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domingo, 29 de junio de 2014

833. JACA* (I), Huesca: 25 de junio de 2009.

1. JACA, Huesca. Portada del Ayto.

2. JACA, Huesca. Torre-campanario de la catedral.

3. JACA, Huesca. Pórtico sur de la catedral.

4. JACA, Huesca. Uno de los capiteles del pórtico de la catedral.

5. JACA, Huesca. Ventanal decorado con el típico ajedrezado jaqués, de la catedral.

6. JACA, Huesca. Ábside de la Epístola de la catedral.

7. JACA, Huesca. Bóvedas del interior de la catedral.

8. JACA, Huesca. Cúpula del crucero de la catedral.

9. JACA, Huesca. Una de las capillas de la catedral.

10. JACA, Huesca. Torre del Reloj.

11. JACA, Huesca. La ciudadela.

12. JACA, Huesca. Acceso a la ciudadela.

13. JACA, Huesca. Grupo de ciervos en el foso de la ciudadela.

JACA* (I), provincia de Huesca. 25 de junio de 2009.
   La ciudad es hoy una síntesis casi perfecta entre un apretado e intenso pasado, que ha dejado en sus notables monumentos su mejor certificado, y un presente comercial y turístico de apreciable vitalidad. Su historia, su clima y, sobre todo, su estratégica situación al pie del Pirineo, en el Camino de Santiago y junto a la frontera hispano-francesa, le conceden un carácter de ciudad híbrida de seguro atractivo para el viajero.
   La ciudad se articula y vertebra en torno a la Calle Mayor, que divide el casco antiguo en dos parroquias, la de la Catedral, al norte, y la de Santiago, al sur. En la arteria principal, eminentemente comercial, se levanta en su punto medio el bello edificio del Ayuntamiento, de sobria portada plateresca (1551), y en su término oriental, el convento de las Benitas, que custodia en su cripta el interesante sarcófago de la reina doña Sancha. Desde la Calle Mayor, siguiendo por la del Obispo, el viajero llega a la bonita plaza porticada del Mercado, en cuyo frente se levanta, desde los primeros años del siglo XI, la catedral*.
   El acceso al templo -que es Monumento Nacional desde 1931- debe acometerse, sin embargo, desde la vecina plaza de San Pedro, a la que se abre la llamada Lonja Mayor, el gran atrio de entrada al pórtico abovedado y al tímpano, rematados por un interesantísimo crismón de carácter trinitario.
   En su interior, la seo jacetana es de planta basilical de tres naves, cubiertas con bóvedas de crucería estrellada las laterales y de crucería tardogótica la central. Destaca, por su bella factura y su atrevimiento arquitectónico, la bóveda de arcos cruzados del cimborrio octogonal, pionera en su estilo a lo largo del Camino de Santiago por la incorporación de las trompas.
   En la cabecera llama la atención la pureza y sencillez del estilo románico del ábside derecho, el de la Epístola (capilla del Pilar) en fuerte contraste con el central e izquierdo, el del Evangelio (capilla de San Jerónimo), muy adulterados a lo largo del tiempo.
   El ábside mayor quedó muy enmascarado por el traslado del coro y el órgano tras el altar mayor y la decoración de la cúpula, obra de Manuel Bayeu, a finales del siglo XVIII. Bajo el ara del altar, tres urnas en plata repujada (siglo XVIII) guardan las reliquias de Santa Orosia, patrona de la ciudad -arqueta central- y de los santos Voto, Félix e Indalecio.
   De cabecera a pies, comenzando por la derecha, las capillas del Pilar, San Miguel, San Sebastián, La Anunciación, Santa Ana, La Trinidad, Santa Orosia, San Jerónimo y San Pascual Bailón jalonan el perímetro del templo, al que se abre, en el muro meridional, la puerta de acceso a la Lonja Pequeña o del Mercado, ornada con bellísimos capiteles del claustro. A este último -profundamente reformado en el siglo XVIII- se accede por la puerta abierta en el muro izquierdo y es de obligada visita ya que custodia un rico Museo Parroquial, del que forma parte, como conjunto único en su género, un Museo de Pintura Románica, con inestimables piezas y conjuntos murales de los siglos XII y XIII.
   Muy cerca del acceso principal a la catedral se halla, a poniente, rodeada por una zona verde denominada Los Glacis, la imponente ciudadela, construida por los Austrias en el momento de las guerras de religión francesas (se concluyó en 1590). De estructura pentagonal y aislada por un profundo foso, la fortaleza es hoy sede de la comandancia militar de la plaza.
   Completan el catálogo monumental la iglesia de Santiago, con algunas partes de su primitiva fábrica románica; la reconstruida ermita de Sarsa, reedificada en el llamado paseo de Invierno, la torre medieval del Reloj, -sede hoy de la Conferencia de Trabajo de los Pirineos-, la manierista iglesia del Carmen, y el esbelto puente de San Miguel, de estilo gótico y levantado sobre el río Aragón, a poniente de la ciudad.

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