Las primeras 450 entradas de este blog las puedes consultar en el enlace Burguillos Viajero.

martes, 8 de septiembre de 2020

3096. SEVILLA** (MCCCLIV), capital: 10 de abril de 2019.

10410. SEVILLA, capital. El retablo mayor de la Igl. del Cvto. de Sta. Ana.
10411. SEVILLA, capital. Hornacina del segundo cuerpo del retablo mayor de la Igl. del Cvto. de Sta. Ana.
10412. SEVILLA, capital. Sta. Ana y la Virgen, en el retablo mayor de la Igl. del Cvto. de Sta. Ana.
SEVILLA** (MCCCLIV), capital de la provincia y de la comunidad: 10 de abril de 2019.
   Mostramos imágenes del retablo mayor de la Iglesia del Convento de Santa Ana, que ha sido identificado como el antiguo retablo mayor del convento de Belén, habiendo sido trasladado en el año 1875, ya que el original de Santa Ana se había trasladado a la parroquia de Badolatosa (hoy no se conserva al haber desaparecido por un incendio). Es obra documentada del escultor Fernando de Barahona, habiendo sido contratado en 1675. Muestra indicios de haber sido repolicromado en época posterior, posiblemente tras el traslado desde el desaparecido convento de la Alameda. Un retablo que en 1854 fue pretendido por la hermandad de la Esperanza de Triana para que fuera trasladado a su capilla de la calle Pureza, según se indicaba en un escrito que dirigió al Arzobispado el mayordomo de la Corporación Carlos Astolfi, gestión que no llegó a verse culminada. Por una parte, la hermandad entró en un estado de claro decaimiento tras la incautación de su capilla por la Junta Revolucionaria de 1868. Por otra parte estuvo la decidida actuación de la comunidad carmelita de Belén, reubicada en el convento de Santa Ana y en 1868 trasladada de nuevo, en este caso al convento de agustinas de San Leandro. Desde allí se dirigen los esfuerzos de la priora, sor María Magdalena de San Alberto que en 1870 escribe al gobernador exponiendo "que ha llegado a su noticia tratar la de vender la iglesia del suprimido convento de Belén en la Alameda de Hércules, propio de esta comunidad, reunidas a las de Santa Ana y también sabe que quieren llevarse los santos que se hallan en el altar mayor que son San José, San Joaquín, San Elías, San Eliseo y el misterio de la Encarnación que está en el altar mayor con el cuadro de Nuestra Señora de Belén embutida en el mismo altar (...) en el caso de que se llevase a cabo la venta de dicho templo se entreguen a la exponente el altar mayor y los santos referidos y el cancel que se encuentra en el mismo". Junto a esta carta se añade una nota indicando "y un altar dorado que está en la capilla mayor". La situación de estabilidad de la comunidad carmelita, de vuelta al convento de Santa Ana, frente a la inestabilidad de la hermandad trianera motivó que la decisión fuera rápida y favorable para la comunidad carmelita. Así, con fecha 12 de mayo de 1870 la priora del convento firma la nota de recibo a don Francisco de Flores, presbítero encargado de los objetos de culto de las iglesias suprimidas de la capital indicando que "el altar mayor está pintado de azul y dorado, con cuatro santos de talla y tamaño natural procedentes de la iglesia de Belén (...). Asimismo he recibido otro altar pequeño todo dorado procedente de la referida iglesia".
   Con una característica distribución por medio de columnas salomónicas, presenta en su camarín central a la Virgen del Carmen, obra dieciochesca añadida con posterioridad. A sus lados aparecen las imágenes de San José con el Niño y San Joaquín con el cordero, su habitual elemento iconográfico. En el segundo cuerpo aparece el soberbio grupo de Santa Ana y la Virgen, obra de Juan Martínez Montañés del año 1627 que sí es originaria del convento de Santa Ana y que viene a ocupar el lugar del cuadro de la Virgen de Belén, titular del convento de la Alameda. Según narra el Abad Gordillo este antiguo lienzo de la Virgen de Belén tuvo una gran devoción, habiendo sido el origen de una cofradía de pescadores. Hoy es una obra desaparecida. El grupo de Santa Ana y la Virgen, iconografía muy discutida por algunos teóricos del Barroco por su excesivo naturalismo, queda flanqueado por las figuras de Elías y Elíseo, de gran tradición en el mundo carmelita como precursores en el Antiguo Testamento de la futura Orden del Carmelo. El ático queda presidido por el tema de la Encarnación, muestra evidente de la procedencia del retablo. Una decoración de pámpanos alusivos a la Eucaristía, diversos escudos carmelitas y una policromía de tonos verdes y dorados (probablemente del momento del traslado), completan la apariencia formal de la obra.

Enlace a la Entrada anterior de Sevilla**:
3095. SEVILLA** (MCCCLIII), capital: 7 de abril de 2019.

No hay comentarios:

Publicar un comentario