7617. SEVILLA, capital. Vista general de la Plaza de Toros de la Real Maestranza de Caballería. |
7618. SEVILLA, capital. Fachada y puerta principal de la Plaza de Toros. |
7619. SEVILLA, capital. La celebérrima Puerta del Príncipe de la Plaza de Toros. |
7620. SEVILLA, capital. Palco real sobre la Puerta del Príncipe, en la Plaza de Toros. |
7621. SEVILLA, capital. Vista del coso maestrante. |
7622. SEVILLA, capital. Puerta de Toriles de la Plaza de Torosa. |
7623. SEVILLA, capital. Arquería de la grada de la Plaza de Toros. |
7624. SEVILLA, capital. Tendidos de la Plaza de Toros. |
7625. SEVILLA, capital. Maqueta de un proyecto de la Plaza de Toros en el Museo Taurino. |
7626. SEVILLA, capital. Uniformes de los juegos de cañas en el Museo Taurino. |
7627. SEVILLA, capital. Uniforme de gala de los maestrantes en el Museo Taurino. |
7628. SEVILA, capital. Uniformes de gala de clarineteros y timbaleros, en el Museo Taurino. |
7629. SEVILLA, capital. Algunas pinturas en el Museo Taurino. |
7630. SEVILLA, capital. Uno de los trajes de luces expuesto en el Museo Taurino. |
7631. SEVILLA, capital. Más trajes de luces expuestos en el Museo Taurino. |
7632. SEVILLA, capital. Más objetos expuestos en el Museo Taurino de la Plaza de Toros. |
7633. SEVILLA, capital. La capilla de la Plaza de Toros. |
7634. SEVILLA, capital. Interior de la capilla de la Plaza de Toros. |
7635. SEVILLA, capital. Patio de caballos de la Plaza de Toros. |
7635. SEVILLA, capital. Interior de la Cuadra de los Caballos de la Plaza de Toros. |
7636. SEVILLA, capital. Detalle de la Cuadra de las mulillas de la Plaza de Toros. |
SEVILLA** (MLX), capital de la provincia y de la comunidad: 7 de mayo de 2018.
La Real Plaza de Toros de Sevilla, propiedad de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla, es uno de los templos fundamentales de la historia de la Tauromaquia, el más bello ejemplo de arquitectura taurina y un escenario fundamental en la evolución de la Fiesta de los Toros. Tiene categoría de BIC (Bien de Interés Cultural) y es el tercer monumento más visitado de Sevilla, después de la Catedral y el Alcázar.
La Real Plaza de Toros de Sevilla se construyó sobre una elevación cercana al río Guadalquivir, llamada monte del Baratillo. Cuando se erigió la plaza apenas había construcciones a su alrededor. Hoy está completamente flanqueada por otras edificaciones, a excepción de la zona de la fachada principal. Las edificaciones adosadas forman una manzana casi triangular delimitada por tres calles: paseo de Cristóbal Colón, Adriano y Antonia Díaz. El edificio de la plaza tiene, tanto exterior como interiormente, forma de polígono irregular, constando de 30 lados desiguales, consecuencia de una obra realizada a lo largo de 120 años.
El aspecto externo del coso del Baratillo nos remite a una arquitectura tardo-barroca, propia de la segunda mitad del siglo XVIII, apuntando ya hacia el clasicismo, realizada con más gracia que monumentalidad y en la que sobresale la portada principal, con su cuerpo inferior de piedra vista, frente al resto de los paramentos revestidos y mayoritariamente encalados. La puerta principal está delimitada por dos torreones, con sendas entradas menores adinteladas -de acceso a los palcos de la Maestranza y de autoridades-, rematadas con curiosa ornamentación de formas cóncavo-convexas, roleos, molduras, motivos vegetales y lo que parecen ser coronas.
La estructura fundamental de la plaza de toros consiste en un primer anillo alrededor del ruedo, que está constituido por las localidades de barrera y tendido, y bajo las cuales se sitúan, en la planta baja y en algunas zonas, pequeños locales en los que hay instaladas algunas dependencias para almacenamiento o uso del público; un segundo anillo, que comprende en la parta alta la grada cubierta, y en la planta baja una galería interior de distribución y accesos, de un lado a los tendidos y de otro a todos los servicios de la plaza (corrales, cuadrillas, desolladero, enfermería, etc).
Estos servicios se sitúan en un tercer anillo en el que se encuentran escaleras de acceso a las localidades situadas en la grada cubierta; en la planta alta, este tercer anillo corresponde a una zona que en parte comprende amplias azoteas con antepecho y una galería exterior que da acceso directo a las localidades del piso alto, y otras veces está ocupada por edificaciones que pertenecen a la sede de la Real Maestranza de Caballería o son viviendas particulares.
