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miércoles, 21 de septiembre de 2016

1648. VALENCIA** (I), capital: 15 de agosto de 2013.

1. VALENCIA, capital. Visión del conjunto de la Ciudad de las Artes y las Ciencias.

2. VALENCIA, capital. El Palau de les Arts.

3. VALENCIA, capital. Otra visión del Palau de les Arts.

4. VALENCIA, capital. Otra vista del espectacular Palau de les Arts.

5. VALENCIA, capital. Ante el Palau de les Arts.

6. VALENCIA, capital. Ante L'Hemisfèric con el Palau de les Arts, al fondo.

7. VALENCIA, capital. Entrando en L'Hemisfèric.

8. VALENCIA, capital. Dispuestos para ver una película en L'Hemisfèric.

9. VALENCIA, capital. L'Hemisfèric, el Museo de las Ciencias Príncipe Felipe y L'Oceanogràfic.

10. VALENCIA, capital. El Museo de las Ciencias Príncipe Felipe.

11. VALENCIA, capital. Espectacular vista de la Ciudad de las Artes y las Ciencias.

12. VALENCIA, capital. El Museo de las Ciencias Príncipe Felipe desde L'Umbracle.

13. VALENCIA, capital. L'Ubracle.

14. VALENCIA, capital. El puente de L'Assut de l'Or con el Museo de las Ciencias Príncipe Felipe de fondo.

15. VALENCIA, capital. Tirantes del puente de L'Assut de l'Or con L'Oceanogràfic al fondo.

16. VALENCIA, capital. L'Oceanogràfic.

17. VALENCIA, capital. Lago y otro de los edificios de L'Oceanogràfic.

18. VALENCIA, capital. Ante uno de los estanques de L'Oceanogràfic.

19. VALENCIA, capital. Ante otro de los estanques de L'Oceanogràfic.

20. VALENCIA, capital. Los patos saliendo de uno de los lagos de L'Oceanogràfic.

21. VALENCIA, capital. Uno de los pingüinos de L'Oceanogràfic.

22. VALENCIA, capital. Un caballito de mar en uno de los estanques de L'Oceanogràfic.

23. VALENCIA, capital. Ante el estanque de las medusas, en L'Oceanogràfic.

24. VALENCIA, capital. En el túnel del acuario de L'Oceanogràfic.

25. VALENCIA, capital. Grupo de peces en L'Oceanogràfic.

26. VALENCIA, capital. Una ballena beluga en su gigantesco estanque de L'Oceanogràfic.

27. VALENCIA, capital. Con los tiburones de L'Oceanogràfic.

28. VALENCIA, capital. Bajo los tiburones de L'Oceanogràfic.

29. VALENCIA, capital. El tiburón y su cría en uno de los estanques de L'Oceanogràfic.

30. VALENCIA, capital. Grupo de leones marinos en las instalaciones de L'Oceanogràfic.

31. VALENCIA, capital. El delfinario de L'Oceanogràfic.

32. VALENCIA, capital. En las pantallas gigantes del delfinario.

33. VALENCIA, capital. Una instantánea del espectáculo del delfinario.

34. VALENCIA, capital. Los delfines realizando su espectáculo.

VALENCIA** (I), capital de la provincia y de la comunidad: 15 de agosto de 2013.
   Fundada por los romanos a orillas del río Turia, Valencia exige una visita a fondo. Esta ciudad puramente mediterránea es hospitalaria, abierta, vitalista y dinámica. Conserva un importantísimo patrimonio histórico-artístico y posee igualmente un amplio calendario de fiestas. Pero Valencia apuesta firmemente por su futuro, como lo demuestra su creciente potencial como ciudad de ferias y la pujanza de su puerto.
La Valencia moderna
   El año 1957 es una fecha clave en la historia de Valencia. El río Turia ya se había desbordado con anterioridad en diversas ocasiones, pero ninguna riada logró lo que ésta: tres cuartas partes de la ciudad quedaron anegadas por el agua. La solución fue drástica. La aprobación del Plan Sur permitió desviar el cauce del río unos cuantos kilómetros para alejarlo así del centro de la ciudad. El vació dejado por su caudal pasó a ser por obra y gracia de diferentes arquitectos, entre ellos Ricardo Bofill, un jardín donde los valencianos pasan buena parte de sus horas libres, caminando, haciendo deporte (hay buenas instalaciones para ello) o montando en bicicleta.
