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jueves, 30 de noviembre de 2023

3911. ÉVORA** (III), capital: 27 de febrero de 2023











ÉVORA** (III), capital del distrito y de la provincia: 27 de febrero de 2023.
     Tres recintos amurallados envuelven el núcleo urbano. El primero y más interno, la cerca velha, pertenece a los períodos romano, visigodo y árabe, entre los siglos I al XII. Del perímetro original de 1.080 m. quedan algunos lienzos y torreones en la parte alta de la colina y varias puertas, como la porta da Moura. La muralla medieval cristiana, del siglo XIV, la cerca nova, de 4.000 m. de perímetro, se conserva en muy buen estado por todo el cuadrante noroccidental, recorrido por la vía de circunvalación. La agitación política con los españoles a lo largo del siglo XVII llevó a la construcción de la tercera y última barrera defensiva, conocida un tanto forzadamente como cerca novíssima, por el flanco sur, con gruesos muros poligonales con adarves para la artillería.
     Por el oeste penetra el Aqueduto da Água da Prata, reconstruido sobre el antiguo romano por el arquitecto real Francisco de Arruda a partir de 1522, coronado regularmente por torreones de formas variables, cuadradas, octogonales, cupulares o cónicas. Con una longitud superior a los 15 km., la primera descarga de agua se realizó en una fuente hoy desaparecida, en la praça do Giraldo, en presencia del rey Joao III. De su trazado por las calles todavía se conservan casetas de registro en piedra, como la que puede verse en las inmediaciones de la travessa da Caraça, envuelta por columnillas adosadas de fuste liso.
EL CENTRO HISTÓRICO 
     El paseo intramuros comienza en la tradicional praça do Giraldo, amplio espacio semipeatonal y centro del bullicio comercial de la urbe. Junto a varios edificios oficiales y la Oficina de Turismo está la fuente monumental de mármol, realizada en 1571 por el arquitecto renacentista Alfonso Álvares, en forma de olla rematada por una corona real, y cerrando el fondo noroeste la iglesia de Santo Antão, del mismo autor y época, renacentista de tres naves a la misma altura, flaqueadas por dos torres de las que sólo sobresalen las espadañas. En conjunto, pues, cinco cuerpos de fachada. A resaltar, entre el patrimonio artístico que alberga, un bajorrelieve en mármol de la Última Cena, gótico del siglo XIV, en el altar mayor, rescatado de la antigua ermita templaria de Santo Antoninho, sobre la que se construyó la basílica actual.
     Se continúa desde la plaza por cualquiera de las calles peatonales cuajadas de tiendas de artesanía que suben a la parte alta de la villa, donde se hallan los principales monumentos. Esto permite un primer contacto con el sabor de la ciudad. Calles irregulares en las que abundan las arquerías al nivel del suelo, construcciones arabizantes de la época del rey Dom Manuel, ventanales góticos en fachadas más modernas que indican su ocupación desde antiguo. Por encima de las casas se ven las torres de la Sé Catedral de Santa María*, en un abierto espacio formado por el largo do Marquês de Marialva y la praça del conde de Vila-Flor.
     Exteriormente es un macizo edificio gótico primitivo, de los siglos XII y XIII, y a tenor de las vicisitudes guerreras de aquella época, con un aspecto intermedio entre fortaleza y templo. La bellísima torre* linterna octogonal, con techumbre de piedras en escama y torreones también octogonales, si bien es de estilo gótico, está inspirada en otras similares de las catedrales románicas de Salamanca y Zamora, lo cual es otra muestra de su arcaísmo. En la fachada frontal dos torres prismáticas de cinco pisos enmarcan un atrio sobre una escalinata; la de la izquierda, más antigua, aparece cubierta por una aguja revestida de azulejos azules, siglo XIX; la segunda, con otra aguja cónica rodeada por torreones, a semejanza del cimborrio*.
     El pórtico*, hundido en el atrio, consta de seis arquivoltas ojivales, con las figuras de los Apóstoles sobre las columnas. A cada lado se encuentran dos nichos con arcosolio y sepulcros del siglo XVI.
     Interiormente es la más grande de Portugal, con tres naves de alturas desiguales y 70 m de fondo, una galería abierta o triforio en la central, todo ello sustentado por gruesos pilares cruciformes de ocho columnas adosadas. Tanto las naves como el transepto, inundado por la luz que penetra a través de los ventanales de la linterna y los rosetones abiertos en los dos extremos, están cubiertos de un estucado térreo con trazas blancas.
