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sábado, 17 de septiembre de 2016

1644. SEVILLA** (CDXXXVII), capital: 10 de julio de 2013.

2661. SEVILLA, capital. En el patio de los naranjos con la Giralda al fondo.

2662. SEVILLA, capital. Fachada de la puerta de los Naranjos de la catedral.

2663. SEVILLA, capital. Pila bautismal e la cap. de San Antonio de la catedral.

2664. SEVILLA, capital. Bóvedas de una nave lateral de la catedral.

2665. SEVILLA, capital. Tenebrario de la catedral.

2666. SEVILLA, capital. Retablo de la Cieguecita en el trascoro de la catedral.

2667. SEVILLA, capital. La Cieguecita a la luz de las velas.

2668. SEVILLA, capital. Sepulcro del cardenal Cervantes, en la cap. de San Hermenegildo, de la catedral.

2669. SEVILLA, capital. Detalle del sepulcro del cardenal Cervantes, en la cap. de San Hermenegildo, de la catedral.

2670. SEVILLA, capital. El Xto. de la Clemencia, en la cap. de San Andrés, en la catedral.

2671. SEVILLA, capital. Detalle del Stmo. Xto. de la Clemencia, en la cap. de San Andrés, en la catedral.

2672. SEVILLA, capital. Cúpula de la Sacristía Mayor de la catedral.

2673. SEVILLA, capital. Custodia de la catedral.

2674. SEVILLA, capital. El Descendimiento de la Cruz en la Sacristía Mayor de la catedral.

2675. SEVILLA, capital. Detalle del Descendimiento de la Cruz.

2676. SEVILLA, capital. Tabernáculo del retablo mayor, expuesto en la Sacristía Mayor.

2677. SEVILLA, capital. En uno de los balcones de la Giralda.

2678. SEVILLA, capital. En otro de los balcones de la Giralda.

2679. SEVILLA, capital. El cuerpo de campanas de la Giralda.

2680. SEVILLA, capital. Una de las vistas de la ciudad desde la Giralda.

2681. SEVILLA, capital. La calle Mateos Gago desde la Giralda.

SEVILLA** (CDXXXVII), capital de la provincia y de la comunidad: 10 de julio de 2013.
   Mostramos imágenes de lo que fue la experiencia piloto de la visita nocturna de la catedral de Sevilla, mostrándose parte de su tesoro desde un punto de vista novedoso y con una ambientación muy distinta a como se acostumbra a visitar el primero de los templos sevillanos.
   La visita a la catedral de Santa María de la Sede se inicia en la calle Alemanes, donde se sitúa la puerta del Perdón, primera de las que cuenta el edificio, gran arco mudéjar de herradura que da paso al patio de los Naranjos y que, al parecer, era la principal de acceso a la antigua mezquita, aunque las yeserías que muestra en la cara externa datan de 1522 y fueron realizadas por Bartolomé López. Miguel Florentín, por su parte, modeló las imágenes de San Pedro, San Pablo, la Virgen y el Arcángel Gabriel, así como el gran relieve de la Expulsión de los Mercaderes, situado sobre el arco de la puerta. Almohades y del siglo XII son las hojas, de madera forrada de bronce, decoradas con atauriques y leyendas cúficas. Tras pasear por el patio de los Naranjos accedemos al templo por la puerta de los Naranjos, dirigiéndonos a la
Capilla de San Antonio. Situada a continuación de la capilla de Scalas, esta capilla es la bautismal de la catedral, desde que se trasladó aquí la pila del bautismo en 1656. En el retablo aparece una de las pinturas más sobresalientes del templo y de su autor; la Visión de San Antonio*, pintada por Murillo en 1656. Mide 5,60 por 3,30 m y es una magistral interpretación de la visión de los cielos que tuvo el santo de Padua, en la que el juego de la luz, siempre tan presente en las obras de Murillo, alcanza las cotas más altas. Es tal el verismo de la escena que no son pocos los que afirma haber visto revolotear un pájaro pretendiendo posarse en la mesa de la celda. En la madrugada del 5 de noviembre de 1874, unos ladrones se llevaron la figura del santo, cortando el lienzo con una navaja. Por suerte, algún tiempo después, lo devolvió el estadounidense Williams Schaus, quien lo había adquirido en Nueva York, recuperando su lugar en el lienzo tras una concienzuda restauración. Aún hay en esta capilla otra obra más de Murillo, el Bautismo de Cristo, en el mismo retablo, sobre el San Antonio.
