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sábado, 21 de enero de 2023

3858. SEVILLA** (MDCCXXXIII), capital: 2 de diciembre de 2022.









SEVILLA** (MDCCXXXIII), capital de la provincia y de la comunidad: 2 de diciembre de 2022.
     Mostramos imágenes del Techo de la Casa de los Arguijo, pieza central de la Exposición "Arte del Renacimiento en Sevilla" en la sala  V del Museo de Bellas Artes de Sevilla.
     La casa de Juan de Arguijo se situaba en la actual calle de Laraña frente a la sede de la Facultad de Bellas Artes y la iglesia de la Anunciación. Fue destruida por un incendio en 1914, pero se pueden conocer algunos aspectos gracias a José Gestoso, quien recogió varias imágenes anteriores a su destrucción y nos aporta algunas noticias
     La casa, adquirida por el padre de Juan de Arguijo a mediados del siglo XVI, llegó a ocupar una extensa área desde la actual calle de Arguijo hasta la plaza de la Encarnación. Como otros palacios sevillanos de la época, combinaba la tradición mudéjar con elementos del renacimiento italiano.
     El acceso a la casa se realizaba a través de un portal de mármol que daba entrada a un patio principal con galerías de arcos peraltados y columnas que sostenían una cubierta plana. A continuación se situaba un segundo patio, más pequeño, con hornacinas en sus paredes. Es en este patio donde debió situarse su colección de esculturas clásicas que, como buen humanista, reunió Arguijo siguiendo los pasos de sus contemporáneos, que tenían como modelo la colección que el Duque de Alcalá congregó en la Casa de Pilatos.
     El portal de la casa, de una gran sencillez compositiva, se hallaba rematado por el escudo nobiliario de la familia. Fue sustituido por el de los Herrera, una vez que la casa pasó a su propiedad tras las dificultades económicas por las que atravesó Juan de Arguijo.
     Junto al jardín había un amplio salón en el que destacaba un techo pintado en lienzo. Son estos techos que un día decoraron la estancia de la Casa de Arguijo para los que fueron diseñados estas pinturas, que hoy se restauran en el Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico.
     Este conjunto de pinturas es ejemplo y paradigma de decoración de una casa de linaje noble en la Sevilla del siglo XVI. El programa iconográfico se puede poner en paralelo con otros ejemplos que, aun siendo posteriores, tienen características similares. Nos referimos a los techos del Palacio Arzobispal y de la Casa de Pilatos, ambas en Sevilla. Es posible incluso mirar hacia la Italia del momento donde artistas como Vasari plantean las mismas soluciones decorativas. Aunque no hay seguridad del uso que se dio a la estancia a la que se destinaron se ha pensado que pudieron decorar la biblioteca de Juan de Arguijo. Probablemente era uno de los lugares en el que se reuniría lo más granado del panorama cultural de la ciudad.
     Largas sesiones de tertulias y debates con destacados contertulios de formación humanista como Fernando de Herrera, los maestros Medina y Girón, Juan de la Cueva, Céspedes y Pacheco con sus teorías artísticas, el pintor Alonso Vázquez, el portugués Pereira, y por supuesto, los cantos del poeta y músico Juan de Arguijo.
     Pero como hemos dicho, debido a las dificultades económicas que atraviesa Juan de Arguijo, la casa fue embargada, subastada y finalmente adquirida por Francisco de Herrera y Melgarejo por el precio de 12.000 ducados. Su descendiente, Luis de Herrera, la agregó al mayorazgo de este nombre en 1742, radicado en la Casa de los Marqueses de la Granja.
     En torno al año 1860, el entonces Marques de la Granja traslada los lienzos del techo, junto con las esculturas del patio, a la que será entonces su morada, el palacio de Monsalves, salvándolos como ya nos informara Antonio María Fabié, de su desaparición en el incendio que asoló la casa en 1914. 
     El conjunto pictórico original de la casa del poeta Juan de Arguijo, fechado en 1601, está compuesto por cinco lienzos de carácter mitológico, un lienzo con las armas de la Casa de Arguijo, otro relativo a la dedicatoria de la obra, dos a decoraciones de roleos, vegetales y putti y el resto grutescos, roleos y pequeñas obras decorativas con objeto de enmarcar el conjunto.
     Reubicados en el techo de la sala del comedor del palacio de los Monsalves, se ensamblaron mediante una serie de cornisas y estructuras de carpintería así como un largo friso perimetral con pinturas decorativas sobre madera para facilitar su encaje en el nuevo espacio.
     La obra principal, localizada en el centro de la composición, representa la Asamblea de los Olímpicos, presidida por el dios Júpiter en uno de los lados menores. Se ha presentado con sus atributos clásicos, el cetro, el ojo, el haz de rayos bajo su pie izquierdo y una cornucopia de frutos sobre el pie derecho, símbolos de su dominio sobre todo el universo y dos urnas a cada lado,
     En el lateral derecho, ocupando la esquina más cercana a Júpiter, se sienta Apolo, dios hermoso de la música y la poesía coronado de luz, que toca la vihuela de arco en recuerdo del propio Juan de Arguijo, reputado músico y cantante al que se le conoce un soneto dedicado a la vihuela. Recostado sobre Apolo, el dios Mercurio, identificado por el casco alado y el caduceo que lleva en una de sus manos y una espada en la otra. Tras él, Cupido clava una de sus flechas a una bellísima Venus, que ocupa el extremo opuesto y en un extremo Vulcano con el martillo.