     Entre la decoración interna destacan una imagen de la Anunciaçao*, muy venerada popularmente, y la capilla renacentista del lado izquierdo del transepto, atribuida a Chanterène, del año 1529. La pureza primitiva del templo se altera en la capilla mayor, prácticamente reconstruida en el siglo XVIII por el mismo autor del monasterio de Mafra, el alemán Frederic Ludwig. Cuatro grandes ventanales iluminan el recubrimiento de mármoles y columnas neoclásicas de colores rojas, negras y blancas, unas esculturas atribuidas a Bellini y pinturas de Agostino Masucci. En el centro hay un retablo barroco una una buena talla de la Virgen.
     La visita continúa por el coro alto*, museo y claustro (visita, de 9 h. a 12 h. y de 14 h. a 16.30 h; cierra los lunes). Los asientos del coro, labrados en madera de roble y datados en el siglo XVI, pasan por ser una de las mejores obras de este estilo en el Renacimiento portugués. Consta de 43 asientos en hileras superiores, para canónigos, y otros 31 en las inferiores, para beneficiados. Sobre los asientos hay tallas con reproducciones de escenas bíblicas. A la vista se halla un macizo atril con la imagen de la Virgen de los Dolores y varios mamotretos abiertos con partituras litúrgicas. El órgano*, también de roble y de la misma época, está considerado como el más antiguo en uso de Europa. Un amplio ventanal apuntado ocupa todo el ancho de la nave.
     El Museo de Arte Sacra (visita, de 9 h. a 12 h y 14 h. a 16.30 h., excepto los lunes), en la aneja sala capitular, a la que se accede por una galería exterior, sin salir del templo, guarda el Tesoro* catedralicio: diversas colecciones de custodias de oro y plata, casullas, varias tablas de escuela primitiva portuguesa, objetos litúrgicos, tallas, una cruz con pedrería del siglo XV y la curiosa Virgem do Paraíso*. Se trata de un tríptico móvil de marfil, de estilo francés y datable entre finales del siglo XIII y comienzos del XIV; es una primorosa filigrana de talla que, estando cerrado, representa a la Virgen con el Niño en brazos, aún con restos polícromos y adornos como redecillas y collares, y abierto muestra varias escenas de la vida de María.
     El claustro (visita, de 9 h. a 12 h. y de 14 h. a 16:30 h., excepto lunes), del siglo XIV, gótico y con poderosas nervaduras y abundante imaginería, ofrece la sensación de solidez. El corredor pegado al muro de la iglesia cae bajo los arbotantes de contención, adosados a los ventanales ojivales. El sepulcro con figura yacente situado en una esquina pertenece al obispo fundador, Pedro IV. Por cada esquina sube una escalera de caracol a la azotea, almenada hacia el exterior. Desde arriba se aprecia una mejor perspectiva del claustro como conjunto, de las torres señeras y el imponente cimborrio.
     Por encima de la catedral, en el punto más elevado de la colina, se yerguen aisladas en el centro de una explanada las ruinas del templo romano, probablemente de principios del siglo III. Si bien el romanticismo decimonónico lo quiso ver consagrado a Diana, los estudios recientes han apuntado que lo estaba a Júpiter o al emperador. Hoy sólo queda el basamento de sillería y cantos, la escalinata y una columnata de 14 elementos con capiteles corintios, algunos de ellos con frisos y arquitrabes.
     Convertido en lonja durante el medievo, fue incorporado a los muros del castillo hasta que a finales del pasado siglo se restituyó la estructura que presenta en la actualidad. Por su ubicación en el punto más elevado de la colina, la antigua acrópolis, se adivina que éste ha sido desde siempre el centro neurálgico de Évora. Los valiosos edificios de alrededor así lo demuestran.
     A un lado se halla el antiguo Paço Episcopal, un robusto edificio barroco, siglos XVI y XVII, con portal de cantería y ventanales y balcones con gruesas vergas, convertido en Museu de Évora (visita, de martes a domingo, de 9.30 h. a 12.30 h. y de 14 h a 18 h.), que básicamente recoge la colección de arte del arzobispo Fr. Manuel do Cenáculo, integrando en la visita la iglesia de las Mercês (s. XVII), que perteneció a los agustinos y se encuentra en la rua do Raimundo. La planta baja acoge las secciones de arqueología romana -a destacar una escultura de la diosa Ceres, que data del siglo I- y la escultura tumular medieval.
