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lunes, 24 de febrero de 2020

2899. SEVILLA** (MCXCIX), capital: 18 de diciembre de 2018.

9089. SEVILLA, capital. Sables y espadas de los siglos XVIII y XIX, en la sala 9 del Museo de Artes y Costumbres Populares.
9091. SEVILLA, capital. Espadas, cuchillos, daga y puñal, en la sala 9 del Museo de Artes y Costumbres Populares.
9092. SEVILLA, capital. Espadas y cascos de los siglos XVIII y XIX, en la sala 9 del Museo de Artes y Costumbres Populares.
9093. SEVILLA, capital. Arcabuz, trabuco y polvorera, en la sala 9 del Museo de Artes y Costumbres Populares. 
9094. SEVILLA, capital. Pistolas, en la sala 9 del Museo de Artes y Costumbres Populares.
9095. SEVILLA, capital. Escopeta, carabina y utensilios varios, en la sala 9 del Museo de Artes y Costumbres Populares.
SEVILLA** (MCXCIX), capital de la provincia y de la comunidad: 18 de diciembre de 2018.
Museo de Artes y Costumbres Populares - Sala 9.
ARMAS DE CAZA Y DEFENSA PERSONAL
   Un buen ejemplo del desarrollo de las técnicas de transformación de los metales, es su aplicación a la fabricación de armas destinadas tanto a usos de aprovisionamiento, como la caza, como a usos bélicos o de defensa personal.
   Esta sala enfrenta en dos líneas de vitrinas, una colección de armas de fuego y otra de armas blancas. Las armas de fuego se desarrollan en nuestro país a partir del siglo XV, aprovechando la introducción de la pólvora, cuya tecnología se desarrolló en Oriente, para lanzar proyectiles con mucha precisión, a distancias considerables.
   Durante los siglos XVI y XVII la actividad bélica del Imperio Español hizo que nuestro país destacase en la fabricación de estos ingenios. Aún hoy, uno de los mecanismos de chispa más efectivos empleados para prender la pólvora del cebador que provocaba el disparo hasta que se produjo la invención de los actuales sistemas de pistón, se conoce como llave española. La presencia en España de destacados armeros alemanes, holandeses o italianos, fue muy frecuente durante aquellos siglos.
   La colección expuesta abarca desde las antiguas armas de avancarga con llave de chispa de pedernal, hasta las modernas escopetas de caza.
   La misma impronta europea afectó a la evolución de las armas blancas. Es muy frecuente documentar en nuestro país armas alemanas o italianas, o maestros espaderos extranjeros que establecen aquí sus talleres. Este género de armas, sobre todo en el caso de las espadas, no solo tuvo el destino bélico al que fatalmente está ligado, sino que se empleó también como un complemento del traje, de donde su nombre: espadas roperas, convirtiéndose en el símbolo civil del caballero y originando un tipo de espada más ligera y adornada que la de batalla. Se usó esta, preferentemente, como adorno simbólico adapta­do a las modas y, secundariamente, como arma de defensa personal.
   En la selección expuesta están representadas desde las antiguas espadas de lazo del siglo XVI hasta algunos ejemplares empleados en paradas y ceremonias del siglo XIX.
Textos de:
ÁLVAREZ MORO, Mª de las Nieves Concepción, BARRAGÁN JANÉ, Montserrat, CANO RIVERO, Ignacio, HEREZA LEBRÓN, Pablo, MUÑOZ MEJÍAS, Sierra, ORTIZ MOYANO, Rocío. Museo de Artes y Costumbres Populares de Sevilla. Guía Oficial. Junta de Andalucía, Consejería de Cultura. Sevilla, 2003.

Enlace a la Entrada anterior de Sevilla**:
SEVILLA** (MCXCVIII), capital: 18 de diciembre de 2018.

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