     Enfrentada a Júpiter, la diosa Juno, con corona y manto rojo, en un segundo plano, un pavo real, símbolo de la diosa y Neptuno con el tridente, a la izquierda. Junto a él se sitúa Diana, semidesnuda, coronada con la media luna y las flechas como símbolos de la caza. A su lado, de mayor tamaño, el dios Marte, luciendo un hermoso casco y portando el escudo y la espada, en alusión a su carácter guerrero y a su lado, Saturno con la guadaña. En la parte central del lienzo se muestra la franja del zodiaco y una balanza en el eje central de toda la composición.
     Los cuatro lienzos restantes son también de temática mitológica. Representan el rapto de Ganímedes, la caída de Faetón, a Astrea como personificación de la Justicia sosteniendo la balanza y la espada, y finalmente una figura femenina, quizás una Furia, identificada por la antorcha y las serpientes, de controvertida identificación.
     Completan el conjunto pictórico el escudo de los Arguijo y una cartela con el texto en latín “GENIO ET MVSIS DICATUM. A .S .MDCI”.
     El alegoría a la que hace referencia toda la composición es el elogio a la figura de Juan de Arguijo, genio protegido por las musas.
    Por la fecha que aparece en la dedicatoria (1601) sabemos que estamos ante el primero de los tres ejemplares de techos con pinturas de tema alegórico existentes en Sevilla. Le siguen el que se pinta en 1604 para el tercer duque de Alcalá en la Casa de Pilatos y finalmente encarga el cardenal Niño de Guevara para las dependencias del Palacio Arzobispal. En los tres casos, su concepción está íntimamente ligada a las figuras de sus comitentes: personajes de educación humanista que se mueven en círculos de eruditos, poetas y pintores que celebran en sus domicilios reuniones y tertulias al modo de las academias italianas.
     En relación a la autoría del conjunto, habría que precisar, por un lado el autor o autores del programa iconográfico, y por otro la ejecución material del conjunto pictórico. Para algunos autores como Rosa López habría sido Juan de Arguijo el autor de la iconografía, ya que había realizado composiciones similares como las diseñadas para las fiestas del Corpus de 1594.
    Sin embargo, otros autores opinan que el ideólogo fue Francisco de Medina, preceptor del Duque de Alcalá que, asimismo, compuso el tema central de los techos de la Casa de Pilatos, pintados por Francisco de Pacheco en 1603. El tema central hace alusión al propio Duque, personificado en la figura de Hércules, que asciende al Olimpo con un afán moralizante, como confirman las inscripciones y dedicatoria que ostenta.
    En esa estrecha relación que unía a pintores y poetas en esa "Academia sevillana", se ha pensado también que Pablo de Céspedes, muy vinculado a Italia, pudo participar en la conformación del programa iconográfico de las pinturas, de las que en algún momento, se le ha creído autor material ya que era también un reputado pintor y escultor, arquitecto y poeta.
    En relación a la autoría material, José Gestoso la atribuyó a Francisco Pacheco, comparándolo con el techo que pintó para las estancias de la Casa de Pilatos, pero en la actualidad, conocida la amistad que unió a Juan de Arguijo con el pintor Alonso Vázquez y el manejo más diestro del color de este último, se considera como obra del mismo.
     La célebre frase de Horacio “ut pictura poesis” que podemos traducir como “la pintura es así poesía” toma vida en el techo de la Casa del poeta Juan de Arguijo.
     Más allá de su temática mitológica, las pinturas componen una referencia común y prioritaria a la poesía y es en la obra de esos artistas, algunos de ellos poetas y pintores, como el propio Arguijo, Pablo de Cespedes o incluso Francisco de Pacheco, donde hay que buscar un significado más profundo.
     En realidad, es la historia de esa Sevilla culta y cosmopolita en la que se estaba desarrollando una gran actividad artística e intelectual, donde se produjo esa confraternización entre artistas, poetas, pintores y humanistas, algunos de ellos formados en Italia, que se reúnen en tertulias para realizar empresas comunes.
    No hay que olvidar que la Casa de Arguijo era uno de los espacios en los que se reunía esa “academia sevillana” en la que convivían pintores, poetas y literatos. Allí se fraguaron parte de las empresas artísticas en las que aplicaban el conocimiento exhaustivo de los temas clásicos para dar un nuevo significado a esas imágenes de la mitología antigua. Así, bajo esa representación de la Metamorfosis de Ovidio a la que alude en primer término este conjunto pictórico, habría que buscar una metáfora más profunda de algunos de aquellos temas que preocupan al propio Arguijo y a la Sevilla de su tiempo (Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía).
                   
Enlace a la Entrada anterior de Sevilla**:
3857. SEVILLA** (MDCCXXXII), capital: 25 de noviembre de 2022.

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