     En la planta noble se hallan las salas de pintura, con un políptico* flamenco de la Virgen, pintado en torno al año 1500 y formado por trece paneles de grandes dimensiones, realizado seguramente en la ciudad de Évora por artistas flamencos influidos por la escuela de Brujas, y procedente del ábside original de la catedral antes de la remodelación del año 1717. Otras muestras de pintura portuguesa pertenecientes al siglo XVI, como los dos trípticos del Calvario -uno debido a Gregório Lopes- y el famoso esmaltado de Limoges, pintores holandeses del siglo XVII, y las salas de artes decorativas y orfebrería completan la muestra.
     Junto al templo, en el lado norte, se encuentran el Convento dos Lóios*, hoy Pousada Nacional, suntuosamente decorado y con las habitaciones en galerías que dan a un patio claustral interior, gótico manuelino en el piso inferior y renacentista en el superior, y la iglesia de São João Evangelista, de estilo gótico manuelino y añadidos rococós posteriores, cuyo frontal en ángulo recto con el anterior forma un pequeño rincón cerrado por las ruinas romanas. Esta última, secularizada y de propiedad privada (visita, de 10 h. a 12.30 h. y 14 h. a 18 h., excepto los lunes), es una especie de gran panteón de sus fundadores, la familia de Melo, entre cuyas tumbas destacan las lápidas del siglo XV, con grabados de las figuras yacentes del matrimonio ducal de Dona Filipa de Melo y Dom Álvaro de Portugal e Bragança, en el suelo del altar mayor, y el arca funeraria renacentista de Francisco de Melo, obra de Nicolás de Chanterène.
     En la capela de Nossa Senhora do Rosário se encuentran situadas las reproducciones -los originales se guardan en el museo- de las lápidas de bronce con las afiligranadas grafías de Dona Branca de Vilhena y su marido Dom Rui de Sousa; ambas son piezas gótico-flamencas del siglo XV y piezas casi únicas en Portugal.
     En los muros hay buenos paneles de azulejos del siglo VIII. Por unas arquetas en el centro de la nave se ve un osario recientemente descubierto y los aljibes rellenos de un agua purísima que abastecieron una antigua fortaleza sarracena que ocupó este espacio. Del Renacimiento es también la Sala do Capítulo, cuadrada y con bóveda baja.
     La visita prosigue en el contiguo palacio do duque de Cadaval, donde hay restos de la antigua ciudadela romano-visigótica, la cerca velha, de los siglos I al VII; torres almenadas y unas curiosas ventanas mudéjares en las fachadas interiores.
     El Museu da Casa dos Duques de Cadaval (visita, de 10 h a 12.30 h y de 14 h a 17 h, cierra lunes y festivos) reúne algunas tallas y tablas flamencas (entre ellas una Virgen de la Leche atribuida al taller de frei Carlos) y una interesante colección de libros y documentos del período comprendido entre los siglos XIV al XVIII. También son de reseñar las tumbas flamencas en bronce, de la época gótica.
     Bordeando la muralla hacia el exterior, por un largo ajardinado y bajo el Arco dos Colegiais, se pasa ante la Universidade do Espírito Santo, (visita, de 8 h a 18 h durante la semana; los sábados y domingos de 10 h a 14 h y 15 h a 18 h), fundación jesuita, siglo XVI, exteriormente renacentista, con un portal de columnas de mármol y el espléndido claustro dos Estudos, de un barroco incipiente, dos pisos con arquería de medio punto, todo en mármol blanco.
     Junto al macizo edificio está la iglesia universitaria del mismo nombre (siglo XVI), de una sola y espaciosa nave, y atrio sobre una plataforma con buenas panorámicas de los campos aledaños.
     Frente a ella, montado en la muralla se aprecia el palacio de los condes de Basto, emplazado sobre el antiguo alcázar musulmán y residencia de los reyes afonsos. En su arquitectura se combinan elementos góticos, manuelinos, mudéjares y renacentistas. Sus salones están decorados con frescos que relatan series mitológicas (Francisco de Campos, 1578) o históricas, entre otras la conquista de Túnez por Carlos V con la ayuda de la escuadra portuguesa del infante D. Luís, duque de Beja y hermano de D. Joao III. Junto al palacio, en la Galería de S. Miguel puede conocerse el Museu de Carruagens (visita, de 9 h a 13 h y de 14 h a 17 h; cierra los lunes).
ALREDEDORES DEL CENTRO HISTÓRICO 
