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miércoles, 26 de julio de 2017

1956. OSUNA* (III), Sevilla: 6 de junio de 2015.

46. OSUNA, Sevilla. Pta. del Sol de la Colegiata de Sta. Mª de la Asunción.
47. OSUNA, Sevilla. Interior de la Colegiata.
48. OSUNA, Sevilla. Otra vista del interior de la Colegiata.
49. OSUNA, Sevilla. Retablo mayor y cúpula de la Colegiata.
50. OSUNA, Sevilla. Retablo del Xto. de la Misericordia, en la Colegiata.
51. OSUNA, Sevilla. Xto. de la Misericordia, en su retablo de la Colegiata.
52. OSUNA, Sevilla. Detalle del Xto. de la Misericordia, en su retablo de la Colegiata.
53. OSUNA, Sevilla. Acceso al Panteón Ducal, en la Colegiata.
54. OSUNA, Sevilla. Ángulo del patio del Sto. Sepulcro en el Panteón Ducal de la Colegiata.
55. OSUNA, Sevilla. El patio del Sto. Sepulcro del Panteón Ducal, en la Colegiata, desde otro ángulo.
56. OSUNA, Sevilla. Decoración de los arcos del patio del Sto. Sepulcro del Panteón Ducal, en la Colegiata.
57. OSUNA, Sevilla. Otro detalle de la decoración de los arcos del patio del Sto. Sepulcro del Panteón Ducal, en la Colegiata.
58. OSUNA, Sevilla. Restos de las pinturas murales del patio del Sto. Sepulcro del Panteón Ducal, en la Colegiata.
59. OSUNA, Sevilla. Vista del interior de la capilla del Panteón Ducal, en la Colegiata.
60. OSUNA, Sevilla. Vista de las bóvedas de la capilla del Panteón Ducal, en la Colegiata.
61. OSUNA, Sevilla. Fachada del cvto. de la Encarnación.
62. OSUNA, sevilla. Portada lateral de la igl., en el compás del cvto. de la Encarnación.
63. OSUNA, Sevilla. La colegiata, desde el compás del cvto. de la Encarnación.
64. OSUNA, Sevilla. La Universidad.
65. OSUNA, Sevilla. Fachada principal de la Universidad.
65. OSUNA, Sevilla. Portada de la Universidad.
66. OSUNA, Sevilla. Vista de la Colegiata, y en primer término, torreón esquinero de la Universidad.
OSUNA* (III), provincia de Sevilla: 6 de junio de 2015.
Colegiata de Santa María de la Asunción*
   Fue fundada por Don Juan Téllez Girón, IV conde de Ureña, quien obtuvo la bula pontificia para construir el edificio en 1535, si bien las obras habían comenzado con anterioridad. El templo estaba concluido en sus aspectos fundamentales en torno a 1540, prolongándose su edificación en detalles secundarios a lo largo del siglo XVI. En el XVII se realizó la portada del muro septentrional y un siglo más tarde se construyó la bóveda semiesférica de la capilla mayor, decorada con escudos nobiliarios de los patronos y con hojarascas barrocas.
   La iglesia está construida en cantería, tiene planta rectangular de tres naves, siendo la central más ancha que las laterales, y abriéndose a cada una de ellas tres capillas. Las naves se cubren con bóvedas vaídas y la cabecera con semiesfera sobre pechinas. Los soportes son pilares con pilastras y columnas adosadas, disponiéndose un dado de entablamento sobre los capiteles. Al exterior el templo posee tres portadas. Las dos correspondientes a las naves laterales son de sencilla estructura; la del muro derecho está fechada en 1632. La fachada principal, situada en el muro oeste, presenta a ambos lados dos sencillas portadas ciegas encuadradas por un alfiz de grutescos y rematadas con flameros y escudos eucarísticos y nobiliarios sostenidos por angelitos. En el centro del muro se sitúa la llamada Puerta del Sol, enmarcada por columnas corintias y coronada por un frontón curvo, con óculo central entre flameros. En esta portada sobresale la excelente decoración de grutescos, símbolos eucarísticos, medallones e inscripciones que se distribuyen  por los elementos arquitectónicos. Sobre los capiteles, en pequeñas cartelas rectangulares, aparece la fecha de ejecución de la puerta, 1533, situándose en el friso los bustos del Rey David y de Santo Tomás de Aquino, así como inscripciones alusivas al fundador de la colegiata y una estrofa del Pange lingua. En el lateral izquierdo de la fachada se levanta la torre, obra realizada a partir de 1918 y sin concluir, que ha venido a sustituir a la anterior, destruida por un rayo.
