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sábado, 2 de diciembre de 2023

3912. ÉVORA** (IV), capital: 27 de febrero de 2023





















ÉVORA** (IV), capital del distrito y de la provincia: 27 de febrero de 2023.
     Por encima de las casas se ven las torres de la Sé Catedral de Santa María*, en un abierto espacio formado por el largo do Marquês de Marialva y la praça del conde de Vila-Flor.
     Exteriormente es un macizo edificio gótico primitivo, de los siglos XII y XIII, y a tenor de las vicisitudes guerreras de aquella época, con un aspecto intermedio entre fortaleza y templo. La bellísima torre* linterna octogonal, con techumbre de piedras en escama y torreones también octogonales, si bien es de estilo gótico, está inspirada en otras similares de las catedrales románicas de Salamanca y Zamora, lo cual es otra muestra de su arcaísmo. En la fachada frontal dos torres prismáticas de cinco pisos enmarcan un atrio sobre una escalinata; la de la izquierda, más antigua, aparece cubierta por una aguja revestida de azulejos azules, siglo XIX; la segunda, con otra aguja cónica rodeada por torreones, a semejanza del cimborrio*.
     El pórtico*, hundido en el atrio, consta de seis arquivoltas ojivales, con las figuras de los Apóstoles sobre las columnas. A cada lado se encuentran dos nichos con arcosolio y sepulcros del siglo XVI.
     Interiormente es la más grande de Portugal, con tres naves de alturas desiguales y 70 m de fondo, una galería abierta o triforio en la central, todo ello sustentado por gruesos pilares cruciformes de ocho columnas adosadas. Tanto las naves como el transepto, inundado por la luz que penetra a través de los ventanales de la linterna y los rosetones abiertos en los dos extremos, están cubiertos de un estucado térreo con trazas blancas.
     Entre la decoración interna destacan una imagen de la Anunciaçao*, muy venerada popularmente, y la capilla renacentista del lado izquierdo del transepto, atribuida a Chanterène, del año 1529. La pureza primitiva del templo se altera en la capilla mayor, prácticamente reconstruida en el siglo XVIII por el mismo autor del monasterio de Mafra, el alemán Frederic Ludwig. Cuatro grandes ventanales iluminan el recubrimiento de mármoles y columnas neoclásicas de colores rojas, negras y blancas, unas esculturas atribuidas a Bellini y pinturas de Agostino Masucci. En el centro hay un retablo barroco una una buena talla de la Virgen.
     La visita continúa por el coro alto*, museo y claustro (visita, de 9 h. a 12 h. y de 14 h. a 16.30 h; cierra los lunes). Los asientos del coro, labrados en madera de roble y datados en el siglo XVI, pasan por ser una de las mejores obras de este estilo en el Renacimiento portugués. Consta de 43 asientos en hileras superiores, para canónigos, y otros 31 en las inferiores, para beneficiados. Sobre los asientos hay tallas con reproducciones de escenas bíblicas. A la vista se halla un macizo atril con la imagen de la Virgen de los Dolores y varios mamotretos abiertos con partituras litúrgicas. El órgano*, también de roble y de la misma época, está considerado como el más antiguo en uso de Europa. Un amplio ventanal apuntado ocupa todo el ancho de la nave.
     El Museo de Arte Sacra (visita, de 9 h. a 12 h y 14 h. a 16.30 h., excepto los lunes), en la aneja sala capitular, a la que se accede por una galería exterior, sin salir del templo, guarda el Tesoro* catedralicio: diversas colecciones de custodias de oro y plata, casullas, varias tablas de escuela primitiva portuguesa, objetos litúrgicos, tallas, una cruz con pedrería del siglo XV y la curiosa Virgem do Paraíso*. Se trata de un tríptico móvil de marfil, de estilo francés y datable entre finales del siglo XIII y comienzos del XIV; es una primorosa filigrana de talla que, estando cerrado, representa a la Virgen con el Niño en brazos, aún con restos polícromos y adornos como redecillas y collares, y abierto muestra varias escenas de la vida de María.
     El claustro (visita, de 9 h. a 12 h. y de 14 h. a 16:30 h., excepto lunes), del siglo XIV, gótico y con poderosas nervaduras y abundante imaginería, ofrece la sensación de solidez. El corredor pegado al muro de la iglesia cae bajo los arbotantes de contención, adosados a los ventanales ojivales. El sepulcro con figura yacente situado en una esquina pertenece al obispo fundador, Pedro IV. Por cada esquina sube una escalera de caracol a la azotea, almenada hacia el exterior. Desde arriba se aprecia una mejor perspectiva del claustro como conjunto, de las torres señeras y el imponente cimborrio (Rafael Serra, Carlos de Hita, Ignacio Medina, Almudena Grandes, Enrique Sancho, y André Duval. Guía total: Portugal, de punta a punta. Anaya. Madrid, 2004).

Enlace a la Entrada anterior de Évora**:
3911. ÉVORA** (III), capital: 27 de febrero de 2023.

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