     Tras este asomo al exterior, se vuelve de nuevo al silencioso mundo cerrado de las callejas con arcadas y ventanas apuntadas. Algunos portales dan vista a patios interiores con balconadas y ventanales renacentistas. Por unas u otras se acaba llegando al largo das Portas de Moura, la mejor conservada de las salidas de la antigua ciudadela visigótica, delimitada por dos torreones, con la fuente-chafariz globular y la Casa Cordovil al fondo; construida en el siglo XVI es un buen ejemplo de arquitectura civil, de estilo mixto manuelino y mudéjar, con un mirador de arcos de herradura en ladrillo y una torrecilla de cúpula cónica. Desde aquí hay una excelente vista lateral de la Sé o Catedral, con las dos torres, el cimborrio y la techumbre almenada. Al sur está el convento do Carmo, con una iglesia barroca de finales del siglo XVII.
     La rua lateral pasa ante la iglesia da Misericórdia, barroca, iniciada en 1540, con portal rococó. Recubierta de azulejos de 1716, el altar mayor, como es normal en estos templos de la Misericordia, se halla sobre un podio elevado con un abigarrado retablo dorado que incluye sendas columnas salomónicas. Poco antes de concluir el recorrido en la praça do Giraldo, desde una esquina, se ve la iglesia-convento de Nossa Senhora da Graça (hacia 1537), de clásicas líneas renacentistas, con un atrio de columnas dóricas, una ventana con rosetones en el primer nivel y dos figuras de atlantes sentadas en los bordes del frontón.
     Al final de la via da República se encuentra la iglesia Real de São Francisco*, (visita, de 9 h a 13 h y 14 h a 17.30 h; domingos y festivos de 10 h a 13 h y de 14,30 h a 17,30 h), la segunda en cuanto a valor artístico se refiere, después de la Catedral, y una de las más grandes construidas al final de la Edad Media. Es de nave única, hecho que no resulta frecuente en los templos de la época, lo que unido a la escasez de ventanas en los muros laterales y algunos arcos de herradura en el atrio, le confieren un cierto aire de mezquita. El atrio consta de seis macizas pilastras góticas y cinco bóvedas, con arcos interiores de diferentes estilos -herradura, apuntados, medio punto- y un pórtico de mármol estremocense, de doble arco con tres arquivoltas y parteluz en estilo manuelino, con las insignias reales de los dos principales impulsores de la construcción, la esfera armilar de Manuel I y el pelícano de João II. El resto de la fachada frontal está ocupado por un gran ventanal. Hileras de pináculos cónicos lisos bordean las aristas almenadas, complementadas por otros mayores y torneadas sobre tambores adosados sobre los contrafuertes de las esquinas, similares a la cubierta de la torre. En la fachada norte, orientada hacia la ciudad, hay un pequeño pórtico gótico saliente con tres arquivoltas.
     En su interior, el altar mayor y las capillas laterales en la única y espaciosa nave, de 24 m de altura por 36 m de fondo, cuentan con pinturas de la escuela de Lisboa, del siglo XVI, y otras. Abundan los mármoles y balaustradas. Por la Sala Capitular, recubierta de azulejos, se entra en la capela dos Ossos (visita previo pago, martes a sábado de 9 h a 13 h y de 14 h a 17,30 h; domingos y festivos, de 10 h a 13 h y de 14,30 h a 17,30 h), macabro espacio recubierto por las calaveras, tibias y coxis de unos 5.000 enterrados en el cementerio del convento. Las columnas están hechas con pilas de tibias y fémures. Desde los arcos, cientos de calaveras miran hacia los visitantes, en otro tiempo sin duda aterrorizados por tan palpable manifestación de la muerte. Un esqueleto de adulto, cubierto con girones de la saya franciscana, y el de un niño, cuelgan de la pared, En un panel puede leerse la inscripción "Nós ossos que aqui estamos, pelos vossos esperamos". Para completar el efecto, las bóvedas están decoradas con pinturas negras que reproducen las mismas calaveras y huesos cruzados. Con todo, este osario es uno de los puntos más frecuentados por los turistas que visitan Évora.
     En el cercano jardín público quedan los restos del palacio de Dom Manuel o Paços Reais, siglos XV-XVI, reducidos hoy a la llamada Galería das Damas. Llama la atención los arcos de ladrillo, en estilo mudéjar, del vestíbulo de la fachada frontal, soportando la planta noble, cuyos salones, que en otros tiempos fueron escenarios de acontecimientos como la investidura de Vasco da Gama en el cargo de almirante de la escuadra de la India, sirven hoy para diversas representaciones culturales. Por los alrededores todavía se mantienen en pie unos torreones y paños de muralla de un palacio anterior, y unas falsas ruinas pseudomedievales, construidas el pasado siglo en plena efervescencia romántica.
