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jueves, 21 de noviembre de 2019

2804. HUELVA (XXI), capital: 2 de noviembre de 2018.

137. HUELVA, capital. Portada principal de la igl. de la Purísima Concepción.
138. HUELVA, capital. Capilla mayor de la igl. de la Purísima Concepción.
139. HUELVA, capital. Cap. del Nazareno, en la igl. de la Purísima Concepción.
140. HUELVA, capital. La Virgen de la Amargura, en Besamanos, ante Ntro. Padre Jesús Nazareno, en su cap. de la igl. de la Purísima Concepción.
141. HUELVA, capital. Las imágenes titulares de la Hdad. del Nazareno, en su cap. de la igl. de la Purísima Concepción.
142. HUELVA, capital. Las imágenes titulares de la Hdad. de Veracruz y Oración, en la igl. de la Purísima Concepción.
143. HUELVA, capital. Ntra. Sra. en su Soledad, de la Hdad. del Silencio, en su retablo de la igl. de la Purísima Concepción.
144. HUELVA, capital. Los titulares de la Hdad. de Sta. Cruz, en la igl. de la Purísima Concepción.
HUELVA (XXI), capital de la provincia: 2 de noviembre de 2018.
Parroquia de la Purísima Concepción
   La iglesia de la Concepción de Huelva está ubicada en la conjunción de la calle de su nombre con la de Méndez Núñez. Es la segunda parroquia, en antigüedad, de la ciudad. En 1516, Cristóbal Dorantes, hizo cesión de sus casas para fundar este templo, que pasa por ser de los primeros dedicados en España a la Purísima. El edificio presenta en planta y alzado tres naves, que desembocan por la cabecera en capillas absidiales. Sólo existe una capilla lateral, de estructura autónoma, en el flanco meridional del templo. La fábrica original gótico-mudéjar del siglo XVI, está muy alterada, especialmente por las reformas llevadas a cabo durante el siglo XVIII, que ocultaron su factura primitiva, cubriéndose su nave central con bóveda de cañón. No obstante, en la restauración en curso, los primitivos arcos apuntados podrán verse desde las naves laterales, sobre los de medio punto.
   En la referida restauración, dirigida por el arquitecto Antonio López, se ha adoptado la solución de cubrir la nave central con bóveda de cañón con lunetos y arcos fajones, y las naves laterales con bóvedas de aristas, en madera laminada. De esta forma se logrará crear el ambiente adecuado sin alterar la percepción de lo originario y lo nuevo en la restauración, al tiempo que se recrea la envoltura barroca de esta iglesia, de origen mudéjar.
   Cada arquería divisoria de naves comprende tres arcos de medio punto que apean sobre pilares con medias columnas adosadas en los extremos. Los pilares reciben, por las bandas de la nave central, sobre sus capiteles, sendos trozos de entablamento decorado con canecillos o modillones, y lucen pilastras adosadas, de menos altura, con capitel jónico. En el primer pilar exento de la arquería izquierda hay una lápida de mármol blanco, cuya leyenda alude a la bandera ganada a los turcos el 16 de julio de 1537 por el capitán Andrés Garocho, con "derramamiento de sangre y la de su hijo". En el pilar frontero, otra lápida rememora al sacerdote don José Páez Fernández, asesinado en Marbella en agosto de 1936.
   Las enjutas de los arcos están decoradas con resaltos triangulares que subrayan morosamente la pausada curvatura del trasdós. Sobre los arcos, una cornisa recorre longitudinalmente toda la arquería, quebrándose en ángulo recto. Del punto central de cada uno de estos plegamientos pende una ménsula que coincide con la clave del arco correspondiente. Las dos del último tramo están ornamentadas con sendos mascarones: las del central representan dos querubines y las del primero ostentan los anagramas de María. Por encima de los referidos plegamientos de las cornisas voltean otros arcos semicirculares doblados, cobijando ventanas ciegas e indicando el nacimiento de los antiguos lunetos en la falsa bóveda, que cubrió la nave principal desde el siglo XVIII hasta 1936.