   Se sube ahora por escaleras de caracol junto a la puerta de la Asunción para admirar las cubiertas del templo. Una vez vueltos a ras de suelo, contemplamos el magnífico tenebrario, o gran candelabro con quince velas que se encienden en los oficios de tinieblas de Semana Santa, diseñado por Hernán Ruiz II y realizado por Pedro Delgado, rejero, y Bartolomé Morel, fundidor.
Capillas de los Alabastros. A un lado y a otro del coro, aparecen cuatro capillas que en conjunto reciben esta denominación por haber sido construidas principalmente con este precioso material. Las dos del muro sur son de estilo gótico y fueron proyectadas por Juan Gil de Hontañón, visitándose en esta ocasión la que se conoce como la capilla de la Cieguecita, por la extraordinaria Inmaculada que, con los ojos bajos, casi cerrados, preside el retablo, obra de Juan Martínez Montañés.
Capilla de San Hermenegildo. En su centro se encuentra el sepulcro del cardenal Cervantes, una  de las mejores piezas de Lorenzo Mercadante de Bretaña, realizado en 1458, en el que se la imagen sin vida del cardenal con la cabeza mitrada y apoyada sobre tres almohadones. El retablo que preside el espacio data de 1752 y lo ensambló Manuel García de Santiago. En él aparece una imagen de San Hermenegildo, de quien recibe el nombre la capilla, realizada por Bartolomé García, padre del ensamblador. Entre las pinturas que cuelgan de los muros cabe destacar los lienzos que en el siglo XVII pintó el flamenco Frans Francken II: Las Bodas de Canáa, La Cena de Baltasar y Salomé con la cabeza del Bautista.
Capilla de San Andrés. En ella se venera al Cristo de la Clemencia*, portentoso Crucificado salido una vez más de las gubias de Martínez Montañés, quien lo talló para la cartuja de Santa María de las Cuevas en 1603. Por el minucioso estudio de la anatomía, que incluye la colocación  y el tratamiento del perizoma, por la delicadeza de la ejecución, así como por la espiritualidad que brota del Hombre aún vivo en la cruz, se trata de una de las cumbres más sublimes del barroco español.
Sacristía Mayor*. Al lado de la anterior, hay otra pequeña capilla denominada antesacristía desde la cual se pasa a la sacristía mayor, magnífica estancia planificada por Diego de Riaño en 1528, quien dirigió las obras hasta su muerte, ocurrida en 1534, fecha a partir de la cual fue sustituido por Martín Gaínza. Tiene planta de cruz griega, si bien el brazo situado ante la puerta lleva una prolongación seprada por una arcada triple. El crucero se cubre con una majestuosa cúpula de media naranja con linterna, sobre pechinas, muy decorada con relieves geométricos y antropomorfos. Los brazos llevan bóvedas en abanico que apean sobre trompas aveneradas. La cabecera presenta tres compartimentos, los laterales con bóveda de casetones y el central, elíptica. Columnas y pilastras muestran una profusa decoración a base de grutescos, que se convierten en relieves de santos a partir de la cornisa perimetral. En esta sacristía se encuentra, en primer lugar, la famosísima custodia realizada por Juan de Arfe, entre 1580 y 1587. Mide más de tres metros de altura, lo que la convierte en una de las mayores del mundo. Labrada en plata, ofrece un aspecto de gran torre de planta coronada por la figura de la Fe. Esta sacristía guarda también un buen número de lienzos inmortales, entre ellos, el Descendimiento de la Cruz, de Pedro de Campaña, fechado en 1548, que puede verse en la cabecera; los extraordinarios San Isidoro* y San Leandro* pintados por Murillo en 1645; una Santa Teresa atribuida a Zurbarán; la Visión de San Francisco, de Sánchez Cotán, datada en 1620, o la Virgen de la Merced, de Juan de Roelas. En distintas vitrinas distribuidas por la sala se conservan abundantes objetos de orfebrería y ornamentación litúrgicos, entre ellos dos lignum crucis, uno donado por Pedro Gómez de Albornoz en 1389, y, el otro, labrado por Antonio Méndez en 1796 con un pectoral que perteneció al pala Clemente XIV. También encontramos el tabernáculo del retablo mayor, de 1596, y su realización se debe al orfebre Francisco de Alfaro.
   La visita se remata con la subida al cuerpo de campanas de la Giralda.

Enlace a la Entrada anterior de Sevilla**:

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