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viernes, 22 de enero de 2016

1405. SAN SEBASTIÁN - DONOSTIA** (IV), capital: 6 de agosto de 2012.

30. SAN SEBASTIÁN, capital. En el monte Igueldo con la Bahía de la Concha, al fondo.


31. SAN SEBASTIÁN, capital. La Bahía de la Concha.

32. SAN SEBASTIÁN, capital. Ante la estación del funicular del Monte Igueldo.

33. SAN SEBASTIÁN, capital. En la playa de Ondarreta con el Monte Igueldo al fondo.

34. SAN SEBASTIÁN, capital. El Ayuntamiento.

35. SAN SEBASTIÁN, capital. Fachada de la igl. de Sta. Mª del Coro, en la parte vieja.

36. SAN SEBASTIÁN, capital. La torre de la catedral.

37. SAN SEBASTIÁN, capital. Vista nocturna de la Bahía de la Concha.

SAN SEBASTIÁN - DONOSTIA** (IV), capital de la provincia: 6 de agosto de 2012.
   San Sebastián no es de las ciudades que tienen muchas cosas para ver, pero es una ciudad "que hay que ver". En una visita corta sería indispensable callejear por la parte vieja y la zona del puerto y pasear con tranquilidad por el paseo de La Concha. La subida a Igeldo permite ver la ciudad a vista de pájaro y hacerse una idea de la estructura urbana. Sería un error casi imperdonable llegar a San Sebastián con prisas y no dejarse llevar al aire de la brisa de un sitio a otro, darse un baño o un paseo en barca hasta la isla de Santa Clara, para ver la Concha desde dentro, o subir a Urgull o a Igeldo para sentarse y contemplar la ciudad y el mar a sus pies.
La bahía de La Concha
   Uno de los lugares emblemáticos de San Sebastián es sin duda la bahía de La Concha. Por ello, el recorrido puede empezarse en su extremo noroeste, bajo el monte Igeldo. Aquí Eduardo Chillida plantó en plena roca, sobre el mar, unas enormes esculturas de hierro que parecen abrazar el espacio: se trata del famoso Peine de los Vientos.
   Pasando bajo el Real Club Náutico, y las torres de Satrústegui, comienza el paseo por la playa de Ondarreta*, en otro tiempo tenida como la más aristocrática de las que posee la ciudad. Cerca de ella, villas y chalés, principalmente, constituyen el barrio del Antiguo.
   Sin alejarse mucho del Peine de los Vientos se puede encontrar la carretera y el funicular de acceso al Monte Igueldo*. Este paraje se extiende desde la playa de Ondarreta hasta el pueblo de Orio en un gran parque natural llento de atractivos de todo orden y con muy escasa población. su mayor atractivo son las maravillosas vistas sobre la bahía de la Concha desde el añejo Parque de Atracciones. Un recinto creado en 1912 que ofrece atracciones infantiles peculiares como su su original montaña suiza. La playa de Ondarreta termina porque se introduce en ella el Pico del Loro, extremo avanzado del promontorio sobre el que se alza el palacio de Miramar, rodeado de un bello parque diseñado por Pierre Ducasse, desde el que merece la pena contemplara la bahía. El palacio, edificado en estilo inglés bajo los auspicios de la reina de España María Cristina de Habsburgo, es de propiedad municipal y sirve de sede a los Cursos de Verano de la Universidad Vasca.
   A partir de aquí comienza la playa de La Concha*, en su primera parte ceñida por Miraconcha, el paseo que tiene continuidad en el paseo de La Concha. Acaba uno y empieza el otro en La Perla del Océano, o la antigua Casa Real de Baños que ha recuperado, recientemente como centro de talasoterapia, el ambiente de la Belle Epoque donostiarra de hace más de un siglo cuando la reina María Cristina estableció en la ciudad el centro de veraneo de la corona y otorgó a La Concha el título de Playa Real. El primitivo balneario de madera sería sustituido en 1912 por el complejo actual manteniéndose en su vocación de repartir salud y serenidad en un paseo dominado también por la conocida estampa del hotel de Londres e Inglaterra, edificado en 1863 y reformado en 1915 y 1930. Muestra influencias francesas e inglesas.
   El paseo termina en la plaza de Cervantes y en el parque de Alderdi Eder, conjunto de hermosos jardines que dan paso al actual Ayuntamiento; que lo es desde 1947, ya que su inauguración en 1887 fue con la función de Casino, a imitación de los grandes casinos europeos de entonces. Cerrando la playa de La Concha y en línea con el Ayuntamiento, aunque contrastando enormemente con él, se alza el edificio del Club Náutico, que, construido en 1930 simulando un barco, es uno de los mejores ejemplos de arquitectura racionalista.
El puerto y la parte vieja
