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sábado, 28 de marzo de 2020

2932. CÓRDOBA** (LXIX), capital: 20 de enero de 2019.

383. CÓRDOBA, capital. El Cvto. del Carmen.
384. CÓRDOBA, capital. Una de las portadas del Cvto. del Carmen.
385. CÓRDOBA, capital. La igl. de la Magdalena desde la plaza homónima.
386. CÓRDOBA, capital. Portada del Evangelio de la igl. de la Magdalena.
387. CÓRDOBA, capital. Portada principal de la igl. de la Magdalena.
388. CÓRDOBA, capital. Otra perspectiva de la igl. de la Magdalena.
389. CÓRDOBA, capital. La igl. de San Lorenzo.
390. CÓRDOBA, capital. Interior de la igl. de San Lorenzo.
391. CÓRDOBA, capital. Detalle del interior de la igl. de San Lorenzo.
392. CÓRDOBA, capital. Las pinturas murales del ábside principal de la igl. de San Lorenzo.
393. CÓRDOBA, capital. El Stmo. Xto. del Remedio de Ánimas en su retablo de la igl. de San Lorenzo.
394. CÓRDOBA, capital. Ntra. Sra. Madre de Dios en sus Tristezas, en su retablo de la igl. de San Lorenzo
395. CÓRDOBA, capital. Los titulares de la Hdad. de la Entrada Triunfal, en su capilla de la igl. de San Lorenzo.
396. CÓRDOBA, capital. Capilla de la Hdad. del Calvario, en la igl. de San Lorenzo.
397. CÓRDOBA, capital. Ntro. Padre Jesús del Calvario en su retablo de la igl. de San Lorenzo.
398. CÓRDOBA, capital. Ntra. Sra. del Mayor Dolor, de la Hdad. del Calvario, en la igl. de San Lorenzo.
399. CÓRDOBA, capital. El retablo mayor, situado en una nave lateral, de la igl. de San Lorenzo.
400. CÓRDOBA, capital. Una última vista de la igl. de San Lorenzo.
CÓRDOBA** (LXIX), capital de la provincia: 20 de enero de 2019.
Convento del Carmen
   Doblando por Alfonso XII a la derecha, tras dejar atrás la plaza del Conde de Gavia, se alcanza la plaza de Puerta Nueva. Aquí se sitúa el antiguo convento del Carmen, perteneciente a los carmelitas calzados. Los frailes de esta Orden habitan este lugar desde 1580, pero el convento como tal se construyó en el siglo XVII, durando las obras casi toda la centuria. Del convento se conservan dos zonas de notable importancia: la iglesia y el claustro.
   La iglesia es muy sencilla. Tiene una sola nave que, a principios del siglo XX, perdió el artesonado de madera en un incendio y hoy se cubre con bóveda de medio cañón. Está toda enlucida y pintada de blanco. Unos lucernarios a la altura de la bóveda dejan pasar la luz diurna. En una de las reformas, perdió la entrada principal, que fue tapiada, y ahora se entra en ella a través del lado del Evangelio, después de atravesar un pequeño compás ajardinado.
Iglesia de la Magdalena*
   Desde el Carmen, por Ronda de Andújar, se alcanza enseguida, en la acera de la izquierda, la plaza de la Magdalena, en uno de cuyos laterales, el meridional, se yergue la iglesia de igual nombre, la primera iglesia fernandina que se construyó en la Axerquía, la más castellana y, probablemente, la mejor, como lo confirma el hecho de que en 1982 fuera declarada Monumento de Interés Histórico Artístico. Las obras comenzaron inmediatamente después de la conquista cristiana y debieron concluirse antes de finalizar el siglo XIII. A lo largo del tiempo ha sufrido numerosas incidencias, la más grave de las cuales ocurrió en 1990 cuando un incendio no dejó a salvo más que los muros. No obstante, con posterioridad a esta fecha, ha sido minuciosamente restaurada, devolviéndole su carácter original y, aunque permanece cerrada al culto, en ella se celebran los jueves musicales, recitales de música clásica que este día de la semana organiza, con gran éxito, una entidad bancaria.
   El edificio se encuentra exento y ya desde el exterior se aprecia el equilibrio de sus proporciones, así como su sencilla belleza. No es un templo muy grande, ni muy alto, pero ello no le resta valor, sino más bien al contrario. La influencia castellana se hace notar a primera vista en el aparejo de los muros, que ya no se disponen a soga y tizón, como en los edificios árabes y mudéjares, sino simplemente a soga. La portada principal muestra un frontón triangular adelantado a la fachada y, bajo él, arquivoltas ojivales, la exterior adornada con puntas de diamante, y cada una de ellas apoyada sobre columnitas que hacen las veces de jambas, rematadas en capiteles góticos con decoración zoomórfica. La portada del Evangelio es muy semejante a la principal, salvo en que el adelantamiento del muro se produce mediante un tejaroz apoyado en modillones de rollos. Como en la principal, las arquivoltas apoyaban e jambas semejantes, de las que, a día de hoy, sólo quedan los capiteles, decorados en esta ocasión con cabezas humanas y motivos vegetales. Aunque la construcción siga las directrices castellanas, tiene también influencias mudéjares, circunstancia que aparece, por ejemplo, en la portada de la Epístola: un arco apuntado y enmarcado en alfiz, compuesto de molduras y dientes de sierra, con ornamentación a base de puntas de diamante. La torre es obra bastante más moderna, concretamente, de finales del siglo XVIII. Se construyó durante el mandato del obispo Caballero Góngora, por eso luce su escudo en el muro. Consta de varios cuerpos de base cuadrada y superficie decreciente. El de campanas es ochavado y se alza dentro de un barandal que le da el aspecto de balconada. Todo el conjunto aparece coronado por un pequeño remate circular con cúpula de gallones en el que se ubica otra pequeña campana.
