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lunes, 4 de julio de 2022

3761. SEVILLA** (MDCCVI), capital: 1 de abril de 2022.












SEVILLA** (MDCCVI), capital de la provincia y de la comunidad: 1 de abril de 2022.
       Mostramos imágenes del Convento de San Clemente*. Escasos restos guarda la iglesia de este monasterio, pertenecientes a la época de su primitiva fundación por Alfonso X el Sabio, puesto que en el siglo XVI y en el siglo XVIII profundas reformas hicieron perder al templo su fisonomía primitiva. Un pórtico del siglo XVII, reformado en época de Carlos III, da acceso al templo por el muro lateral derecho. El interior es de una sola nave, que se cubre con una magnífica techumbre mudéjar de mediados del siglo XVI. La parte inferior de los muros está revestida de un zócalo de azulejería, obra de finales del siglo XVI atribuida a Roque Hernández. Pinturas murales recubren las paredes de la iglesia apareciendo en ellos figuraciones de santos de la orden cisterciense. Esta pinturas están atribuidas a Miguel Francisco Ximénez. La capilla mayor de esta iglesia se cubre con bóveda semiesférica que descansa sobre pechinas. En ella se alberga el magnífico retablo mayor realizado por Felipe de Ribas, entre 1639 y 1647. Su estructura arquitectónica presenta dos cuerpos y un ático, articulándose en vertical con columnas corintias pareadas. En las hornacinas de este retablo, aparecen esculturas de San Clemente, en la principal, flanqueado por San Benito y San Bernardo. En el segundo cuerpo figura en el centro la Inmaculada Concepción y a sus lados San Fernando y San Hermenegildo; un Calvario remata todo el conjunto. En la policromía del retablo intervino Juan de Valdés Leal.
     En los muros laterales del presbiterio aparece una decoración de carácter geométrico y vegetal, que fue realizada por Lucas Valdés en 1689 después de la muerte de su padre Juan de Valdés Leal. Igualmente son obras de Lucas Valdés, documentadas en el año citado e impresionadas por su padre, las cuatro grandes pinturas que figuran en la parte alta de estos muros laterales del presbiterio, en algunas de las cuales se representan episodios de la vida de San Clemente.
     A los pies de la Iglesia y sobre el muro del coro, aparece una pintura mural realizada por Valdés Leal que representa la entrada de San Fernando en Sevilla, obra que puede fecharse hacia 1683. Interesantes por su traza son las dos puertas que comunican el coro con la iglesia, que por su estilo pueden datarse en el primer cuarto del siglo XVII.
     A los pies del muro izquierdo de la iglesia, aparece un retablo fechable hacia 1670, con pinturas coetáneas que narran episodios de la vida de San Fernando; una escultura de este santo figura en la hornacina central. Aparece a continuación un retablo de hacia 1780 con una escultura de la Virgen de los Dolores y dos bustos relicarios del primer cuarto del siglo XVII.
     Mayor interés tiene el retablo de la Virgen de los Reyes, fechable a mediados del siglo XVII, y presidido por una imagen de vestir de la titular, del siglo XIII, El Niño fue tallado en el siglo XVIII. A los lados de la Virgen de los Reyes, aparecen esculturas de San Francisco de Asís y San Francisco Solano. En el intradós del arco figuran pinturas con ángeles que portan atributos de las letanías. Junto al presbiterio se abre una hornacina que alberga el modesto sepulcro de la Reina Dª María de Portugal, que había sido esposa de Alfonso XI y madre de D. Pedro I el Cruel.
   En el muro derecho de la nave y comenzando desde el presbiterio, figura en primer lugar un buen retablo, construido en 1606 y reformado en 1610 por Francisco de Ocampo. La magnífica escultura que representa a San Juan Bautista y que preside el retablo es obra de Gaspar Núñez Delgado, al igual que los relieves que figuran en el mismo, que tratan los temas de la Visitación, la Predicación de San Juan Bautista, el Bautismo de Cristo y el Nacimiento de San Juan Bautistas. El conjunto de pinturas de este retablo fue realizado por Francisco Pacheco, quien firma una de ellas, en 1613. Sus temas son los profetas Malaquías, David, Isaías, Elías, los Evangelistas y los Cuatro Padres de la Iglesia.
     Al final de esta nave se dispone un retablo de finales del siglo XVII modificado en el siglo XVIII, que están presidido por una pintura de Santa Gertrudis, de buena calidad, que presenta características propias del estilo de Lucas Valdés. En el banco del retablo figura un Cristo  yacente en una urna del siglo XVII.
     Muy rica es la orfebrería del convento. Como obra excepcional hay que destacar un copón de plata dorada, en forma de mitra episcopal, que se apoya sobre tres patas de león. El cuerpo de la vasija va tallado, cincelado y decorado con esmaltes, representándose a Daniel en la fosa de los leones, San Jorge luchando con el dragón y una figura femenina. En la tapa aparecen figuras femeninas y masculinas coronadas y en el interior una M coronada en esmalte. Parece obra del siglo XIV que algunos autores han atribuido a una donación de María de Portugal, muerta en 1357 y enterrada en el templo. También de estilo gótico, pero un siglo posterior, es un cáliz con representación del Calvario y temas de flor de lis. Bellísimas son las piezas renacentistas representadas por un cáliz del segundo tercio del siglo XVI y un excepcional copón con relieves de los Evangelistas en la peana y figuras de hermes rodeando la copa. Se remata por un templete circular sostenido por columnas y, vinculado a la escuela de Alfaro, puede fecharse en el último tercio del siglo XVI. Obra muy interesante por su rareza es una lámpara de bronce y latón que se halla en el coro, formada por astil con esferas y cabeza piramidal calada, donde aparecen arcos de herradura. El plato lleva una decoración de lacería y ataurique con escudos esmaltados de los Guzmán. Algunos investigadores la han situado a principios del siglo XV, mientras otros consideran que es una bandeja mameluca adaptada a lámpara y fechable un siglo antes. Digno de mención es un ostensorio neoclásico de la primera mitad del XIX cuyo astil está formado por una figura femenina sobre la que van dos corazones, adornándose el viril con perlas y piedras preciosas. Esta lleva la marca de Guerrero, y la peana, las de Palomino, Flores y Sevilla. Finalmente hemos de mencionar una gran custodia procesional formada por dos cuerpos y adornada con esculturas de los Evangelistas, la Inmaculada y la imagen de la Fe. Es obra neoclásica del siglo XIX.
Textos de:
Alfredo J. Morales, María Jesús Sanz, Juan Miguel Serrera y Enrique Valdivieso. Guía artística de Sevilla y su provincia. Tomo I. Diputación Provincial y Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2004.
                
Enlace a la Entrada anterior de Sevilla**:
3760. SEVILLA** (MDCCV), capital: 26 de marzo de 2022.

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