     Cruzando transversalmente las ruas radiales que convergen en la Praça do Giraldo descubriremos hermosos rincones y un buen muestrario de arquitectura popular. Por ellas llegamos a la rua Serpa Pinto, en la que puede ser visitada la iglesia del monasterio de Santa Clara, fundado en 1452. Su bóveda está cubierta de frescos protobarrocos de temática sacra. En la clausura estuvo recluida la princesa D. Juana la Beltraneja, hija de Enrique IV de Trastámara y prometida de D. Afonso V o Africano, que defendió sus derechos frente a los RR.CC. en la decisiva batalla de Toro (1476).
     A través de la Praça Joaquim António de Aguiar, presidida por el teatro García de Rezende, pronto alcanzaremos el largo do Chao das Covas. En él se sitúa la casa da Balança, que desde 1999 acoge el núcleo museológico de Metrología. Expone pesos y medidas empleados entre los s. XV y XX, así como las básculas que servían de apoyo al mercado semanal de frutas y hortalizas que se celebraba en este lugar. No lejos, y adosado a la muralla, merece una visita el claustro toscano (1570) del convento do Calvário.
     Otros museos en fase de instalación son el del Brinquedo (Juguete) y el del Artesanato Regional (Real Celeiro Comum).
ALREDEDORES
Ruta del Megalitismo. Tomando la N 114 en dirección a Lisboa, en S. Matías (8 km) aparece bien señalizado a la izqda. el desvío a Guadalupe. En esta aldea (a 3 km) se sigue una vía de tierra pisada hasta el Menhir dos Almendres (otros 3 km), al que se accede por un pasillo entre alcornoques, encinas y olivos que pertenecen a la hacienda agraria que le da nombre. Con unas 12 tm. de peso, se eleva 3,5 m. del suelo.
    Por la misma pista, que describe un gran giro, alcanzamos el Cromeleque dos Almendres* (a 1,5 km). Identificado en 1966, es el mayor de la Península Ibérica y pertenece a un período entre el neolítico y el calcolítico. En la actualidad aparece formado por 92 menhires de varios tamaños (de 1,5 a 2 m. de altura), que forman dos recintos orientados según las direcciones equinocciales. Algunos de los menhires muestran insculturas geométricas o de carácter astral. 
     Desde la aldea de Guadalupe se continúa a la de Valverde, y tras cruzar el río, entre almacenes agrarios se encuentra el desvío (siempre a la izqda.) a la Anta Grande do Zambujeiro*. Bajo una mámoa, que tenía 50 m. de diámetro, fue puesta al descubierto la gran cámara poligonal, con la tampa desplazada y un corredor cubierto. Por su tamaño está clasificada como una de las mayores de Europa.
     Saliendo de Valverde en dirección opuesta (hacia S. Brissos), a los 11 km. se pasa junto a la capela de Nossa Senhora do Livramento, que en realidad es un dólmen reaprovechado.
Viana do Alentejo. 27 km al SO. En el recinto murado de su castillo (s. XIII-XV) se alza la parroquial* manuelina, que luce una puerta geminada, profusamente decorada, y muestra tres naves en las que se combinan elementos góticos, manuelinos y mudéjares. 
     En el taller de Joao Penetra (telf. 266 954 131) ha sido creado un Museu do Chocallo (Cencerro). A 4 km., en mitad de la llanura surge el santuario de Nossa Senhora de Aires, réplica de la basílica lisboeta da Estrela construida en 1743; sus paredes están repletas de exvotos, y la romería tiene lugar la cuarta semana de septiembre. A este concejo pertenece también Alcáçovas (18 km al NO), localidad antigua, de aspecto moruno, con enorme parroquial barroca y los palacios condal (s. XV) y dos Barahonas, con sus curiosos torreones piramidales.
Portel. 38 km. al SE. Como es habitual en la región, tiene su castillo, del s. XIII, reconstruido a finales del medievo, en lo alto, del que destaca la robusta torre del homenaje. Del blanco caserío sobresalen los templos do Espírito Santo (s. XVI) y la Misericórdia. La capela de Sto. António muestra azulejos polícromos en tapete. Desde el vecino monte de S. Pedro (424 m.), coronado con capilla (s. XVII), se abarca una vasta panorámica (Rafael Serra, Carlos de Hita, Ignacio Medina, Almudena Grandes, Enrique Sancho, y André Duval. Guía total: Portugal, de punta a punta. Anaya. Madrid, 2004).