Iglesia de San Lorenzo*
   La calle Arroyo de San Lorenzo, al lado de la plaza de la Magdalena, lleva hasta la plaza de San Lorenzo, donde se alza la iglesia de este nombre, una más de las parroquias fundadas por Fernando III. Impresiona su fachada principal, recortada generalmente contra un cielo azul, no en vano se trata de una de las más hermosas de la ciudad, si no la que más. El óculo, que ocupa la mayor parte de la superficie del hastial resulta modélico. No se conserva otro tan bello en Córdoba. En un círculo formado por varias molduras concéntricas se inscriben dos estrellas de las que van surgiendo una lacería que recuerda las labores de sebka musulmanas. A la izquierda de este óculo se alza, airosa, la torre, engullendo el perfil de la nave del Evangelio. La construcción de esta iglesia estaba concluida antes de finalizar el siglo XIII. Se hizo sobre una antigua mezquita sobre cuyo alminar y de la mano de Hernán Ruiz II se levantó el campanario. Consta éste, como se ve, de tres cuerpos de dimensiones decrecientes que arrancan de una potente cornisa adornada con balaustrada. El segundo de los cuerpos se encuentra girado cuarenta y cinco grados con respecto al primero. Ambos aparecen abiertos, el inferior con dobles arcos de medio punto por fachada y el superior con uno solo, también por la fachada. El último cuerpo es circular, a manera de templete, y sobre su cupulilla se alza una imagen del titular de la parroquia, San Lorenzo.
   Completa esta fachada principal un pórtico formado por tres arcos apuntados y cubierta de teja cuyo alero remata en canes sin decorar. La puerta de acceso presenta arquivoltas ojivales adornadas con dientes de sierra y apoyadas en columnas con capiteles decorados con motivos vegetales. La portada derecha se abre bajo un tejaroz. Es ojival, es decir, gótica, y lleva una decoración a base de bolas. La portada izquierda o de la nave del Evangelio es similar a la de la derecha, pero se trata de una copia realizada en una de las obras de restauración que ha sufrido el templo. Todos los muros exteriores, por otra parte, se levantan a soga y tizón, influencia mudéjar habitual en la construcción de estas iglesias. Por dentro, el edificio ocupa un espacio rectangular dividido en tres naves separadas por arcos formeros armados que apoyan en pilares en cuya cara interna llevan columnas con capiteles tallados con motivos geométricos. Las tres naves muestran cubiertas de madera y las tres culminan en sendos ábsides, el central poligonal, con forma de pentágono, y los laterales planos. Los tres llevan además bóveda de crucería, y el arco toral está adornado con puntos de diamante y dientes de sierra.
   El templo estuvo enfoscado y cubierto de yeserías barrocas. Sin embargo, en este caso, a partir de 1956 y a instancias del párroco don Juan Novo, un sacerdote ilustrado, se llevó a cabo una labor de limpieza que devolvió el edificio prácticamente a su estado original. Gracias a esta intervención, aparecieron las pinturas del ábside mayor, escondidas durante siglos tras el retablo que las cubría. Debido a este descubrimiento, hoy se da por seguro que todo el templo estuvo pintado en su día, aunque estas pinturas hayan desaparecido. Las del ábside mayor son góticas,con influencia italiana, están hechas al fresco y, en su estilo, los expertos las consideran como de las más importantes de Andalucía. En sendas hornacinas y de abajo a arriba, aparecen, en primer lugar, los santos Acisclo y Esteban y los varones del Antiguo Testamento Moisés y Elías. En la parte superior se recogen escenas de la Pasión de Cristo desde el Beso de Judas a la Resurrección, pasando por el Prendimiento, el Ecce Homo, el Camino del Calvario, la Crucifixión y el Descendimiento. Independientemente de las pinturas, en el altar mayor, sobrecoge la imagen olivácea del Cristo del Remedio de Ánimas, un Crucificado espectacular, obra granadina de autor anónimo tallada en el siglo XVII. El tratamiento de la musculatura, la expresión terrible del rostro, captado en el mismo momento de la muerte, la negra cabellera de pelo natural que cae sobre los hombros, ponen en evidencia la calidad de un gran artista y, al mismo tiempo, componen un cuadro de dolor que a nadie deja indiferente.
Textos de:
ARJONA, Rafael. Guía total: Andalucía. Anaya Touring. Madrid, 2005.
ARJONA, Rafael. Guía Total: Córdoba. Anaya Touring. Madrid, 2009.
VILLAR MOVELLÁN, Alberto; DABRIO GONZÁLEZ, María Teresa y RAYA RAYA, María Ángeles. Guía artística de Córdoba y su provincia. Ayuntamiento de Córdoba y Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2006.

Enlace a la Entrada anterior de Córdoba**:
2931. CÓRDOBA** (LXVIII), capital: 20 de enero de 2019.

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