1. ITÁLICA, Sevilla. Conjunto de mosaicos de una de las casas.
2. ITÁLICA, Sevilla. Otro de los mosaicos.
3. ITÁLICA, Sevilla. Mosaico de Neptuno.
4. ITÁLICA, Sevilla. Mosaico de los pájaros.
5. ITÁLICA, Sevilla. Mosaico del planetario.
6. ITÁLICA, Sevilla. Un mosaico más de las excavaciones.
7. ITÁLICA, Sevilla. Otro mosaico itálico.
8. ITÁLICA, Sevilla. Vista general de las Termas.
9. ITÁLICA, Sevilla. Interior del Anfiteatro.
10. ITÁLICA, Sevilla. Portada monumental del Anfiteatro.
ITÁLICA* (I), provincia de Sevilla: 14 de octubre de 2007.
Ciudad romana situada en las proximidades del Guadalquivir, debajo y al norte de la actual población de Santiponce, a sólo 7 km de la capital.
En el año 206 a.C., tras derrotar a los cartagineses en la batalla de Ilipa que puso fin a su dominio sobre Hispania, Escipión el Africano fundó un pequeño castrum (campamento) al que llamó Itálica en recuerdo de Italia, para los heridos y los veteranos de su ejército.
Esta ciudad, de carácter puramente militar, situada junto al Guadalquivir, en las colinas que hoy se llaman cerro Los Palacio y cerro San Antonio, fue la primera que fundaron los romanos en España. Su situación y las fértiles tierras que la rodeaban favorecieron su crecimiento, aunque nunca, ni siquiera en los momentos de máximo esplendor, llegó a perder del todo el carácter militar.
Durante el mandato de Augusto en Roma, la ciudad se convierte en municipio, adquiriendo de este modo la facultad de acuñar moneda. Poco a poco se va desarrollando y adquiriendo importancia. Una clase acomodada de nobles y de patricios se establece en ella, propiciando los que iban a ser los hechos más significativos de su historia: el acceso al trono imperial de sus hijos Trajano (98-117 d.C.), nacido en la misma Itálica, y Adriano (117-137 d.C.), nacido en Roma, pero educado parcialmente en Itálica y a la que concede el título de Colonia -a partir de entonces se denomina Colonia Aelia Augusta Italica-. La ciudad alcanza en ese momento la cota de máximo desarrollo e importancia. Hacia el 125 d.C., Adriano promueve incluso su ampliación con la creación de un nuevo barrio, el llamado Nova Urbs o Ciudad Nueva.
La ampliación de Adriano responde a un proyecto imperial de crear un área de prestigio y ocio para personas influyentes dentro del Imperio, con grandes edificios públicos y lujosas viviendas, todo ello presidido por el traianeum, un templo donde además de al difunto Trajano se rendía culto al Imperio y la familia imperial. La ampliación se abandona y con el paso del tiempo se va destruyendo.
El abandono siguió apoderándose de la ciudad durante la dominación visigoda y para cuando llegaron los árabes a principios del siglo VIII apenas era ya un puñado de casas a medio derruir, una pequeña herida en el paisaje que había olvidado incluso el recuerdo de lo que había sido. Para colmo, a principios del siglo XVII se instaló en las colinas, sobre las ruinas de la vieja ciudad, el pueblo de Santiponce.
Poco tiempo después y hasta el siglo XIX en que comenzaron las excavaciones, el puñado de piedras que sobresalía de entre los matorrales y la maleza era conocido con el nombre de "Sevilla la Vieja", como si hubiera estado aquí el origen de la actual capital de Andalucía.
Desde hace bastante tiempo se viene excavando en la ciudad con el fin de poner al descubierto todas sus riquezas. En el momento actual, aunque sólo se trate de unas inmensas ruinas, su aspecto da idea clara de lo que tuvo que ser cuando se encontraba en su plenitud.
Lo que hoy se visita es una parte del barrio nuevo construido por Adriano. Pueden verse perfectamente delineadas sus anchas calles, sus grandes edificios públicos así como los cimientos de sus casas, del tipo domus señorial (vivienda señorial unifamiliar), cuyas plantas, en muchas ocasiones, se encuentran cubiertas por preciosos mosaicos con variadísimos dibujos de una gran calidad.
Los cimientos de la muralla rodean el recinto de la urbe. Dentro de él se han encontrado como edificios públicos tres templos, uno dedicado a Trajano en la Nova Urbs y los otros dos en la Vetus Urbs, y dos termas.
Fuera del dominio de la muralla se sitúa el teatro, localizado al pie mismo de Santiponce, y el anfiteatro, en la zona de la Nova Urbs, uno de los mayores del Imperio, en donde tenían lugar las luchas de gladiadores y fieras a que tan aficionados eran los romanos.
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