   En el interior del templo destaca el amplio presbiterio, elevado sobre la altura de la nave, donde se encuentra el retablo mayor, de estilo barroco e iniciado en 1704 por Francisco María de Ceiba y Pedro García de Acuña, que terminaron y colocaron el primer cuerpo en 1715. En 1724 se colocó el segundo cuerpo, en el que colaboraron José Hormigo y Francisco López, quedando poco después paralizadas las obras. En 1761 Juan Guerra reanudó las obras, que terminaron tres años después. El dorado lo realizó José Fabre entre 1768 y 1770. Presenta las esculturas de San Isidoro y San Leandro, San Pedro y San Pablo, siendo estos últimos obras de Juan Bautista Finache. Un relieve de la Asunción de la Virgen ocupa la hornacina, apareciendo en el ático una pintura del Calvario realizada en 1762. El conjunto de pinturas que representa a los Padres de la Iglesia son obras ajenas al retablo, pudiéndose considerar de escuela sevillana del siglo XVIII.
   Los dos púlpitos de mármol de las esquinas del presbiterio fueron tallados por el cantero Miguel Rejano. Las esculturas que los adornan, que representan a los Padres de la Iglesia y a los Evangelistas, son obras del escultor Nicolás García, quien las realizó en torno a 1775.
   Las capillas que se abren en las naves de la iglesia albergan importantes obras de arte. En el muro izquierdo, y a los pies de la iglesia, figura en primer lugar un pequeño retablo barroco, adornado con rocalla y fechable en la segunda mitad del XVIII. Presenta esculturas de San Sebastián y San Juan Bautista, en los laterales; en el centro se dispone una pintura de la Dolorosa, en óvalo, y sobre ella aparece una escultura de Cristo Crucificado.
   En la segunda capilla figura, en su frente principal, una buena pintura napolitana del siglo XVII que representa el martirio de San Genaro, obra atribuida a Fabrizio de Santafede que se alberga en el interior de un vistoso marco del siglo XVIII. En un lateral se dispone un retablo de yeso con columnas salomónicas, del primer tercio del siglo XVIII, con una pintura de Ánimas de la misma fecha.
   La tercera capilla de esta nave posee un retablo realizado en mármoles de colores presidido por un lienzo de la Virgen de la Antigua de la primera mitad del siglo XVIII. Obra fundamental en la historia de la pintura española es el impresionante Calvario realizado por José de Ribera en Nápoles hacia 1620, que figura en un muro lateral de esta capilla.
   A la izquierda del presbiterio se abre una amplia capilla, cuyo frente se cubre con tres retablos. El situado a la izquierda está dedicado a la Virgen de la Victoria y fechado en 1584, siendo la escultura mariana obra del portugués Manuel del Pino, quien la hizo en 1582. Sus pinturas son de mediano mérito y están atribuidas a Juan Bautista de Amiens, figurando en el primer cuerpo San Francisco de Asís y San Sebastián con una donante. En el cuerpo alto se sitúan pinturas de San Antonio Abad, San Pedro, San Pablo y Santa Catalina, y en el ático el Dios Padre. El retablo central fue realizado en 1532 por Juan de Zamora y presenta en su cuerpo inferior pinturas de la Transfiguración y la Resurrección, mientras que en el Superior aparecen la Ascensión, la Sagrada Cena y el Juicio Final. El retablo de la derecha es de finales del siglo XVI y contiene pinturas de la misma época que representan a Santa Teresa, el martirio de San Arcadio, San Antonio de Padua, San Juan Evangelista, la Imposición de la casulla a San Ildefonso y San Matero; en el ático figura un Ecce Homo. En los muros laterales de esta capilla figuran dos pinturas, una de las cuales representa la Adoración de los Pastores y es, obra fechable a principios del siglo XVIII y presenta el tema de la Oración en el Huerto, tratándose de una interesante muestra de escuela italiana, que está enmarcada por una buena moldura de estilo rococó.