   Las naves laterales presentan por sus correspondientes flancos los tres arcos de medio punto doblado, que descargan sobre pilares con resaltos. En el arranque de los arcos aparecen impostas y pinjantes. Por el tramo central de la nave del evangelio se abre la única puerta lateral del templo. Frente a dicha puerta está la única capilla lateral, dedicada al Nazareno. La iluminación de las naves del evangelio y de la epístola llega a través de sendos ventanales barrocos, que lucen las vidrieras firmadas por "La Veneciana S.A.", en 1939. Otra vidriera, la de San Alfonso María de Ligorio es de "Santarrufina", del año 1968. La puerta principal, en los pies de la nave central, tiene una estructura facetada, compuesta por tres arcos de medio punto con moldura, rosca y pinjante en la clave, configurando un pequeño cancel con movida tribuna superior, donde se adapta un moderno órgano de tubos de siete registros y pedal.
   De la fábrica primitiva del siglo XVI tan sólo se reconocen fácilmente la capilla mayor y la que preside la nave del evangelio. A la capilla mayor se accede mediante un arco triunfal levemente apuntado. La semicolumna adosada al pilar exhibe un capitel corintio, mientras que el pilar luce uno dórico y la pilastra otro jónico. Con tal variedad de órdenes arquitectónicos se consigue que éste sea el sector más fastuoso ornamentalmente del templo. Sobre el facetado presbiterio se despliega una bóveda de nervadura gótica estrellada. Los nervios arrancan de unas ménsulas adosadas a los vértices del ábside. Dado este revestimiento decorativo barroco del edificio, el ábside y las nervaduras son las que delatan el origen gótico-mudéjar del mismo. Bajo el presbiterio se halla la cripta sepulcral. La capilla absidial de la nave del evangelio conserva su cabecera facetada, cubierta con bóveda de nervadura gótica. Los siete nervios quedan recortados y adosados al muro gracias a otras tantas ménsulas.
   Se conocen intervenciones en esta iglesia en el año 1642, sobre todo en la decoración de la capilla mayor, pero las grandes obras que le han dado la configuración actual al templo son las realizadas en el siglo XVIII, sobre todo tras el terremoto de Lisboa, cuando la techumbre mudéjar fue sustituida por una falsa bóveda y se construyó la capilla absidial izquierda, las nuevas fachadas y la elevación de la torre. En las realizadas entre 1785 y 1787 intervino Antonio de Figueroa, que tuvo gran importancia en su decoración barroca.
   Ya en el siglo XIX se construye la capilla de la nave de la epístola, como consta en una inscripción del intradós del arco de ingreso a la misma: "Capilla de la Hermandad del Nazareno. Año 1836". Fue mandada construir por Josefa Rivero, viuda de Trianes. Este recinto presenta un triple fraccionamiento del espacio. La estructura central, cuadrada, está dominada por una bóveda semiesférica sobre pechinas. Las alas laterales de la capilla ostentan bóveda de cañón con lunetos y se iluminan mediante sendos ventanales abiertos en el testero frontal. La ornamentación de la media naranja propaga el movimiento a todos los elementos. En su vibrante imposta hay ocho plegamientos simétricos y sobre ellos otras tantas pilastras dobladas, de las que penden sendos pinjantes con querubines.
  Tras los destrozos e incendio del templo en 1936, la reconstrucción abarcó desde 1937 a 1939, bajo la dirección del arquitecto José María Pérez Carasa, que respetó las adiciones barrocas. También son destacables las obras realizadas en 1967, bajo la dirección del arquitecto Francisco de la Corte, cuando se puso nervios góticos a una bóveda falsa de la capilla sacramental, puesta después de la Guerra Civil, y se llevaron a cabo alteraciones ornamentales en la capilla mayor. Por último, tras la ruina del templo, provocada por las obras en un solar colindante, y la ulterior consolidación, se lleva a efecto la restauración integral del mismo, cuyas obras siguen su curso en el momento en que se redactan estas líneas.
   Al exterior, el templo presenta una imagen que responde al dictamen estético de la segunda mitad del siglo XVIII. El volumen nace de la ordenación del espacio interior. No obstante, la fachada principal, que se encuentra en el flanco occidental del edificio, está concebida como una sobria pantalla, con la intención de enmascarar la fábrica mudéjar. La portada retablo se alza sobre gradas, rompiendo la parquedad ornamental de la fachada, conjuntamente con otros elementos de la misma, como son la distribución de los vanos y de la arquería superior que corona el conjunto, que está compuesta de tres arcos trilobulares que apean sobre pilares de sección rectangular y son obra de Lázaro Rodríguez Portillo en 1757.
