.
   Los jardines son de libre acceso, y desde ellos puede contemplarse la arquitectura modernista de los pabellones, todos construidos entre 1902 y 1911. El más representativo es el pabellón central, de evidentes líneas neogóticas y rematado por un esbelto pináculo.
 Textos de:
Xavier Martínez i Edo, Barcelona, Guía Total. Ed. Anaya Touring. Madrid, 2009.
José Angel Cilleruelo y Xavier Martínez i Edo, Cataluña, Guía Total. Ed. Anaya Touring. Madrid, 2006.

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2993. BARCELONA** (XXXIII), capital: 2 de marzo de 2019.

jueves, 28 de mayo de 2020

2993. BARCELONA** (XXXIII), capital: 3 de marzo de 2019.

509. BARCELONA, capital. Ante la Sgda. Família
509. BARCELONA, capital. Ante la Bas. de la Sgda. Família.

510. BARCELONA, capital. Ante la fachada de la Natividad, de la Bas. de la Sgda. Família.

511. BARCELONA, capital. Ante la fachada de la Pasión, de la Bas. de la Sgda. Familia.

512. BARCELONA, capital. Otra perspectiva de la Bas. de la Sgda. Familia.

513. BARCELONA, capital. Parte central de la fachada de la Natividad, de la Bas. de la Sgda. Familia.

514. BARCELONA, capital. Zona del ábside de la Bas. de la Sgda. Familia.

515. BARCELONA, capital. Otra visión de la zona del ábside de la Bas. de la Sgda. Familia.

516. BARCELONA, capital. La portada de la Pasión de la Bas. de la Sgda. Familia.

517. BARCELONA, capital. Detalle de la portada de la Pasión, en la Bas. de la Sgda. Familia.

518. BARCELONA, capital. Bóveda sobre el crucero de la Bas. de la Sgda. Familia.

519. BARCELONA, capital. Una de las naves de la Bas. de la Sgda. Familia.

520. BARCELONA, capital. Bóveda de la nave central de la Bas. de la Sgda. Familia.

521. BARCELONA, capital. Capilla mayor de la Bas. de la Sgda. Familia.

522. BARCELONA, capital. Una de las naves laterales de la Bas. de la Sgda. Familia.

523. BARCELONA, capital. Otra visión del interior de la Bas. de la Sgda. Familia.

524. BARCELONA, capital. Otra vista del interior de la Bas. de la Sgda. Familia.

525. BARCELONA, capital. En el interior de la Bas. de la Sgda. Familia.

526. BARCELONA, capital. Bajo las bóvedas de la Bas. de la Sgda. Familia.

BARCELONA** (XXXIII)
, capital de la provincia y de la comunidad: 3 de marzo de 2019
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LA DRETA DE L'EIXAMPLE
   El sector central del Eixample, estructurado en torno al Passeig de Gràcia y la Rambla de Catalunya, recibió enseguida la denominación de dreta (derecha) del Eixample, dado que se hallaba a la derecha del antiguo ferrocarril de la calle de Balmes (mirando hacia la montaña y de espaldas al mar). Más a la derecha de esta zona central, que fue donde se levantaron los primeros edificios del Eixample, se extendía un enorme espacio urbanizable que tardó más en ser ocupado, puesto que en gran parte era término municipal de Sant Martí de Provençals, hoy un distrito más de la ciudad. Este espacio es el que nosotros hemos acotado como la dreta o derecha del Eixample.
   Las dimensiones de este sector de la cuadrícula de Cerdà son muy considerables, aunque su interés se centra en tres puntos fundamentales: las joyas modernistas del sector norte (la Sagrada Familia y el hospital de Sant Pau), los alrededores de la plaza de les Glòries y el parque de la Ciutadella. Las distancias entre zonas son grandes, y para enlazar estos tres puntos se hace casi obligado acudir al transporte público.
Sagrada Família**
   En medio de la cuadrícula del Eixample se levanta el Templo Expiatorio de la Sagrada Família, obra cumbre de la arquitectura gaudiniana y uno de los iconos que mayor proyección internacional otorga a Barcelona.
   El impulsor de la Sagrada Família fue Josep Maria Bocabella, fundador de la Asociación Espiritual de Devotos de San José. Bocabella propuso construir en Barcelona un templo dedicado a San José y a la Sagrada Familia, una gran obra que exaltase los valores de la familia como núcleo fundamental  de la estructura social tradicional en aquellos años de expansión de las ideologías políticas revolucionarias y de profundas transformaciones sociales. Fue, pues, una idea de raíces conservadoras que, curiosamente, acabó convirtiéndose en la mayor revolución arquitectónica del siglo XX en España.