   En la capilla que se abre en la cabecera de la nave derecha se encuentra una escultura de Cristo crucificado de papelón y un retablo de 1771 cobijado por un dosel con el escudo ducal, que presenta esculturas de San Francisco de Asís, San Antonio de Padua y la Inmaculada, todas de la fecha del retablo. Importante es el altar del Cristo de la Misericordia, decorado con yeserías y relieves de la Flagelación y la Oración en el Huerto. Está presidido por una magnífica escultura de Cristo crucificado, obra ejecutada por Juan de Mesa en 1623; a sus lados figuran esculturas de la Virgen y San Juan de la primera mitad del XVIII. Una de las dos puertas que se abren en esta capilla, la que accede al museo, está tallada en madera con medallones y grutescos del último tercio del siglo XVI. La que da paso a la Capilla del Santo Sepulcro está realizada en piedra policromada y se levanta con columnas estriadas sobre pedestales que enmarcan un arco de medio punto. la parte superior se remata con un frontón esculpido con relieves mortuorios y tres ángeles que presentan alegorías de la muerte.
   Volviendo a la iglesia, en la primera capilla de la nave a partir del presbiterio se encuentra un gran lienzo de San Jacobo del siglo XVIII y otro de Santa Ana, la Virgen y el Niño del primer tercio del XVII. La escultura de Cristo crucificado es de mediados del siglo XVIII. En la Capilla Bautismal figuran una pintura del Bautismo de Cristo, del siglo XVII, y otras de San Antonio de Padua, San Sebastián y San José con el Niño, del XVIII. La que representa a Santo Tomás de Villanueva es copia de Murillo realizada en el siglo XIX.
   En la siguiente capilla hay un retablo del primer tercio del siglo XVI con pinturas atribuidas a Juan de Zamora, que representan la Adoración de los Reyes, la Presentación, el Nacimiento y la Anunciación. Preside el retablo una escultura de la Virgen con el Niño también del siglo XVI. En los muros de esta capilla se dispone un conjunto de tablas hispano-flamencas de mediados del siglo XVI, que representan la Adoración de los Pastores, el Descendimiento y la Aparición de Cristo a su Madre. En la Capilla de la Virgen de los Reyes se conserva un realejo, interesante instrumento musical de mediados del siglo XVI. En el muro de los pies figura un retablo de un solo cuerpo, rematado por estípites y fechable a mediados del siglo  XVIII con una pintura de Cristo camino del Calvario de la segunda mitad del siglo XVII.
Panteón Ducal*
   Fue fundado por don Juan Téllez Girón, conde de Ureña, y es de estilo renacentista. Su construcción debió de comenzar en torno a 1545, consagrándose la capilla diez años más tarde.
   Está adosado a la Colegiata y presenta tres núcleos principales: el patio del Santo Sepulcro, la capilla y el panteón. El primero, de proporciones cuadradas, presenta una doble galería de arcos escarzanos sobre columnas de mármol blanco. Labores de yeserías con grutescos adornan las enjutas, roscas e intradós de los arcos, así como la embocadura de algunas puertas y de las hornacinas situadas en los cuatro ángulos del patio. Los muros de las galerías conservan parte de las pinturas murales coetáneas que completaron el programa constructivo. Desde este patio se accede a la sacristía de la capilla, que presenta motivos decorativos, semejantes a los anteriormente citados.
   La capilla tiene planta rectangular y está dividida en tres naves por medio de columnas de mármol blanco que apean en arcos escarzanos. Las bóvedas presentan decoración de casetones realizados en yeso, al igual que los frisos, arcos y el púlpito, en el que aparecen imágenes de los ápostoles. En el presbiterio figura un pequeño retablo de un solo cuerpo con columnas, cuyo fuste está cubierto con grutescos, que enmarca un relieve del Entierro de Cristo, fechable hacia 1550 y considerado obra de Roque Balduque. A ambos lados de este retablo principal figuran otros dos más pequeños, albergando el de la izquierda una pintura sobre tabla que representa la Anunciación firmada por Gerard Wytwel de Utrech, fechable hacia 1550. En el retablo situado a la derecha aparece una pintura sobre tabla, con la Alegoría de la Inmaculada Concepción, firmada por Hernando de Esturmio en 1555.
   En el muro de la izquierda de esta capilla figura una escultura de la Virgen de Trapani, obra de alabastro del siglo XVII y una cabeza de madera del Apóstol Santiago, de finales del siglo XV. En el muro de la derecha hay un retablo de mediados del siglo XVI, que alberga un buen relieve de San Jerónimo realizado en barro cocido. A continuación se sitúa el acceso a la Capilla de la Virgen de la Granada, recinto cubierto por bóveda de yeserías con casetones, que presenta en los ángulos esculturas de los Padres de la Iglesia vinculables a Roque Balduque.
