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17. ESTEPA, Sevilla. Torre del homenaje del Castillo, con los restos de la fortificación. |
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18. ESTEPA, Sevilla. La torre del homenaje del Castillo. |
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19. ESTEPA, Sevilla. Una última perspectiva de la torre del homenaje del Castillo. |
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20. ESTEPA, Sevilla. Torre ochavada del recinto amurallado del Castillo. |
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21. ESTEPA, Sevilla. Torre de la igl. de Sta. Mª. |
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22. ESTEPA, Sevilla. Zona primitiva de la igl. de Sta. Mª. |
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23. ESTEPA, Sevilla. Cap. bautismal en la zona primitiva de la igl. de Sta. Mª. |
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24. ESTEPA, Sevilla. Capilla mayor y retablo de la igl. de Sta. Mª. |
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25. ESTEPA, Sevilla. Pilar y bóvedas de la igl. de Sta. Mª. |
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26. ESTEPA, Sevilla. Coro y órgano de la igl. de Sta. Mª. |
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27. ESTEPA, Sevilla. El retablo mayor de la igl. de Sta. Mª. |
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28. ESTEPA, Sevilla. Retablo de San Juan Evangelista, en la igl. de Sta. Mª. |
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29. ESTEPA, Sevilla. Imagen de San Juan Evangelista en su retablo de la igl. de Sta. Mª. |
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30. ESTEPA, Sevilla. Retablo de la Inmaculada de la igl. de Sta. Mª. |
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31. ESTEPA, Sevilla. Retablo de San Pedro en cátedra, de la igl. de Sta. Mª. |
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32. ESTEPA, Sevilla. San Pedro en cátedra, en su retablo de la igl. de Sta. Mª. |
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33. ESTEPA, Sevilla. Retablo de la Virgen del Rosario, de la igl. de Sta. Mª. |
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34. ESTEPA, Sevilla. Púlpito de la igl. de Sta. Mª. |
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35. ESTEPA, Sevilla. Dolorosa de la igl. de Sta. Mª. |
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36. ESTEPA, Sevilla. Interior de la igl. del cvto. de Sta. Clara, desde los pies hacia el presbiterio. con el retablo mayor al fondo. |
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37. ESTEPA, Sevilla. Otra vista del interior de la igl. del cvto. de Sta. Clara, desde el presbiterio hacia los pies. |
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38. ESTEPA, Sevilla. Cúpula de la igl. del cvto. de Sta. Clara. |
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39. ESTEPA, Sevilla. Retablo de la Inmaculada en la igl. del cvto. de Sta. Clara. |
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40. SEVILLA, capital. Retablo de San José, en la igl. del cvto. de Sta. Clara. |
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41. SEVILLA, capital. Retablo de San Miguel Arcángel, en la igl. del cvto. de Sta. Clara. |
El recinto fortificado ocupa la parte alta del cerro en el que se ubica la villa, el cerro de San Cristóbal. En la actualidad se conservan algunos lienzos y cubos de muralla sobre todo en el sector sureste, alternando las de planta cuadrada con las semicirculares. En el lado oeste, próximo a la zona donde estaba la entrada principal del recinto y siriviendo de baluarte defensivo, se alza el antiguo alcázar o castillo, del cual se conserva la Torre del Homenaje, que, en origen, fue una torre albarrana concectada con el alcázar propiamente dicho. Posee únicamente una cámara en la parte alta cubierta mediante bóveda gótica de ocho nervios de piedra con plementería de ladrillo.
El recinto actual debe de seguir el trazado de la fortificación musulmana. Al pasar la villa en tiempos de Alfonso X a manos de la Orden de Santiago, sus maestres realizaron importantes obras de consolidación, sobre todo en las décadas finales del siglo XIV bajo el mandato de D. Lorenzo Suárez de Figueroa. Es entonces cuando además de construir la citada torre, se revistieron los antiguos muros de tapial de la muralla exterior con piedra, intercalando entre los torreones cuadrados los de sección semicircular.
