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lunes, 10 de diciembre de 2012

453. CARMONA* (III), Sevilla: 13 de octubre de 2007.

10. CARMONA, Sevilla. Retablo mayor de la igl. parroquial de San Bartolomé.

11. CARMONA, Sevilla. Óleo de la Presentación de Jesús en el Templo, del Maestro del retablo de Zufre, en la igl. de San Bartolomé.

12. CARMONA, Sevilla. Santa Catalina, de Juan de Mayorga, en la igl. de San Bartolomé.

13. CARMONA, Sevilla.  San Pablo, de Juan de Mayorga, en la igl. de San Bartolomé.

14 CARMONA, Sevilla. Retablo lateral de la igl. de San Bartolomé.

15. CARMONA, Sevilla. Retablo de la Divina Pastora en la capilla de Jesús, de la igl. de San Bartolomé.

16. CARMONA, Sevilla. Ntra. Sra. de Gracia, de la igl. de San Bartolomé.

17. CARMONA, Sevilla. Detalle de la media luna de plata, de Ntra. Sra. de Gracia, de la igl. de San Bartolomé.

18. CARMONA, Sevilla. Detalle de la Virgen de los Dolores, de Duque Cornejo, en la igl. de San Bartolomé.

19. CARMONA, Sevilla. Ntra. Sra. de los Dolores, en la igl. de San Bartolomé.

20. CARMONA, Sevilla. Retablo de San José, en la igl. de San Bartolomé.

21. CARMONA, Sevilla. Parte superior del Retablo de la Inmaculada, obra de Juan Cano, y bóvedas de la igl. de San Bartolomé.

22. CARMONA, Sevilla. Retablo de la Inmaculada, de Juan Cano, en la igl. de San Bartolomé.

23. CARMONA, Sevilla, Aspecto general de la nave central y retablo mayor de la igl. de San Bartolomé.

24. CARMONA, Sevilla. Imágenes titulares de la Hdad. del Santo Entierro, y el famoso Santísimo Cristo de San Felipe, en la igl. de San Bartolomé.

