4702. SEVILLA, capital. Retablo mayor de la capilla sacramental de la Basílica del Cachorro. |
4703. SEVILLA, capital. Virgen del Patrocinio en el retablo mayor de la cap. sctal. de la Basílica del Cachorro. |
4704. SEVILLA, capital. Xto. del Camino, en la cap. sctal. de la Basílica del Cachorro. |
4705. SEVILLA, capital. Detalle del Xto. del Camino, en la cap. sctal. de la Basílica del Cachorro. |
4706. SEVILLA, capital. Antigua dolorosa del Patrocinio, en la cap. sctal. de la Basílica del Cachorro. |
4707. SEVILLA, capital. Retablo mayor de la Basílica del Cachorro. |
4708. SEVILLA, capital. El Stmo. Xto. de la Expiración, "el Cachorro". |
4709. SEVILLA, capital. Vista posterior del Cachorro. |
4710. SEVILLA, capital. Vista lateral del Stmo. Xto. de la Expiración. |
4711. SEVILLA, capital. Otra visión del Cachorro. |
4712. SEVILLA, capital. Retablo de la Virgen del Patrocinio. |
4713. SEVILLA, capital. Ntra. Madre y Sra. del Patrocinio. |
SEVILLA** (DCCXX), capital de la provincia y de la comunidad: 8 de abril de 2016.
Basílica del Cachorro - Capilla del Patrocinio.
Calle Castilla
Dos iglesias para una sola capilla. Un lugar histórico que fue un punto alejado de la ciudad, arrabal del arrabal trianero y casi en territorio de los cartujos de Santa María de las Cuevas. En el siglo XVI se situaba en aquel lugar un humilladero donde se daba culto a una pequeña imagen de la Virgen con el Niño, un grupo que, según la tradición, había sido encontrado en un pozo. Un siglo más tarde se dio a esta pequeña imagen la advocación de Virgen del Patrocinio, refiriendo algunos cronistas que el rey Felipe IV oró ante ella. El nombre de Patrocinio, según esta tradición, vendría de la petición que Felipe IV hace al papa Alejandro VII para que instituyese la fiesta de esta advocación. Otras teorías apuntan que la nominación podría provenir del pleito que tuvo esta hermandad con los dominicos de San Jacinto para que no fuera usado por las hermandad el título de Virgen del Rosario.
Pasados los siglos la hermandad fue más conocida por su crucificado titular, el Cristo de la Expiración (vulgo el Cachorro), mantuvo la advocación en la capilla y creció notablemente de forma espiritual y física. Hoy la sede de la hermandad está formada por dos capillas unidas lateralmente. La más antigua es la actual capilla sacramental, cuyo origen se remonta al siglo XVII, cuando la hermandad se constituyó en cofradía de penitencia. Es una capilla de una sola nave cubierta por bóveda de medio cañón. En el presbiterio destaca un retablo del siglo XVIII de estípites, que perteneció a la iglesia de San Alberto. Esta presidido por la imagen de la Virgen del Patrocinio, pequeña talla de vestir del siglo XVII, aunque originaria del XVI. Entre la decoración de estípites aparecen las imágenes de San Leandro y San Isidoro, bajorrelieves con San Lorenzo y San Francisco, y entre santos carmelitas, un curioso altorrelieve con el tema de la Muerte de San José. A la derecha, en la nave, aparece un retablo que alberga la imagen del Cristo del Camino, Nazareno de vestir que se atribuye al talle de Felipe de Rivas hacia 1640. En otro retablo lateral aparece la antigua Dolorosa del Patrocinio, imagen del siglo XVIII atribuida a Cristóbal Ramos, que fue hermano de la corporación. Fue sustituida en 1921 por la llamada Señorita de Triana, que desapareció en un incendio en 1973.
La capilla nueva fue levantada entre 1947-1964 debido al crecimiento de la hermandad, siguiendo el proyecto de Aurelio Gómez Millán. Al exterior presenta una portada abocinada con arco de medio punto, estando decorado con azulejería que representa los misterios del Rosario. El interior está formado por una nave de cruz latina, destacando el zócalo de azulejería en azul y blanco diseñado por el pintor Juan Antonio Rodríguez. Preside la iglesia la portentosa imagen del Cristo de la Expiración**, conocida como el Cachorro, enmarcado en un retablo neobarroco con talla de Benítez Carrión e imágenes de Álvarez Duarte. Es el titular de una hermandad de orígenes inciertos: se apunta su precedente en una hermandad que desde 1584 daba culto a una Virgen del Rosario. En 1660 se trasladó esta primitiva hermandad al final de la calle Castilla, donde existía una ermita en la que se le daba culto a una pequeña imagen, la actual de la Virgen del Patrocinio de gloria. En esta época sacaba como imagen titular un Nazareno, seguramente el actual Cristo del Camino al que se da culto en la capilla antigua.
En 1682 se concierta con el escultor utrerano la talla de un crucificado agonizante. Esta imagen, que es tenida como el compendio de los crucificados barrocos del XVII y una de las mejores tallas en madera jamás realizadas, debe su popular nombre a una leyenda según la cual un gitano de la cava trianera fue apuñalado por un marido engañado. El escultor pudo contemplar la agonía del herido y plasmarla en un rápido dibujo que le sirvió de modelo para el crucificado. El gitano era conocido como el Cachorro y, cuando al año siguiente salió la imagen, los trianeros lo apodaron con el nombre del gitano asesinado. Otra teoría, menos legendaria, apunta a los místicos del siglo XVII que en sus escritos denominaban a Cristo como el Cachorro del Léon de Judá. La imagen, tallada en pino de Flandes, es obra cubre del Barroco y basa su expresividad en detalles como la mirada hacia lo alto, la perfección de la boca tallada, el pormenorizado estudio anatómico o la ruptura en tres piezas del paño de pureza para aumentar la sensación de dramatismo.
En el lado izquierdo del crucero se levanta un retablo neobarroco que aloja a la imagen de la Virgen del Patrocinio, dolorosa realizada por Luis Álvarez Duarte en 1973 para sustituir a la talla que se perdió en el incendio de 1973. El día 26 de febrero de ese año una vela mal apagada del altar del quinario de la hermandad produjo la desgracia. Un albañil logró entrar en el templo al contemplar que salía humo y pudo rescatar la figura del Cachorro, aunque, desafortunadamente, la Virgen ardió por completo. El Cristo sólo sufrió daños en una pierna, siendo restaurado por los hermanos Cruz Solís. La Virgen quedó completamente destruida por lo que se encargó a Luis Álvarez Duarte una nueva talla que alberga en su pecherín un resto carbonizado de la antigua. Distribuídas por el templo se encuentra algunas pinturas como un San Jerónimo y un Nazareno del siglo XVII, así como unas tablas con una representación de ángeles.
Textos de:
ARJONA, Rafael: Guía Total: Andalucía. Ed. Anaya. Madrid, 2005.
ARJONA, Rafael y WALLS, Lola: Guía Total: Sevilla. Ed. Anaya. Madrid, 2007.
MORALES, Alfredo J.; SANZ, María Jesús; SERRERA, Juan Miguel y VALDIVIESO, Enrique: Guía artística de Sevilla y su provincia [I]. Fundación José Manuel Lara y Diputación provincial de Sevilla. Sevilla, 2004.
ROLDÁN, Manuel Jesús: Iglesias de Sevilla. Almuzara. Sevilla, 2010.
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