   Situada al sudeste de Valencia, la Ciudad de las Artes y las Ciencias** es un espacio abierto a la cultura, el ocio y la divulgación científica. De diseño ultramoderno, rozando a futurista, el gran parque ha situado a la capital levantina en el centro de todas las vanguardias arquitectónicas está compuesto por cuatro edificios (el museo de las Ciencias Príncipe Felipe, L'Hemisfèric, el Palau de les Arts, L'Oceanogràfic y L'Umbracle, un bello paseo de esculturas cuyas entrañas esconden un colosal aparcamiento). Promovida íntegramente por la Generalitat y concebida en su mayoría por Santiago Calatrava -L'Oceanogràfic es obra de Félix Candelas-, su construcción ha condicionado para bien el desarrollo urbanístico de una zona antes degradada y ha permitido establecer una nueva puerta de Valencia al mar, con la inauguración de nuevas vías de acceso en el extremo sur de la ciudad. La entrada al recinto es gratuita. Un consejo: por la noche resulta especialmente atractivo, ya que las luces le confieren un toque fantasmal.
   El Palau de les Arts es el edificio más arriesgado de cuantos ha proyectado Santiago Calatrava. La idea original consistía en construir una torre de telecomunicaciones, pero se detuvieron las obras justo cuando la base había sido levantada. En su lugar se decidió erigir un gran templo musical donde tuvieran cabida desde representaciones de ópera hasta funciones de teatro y danza. Su aspecto, semejante a un barco, es realmente espectacular.
   El edificio de L'Hemisfèric es un peculiar caparazón que emerge de un estanque de 24.000 m2 de superficie y que simula un ojo humano. Así, la pupila no es otra cosa que el domo semiesférico de la sala de proyecciones, que se transforma visualmente en una esfera completa al reflejarse en el estanque; los párpados son las bóvedas tóricas, y las pestañas, las cancelas acristaladas que se pliegan lentamente girando sobre unos goznes centrales. En el interior, los visitantes se instalan en el graderío inclinado para no perder detalle de todo cuanto acontece en su pantalla cóncava de 900 m2: representaciones de fenómenos astronómicos del Universo, proyecciones de películas IMAX y espectáculos de láser Omniscan. Hay sesiones cada hora.
   El Museo de las Ciencias Príncipe Felipe es el principal estandarte de la Ciudad de las Artes y las Ciencias. Su objetivo es ambicioso: desvelar los secretos de la actividad científica en general, y de la biología y la genética, en particular. Y por eso el edificio no debía desentonar con el contenido. Hoy por hoy, es incluso más atractivo. Toda una obra de arte contemporánea diseñada por el último genio local, Santiago Calatrava. Cuenta con dos fachadas, una vidriada y transparente al norte, y otra opaca al sur. Una de las dos cubiertas, la que mira al río, aparece claramente inclinada. Un gran mirador volado configura el paseo exterior que llega hasta el borde del antiguo cauce del Turia.
   Frente al Museo de las Ciencias llama poderosamente la atención el espacio abierto denominado L'Umbracle, que sirve para ocultar la verdadera misión de este lugar: es un aparcamiento. El también llamado paseo de las Esculturas (por estar rematado con dos figuras azules también obra de Calatrava) es de enormes dimensiones: 320 m de largo por 60 m de ancho. El suelo está formado por tablas de madera, pero el principal elemento empleado en su construcción es, además del hormigón blanco, la cerámica rota, tan típica del Mediterráneo y tan típica en la obra de Gaudí. A Calatrava le encanta y la usa siempre que puede.
   L'Oceanogràfic, obra de Félix Candelas, propone un apasionante viaje submarino. Está formado por lagos y lagunas, con aguas de diferentes cualidades, y por diversas costas e islas que reproducen fielmente las distintas formaciones geológicas costeras del planeta. Un total de 80.000 m2 para 10.000 animales de 500 especies L'Oceanogràfic dispone de dos edificios, bautizados como Torres Submarinas, que cuentan en su interior con los ecosistemas marinos más importantes del mundo. Completan las instalaciones el espacio dedicado a las aves, un túnel transparente para casi tocar a los tiburones y un restaurante flotante.
   Hay que dedicarle unas cuantas horas a la Ciudad de las Artes y las Ciencias, situada, como hemos dicho, en uno de los extremos de los jardines que ocupan el cauce del Turia, justo el que está más cerca del mar.

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