   La obra fue encargada inicialmente a Francisco de Paula del Villar, quien planteó un templo neogótico, el estilo imperante en la Barcelona de la época, y desechó la idea que tenía Bocabella de realizar una réplica del santuario de Loreto (Italia), donde la tradición sitúa la casa que José y María tenían en Nazaret. El proyecto original contemplaba una iglesia de tres naves con los elementos típicos del gótico, como los arcos apuntados, los contrafuertes exteriores y un campanario en forma de aguja.
   En 1883, cuando tan sólo tenía 31 años, Antoni Gaudí recibió el encargo de continuar las obras que habían iniciado un año antes. Villar había renunciado al proyecto por desavenencias con el arquitecto asesor de Bocabella, Joan Martorell. Bocabella ofreció continuar la obra al propio Martorell, pero éste rehusó el ofrecimiento y propuso que la dirigiera un joven  que había sido su ayudante en varias construcciones, Antoni Gaudí, quien aún no había llevado a cabo ninguna obra de cierta importancia. Gaudí fue revisando y modificando paulatinamente el proyecto, a veces incluso incorporando ideas y soluciones sobre la marcha (tal y como hizo en otras ocasiones), hasta crear una personalísima obra que, sin renunciar a la estética neogótica, presenta una concreción formal revolucionaria.
   En 1926, cuando un tranvía dejó mortalmente herido a Gaudí en el cruce de la Gran Via con la calle de Bailén, únicamente se habían completado las torres laterales de la fachada de levante y el muro del ábside. Gaudí trabajó más de cuarenta años en la Sagrada Família, y a su muerte las obras continuaron a ritmo lento e intermitente, basadas en los confusos bocetos, notas y maquetas del arquitecto. De todas formas, durante la Guerra Civil se perdieron los planos y maquetas originales del templo, por lo que la conveniencia de continuar construyendo siempre ha sido una cuestión polémica. Aún hoy se sigue trabajando, y las previsiones de finalización continúan siendo a muy largo plazo, lo que da una idea de las espectaculares dimensiones de la obra.
Estructura. El templo presenta una planta en forma de cruz latina con unas dimensiones de 110 x 80 m. En cada uno de los brazos de la cruz se hallan sendas fachadas: la de la Natividad, encarada al este, y la de la Pasión, al oeste. En la cara norte se sitúa el ábside y en la cara sur estaba prevista otra monumental fachada, la de la Gloria, donde estaría la puerta principal del templo, y en la que se está trabajando actualmente. Cada una de estas fachadas deberá completarse con cuatro torres, aunque actualmente sólo están construidas las de las fachadas de la Natividad y de la Pasión; en total, pues, serán doce torres sobre las fachadas, una por cada apóstol.
   De la parte ya construida, tan sólo fueron dirigidas directamente por Gaudí las obras de la cripta, el muro del ábside y el pórtico de la fachada de la Natividad. En estos sectores se aprecian las diversas etapas de la evolución creativa del arquitecto y de la arquitectura modernista en general. La obra ha sido declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
   La cripta* fue el primer sector que se construyó, y fue concluida en 1891. Al hacerse cargo de las obras, Gaudí respetó el neogoticismo del proyecto original pero transformó los pilares, añadiéndoloes capiteles con motivos naturalistas. Los primeros planos de Gaudí para la Sagrada Família fueron de una de las capillas de la cripta, la de San José, construida entre 1884 y 1885, donde se celebró la primera misa.
   La cripta consta de siete capillas dispuestas en forma de rotonda, frente a la cual se sitúan otras cinco capillas, la del centro alberga el altar, presidido por un relieve de la Sagrada Familia realizado por Josep Llimona. En esta cripta fue enterrado Gaudí.
   El ábside* se concluyó en 1893 y también es de trazas neogóticas, con altos pináculos, pero en él Gaudí introdujo más ornamentos escultóricos de carácter naturalista (formas vegetales y animales).