Finalizada la Reconquista y habiendo pasado Estepa a formar parte del Señorío de la familia Centurión, este conjunto perdió su carácter defensivo, convirtiendo los marqueses en palacio el antiguo alcázar. No obstante, a consecuencia del posterior abandono de la zona, tanto por la población como por los marqueses, a fines del siglo XVIII todo se hallaba en estado ruinoso.
Iglesia de Santa María
El edificio está formado por dos partes bien diferenciadas. La primitiva se sitúa a los pies y se compone de dos tramos irregulares con arcos apuntados y una cubierta endolada, de yeso, con original diseño. La parte de la cabecera, unida de modo irregular a la anterior, se compone de tres naves con tres tramos más un presbiterio rectangular. Los pilares son fasciculados y las bóvedas estrelladas con diversos diseños. Tras el presbiterio se coloca la sacristía, espacio de planta rectangular cubierto por bóveda de cañón con arcos fajones y lunetos.
La parte de los pies parece ser lo que ha quedado de una iglesia medieval de arcos transversales que iba siendo derribada a medida que avanzaba la construcción del nuevo edificio, comenzado quizá a fines del siglo XV, y en el que se siguió trabajando durante la primera mitad del siglo XVI, época a la que pertenece la tipología de sus bóvedas. La sacristía se edificó en el siglo XVIII y la torre, destruida en el siglo XIX, se reconstruyó totalmente en 1894.
El retablo mayor consta de de banco, dos cuerpos con cinco calles y ático. La calle central se organiza mediante un sagrario manifestador, con un relieve de la Santa Cena sobre el que se coloca otro de forma oval con la Asunción. En la calle de la izquierda hallamos un San Pedro, un relicario fechado en 1639 y relieves de San Juan y San Mateo. En el segundo cuerpo de este lado se hallan San Andrés y una pintura con San Lorenzo. En las calles de la derecha vemos otro relicario y la imagen de un apóstol, los relieves de San Marcos y San Lucas, un lienzo con San Francisco de Asís y la escultura de un apóstol. En el ático existe un grupo del Calvario y los santos Juanes. Consta documentalmente que entre 1583 y 1589 trabajaban en el retablo mayor de esta iglesia Andrés de Ocampo, Juan Bautista Vázquez y Jerónimo Hernández, cuya intervención en la obra es muy difícil de identificar hoy, pues, aunque se ha conservado la estructura general del retablo y parte de los relieves, esculturas y pinturas que fueron realizándose a fines del siglo XVI y primera mitad del XVII, la obra quedó enmascarada por la reforma y redecoración barroca efectuada hacia 1770.
En el testero de la nave izquierda figura un retablo, fechable hacia 1770 y próximo a las creaciones de los talleres de Antequera, en el que se halla usualmente una imagen de San Juan Evangelista, de escuela montañesina de mediados del siglo XVII. Sobre el muro de este lado se sitúa un retablo sin policromar del tercer cuarto del siglo XVIII, dedicado a la Inmaculada.
En el testero de la nave derecha se encuentra un retablo también de hacia 1770 y de recuerdos antequeranos, presidido por una imagen de San Pedro en la cátedra, obra realizada por el escultor Lázaro Pérez Castellano en 1620. Sigue en este lado un retablo del siglo XVIII dedicado a la Virgen del Rosario. En la nave central se sitúa el coro, cuya sillería con relieves de medias figuras en óvalos data del mismo siglo. En la Sacristía se guarda un San Pablo ermitaño de Benito de Hita y Castillo. La orfebrería del templo corresponde en su mayoría al siglo XVIII, y entre sus piezas figura una campanilla, fechada en 1775, cuya importancia reside en presentar por vez primera la marca de la ciudad de Estepa. Sin embargo, la pieza más interesante es un relicario de Santa Inés, de tipo sol y original diseño, marcado en Nüremberg por Jacob Schenauer, platero alemán del último tercio del siglo XVI.