Enlace a la Entrada anterior de Évora**:
2049. ÉVORA** (II), capital: 2 de noviembre de 2015.

miércoles, 29 de noviembre de 2023

3910. MONSARAZ** (IV), Évora: 27 de febrero de 2023












MONSARAZ** (IV), distrito de Évora: 27 de febrero de 2023.
     Con una disposición alargada, y por completo cercada, la villa se estructura mediante dos ruas paralelas: la Direita, y las de S. Tiago y do Castelo. Traspasada la porta da Vila, defendida por dos cubos, las blancas torres delatan la presencia de tres edificios religiosos, de los que resaltan la iglesia matriz. Muestra fachada de dos torres, cabecera ojival, tres naves del s. XVI y una tumba gótica en mármol. Preside la plaza de D. Nuno Álvares Pereira en compañía del pelourinho, el antiguo hospital y los paços da Audiência, que en su interior acogen el famoso fresco gótico alegórico del Bom e Mau Juiz (s. XIV); albergan un Museu de Arte Sacra. En el extremo contrario al del acceso aparece el castillo (s. XIII-XIV), desde cuya torre del homenaje se disfruta la mejor vista del conjunto urbano. La localidad está llena de rincones pintorescos, en particular los detalles arquitectónicos de las modestas viviendas, construidas en aparejo pizarroso luego recebado y caleado (puertas góticas, arcos sobre las ruas, chimeneas, balcones, etc....), y de las calles empinadas que bajan por la ladera del cerro. En el arrabal se encuentran la iglesia de S. Joao Baptista (s. XVII) y la capilla de Sta. Catarina, románica del s. XIII. Extramuros han sido habilitados varios miradores sobre la llanura circundante.
ALREDEDORES
     El gran embalse do Alqueva ha inundado grandes extensiones de terreno al pie de Monsaraz, forzando la construcción de un nuevo viaducto para la N 256. No lejos del Guadiana se alza el convento da Orada, fundado en 1395 y que perteneció a los religiosos descalzos de Sto. Agostinho. La fábrica actual, joanina (s. XVIII), ha sido transformada en un hotel.
     Reguengos de Monsaraz. A 17 km. por Corval, desposeyó a Monsaraz de la sede municipal en 1838. Su iglesia matriz de Sto. António (s. XIX), es un rato y monumental ejemplo del revivalismo neogoticista. Después de visitar su Museu da Vinha e do Vinho (cierra lunes y festivos), en la salida a Cartuxa, se impone adquirir alguna botella en la afamada Adega Cooperativa (salida a Corval), junto a la cual existe una tienda de la agrupación de artesanos.
     Mourao. 12 km. al SO. Villa dominada por su castillo (s. XIII), que presenta planta alargada, defendida con torreones cuadrados y torre del homenaje concluida en 1343. En los tiempos de D. Manuel I, el arquitecto Francisco de Arruda modificó notablemente su estructura en previsión de futuros conflictos fronterizos. Del conjunto urbano destaca la iglesia matriz de Nossa Senhora das Candeias (s. XVII).
     En la comarca pueden ser conocidos varios monumentos megalíticos de relevancia, así el Cromeleque do Xerez, formado por 50 menhires dispuestos en un cuadrilátero, los menhires de Belhoa (de 4 m. de altura) y Outeiro (de 5,6 m. de altura y 8 tm. de peso) y los dólmenes de Olival da Pêga (Rafael Serra, Carlos de Hita, Ignacio Medina, Almudena Grandes, Enrique Sancho, y André Duval. Guía total: Portugal, de punta a punta. Anaya. Madrid, 2004).