   El pórtico de la Natividad** comenzó a levantarse en 1894 y se finalizó en 1930. Su decoración escultórica, a modo de un gran pesebre, es exuberante, y ya incorpora plenamente una escultura de carácter simbolista. Dado que es una exaltación del nacimiento de Jesús, presenta una decoración exultante donde todos los elementos son evocadores de la vida.
   Gaudí prefirió completar esta fachada en vertical, en detrimento del avance de las obras en horizontal. Consciente de que jamás vería acabado el templo, quería mostrar una idea completa de cómo debía ser el resto.
   La fachada está dividida en tres pórticos dedicados a las virtudes teologales: de la Esperanza a la izquierda, de la Fe a la derecha, y de la Caridad en el centro. Estos pórticos están separados por dos grandes columnas, en la base de las cuales están representadas sendas tortugas (una de tierra y una de mar) como símbolo de lo inalterable en el tiempo; los fustes se elevan en espiral, mientras que los capiteles adquieren forma de hojas de palma, que dan apoyo a dos ángeles con trompetas que anuncian el nacimiento de Jesús. En contraste con las tortugas, a ambos lados de la fachada situó sendos camaleones, símbolos del cambio.
   Las torres que culminan la fachada de la Natividad fueron levantadas a partir de 1901 y ya muestran una absoluta personalización y transformación de las líneas góticas en arquitectura plenamente modernista, algo que se aprecia especialmente en los vistosos pináculos polícromos. Gaudí sólo vio completada una de ellas, la de Sant Bernabeu, que se concluyó en 1926; las tres restantes se finalizaron en 1935. Presentan un perfil parabólico y disponen en el interior de unas escaleras helicoidales que dejan la parte central hueca para dar cabida a unas campanas tubulares.
Fachada de la Pasión*. Entre 1954 y 1981 se construyó la fachada de la Pasión con sus cuatro torres, a partir de los dibujos e indicaciones dejados por Gaudí. En este caso el arquitecto pretendía evocar el sufrimiento de Cristo en la crucifixión, por lo que concibió una fachada más austera, apenas sin ornamentación.
   El conjunto escultórico que la completa se encargó a Josep Maria Subirachs, con el objetivo de seguir incorporando a la obra la aportación directa de un artista. Aunque Subirachs planteó también un trabajo de líneas simples y esquemáticas, con formas angulosas que provocan un mayor efecto dramático, sus esculturas conllevaron, y conllevan, la inevitable polémica generada por los puristas, que las consideraron muy alejadas del estilo el espíritu gaudinianos.
Naves**. El interior constituye otro de los aspectos revolucionarios de la obra. Se estructura en cinco naves separadas por innovadoras columnas inclinadas de formas arborescentes. A pesar de su aparente fragilidad, la disposición y la inclinación de esas columnas permitió al arquitecto evitar los típicos arbotantes y contrafuertes que se utilizaban en este tipo de grandes obras. El juego de fuerzas que concibió aún es motivo de admiración para los expertos.
   Actualmente se está trabajando en la fachada de la Gloria y en el recubrimiento de las naves, siguiendo, en la medida de lo posible, los proyectos y estudios realizados por Gaudí. El cimborrio, en el centro de las naves, estará coronado por una inmensa cúpula, símbolo de Jesús, que Gaudí proyectó elevar hasta los 170 m de altura (las torres de las fachadas rebasan apenas los 100 m), y que estará flanqueada por cuatro torres dedicadas a los evangelistas; sobre el ábside proyectó un segundo cimborrio dedicado a la Virgen.
Museu del Temple Expiatori de la Sagrada Família. En el interior del templo se halla actualmente este museo, en el que se exhiben planos y maquetas de Gaudí, fotografías sobre la evolución de la obra y bocetos de las esculturas de Subirachs; también se proyecta un audiovisual sobre otros edificios del autor de la Sagrada Familia. La visita al templo permite subir a las torres de la fachada de la Natividad, hasta un mirador situado a más de 60 m de altura que ofrece una insólita panorámica de la ciudad.

Textos de:
Xavier Martínez i Edo, Barcelona, Guía Total. Ed. Anaya Touring. Madrid, 2009.
José Angel Cilleruelo y Xavier Martínez i Edo, Cataluña, Guía Total. Ed. Anaya Touring. Madrid, 2006.

Enlace a la Entrada anterior de Barcelona**:
2992. BARCELONA** (XXXII), capital: 2 de marzo de 2019.