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martes, 30 de septiembre de 2014

926. TRUJILLO** (III), Cáceres: 2 de noviembre de 2009.

39. TRUJILLO, Cáceres. Puerta de Santiago.

40. TRUJILLO, Cáceres. Torre del palacio de Luis de Chaves el Viejo a la izquierda, y torre de la igl. de Santiago a la derecha.

41. TRUJILLO, Cáceres. Puerta de Santiago y palacio de Luis de Chaves el Viejo.

42. TRUJILLO, Cáceres. Portada del castillo con la ermita de la Virgen de la Victoria en la parte superior.

43. TRUJILLO, Cáceres. En el interior del recinto del castillo.

44. TRUJILLO, Cáceres. Nave central y retablo mayor de la igl. de Sta. Mª la Mayor.

45. TRUJILLO, Cáceres. Plaza Mayor.

46. TRUJILLO, Cáceres. Estatua ecuestre de Pizarro e igl. de San Martín.

47. TRUJILLO, Cáceres. Balcón de esquina del palacio del Marqués de la Conquista.

48. TRUJILLO, Cáceres. Ayuntamiento Nuevo.

49. TRUJILLO, Cáceres. Teatro Gabriel y Galán.

50. TRUJILLO, Cáceres. Portada de la igl. del cvto. de San Francisco.

51. TRUJILLO, Cáceres. Vista de la ciudad desde el castillo.

TRUJILLO** (III), provincia de Cáceres: 2 de noviembre de 2009.
El entramado urbano de Trujillo está compuesto por tres espacios bien definidos, que corresponden a otras tantas épocas de su evolución histórica.

El recinto intramuros
   El primero de esos espacios, conformado en torno al castillo y circundado por los restos de la muralla árabe, rehecha tras la conquista cristiana, alberga el núcleo originario, la Villa por antonomasia. El acceso puede realizarse desde la Plaza Mayor, cuya visita posponemos, a través de la puerta de Santiago, flanqueada por el palacio de Luis de Chaves el Viejo, que fue residencia de los Reyes Católicos y donde se dice que surgió el lema "Tanto monta, monta tanto ...", y la iglesia tardorrománica de Santiago, del siglo XIII. Bordeando la muralla se asciende hacia el castillo, que alza sus aún sólidas murallas rematadas por cuadradas torres sobre el cerro o Cabezo del Zorro, desde el que se contempla una amplísima panorámica. Construido por los árabes a finales del siglo IX, fue ampliado en el el siglo XII y en el XV se le añadió el segundo recinto fortificado o albacara. De la época inicial conserva dos aljibes en el patio de armas, en tanto que la ermita donde se venera a la Virgen de las Victorias se incorporó en el siglo XVI.
   La plazuela de Santa María, antiguo centro de la villa intramuros, aglutina en su entorno diversos edificios significativos que han sido recientemente restaurados, sobre todo, la iglesia de Santa María la Mayor*, edificio capital de este núcleo. Construido sobre una de las dos mezquitas del Trujillo árabe, es un templo fundamentalmente gótico, del siglo XV, aunque las obras se iniciaron en el siglo XIII y el estilo románico aún se percibe en el ábside y la torre. Esta última presenta, como curiosa aportación de un cantero local (Antonio Serván, "El Rana") que intervino en la restauración acometida a principios de los años setenta, el escudo del Athletic de Bilbao, esculpido en una las esquinas del alero. Las tres naves del templo se disponen sobre un espacio rectangular con bóvedas de crucería. Grandes linajes de la ciudad tienen sus panteones en el interior, entre otros el llamado "Hércules extremeño", Diego García de Paredes, partícipe en la toma de Granada y la conquista de Nápoles. Son destacables el retablo mayor, gótico, con tablas de Fernando Gallego (siglo XV), y el magnífico coro plateresco. 
 
La ciudad renacentista
   El segundo espacio urbano, que tiene como eje la Plaza Mayor, comenzó a desarrollarse a partir del siglo XV, época en la que se produjo un crecimiento poblacional que acabó desbordando las murallas. Exponente del vigor que la villa adquiere a lo largo del siglo XVI, la plaza se rodea de edificios monumentales y buenos ejemplos de arquitectura popular con soportales de arquería. En el centro estuvo situado el magnífico rollo gótico (finales del siglo XV), hoy desplazado hacia la zona del ensanche. Preside la plaza la estatua ecuestre de Pizarro, realizada en bronce por el escultor Charles Rumsey (1929).
   En el ángulo noroeste se construye, entre los siglos XIV y XVI, la iglesia de San Martín, mezcla de estilo gótico y renacentista, de sobrio exterior coronada por las dos torres de los pies, nave única y presbiterio ochavado. Son interesantes las muestras escultóricas que contiene y el órgano barroco. 
   En el rincón suroeste de la plaza, el palacio del Marqués de la Conquista**. Fue construido como residencia de Hernando Pizarro en el siglo XVI y reformado por Larra Churriguera, que intervino en el siglo XVIII para atajar su deterioro. El elemento más llamativo, dentro de su perfección plateresca, es el bello balcón de esquina con los bustos de la familia Pizarro y el escudo de armas del conquistador de Perú.
   Finalmente, dispersos por lo que en el siglo XVI constituía la periferia de la villa y hoy configura el ensanchamiento urbano, aún quedan otros edificios civiles de corte renacentista -como el Ayuntamiento Nuevo, instalado en la antigua alhóndiga, frente al palacio de los Pizarro Aragón; o el de los Marqueses de Sofraga, en la plazuela de San Miguel, con otro magnífico balcón esquinado- y varios conventos, también renacentistas o neoclásicos, que, además de su valor arquitectónico, atesoran obras artísticas de periodos diversos. Son, en todo caso, las últimas huellas de un tiempo capaz aún de proyectar su estela sobre el presente de la ciudad y librarla del olvido.

Enlace a la Entrada anterior de Trujillo**:

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