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miércoles, 2 de noviembre de 2016

1690. SEGOVIA** (V), capital: 9 de octubre de 2013.

41. SEGOVIA, capital. Ante el acueducto.

42. SEGOVIA, capital. Ante otra perspectiva del acueducto.

43. SEGOVIA, capital. Fachada de la Alhóndiga.

44. SEGOVIA, capital. Plaza de Juan Bravo, con la igl. de San Martín.

45. SEGOVIA, capital. Estatua de Juan Bravo.

46. SEGOVIA, capital. Casa del Siglo XV o de Juan Bravo.

47. SEGOVIA, capital. Torreón de los Lozoya.

48. SEGOVIA, capital. Igl. de San Martín.

49. SEGOVIA, capital. Galerías porticadas de la igl. de San Martín.

50. SEGOVIA, capital. Portada igl. de San Martín.

51. SEGOVIA, capital. Detalle de la portada de la igl. de San Martín.

52. SEGOVIA, capital. La antigua Cárcel Real.

53. SEGOVIA, capital. La puerta de la Luna y el paseo del Salón.

54. SEGOVIA, capital. Portada de la igl. del Corpus Christi.

55. SEGOVIA, capital. Ábside de la catedral en la plaza Mayor.

56. SEGOVIA, capital. Plaza Mayor con el Ayuntamiento.

57. SEGOVIA, capital. Igl. de San Miguel.

SEGOVIA** (V), capital de la provincia: 9 de octubre de 2013.
Del Acueducto a la catedral
   El Acueducto**, una de las más impresionantes obras de ingeniería romana, probablemente fue construido a finales del siglo I d.C., en la época de Domiciano o Trajano, para llevar el agua desde la sierra a un posible campamento situado donde hoy se alza el Alcázar. El tramo más relevante de los 15 km. de extensión que posee su trazado es el puente de 728 m. de longitud y 163 arcos formados por piezas de granito berroqueño superpuestas, sin ningún tipo de ligazón, sostenidas sólo mediante un sabio equilibrio de fuerzas. Tras un profundo giro y ya con el airoso vuelo de su doble arquería, la "madeja de piedra" salva la profunda vaguada de la plaza del Azoguejo, a 29 m. de altura máxima.
   El llamado "puente del diablo", imagen ya casi intemporal de la ciudad, ha sufrido sin embargo tal deterioro en los últimos años que incluso se ha llegado a temer seriamente por su supervivencia. Diversas medidas llevadas a cabo en los últimos años tratan de salvar para la posteridad este emblema segoviano ferozmente atacado por la contaminación del tráfico rodado y otras causas de erosión, sin excluir los atentados directos, tales como choques contra sus muros, raspaduras y pintadas. Las tareas de restauración, durante las cuales se han dejado al descubierto tramos de la cacera o canalización subterránea, son lentas y sumamente complicadas y, mientras se realizaban, el símbolo máximo de Segovia ha añadido a su archivo iconográfico un aspecto inédito, rodeado de andamios y envuelto en plásticos. Ojalá sea sólo una anécdota más entre las muchas que jalonan su larga historia.
   En la calle Real, poco después de su inicio, al pie mismo de la muralla, el edificio tardogótico de la antigua Alhóndiga, del siglo XV se utiliza ahora como Archivo Municipal y sala de exposiciones.
   En la plaza de Medina del Campode San Martín o de Juan Bravo, por la estatua del líder comunero cincelada por Aniceto Marinas, o de las Sirenas, nombre que vulgarmente reciben las esfinges barrocas que adornan la escalinata, es uno de los más bellos rincones de la ciudad. Nobles construcciones como la casa del Siglo XV, también llamada casa de Juan Bravo, provista de una elegante galería, o el torreón de los Lozoya (siglo XIV), cuya adustez alivian ajimeces, troneras y altos ventanales (ambos edificios son utilizados como salas de exposiciones), realzan un núcleo armonioso. En él la primacía artística corresponde a la iglesia de San Martín**, ejemplo característico del románico segoviano que eleva su cuadrada torre mudéjar coronada por un chapitel barroco. Fue construida en el siglo XII sobre un templo mozárabe del siglo X y tres de sus lados están rodeados por galerías porticadas sobre columnas pareadas con capiteles esculpidos, elemento distintivo de las construcciones románicas en la provincia de Segovia. La portada principal se adorna con cuatro grandes estatuas de profetas a modo de cariátides, mientras que en la zona de la cabecera, de triple ábside, destaca el relieve de San Martín incrustado en el reformado cuerpo central. El interior, de tres naves, fue transformado en el siglo XVII, y en él son especialmente notables la capilla gótico-flamígera (siglo XV) construida para enterramiento de la familia Herrera y una escultura de Cristo Muerto, atribuida a Gregorio Fernández (siglo XVII).
   Frente a San Martín están la antigua Cárcel Real (siglos XV-XVI), reconvertida en en Biblioteca y Archivo, y por callejuelas con escalinatas es posible internarse, al otro lado de la antigua puerta de la Luna, hacia el panorámico y ajardinado paseo del Salón. Por sus inmediaciones se extiende el antiguo barrio judío, como aún lo indica el callejero. De hecho el actual convento e iglesia del Corpus Christi, situado en la plazuela del mismo nombre, mantiene en el interior su aspecto de sinagoga (siglo XIII) tras la reconstrucción del siglo pasado.
   La Plaza Mayor (a la que asoma el ábside de la Catedral**), céntrico espacio porticado, está presidida por el sobrio edificio del Ayuntamiento, obra del siglo XVII. A su izquierda puede verse el restaurado teatro Juan Bravo. Al inicio de la calle situada frente al consistorio se alza la iglesia de San Miguel, que fue construida por Rodrigo Gil de Hontañón a mediados del XVI sobre un templo románico. Posee una única nave del gótico tardío, con ornamentación plateresca, y alberga valiosas tumbas renacentistas. Ante su atrio fue coronada Isabel la Católica como reina de Castilla, en 1474.

Enlace a la Entrada anterior de Segovia**:

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