Iglesia del Convento de Santa Clara
Consta de una sola nave cubierta con bóveda de cañón con fajones y lunetos y media naranja sobre pechinas en el antepresbiterio. Los paramentos y bóvedas poseen una decoración de recuadros y motivos geométricos. Exteriormente destaca la portada lateral derecha, realizada en piedra. El edificio puede datarse en el primer cuarto del siglo XVII, siendo un ejemplo característico de templo conventual de esa época. Su interior muestra un conjunto decorativo formado por las pinturas murales que, adaptándose a la compartimentación de muros y bóvedas preexistente, cubre toda la superficie mediante motivos vegetales estilizados a modo de cartelas y hornacinas que enmarcan figuras de diversos santos. Por razones estilísticas, esta decoración puede datarse en el último cuarto del siglo XVII. En la bóveda del antepresbiterio aparecen los Evangelistas y los Padres de la Iglesia. En los medios puntos laterales, los Apóstoles, y en las pilastras, santos franciscanos, dominicos y terceros.
El retablo mayor, de orden salomónico, es obra de Pedro Ruiz Paniagua, quien lo realizó en 1708. Se compone de una parte frontal, el retablo propiamente dicho, y una orla exterior que lo enmarca. El esquema general resulta algo arcaizante si bien la decoración es la usual entre los seguidores de Simón de Pineda. La calle central se organiza con sagrario, manifestador y medallón superior y en las calles laterales se sitúan, sobre peanas, Santa Clara y San Francisco, obras del barroco sevillano tal vez del siglo XVII, y en el segundo cuerpo, San Antonio de Padua y San Pedro de Alcántara que, al igual que el relieve de la Trinidad del ático, parecen de la época del retablo. En la orla exterior se sitúan las imágenes de San Pedro y San Pablo y dos santos franciscanos. En el antepresbiterio, a ambos lados, se sitúan retablos gemelos de orden salomónico muy vinculados estilísticamente al principal. El del lado izquierdo se dedica a la Inmaculada, y se atribuye al mismo autor del retablo mayor, quien pudo realizarlo en la misma fecha. La imagen mariana está flanqueada por San Joaquín y Santa Ana, presentando en el ático un relieve de San José con el Niño, coetáneos del retablo. El retablo del lado derecho está dedicado a San José, escultura de escuela granadina de hacia 1700 que aparece flanqueado por San Buenaventura y San Luis, figurando en el ático San Pedro de Alcántara, todos de la época del retablo.
En la nave izquierda se encuentra, en primer lugar, un retablo de estípites con decoración de cardos que se dedica a San Miguel Arcángel, junto con San Benvenuto y San Blas, apareciendo en el ático un relieve con Santa Clara. Es obra realizada por Antonio Ribera en 1715. Sigue otro retablo de la misma época que contiene un Calvario, cuyo Cristo es de pasta de papel. A continuación hay una pintura mural con una escena de la leyenda de Santa Úrsula y junto a ella un púlpito de forja con su tornavoz de madera, de fines del siglo XVII. En el lado derecho se encuentra un retablo análogo al de San Miguel y, por tanto, de la misma fecha y autor, que se dedica a San Juan Bautista, apareciendo también las imágenes de Santa Isabel, San Zacarías y un relieve del Bautismo de Cristo, todo de la misma época. A continuación hay un cancel de madera tallada de escuela ecijana, fechado en 1760, con tondo en relieve de la Divina Pastora, flanqueada por San Francisco y Santa Clara. Por último, existe una pintura mural con San Cristóbal. En el muro de separación con el coro hay pinturas de San Jorge, San Martín y varias con escenas de la vida de Santa Clara. En la clausura conventual se conservan unas esculturas del Crucificado y de San Joaquín, relacionadas con la escuela de Luis Salvador Carmona.
Textos de:
ARJONA, Rafael. Guía Total: Andalucía. Ed. Anaya. Madrid, 2005.
ARJONA, Rafael y WALLS, Lola. Guía Total: Sevilla. Ed. Anaya. Madrid. 2007.
MORALES, Alfredo J.; SANZ, María Jesús; SERRERA, Juan Miguel y VALDIVIESO, Enrique. Guía artística de Sevilla y su provincia II. Fundación José Manuel Lara y Diputación Provincial de Sevilla. Sevilla, 2004.
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