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martes, 29 de octubre de 2013

633. PASTRANA* (I), Guadalajara: 12 de septiembre de 2008.

1. PASTRANA, Guadalajara. Plaza de la Hora, con el Palacio Ducal al fondo.

2. PASTRANA, Guadalajara. Portada del Palacio Ducal.

3. PASTRANA, Guadalajara. Reja de una estancia del Palacio Ducal.

4. PASTRANA, Guadalajara. Arco de la muralla de acceso a la plaza de la Hora.

5. PASTRANA, Guadalajara. Exterior del cvto. de San Francisco.

6. PASTRANA, Guadalajara. Interior de la desacralizada igl. del cvto. de San Francisco.

7. PASTRANA, Guadalajara. Fachadas de la Casa del Dean y ermita de Sta. Ana.

8. PASTRANA, Guadalajara. Arco de San Francisco.

9. PASTRANA, Guadalajara. Fuente de la plaza de los Cuatro Caños.

10. PASTRANA, Guadalajara. Portada sur de la colegiata de Ntra. Sra. de la Asunción.

11. PASTRANA, Guadalajara. Retablo mayor de la colegiata de Ntra. Sra. de la Asunción.

12. PASTRANA, Guadalajara. Decoración judaica de una vivienda.

PASTRANA* (I), provincia de Guadalajara: 12 de septiembre de 2008.
   Villa alcarreña de trazado y ambiente medieval, declarada conjunto histórico, con importantes monumentos, densa historia y estupenda miel, cerca de la zona de los embalses de Guadalajara.
   Debe iniciarse la visita a Pastrana en la plaza de la Hora, que es donde se encuentra el Palacio Ducal. Allí se puede dejar el automóvil y seguir a pie, porque la villa hay que caminarla para gozar todo su ambiente y los detalles de cada rincón. La plaza de la Hora se hizo para que se pudiera contemplar el Palacio Ducal en toda su extensión renacentista, proyectado por Alonso de Covarrubias a finales del siglo XVI. A ambos lados del lado del palacio se abren dos arcos de la muralla que dan entrada, uno a la ciudad desde la carretera de Tarancón y el otro al entramado urbano. En la fachada de sillería se enmarca la portada plateresca, flanqueada por columnas corintias y rematada con el escudo ducal. En uno de los huecos se aprecia la reja que cierra la estancia donde la princesa de Éboli estuvo presa por orden de Felipe II.
   Detrás del palacio, en la plaza del Deán, se halla el convento de San Francisco, fundado por Santa Teresa. La iglesia es barroca, reedificada sobre otra del siglo XVI, conservándose de lo más antiguo de la espadaña y los muros de cal y canto. Otros edificios que forman la plaza son la casa del Deán, que fue hospital, y la ermita de Santa Ana.
   Por las calles de San Francisco y de la Palma -en los números 7 y 10 de esta última hay casas señoriales del siglo XVI- salimos a la plaza de los Cuatro Caños, que es el centro de la población y lugar de reunión de los vecinos, en cuyo centro hay una fuente de 1731. Al norte, por la calle General Cayuela, podemos llegar al colegio de San Buenaventura, creado en el siglo XVII por Pedro González de Mendoza para residencia de los niños cantores de la colegiata, con una portada que ostenta el escudo del fundador.
   Volviendo a la plaza de los Cuatro Caños, siempre recreándonos en las calles y casas de arquitectura civil y popular con portadas, arcos y escudos, salimos a la plaza del Ayuntamiento donde se alza la colegiata e iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Asunción, que es el edificio religioso más importante de Pastrana. Fue edificada sobre una antigua iglesia gótica de los siglos XII y XIV de la que se conservó la torre, la portada sur y la parte del coro. El resto fue levantado entre 1625 y 1639 por varios arquitectos sucesivos. Don Rui Gómez de Silva y doña Ana de Mendoza fueron los que elevaron la antigua iglesia gótica a colegiata y su hijo Pedro González de Mendoza fue el promotor de la reedificación. Alberga un buen retablo de Matías Jimeno y en el panteón hay varias urnas funerarias procedentes del panteón del Infantado de Guadalajara y las tumbas de Ruy Gómez de Silva y Ana de Mendoza y de la Cerda. En lo que fue sala capitular se ha instalado un museo con magníficos tapices flamencos del siglo XV tejidos por Grenier sobre dibujos de Nuño Gonçálvez, un Cristo románico, pinturas de El Greco, Carreño, Luis Fernández ... y piezas de orfebrería religiosa.
   Al sur de la población bajando por la calle de la iglesia está el convento de San José, fundado por Santa Teresa y la princesa de Éboli y formado por la reunión de varias casas en una de las cuales, del siglo XVI, se hizo la iglesia. Lo rodea una hermosa huerta que cuenta con manantial propio. En lo que fuera refectorio está instalado el restaurante Princesa de Éboli.
   Al norte de la villa está la casa de Moratín, donde se cree que el autor escribió algunas de sus obras, entre ellas El sí de las niñas.
   En las afueras de la Villa, está el convento del Carmen, fundación teresiana, en el que se conservan recuerdos de Santa Teresa y San Juan de la Cruz. Es del siglo XVII y la iglesia, posiblemente debida a Fray Alberto de la Madre de Dios, alberga un retablo mayor barroco y varias capillas. El convento posee un museo de historia natural con piezas y animales disecados, procedentes de Asia y recogidos por los franciscanos en sus misiones del Lejano Oriente. En la parte del edificio está instalada la Hospedería Real de Pastrana, dispuesta conforme al recogimiento propio de la vida monacal.

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