Enlace a la Entrada anterior de Monsaraz**:
3909. MONSARAZ** (III), Évora: 27 de febrero de 2023.

martes, 28 de noviembre de 2023

3909. MONSARAZ** (III), Évora: 27 de febrero de 2023














MONSARAZ** (III), distrito de Évora: 27 de febrero de 2023.
     Con una disposición alargada, y por completo cercada, la villa se estructura mediante dos ruas paralelas: la Direita, y las de S. Tiago y do Castelo. Traspasada la porta da Vila, defendida por dos cubos, las blancas torres delatan la presencia de tres edificios religiosos, de los que resaltan la iglesia matriz. Muestra fachada de dos torres, cabecera ojival, tres naves del s. XVI y una tumba gótica en mármol. Preside la plaza de D. Nuno Álvares Pereira en compañía del pelourinho, el antiguo hospital y los paços da Audiência, que en su interior acogen el famoso fresco gótico alegórico del Bom e Mau Juiz (s. XIV); albergan un Museu de Arte Sacra. En el extremo contrario al del acceso aparece el castillo (s. XIII-XIV), desde cuya torre del homenaje se disfruta la mejor vista del conjunto urbano. La localidad está llena de rincones pintorescos, en particular los detalles arquitectónicos de las modestas viviendas, construidas en aparejo pizarroso luego recebado y caleado (puertas góticas, arcos sobre las ruas, chimeneas, balcones, etc....), y de las calles empinadas que bajan por la ladera del cerro. En el arrabal se encuentran la iglesia de S. Joao Baptista (s. XVII) y la capilla de Sta. Catarina, románica del s. XIII. Extramuros han sido habilitados varios miradores sobre la llanura circundante.
ALREDEDORES
     El gran embalse do Alqueva ha inundado grandes extensiones de terreno al pie de Monsaraz, forzando la construcción de un nuevo viaducto para la N 256. No lejos del Guadiana se alza el convento da Orada, fundado en 1395 y que perteneció a los religiosos descalzos de Sto. Agostinho. La fábrica actual, joanina (s. XVIII), ha sido transformada en un hotel.
     Reguengos de Monsaraz. A 17 km. por Corval, desposeyó a Monsaraz de la sede municipal en 1838. Su iglesia matriz de Sto. António (s. XIX), es un rato y monumental ejemplo del revivalismo neogoticista. Después de visitar su Museu da Vinha e do Vinho (cierra lunes y festivos), en la salida a Cartuxa, se impone adquirir alguna botella en la afamada Adega Cooperativa (salida a Corval), junto a la cual existe una tienda de la agrupación de artesanos.
     Mourao. 12 km. al SO. Villa dominada por su castillo (s. XIII), que presenta planta alargada, defendida con torreones cuadrados y torre del homenaje concluida en 1343. En los tiempos de D. Manuel I, el arquitecto Francisco de Arruda modificó notablemente su estructura en previsión de futuros conflictos fronterizos. Del conjunto urbano destaca la iglesia matriz de Nossa Senhora das Candeias (s. XVII).
     En la comarca pueden ser conocidos varios monumentos megalíticos de relevancia, así el Cromeleque do Xerez, formado por 50 menhires dispuestos en un cuadrilátero, los menhires de Belhoa (de 4 m. de altura) y Outeiro (de 5,6 m. de altura y 8 tm. de peso) y los dólmenes de Olival da Pêga (Rafael Serra, Carlos de Hita, Ignacio Medina, Almudena Grandes, Enrique Sancho, y André Duval. Guía total: Portugal, de punta a punta. Anaya. Madrid, 2004).