CARMONA* (III), provincia de Sevilla: 13 de octubre de 2007.
   Esta entrada es muy interesante para Burguillos y los burguilleros, pues en ella se muestran imágenes del Retablo de la Inmaculada de la iglesia parroquial de San Bartolomé, puesto que está atribuido a Juan Cano Zamorano, autor del retablo mayor de la iglesia parroquial de Burguillos en 1754, por lo que podemos comparar ambas obras para observar sus similitudes y diferencias, algo que sin duda debería haberse hecho en la "restauración" del de Burguillos, y así no cometer las barbaridades perpetradas en nuestro pueblo.
   Cruzando la Puerta de Sevilla, a la derecha, en la calle de su nombre, se ve la torre-fachada a los pies de la iglesia de San Bartolomé*, la cual posee planta basilical, con tres naves terminadas en cabeceras planas. En las naves laterales se abren sendas portadas, correspondiendo la del muro derecho a la fábrica primitiva, mientras la del izquierdo es moderna. Aquélla presenta un arco apuntado con jambas baquetonadas y, al igual que el templo y las bóvedas de nervaduras de las tres capillas de cabecera, puede fecharse en el siglo XV. Durante el barroco se transformó casi en su totalidad el templo, enmascarándose las estructuras mudéjares. Sin embargo, durante las obras de restauración ejecutadas recientemente se han eliminado gran parte de los aditamentos barrocos y se ha intentado devolver a las cubiertas y pilares su primitiva fisonomía. Los pilares presentan sección rectángular, con columnas adosadas en los lados menores, y apean sobre arcos apuntados. En la nave derecha se abre la Capilla de Jesús Nazareno, de planta cuadrada y cubierta con una cúpula rematada en linterna.
   La torre-fachada, en la que se trabajó en 1777, se debió terminar en torno a a 1785. Presenta una interesante portada de esquema adintelado y está rematada por un frontón roto entre pináculos y un cuerpo de campanas, apoyado en potentes volutas, de un solo cuerpo decorado con jarrones y rematado por un chapitel bulboso. El diseño se debe a Antonio Matías de Figueroa, estando también documentada la participación de José Álvarez.
   El retablo mayor, compuesto por banco, un cuerpo de tres calles y ático es obra de Juan de Gatica en 1710. En sus calles laterales figuran relieves con escenas de la vida de San Bartolomé, encontrándose una imagen de este santo en la hornacina situada sobre el manifestador, en el que se alberga una escultura del Niño Jesús, de la segunda mitad del siglo XVII, mientras que en el ático se halla representada la Asunción de la Virgen. En la capilla colateral izquierda se sitúa un retablo fechable hacia 1770, atribuible a Juan Cano y presidido por una imagen de la Inmaculada. En sus calles laterales aparecen esculturas de San Gabriel y San Rafael, ocupando el ático un relieve con el Sacrificio de Isaac. En la capilla lateral colateral derecha figura un retablo de principios del siglo XIX constituido por banco, un cuerpo de tres calles y ático. La hornacina central está ocupada por una imagen de la Virgen del Carmen, apareciendo en los laterales imágenes de San Fernando, San Blas y San Juan Nepomuceno. En las tres capillas de la cabecera figuran una serie de azulejos lisos, algunos de ellos fechados en 1577.
   En la nave izquierda se halla un retablo perteneciente al segundo tercio del siglo XVIII, que se ha relacionado con Tomás Guisado. Está presidido por una escultura de Santa Lucía fechable en el último tercio del siglo XVI. Compañero de este retablo por su estructura y cronología es el emplazado en la nave contraria, que está dedicado a San José. En su ático figura una imagen de San Juan niño.
   En la capilla abierta en la nave derecha del templo aparecen tres retablos de estilo barroco. El principal corresponde a los años comprendidos entre 1730 y 1754, ya que en esta última fecha fue dorado por Bernardino González, mientras que la obra de ensamblaje y talla se atribuye a Tomás Guisado el viejo. Presenta en su hornacina central una imagen de Jesús Nazareno concertada por Francisco de Ocampo en 1607. En las calles laterales figuran esculturas de San Francisco de Paula y San Antonio de Padua, que se consideran obras de Benito de Hita y Castillo en 1775, ocupando el ático una imagen del Niño Jesús. El altar situado en el muro izquierdo está dedicado a la Divina Pastora y fue concertado en 1709 por el escultor Juan del Castillo. La imagen titular fue regalada un año antes por fray Isidoro de Sevilla. El retablo frontero, que se ha relacionado con Tomás Guisado, está presidido por una imagen de la Virgen de los Dolores realizada por José Duque Cornejo en 1696. En los laterales del retablo figuran las esculturas de San Felipe Benicio y Santa Juliana de Falconeri.
   Ya en la nave, figura el altar de la Virgen de Gracia, cuya imagen titular pertenece al círculo del escultor Roque Balduque, pudiendo fecharse a mediados del siglo XVI. A Gaspar del Águila se debe la escultura de San Blas de 1576, situada en la nave contraria. En el altar de San Francisco de Borja figuran también las de San Francisco Javier y San Ignacio de Loyola, realizadas en el segundo tercio del siglo XVIII.
   Distribuida por los muros de la iglesia y de la sacristía existe una buena colección de pinturas. A mediados del siglo XVI corresponden la Presentación de Jesús en el Templo, obra del Maestro del retablo de Zufre, y las Lágrimas de San Pedro, siendo algo anteriores las que representan a Santa Catalina y a San Pablo, que se vinculan con Juan de Mayorga. A la primera mitad del XVII pertenecen las cuatro escenas de la vida de Santa Lucía, siendo de fines del mismo siglo los tres lienzos de los Desposorios, Visitación y Huida a Egipto, que forman serie. A esta fecha corresponden también dos pinturas de la Virgen con el Niño, una Inmaculada copia de Murillo y un San Pedro, copia de Gerard Seghers. Más abundantes son los lienzos del siglo XVIII, destacando entre ellos los de Santa Bárbara, la Sagrada Familia, San Nicolás de Bari y diversos episodios bíblicos que copian estampas del manierista holandés Wtewael.
   Una rica y abundante colección de orfebrería posee la parroquia, ya que a las piezas del propio templo se han unido las del antiguo colegio jesuita, las de San Blas y San Felipe. Entre los cálices hay que destacar uno con decoración plateresca fechable en el último tercio del siglo XVI; dos de fines del siglo XVIII, con los punzones Espiau y Sánchez, y otro de igual fecha punzonado Cárdenas. Entre los portapaces hay que destacar uno de metal dorado con incrustaciones de esmalte y un relieve de la Virgen con el Niño, del primer cuarto del XVI; otro de la Asunción, de fines del mismo siglo, y dos con relieves de San Bartolomé, fechables en el último cuarto del XVIII. Uno de los copones más interesantes es el que presenta decoración manierista, fechándose a principios del XVII, perteneciendo otros dos, decorados con rocallas, a finales del XVIII. Las cruces parroquiales que conserva la iglesia abarcan desde el último cuarto del siglo XVI hasta comienzos del XIX. Entre los ostensorios hay uno de fines del XVI decorado con relieves de los Evangelistas y otro de fines del XVIII, con punzón de México.

Enlace a la Entrada anterior de Carmona*:
452. CARMONA* (II), Sevilla: 13 de octubre de 2007.

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