   Es el conjunto más antiguo de San Sebastián y sus límites los marca el monte Urgull y el mar por el norte, este y oeste, y el Club Náutico, el Ayuntamiento y el Boulevard por el sur. Quizá lo más fácil sea continuar a partir del recorrido anterior y comenzar por el puerto. Es pequeño y, sin embargo, en él tienen cabida el puerto pesquero, el deportivo y el muelle de donde salen las motoras que dan paseos por la bahía y llevan a la isla de Santa Clara.
   Al norte, a los pies del Urgull, se encuentran los tres edificios más antiguos de San Sebastián: la iglesia de Santa María, el Museo de San Telmo y la iglesia de San Vicente. La iglesia de Santa María del Coro, que llegó a formar parte del conjunto defensivo y amurallado de Urgull, está dedicada a la patrona de la ciudad, representada por una pequeña imagen del siglo XVI. Sorprende la gran fachada retablo* de estilo churrigueresco, sobre unas escalinatas que dan acceso al interior, de estilo gótico.
La ciudad de extramuros
   Se puede denominar así por que nació tras la demolición de las murallas en 1863. Para conocerla en los posible se sugiere su visita a partir de algunos conjuntos bien definidos. El primero sería el límite norte del ensanche: el Boulevard y su alameda, con el kiosco romántico y la centenaria fachada del popular mercado de La Brecha.
   Continuando por el boulevard se llega al modernista puente de la Zurriola, más conocido como de Kursaal, cuyas farolas de carácter expresionista y futurista iluminan con personalidad la desembocadura del Urumea. El puente del Kursaal fue construido en 1921 junto al famoso casino del mismo nombre en cuyo solar se ubica el Palacio de Congresos del Kursaal*, nuevo eje de la vida cultural donostiarra y flamante icono de la apuesta de futuro de la ciudad. No exenta de polémica en su momento, la obra de Rafael Moneo, conocida popularmente como los Cubos, rompe la verticalidad de los edificios colindantes con unas estructuras que evocan unas rocas variadas cubiertas por más de 10.000 paneles de cristal traslúcido. En el palacio, el Auditorio, una Sala de Cámara y distintos espacios para congresos y exposiciones que sirven como marco a los principales acontecimientos culturales de San Sebastián, como los Festivales de Cine y Jazz. A los pies de este edificio vanguardista se extiende la nueva playa de La Zurriola cuyo paseo, dedicado al lehendakari Jesús María de Leizaola, termina en Sagües.
   En la margen izquierda del Urumea, entre el puente del Kursaal y el de Santa Catalina, reconstruido en 1872 y modificado en años posteriores, se encuentran los jardines de Okendo. Este parque está dominado por una estatua del almirante Antonio de Oquendo, realizada con bronce procedente de cañones empleados en sus gestas, quien mira orgullosa hacia el río en un espacio flanqueado por dos edificios emblemáticos inaugurados en 1912.
   El Hotel María Cristina* es obra del arquitecto francés Charles Mewes, autor de los hoteles Ritz de París y Madrid. Cada mes de septiembre, en sus suites se alojan las grandes figuras invitadas al Festival Internacional de Cine.
   El Teatro Victoria Eugenia* por su parte es una construcción singular de inspiración neoplateresca que también ha sido sede del glamour ya que en él se han desarrollado los grandes acontecimientos de la vida cultural donostiarra. Por su escenario han pasado los grandes intérpretes invitados a la Quincena Musical y desde sus palcos han saludado los más populares cineastas durante el Festival Internacional de Cine, aunque últimamente ha cedido parte de su protagonismo al cercano palacio Kursaal. En sus bajos se localiza el Centro de Atracción y Turismo, más conocido por las siglas CAT, que además de organizar las fiestas y promocionar la ciudad es la oficina municipal de información turística.
   Volviendo a la ría por las calles de esta zona, denominada romántica, nos acercamos al tercero y más bello puente, el de María Cristina, construido en 1903-1904 en estilo ecléctico y adornado con esculturas de Mariano Benlliure.
   En dirección contraria, se llega a la plaza del Buen Pastor, donde se alza la catedral, levantada en 1889 en estilo neogótico. Del barrio de Gros tiene cierto encanto la hilera de edificios que se mira en la ría, entre los puentes de Santa Catalina y Kursaal.


Enlace a la Entrada anterior de San Sebastián - Donostia**:

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