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3908. MONSARAZ** (II), Évora: 27 de febrero de 2023.

jueves, 23 de noviembre de 2023

3908. MONSARAZ** (II), Évora: 27 de febrero de 2023

















MONSARAZ** (II), distrito de Évora: 27 de febrero de 2023.
     Con una disposición alargada, y por completo cercada, la villa se estructura mediante dos ruas paralelas: la Direita, y las de S. Tiago y do Castelo. Traspasada la porta da Vila, defendida por dos cubos, las blancas torres delatan la presencia de tres edificios religiosos, de los que resaltan la iglesia matriz. Muestra fachada de dos torres, cabecera ojival, tres naves del s. XVI y una tumba gótica en mármol. Preside la plaza de D. Nuno Álvares Pereira en compañía del pelourinho, el antiguo hospital y los paços da Audiência, que en su interior acogen el famoso fresco gótico alegórico del Bom e Mau Juiz (s. XIV); albergan un Museu de Arte Sacra. En el extremo contrario al del acceso aparece el castillo (s. XIII-XIV), desde cuya torre del homenaje se disfruta la mejor vista del conjunto urbano. La localidad está llena de rincones pintorescos, en particular los detalles arquitectónicos de las modestas viviendas, construidas en aparejo pizarroso luego recebado y caleado (puertas góticas, arcos sobre las ruas, chimeneas, balcones, etc....), y de las calles empinadas que bajan por la ladera del cerro. En el arrabal se encuentran la iglesia de S. Joao Baptista (s. XVII) y la capilla de Sta. Catarina, románica del s. XIII. Extramuros han sido habilitados varios miradores sobre la llanura circundante.
ALREDEDORES
     El gran embalse do Alqueva ha inundado grandes extensiones de terreno al pie de Monsaraz, forzando la construcción de un nuevo viaducto para la N 256. No lejos del Guadiana se alza el convento da Orada, fundado en 1395 y que perteneció a los religiosos descalzos de Sto. Agostinho. La fábrica actual, joanina (s. XVIII), ha sido transformada en un hotel.
     Reguengos de Monsaraz. A 17 km. por Corval, desposeyó a Monsaraz de la sede municipal en 1838. Su iglesia matriz de Sto. António (s. XIX), es un rato y monumental ejemplo del revivalismo neogoticista. Después de visitar su Museu da Vinha e do Vinho (cierra lunes y festivos), en la salida a Cartuxa, se impone adquirir alguna botella en la afamada Adega Cooperativa (salida a Corval), junto a la cual existe una tienda de la agrupación de artesanos.
     Mourao. 12 km. al SO. Villa dominada por su castillo (s. XIII), que presenta planta alargada, defendida con torreones cuadrados y torre del homenaje concluida en 1343. En los tiempos de D. Manuel I, el arquitecto Francisco de Arruda modificó notablemente su estructura en previsión de futuros conflictos fronterizos. Del conjunto urbano destaca la iglesia matriz de Nossa Senhora das Candeias (s. XVII).
     En la comarca pueden ser conocidos varios monumentos megalíticos de relevancia, así el Cromeleque do Xerez, formado por 50 menhires dispuestos en un cuadrilátero, los menhires de Belhoa (de 4 m. de altura) y Outeiro (de 5,6 m. de altura y 8 tm. de peso) y los dólmenes de Olival da Pêga (Rafael Serra, Carlos de Hita, Ignacio Medina, Almudena Grandes, Enrique Sancho, y André Duval. Guía total: Portugal, de punta a punta. Anaya. Madrid, 2004).

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3907. MONSARAZ** (I), Évora: 27 de febrero de 2023.