   El coro presenta una sillería de once asientos tallados en madera con decoración de grutescos y fechables en torno a 1550. Sobre el asiento principal hay una pintura en tabla de la Piedad de mediados del siglo XVI. En la sacristía de esta capilla se expone un retablo de la misma época con pinturas sobre tabla que representan la Piedad, el Ecce Homo, la Oración del Huerto y el Calvario. En el centro del retablo se encuentra una pintura de Cristo con la Cruz atribuida a Morales, mientras en el ático figura una Virgen con el Niño. Otras tablas del siglo XVI situadas en esta Sacristía representan el Ecce Homo y una copia del San Jerónimo en su estudio de Marinus. También son importantes un grupo escultórico del Calvario, de mediados del siglo XVI y una escultura de Cristo Crucificado del siglo XVIII.
   La cripta del panteón tiene tres recintos en los que están situados los enterramientos de la familia de los fundadores. Se cubren con bóvedas de nervaduras y presentan zócalos de azulejos modernos. En el interior se conservan dos pequeños retablos de mediados del siglo XVI, con esculturas de San Marcos y de la Virgen con el Niño, cerrados con puertas en las que se representan alegorías de la muerte. También figuran dos pinturas sobre tabla de mediados del siglo XVI de San Jerónimo y el Calvario, copia del grabado ejecutado por Antonio de Salamanca en Roma en 1541.
Museo
   La sala principal del museo está ubicada en lo que fue antigua Sacristía de la Colegiata. Hasta ella se accede por un pasillo, en el cual está situado un altar relicario con medallones de santos jesuitas y una pintura de la Virgen con el Niño del siglo XVIII. En el recinto de la antigua Sacristía destaca la colección de obras de Ribera realizadas para el Duque de Osuna en los primeros años de su estancia en Nápoles, entre 1616 y 1617. Representan a San Sebastián, las Lágrimas de San Pedro, San Jerónimo y el Martirio de San Bartolomé.
   En unas vitrinas de la sala se exhiben diversos libros corales con miniaturas renacentistas de espléndida factura y brillante colorido. Otras piezas dignas de mención son una escultura de San Sebastián, del siglo XVI, un relieve en alabastro de la Crucifixión, de estilo gótico y origen inglés, una imagen-sagrario de la Virgen de la Granada, de mediados del siglo XVI y una escultura de Santa Clara, del XVII. Espléndidos son los azulejos de cuenca, también de mediados del siglo XVI, que aparecen en los muros y entre la viguería del techo.
   El conjunto de piezas de orfebrería expuestas en el Museo de la Colegiata son obras de gran valor artístico. El grupo más antiguo lo forman un cáliz y una cruz procesional de estilo gótico flamígero y de procedencia vallisoletana. La cruz es una acabada obra de cincelado, repujado y labor de lima que presenta entre las tracerías góticas un extenso programa iconográfico, tanto en los relieves como en las esculturas. Está formada por una cruz griega, una manzana de tipo arquitectónico y un mango donde aparecen ya temas renacentistas. Fue realizada en el primer tercio del siglo XVI por el platero vallisoletano Pedro de Ribadeo, cuyo punzón, junto con el de la ciudad de Valladolid, ostenta. La donación estuvo a cargo de Don Juan Téllez Girón, IV conde de Ureña. De estilo semejante es un gran cáliz con peana estrellada y nudo de tracería, que puede asimilarse a la cruz en autor y procedencia.
   Plenamente renacentista es una gran arqueta destinada a guardar el Santísimo el Jueves Santo, decorada a base de roleos, que lleva los punzones de la ciudad de Sevilla, del contraste Diego de la Becerra y otro probablemente de autor, aún no identificado. Fue donado por el ya mencionado Juan Téllez Girón en 1585 y restaurada por sus sucesores en 1892. De la misma época, es decir, del último cuarto del siglo XVI, se conservan dos cálices, uno de los cuales lleva los punzones de Sevilla y del platero Hernando de Ballesteros. También del siglo XVI es una bandeja de latón, de tipo "dinanderie", con representación de la Virgen con el Niño en el círculo central. Interesantísimo es un juego de candeleros, cruz de altar, portapaz y vinajeras realizado en mármol rojo, bronce dorado y plata, de claro estilo manierista y probable origen italiano. Fueron donados por Doña Isabel de la Cueva en 1612.
