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viernes, 6 de julio de 2018

2301. SEVILLA** (DCCLXXVII), capital: 7 de marzo de 2017.

5193. SEVILLA, capital. Cartel oficial de la exposición "¡Mírame!".
5194. SEVILLA, capital. Una parte de la obra expuesta en "¡Mírame!".
5195. SEVILLA, capital. Obra de gran formato en la exposición de Caixa Fórum.
5196. SEVILLA, capital. Otras obras de la muestra.
5197. SEVILLA, capital. Otra de las obras presente en ¡Mírame!.
5198. SEVILLA, capital. Otras pictóricas en ¡Mírame!.
5199. SEVILLA, capital. Otra muestra más de ¡Mírame!.
5200. SEVILLA, capital. Otra obra pictórica de la muestra.
5201. SEVILLA, capital. Bustos de escultura en ¡Mírame!.
5202. SEVILLA, capital. Montaje de esculturas en la muestra.
5203. SEVILLA, capital. Anverso de una de las obras expuestas.
5204. SEVILLA, capital. Reverso de la obra anterior.
SEVILLA** (DCCLXXVII), capital de la provincia y de la comunidad: 7 de marzo de 2017.
   Mostramos imágenes de la exposición ¡Mírame! Retratos y otras ficcinoes de en la Colección "la Caixa" de Arte Contemporáneo, celebrada en la sede de CaixaForum. Reúne una cuarentena de obras de obras de reconocidos artistas seleccionados a partir de los fondos de la entidad. Desplegando una gran diversidad de prácticas (fotografía, pintura, escultura, film y vídeo), la exposición introduce al espectador en un laberinto de miradas que lo interrogan desde cuatro perspectivas: La memoria del rostro, Las convenciones de la identidad, La representación de la emoción  Con ficciones y máscaras.
   La emoción a escena: a lo largo de la historia, los artistas han catalogado las emociones hasta el punto de que actualmente apenas existe una emoción sin su representación. La fotografía y el vídeo marcaron un cambio en la experiencia del retrato, ampliando el repertorio y enfatizando la fascinación que produce la propia imagen como artificio de la expresión humana. Por otra parte, la vida cotidiana actual que nos empuja a adoptar diferentes roles sociales ha llevado a algunos artistas a representar un repertorio sucesivo de emociones de un mismo rostro como metáfora de la identidad múltiple del sujeto contemporáneo.
   Las convenciones de la identidad: el retrato se encuentra inevitablemente sujeto a la idetificación social y a los cambios ideológicos. Este ámbito reúne obras que, bajo distintas perspectivas, analizan y cuestionan convenciones de la identidad, sean de género y raza, como de la sociedad del espectáculo. También se distingue aquí la diversidad de técnicas utilizadas en la creación de retratos, así como la cantidad de símbolos que definen socialmente al individuo.
   La memoria del rostro: desde la antigüedad, el retrato ha estado ligado a la memoria. Hay artistas que exponen la dificultad de preservar su imagen, mientras que otros juegan con sus autorretratos como medida del tiempo, y convierten la realidad de su imagen en documento registral. Otros artistas se han apropiado de archivos fotográficos, cuyas imágenes reciclan para crear nuevos espacios de experiencia de nuestra memoria social. El retrato se originó como memoria, pero finalmente su creación genera una nueva realidad que desplaza a la primigenia y logra desvanecerla.
   Máscaras y otras ficciones: La máscara fija el rostro en una imagen única y determinada, de lo cual cabe deducir que todo retrato es una máscara. La característica de la máscara es que reduce el rostro a un arquetipo llegando a sustituir los rasgos individuales. Asimismo, la máscara siempre oculta un rostro, a la vez que le proporciona una nueva imagen, que en ocasiones es la única que proyecta y que se reconoce socialmente. 

Textos de:

www.caixaforum.es/es/sevilla/exposiciones

Enlace a la Entrada anterior de Sevilla**:

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