   La portada se compone de dos cuerpos. El primero delimitado en tres calles por columnas de capiteles jónicos sobre elevados basamentos. La calle central más ancha que las laterales, tiene un gran arco de medio punto que permite el acceso al recinto. En las laterales, en sendas hornacinas aparecen los santos Pedro y Pablo. La cornisa del quebrado entablamento, describe, en la zona central del mismo, un vibrante oleaje. En el segundo cuerpo, de una sola calle flanqueada por columnas y cartones laterales, hay una hornacina con la Inmaculada Concepción. Más arriba, bajo la curvada cornisa asoma un ojo de buey. La otra portada, en la fachada septentrional, está flanqueada por dos pilastras dobladas con basamentos y capiteles. Sobre ellas un quebrado entablamento decorado con triglifos, enmarca un vano central con arco de medio punto, en cuyas enjutas hay sendos triángulos cajeados y adaptados al trasdós del msimo. Un frontón triangular partido corona el entablamento, sobre cuyas vertientes lucen dos remates piramidales. En su centro, un doblado pedestal soporta una vibrante cornisa de la que pende un pinjante decorado con un querubín. Un pequeño frontón curvo remata todo el conjunto.
   Esta parroquial acepta el sistema de cubrición mudéjar. En la nave central presenta un tejado a dos aguas y las laterales a una. Sobre ellas, se pueden observar, ahora reconstruidas, tres mansardas, una a la cabecera y las dos restantes sobre las cubiertas de la nave central.
   La torre, de sólida cubicidad, subraya el ritmo ascendente de la fachada principal. Está compuesta de caña, perforada por un estrecho vano enmarcado por moldura mixtilínea. Más arriba la caja del reloj luce enmarcada por otra moldura de idéntica morfología. El cuerpo de campanas, de más cuidada y recargada ornamentación, con columnas dórico-toscanas, tiene cuatro vanos con arco de medio punto, en cada lado, flanqueados por pilastras, que soportan un entablamento vibrante, que se prolonga con ondulante pretil decorado con jarrones cerámicos. El chapitel octogonal está alicatado de azulejería sevillana, sobre un banco igualmente octogonal. En el aspecto actual de la torre intervinieron sucesivamente Andrés de Silva, Lázaro Rodríguez Portillo y Pedro de Silva, entre 1755 y 1763.
   La disposición de los bienes muebles del interior del templo no ha sido determinada, al escribirse este texto, por lo que nos limitamos a recordar los retablos más notables y sus imágenes. El retablo de San José, neobarroco, consta de tres calles, separadas por columnas salomónicas, sobre un banco. En la hornacina central está la talla en madera estofada está la talla en madera estofada y policromada de San José, obra de Pérez Comendador en 1946. En sendas ménsulas a los lados del titular del retablo está el grupo escultórico en madera tallada, estofada y policromada de Santa Ana y la Virgen, y un San Joaquín, ambos de la época del retablo. El cuerpo superior lo remata un ático de frontón partido, en cuyo centro hay una hornacina con la efigie del arcángel San Rafael. El retablo lo hizo Miguel Hierro Barreda en 1945, y lo doró Gómez del Castillo.
   El retablo de la Virgen del Carmen, consta de tres calles en su cuerpo central, separadas por columnas. En su hornacina principal se venera la imagen de la Virgen del Carmen, tallada en madera estofada y policromada, obra de Agustín Sánchez Cid en 1944. Y el de la Virgen del Perpetuo Socorro es en forma de arco de medio punto, decorado en su interior con rectángulos y apliques dorados, y en su exterior con motivos de eses vegetales contrapuestas y penacho central. Sobre la mesa de altar y sobre las gradas decrecientes, un gran ostensorio, con sol ovalado, alberga la estampa de la titular. Este retablo fue tallado por Miguel Hierro Barreda en 1954.