   Posee la Colegiata dos ostensorios. Uno es contemporáneo del conjunto anterior, está realizado en plata dorada y es del más puro estilo manierista español, conteniendo en su decoración botones de esmalte traslúcidos. El otro es una magnífica pieza renacentista que se compone de un cuerpo circular acristalado cubierto con cúpula y un mango o astil formado por tres atlantes. Toda la obra lleva una menuda decoración que corresponde, lo mismo que su estructura, a la escuela alemana del siglo XVI. Consta que en 1586 ya se encontraba en la Colegiata. Aparecen en el ostensorio dos punzones, uno de los cuales parece representar una N, hecho que adjudicaría la obra a la ciudad de Nüremberg.
   En una sala anexa a la sacristía se conserva una interesante colección de pinturas sobre tabla del segundo tercio del siglo XVI, en su mayoría copias de originales flamencos. Tienen como tema la Anunciación, el Nacimiento, la Adoración de los Reyes, la Circunsición, la Oración en el Huerto, el Calvario, el Descendimiento, y la Piedad. Destaca entre ellas un tríptico representando el Noli me tangere de principios del XVI con estilo de la escuela de Amberes. En la sala alta del museo se conservan restos de la antigua sillería del coro de la iglesia, obra del siglo XVII, un conjunto de pinturas de secundario interés, tres ternos bordados de los siglos XVII y XVIII, un paño mortuorio, diversas pértigas de plata y varios documentos y bulas pontificias.
Convento de la Encarnación*
   Se fundó este edificio originalmente como Hospital de la Encarnación del Hijo de Dios en 1549, transformándose en monasterio de monjas mercedarias en 1626, sin que en la actualidad se conserven restos del edificio hospitalario. La fachada de la iglesia sigue el modelo creado por el arquitecto Fray Alberto de la Madre de Dios para el convento de la Encarnación de Madrid. Está realizada en ladrillo, enmarcándose el vano de entrada por pilastras y rematándose con un frontón partido. En el muro de la derecha se abre otra portada fechable en el siglo XVIII, formada por pilastras que sostienen un arco carpanel. El interior de la iglesia es de una sola nave cubierta con bóveda sobre pechinas en el presbiterio. El retablo mayor es barroco y fue realizado a comienzos del siglo XVIII, figurando en las calles laterales esculturas de San Pedro Nolasco y San Ramón Nonato, mientras que en la hornacina principal figura una escultura de la Virgen de la Merced y en el ático aparece un relieve de la Anunciación, flanqueado por esculturas de la Beata Mariana de Jesús y Santa María de Cervellón. A la izquierda del retablo principal se dispone otro menor de estilo barroco, flanqueado por estípites y fechable a mediados del siglo XVIII. Tiene una escultura de San José en la hornacina principal y en los laterales pinturas de la Sagrada Familia y San Juan de la Cruz. Hace pareja este retablo con otro situado en el lado opuesto, del mismo estilo y época que tiene una escultura de San Miguel Arcángel en el centro; en dos repisas laterales se disponen esculturas de las Ánimas del purgatorio y en el ático aparece una pintura de Santa Rosa de Lima.
   En el muro izquierdo figura, en primer lugar, un retablo barroco de mediados del siglo XVIII decorado con rocallas que tiene en su hornacina principal una escultura de la Virgen del Pilar y en el ático una pintura de Santa Teresa. En el muro derecho se dispone un retablo fechable también a mediados del siglo XVIII, en cuya hornacina principal figura una escultura del Cristo de la Misericordia, obra de finales del siglo XVI; en los laterales se encuentran esculturas de la Virgen y San Juan de mediados del siglo XVIII.
   La bóveda de la nave está decorada con yeserías barrocas en las que aparecen incrustados diversos lienzos del siglo XVIII. De fines del XVII son las pinturas de San Juan Bautista, San Arcadio, San Sebastián y San Agustín situadas en los muros.
Museo
   Gran parte del interio de la clausura de este convento se ha convertido en nuestros días en un admirable museo, dispuesto en torno al claustro principal, que es de dos plantas levantadas sobre columnas de mármol blanco. El zócalo del claustro aparece revestido con azulejos sevillanos del siglo XVIII, que forman una excepcional y casi única colección, con representaciones de los cinco sentidos y de las estaciones del año, una vista de la Alameda de Hércules de Sevilla y de las monjas del convento rezando en el coro. Figuran también escenas de montería y tauromaquia.
