1. SAN LORENZO DE EL ESCORIAL, Madrid. Vista general del conjunto monacal.
2. SAN LORENZO DE EL ESCORIAL, Madrid. Fachada principal del monasterio.
3. SAN LORENZO DE EL ESCORIAL, Madrid. Zona posterior del monasterio con la cúpula de la igl. al fondo.
4. SAN LORENZO DE EL ESCORIAL, Madrid. Jardines del Príncipe.
SAN LORENZO DE EL ESCORIAL** (I), provincia de Madrid: 27 de febrero de 2011.
Todo está en función del monasterio de San Lorenzo el Real, fundado por Felipe II, conocido como la octava maravilla del mundo, inmenso y proporcionado, joya de la arquitectura española de un estilo muy español y muy personal que con el nombre de herreriano pasó a la historia del arte. El pueblo de El Escorial se ha desarrollado a su alrededor y, a los pies del Guadarrama, es un tradicional lugar de vacaciones.
La primera piedra del monasterio** fue colocada el 23 de abril de 1563 por el arquitecto Juan Bautista de Toledo, quien habría realizado el plano original que su continuador y ayudante, Juan de Herrera, respetaría casi en su integridad cuando se hizo cargo de las obras a la muerte de Juan Bautista en 1567. El proyecto de Felipe II era un palacio para el rey, un panteón para los reyes de España, una basílica, una biblioteca y un monasterio para los monjes que se encargarían de mantenerlo en orden. Catorce años estuvo el rey gobernando el Imperio "con dos pulgadas de papel", desde este impresionante rincón de España.
La planta es un rectangulo de 107 m por 161 m con torres en las esquinas de 55 m de alto, rematadas por chapiteles de pizarra y bolas de metal. Por la parte oriental la construcción presenta un saliente, con todo lo cual Juan Bautista de Toledo quiso dar al complejo edificio la forma de una parrilla invertida, una parrilla del siglo XVI, para recordar sobre la que asaron a San Lorenzo en el siglo III. La obra es de granito sobre la que surge la cúpula de 92 m de alto, acompañada de dos campanarios de 72 m . En total el conjunto consta de 300 habitaciones, 15 claustros, 16 patios, 9 torres, 88 fuentes, 1.500 puertas y 2.600 ventanas.
Las casas de oficios están separadas por la amplia Lonja; en la fachada principal se abren tres portadas y en la central se yergue una estatua de San Lorenzo realizada por Juan Bautista Monegro. Tras la puerta principal está el patio de los Reyes, en el que hay esculturas representando a los reyes de Judea, también de Monegro y, al fondo, la basílica. Ésta es de planta cuadrada con frescos de Lucas Jordán, Luchetto y Lucas Cambiasso en la bóveda, 2 órganos de Maese Gil, 43 altares y los cenotafios de Carlos V y Felipe II. La capilla mayor tiene un retablo de Juan de Herrera. La sacristía es una de las estancias más equilibradas de las muchas del monasterio, con un gran cuadro de Sánchez Coello titulado La Sagrada Forma y otras obras de artistas españoles, italianos y flamencos (a pesar de ello no se visita, siendo de uso exclusivo religioso).
La biblioteca* es una bellísima estancia con librerías de maderas nobles diseñadas por Herrera, en las que se alinean libros de extraordinario valor: 4.000 manuscritos árabes, 580 griegos, 72 hebreos, más de 2.000 latinos y 40.000 libros impresos. Hay códices extraordinarios: las Etimologías de San Isidoro de Sevilla, del siglo IX; los Comentarios del Beato de Liébana, del XI; las Cantigas de Santa María, del XIII; el Códice Áureo ...
Alberga el edificio dos palacios, el de los Austrias y el de los Borbones. El primero está como en la época de Felipe II y por lo tanto resulta austero pero de una profunda elegancia. El dormitorio de Felipe II, donde murió a los 71 años, da directamente al altar mayor de la iglesia para que el monarca pudiera oir misa desde la alcoba. El palacio de los Borbones fue rediseñado por Juan de Villanueva en el siglo XVIII, en estilo pompeyano los techos, con magníficos tapices hilados sobre cartones de Goya y otros artistas, con cuadros, relojes y obras de arte decorativo y mobiliario en las diferentes estancias de exquisito barroquismo. Es muy interesante el Museo de Pinturas, que contiene obras capitales de algunos autores procedentes de las colecciones reales, de las más queridas por Felipe II, gran coleccionista: Van Dick, Coxcie, Tiziano, Velázquez, Ribera, Carreño, Alonso Cano, El Greco, con el Martirio de San Mauricio y la Legión Tebana*, una de sus obras maestras... El panteón de los Reyes* se sitúa en una cripta circular revestida de mármoles bajo la capilla mayor, en la que se encuentran los nichos de los reyes y reinas que tuvieron sucesión coronada desde Carlos I. Es obra de Juan Gómez de Mora, que desarrolló los planos de Juan Bautista Crescenci. En él se encuentran enterradas las reinas que no tuvieron descendencia real y también los infantes.
Es muy didáctico e interesante el Museo de Arquitectura, donde se explica con objetos, planos y dibujos la construcción del monasterio paso a paso, sus soluciones, sus cifras ... Claustros, galerías, la sala de las Batallas, los patios, etc., completan las estancias imposibles de apreciar en un solo día en todo su detalle.
En 1994 se terminó la restauración -se empezó en 1988- del complejo arquitectónico conocido como las Cocheras del Rey, situado en las cercanías del palacio, que edificado en 1768 para albergar todo lo concerniente a los viajes de los reyes desde Carlos III, que fue quien lo mandó construir. El complejo tenía cuadras para animales de tiro, cocheras para los carruajes reales, habitaciones para el personal, la Casa de los Oficios del Viaje y la Casa del Regalero. Estas dos casas es lo recuperado ya que el resto se perdió cuando la desamortización del año 1870.
El regalero era el encargado en la corte de recoger cada mañana flores y frutas de los jardines y las huertas cercanas a los Reales Sitios y llevarlas a las damas de la realeza acompañadas, de vez en cuando, de algún presente personal del monarca. El edificio era la casa y cuadra del regalero y se ha recuperado para conjunto hostelero, con panadería, tienda de comidas para llevar, pastelería y, por supuesto, restaurante. La Casa de los Oficios de Viaje, donde se reparaba y limpiaba toda la guarnición de tiro y de coches por una legión de artesanos y obreros, se dedica a actividades culturales y exposiciones.
Saliendo por la carretera de la estación, en el jardín del Príncipe, que se halla bajo las habitaciones de Felipe II, se encuentra la Casita del Príncipe (de Abajo), construida por Juan de Villanueva como pabellón de recreo para el futuro rey Carlos IV. Tiene una bella decoración de sedas murales, lámparas, cristales, porcelanas, techos de estilo pompeyano pintados por Vicente Gómez y Maella y cuadros de Lucas Jordán. La Casita del Infante (o de Arriba) es otro de los pabellones de recreo de 1767, también de Juan de Villanueva, para el infante Gabriel, hermano de Carlos IV.
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