   Otras esculturas de interés artístico son: una pequeña Inmaculada de estética dieciochesca, que responde a los gustos del círculo de Duque Cornejo, realizada en barro cocido, que normalmente está en la sacristía. Un Niño Jesús, montañesino, realizado en vaciado de plomo, con una peana de madera tallada y costillas. Anterior a 1936 es la imagen de candelero para vestir de la Virgen de la Soledad, titular de su cofradía que está erigida en la parroquial. En 1936 Sebastián Santos Rojas hizo la imagen de candelero para vestir de la Virgen del Rocío. De Sebastián Santos es también la magnífica escultura en madera estofada y policromada del Sagrado Corazón de Jesús, que preside la capilla sacramental, gubiada en 1939 y que lleva una inscripción alusiva a sus donantes Doña Soledad Vélez Ramos y Doña Alberta Villar y Carros.
   Del mismo escultor de Higuera de la Sierra es el Nazareno, de gran devoción en la ciudad y realizado en 1950, que preside la capilla lateral o de los Trianes, donde radica la cofradía que le da culto. En dicha capilla, en sendas hornacinas laterales están las imágenes de la Virgen de la Amargura y San Juan Evangelista, cotitulares de la Hermandad de la Madrugada. La Virgen es una imagen para vestir de Ramón Chaveli padre en 1938. La del Evangelista es de Ramón Chaveli, hijo, en 1940. En esta capilla son destacables igualmente los ángeles pasionarios de Luis Ortega Bru, gubiados en 1951.
   En la capilla situada en la cabecera de la nave del evangelio, se encuentra el Señor de la Oración del Huerto, imagen de vestir, realizada por Luis Ortega Bru en 1977. En 1939 Antonio León Ortega hizo el ángel de la Oración en el Huerto. La Hermandad, titulada de la Vera Cruz, ha incorporado la imagen de un Crucificado, obra de Mariano Sánchez del Pino que se bendijo el 23 de enero de 2006. León Ortega talló en 1963 el San Juan Bautista que preside la capilla bautismal. El escultor ayamontino talló asimismo en 1968 el Crucificado que presidía este templo, hoy en la ermita de la Soledad.
   En pintura hay que señalar varios lienzos. Anónimo del siglo XVII es el de la aparición de Cristo a San Juan de la Cruz. Y de la misma época es otro de la Circunsición de Jesús. También del Seiscientos es una Inmaculada con cierto aire zurbaranesco. Copia de de un grabado de esta centuria es el óleo de un Cristo de un grabado de esta centuria es el óleo de un Cristo con la cruz a cuestas. Del siglo XIX es un San José con el Niño.
   Abundantes son las piezas de orfebrería. Del siglo XVII son un cáliz de plata y un portapaz con la efigie de la Inmaculada. Del XVIII es un acetre en forma de crátera, con una marca en la que aparece un castillo. Un cáliz con marca de Castro y otras ilegibles. Un copón de plata liso, con punzones de Alexandre, Cardenas, Giralda, Cochinito y la cifra "79". Otro copón con nudo periforme y decoración de rocallas, espigas y ángeles. Unas crismeras de plata, de forma globular y otras de forma cilíndrica.
   Del siglo XIX hay un cáliz con marcas de NOD8DO, Flores y González. Decimonónico es también otro cáliz, con la misma inscripción, pero con marcas Espiau, Flores y NO8DO. Un tercer cáliz, de plata y pie plateado corresponde igualmente al Ochocientos. Así como un copón con la marca Rodríguez, NO8DO; una naveta de plata punzonada de la misma forma; un relicario argénteo en forma de ostensorio con reliquia josefina.
   Por último, anterior a 1936 es el ostensorio neogótico de plata dorada. De 1928 es el copón de oro de 20 kilates, con una inscripción conmemorativa de la fiesta del Sagrado Corazón de ese año. Del orfebre Jesús Domínguez en 1958 es el magnífico sagrario de plata, en cuyo interior una inscripción indica que fue donado por la Excma. Sra. Condesa de Moraclaro.

Textos de:
ARJONA, Rafael. Guía total: Andalucía. Anaya Touring. Madrid, 2005.
CARRASCO TERRIZA, Manuel Jesús; GONZÁLEZ GÓMEZ, Juan Miguel; OLIVER CARLOS, Alberto; PLEGUEZUELO HERNÁNDEZ, Alfonso; SÁNCHEZ SÁNCHEZ, José María. Guía artística de Huelva y su provincia. Diputación de Huelva y Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2006.

Enlace a la Entrada anterior de Huelva:
2803. HUELVA (XX), capital: 2 de noviembre de 2018.

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