   En el coro bajo, abierto al presbiterio, está situada una sillería de coro fechable a mediados del siglo XVII y compuesta por veinticuatro sitiales. Por los muros se distribuyen una serie de lienzos barrocos y una excelente colección de fanales y vitrinas. Pinturas de finales del siglo XVII son las que representan a la Virgen con el Niño, Santa Catalina de Siena, la Magdalena, Santo Domingo, San Pedro de Alcántara, San Jerónimo, Santa María del Socorro y la Virgen de la Merced. Las citadas vitrinas pueden fecharse en la segunda mitad del siglo XVIII y, entre otras, caben citarse las de San José, la Inmaculada, el Cristo de la Sangre, San Pascual Bailón y la Virgen de Trapani. Pieza importante de orfebrería es la Cruz relicario del Lignum Crucis, realizada en Roma en 1599 en madera de ébano con incrustaciones de marfil, ágata y lapislázuli.
   En la primera sala del museo se encuentra una buena pintura de la Dolorosa,obra firmada al dorso por Francisco Meneses Osorio en 1703. En esta sala figuran otras pinturas del siglo XVIII que representan a San José con el Niño, Cristo camino del Calvario, Santa Ana instruyendo a la Virgen, copia de Rubens, la Virgen con el Niño, copia de Sassoferrato, y el retrato de un fraile mercedario. También se expone un pequeño conjunto escultórico presidido por la una Virgen de Trápani del siglo XVII y posteriormente policromada, una Sagrada Familia de finales del siglo XVIII, un Niño Jesús hispano-filipino en marfil del siglo XVII y un Cristo del siglo XVII realizado también en marfil.
   En la escalera que asciende al segundo piso del claustro están situadas las pinturas de Cristo atado a la Columna y una copia del siglo XIX del Finis Gloriae Mundi de Valdés Leal. En las salas altas se exponen numerosas obras. Entre ellas destacan una tabla hispano-flamenca del Descendimiento datada en el primer cuarto del siglo XVI y una escultura de barro cocido de la cabeza del Bautista, del XVII. Junto a ellas figuran numerosas obras de arte de secundario interés, expuestas con admirable cuidado. Entre ellas destaca una buena colección de esculturas del Niño Jesús de los siglos XVII al XIX, con sus ajuares correspondientes. En el museo y en la iglesia se hallan multitud de objetos de orfebrería de valor artístico considerable. Entre las piezas de plata pueden mencionarse las numerosas coronas y diademas que adornan las imágenes, destacando entre ellas el conjunto de corona, ráfaga y grilletes que adornan la imagen de alabastro de la Virgen de Trápani. Todas las piezas llevan un bello repujado protobarroco y pueden fecharse a mediados del siglo XVII. Obra muy destacada de mediados del siglo siguiente es la corona de la Virgen de la Merced, situada en el coro, pieza de plata dorada con adornos de piedras verdes y hermoso repujado de rocalla. También decorado con rocallas, pero trabajado a cincel, es el conjunto de plata que adorna la imagen de San Miguel niño, compuesta por casco, espada, escudo y balanza, piezas en las que aparece la marga Rodríguez. De puro estilo rococó es también una cruz de altar que lleva el punzón Juan Brabo.
   En cuanto a los vasos sagrados, es muy destacable el ostensorio de bronce dorado con incrustaciones de coral, que fue realizado en el sur de Italia en la segunda mitad del siglo XVII y fue regalo de la duquesa de Osuna, virreina de Nápoles. De época posterior es el arca del Jueves Santo, de plata blanca y dorada, que se remata por un gran pelícano, que aunque no lleva punzón puede clasificarse como obra cordobesa del último tercio del siglo XVIII. De comienzos del siglo XIX y de estilo neoclásico son un copón y un cáliz de oro, de grandes dimensiones y con decoración de piedras preciosas.
   Entre las pequeñas joyas que decoran las imágenes hay que destacar los escapularios y el broche de la Virgen de la Merced que está situada en el coro, piezas realizadas en oro y perlas. Los escapularios tienen un dibujo de filigrana que forman figuras de aspecto rosáceo y contienen en el centro el escudo de la Merced, pudiendo fecharse en la segunda mitad del siglo XVII. El broche se forma por un anagrama de María entretejido con perlas y un águila bicéfala en el centro, siendo obra algo más tardía, es decir de mediados del siglo XVIII.
Universidad
   Fue fundada por el IV Conde de Ureña, Don Juan Téllez de Girón, en 1548. Es de planta rectangular con torreones en las esquinas, disponiéndose su espacio en torno a un patio central del que arranca la escalera renacentista que comunica con el segundo piso del edificio.

Enlace a la Entrada anterior de Osuna*:

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