Hacia 1760, la Real Maestranza de Caballería acometió la empresa de construir un edificio de fábrica, para sustituir a las plazas provisionales de madera que se habían levantado antes en el mismo emplazamiento. Se iniciaba así un proceso constructivo que se alargaría durante 120 años, cubriendo distintas fases y superando serias dificultades hasta concluir el cerramiento total en 1881.
Se pueden distinguir cuatro períodos constructivos desde que en 1730 se recibieran los privilegios reales para poder construir una plaza de toros.
1730-1761. LAS PLAZAS DE MADERA
1730. Tras la concesión por parte de Felipe V del privilegio de celebrar corridas de toros, la Real Maestranza decidió construir su propia plaza de toros en un sitio del Arenal próximo al actual emplazamiento entre el convento del Pópulo y el llamado monte del Baratillo; era de madera, rectangular, como la plaza de San Francisco, la plaza principal de Sevilla donde se celebraban los festejos públicos. De madera, contaba con balcones altos y bajos y andamios o gradas en el resto.
1733. Se desmonta la plaza primitiva para construir una nueva de madera, pero esta vez de forma redonda, ochavada, ya que la experiencia había demostrado lo peligroso que resultaba torear en esta plaza por sus cuatro vértices. Se comienza el rebaje del monte del Baratillo, y se levanta la plaza en este sitio convenientemente adecuado. Sus localidades eran similares a las del anterior coso, con balcones y cajones precedidos por un tarimón o gradillaje.
En agradecimiento, el Rey concedió importantes y decisivos privilegios a la Corporación, que desde ese 1739. Se levanta una tercera plaza, Sólo tenía balcones y andamiadas, más similar al coso actual, y disponía de cuatro puertas, además de la del toril.
1749. La Corporación comienza a construir una serie de dependencias, en cantería, adosadas a esta plaza de madera, como carnicerías, caballerizas y más tarde casas y almacenes, configurándose el futuro aspecto de la plaza, enmarcada por diversas construcciones.
1759. Se levanta una cuarta plaza de madera, que debía coincidir en su disposición con la anterior, desmontada en 1756 al prohibirse los toros en 1754, y que fue la que pervivió mientras se construía la de fábrica.
1761-1785. COMIENZA LA CONSTRUCCIÓN DE FÁBRICA
1761. Para acabar con los costes y complicaciones de una arquitectura efímera, la Real Maestranza comienza la construcción de la plaza de "material", según proyecto de Francisco Sánchez de Aragón. Se construyeron entre 1761 y 1762 tres ochavas (partes del hipotético polígono de 30 lados que conforman el edificio). En los últimos meses la dirección de las obras estuvo a cargo de Pedro de San Martín.
1763. Se inicia una segunda etapa, introduciendo variaciones sobre el plan inicial. Se aprueba el diseño original de la portada y el Balcón del Príncipe y la obra exterior, como la galería cubierta superior. Hasta 1766 se construyeron seis ochavas y media más, bajo la dirección de Pedro de San Martín. Etapa decisiva, pues se realizó el sector principal del edificio y quedó definida la parte sustancial de la imagen interna y externa de la plaza.
1766. Las obras quedan suspendidas por dificultades económicas durante 15 años.
1781. Tercera fase de las obras, en la que se terminó una ochava que había quedado incompleta y la siguiente, siete balcones, cinco andamios y un almacén. La dirección corre a cargo de Vicente de San Martín, al que durante mucho tiempo se le atribuyó el diseño original de la plaza.
1783. Última etapa constructiva del siglo XVIII, en la que se erigen dos ochavas más, con sus correspondientes balcones, tendidos y almacenes.
1785. Carlos III prohíbe las corridas de toros en todo el país. Comienza un período de 60 años en el que las obras de fábrica no avanzan. Los trabajos realizados se limitan a reparaciones en la parte que seguía siendo de madera y numerosos arreglos. Algunas reformas tuvieron incidencia en el posterior desarrollo del proyecto, como la posible reducción del ruedo en 1830, con la aparición de los burladeros en sustitución de los huecos que debía haber en la barrera. Esta reforma posiblemente dio lugar en el callejón a las localidades llamadas "cajones", primero de madera y luego de fábrica, que anteceden a las localidades que hoy se llaman de barrera.
1845-1881. TERMINACIÓN DE LA OBRA DE FÁBRICA
1845. Se crea el cargo de arquitecto de la Institución, con la idea de vincular a profesionales de prestigio entre "los de más nombre de la ciudad". El primer arquitecto vinculado oficialmente fue Juan Manuel Caballero y Ortiz. La obras de fábrica se reiniciaron, comenzando por la andamiada baja en varias etapas, terminando el grueso de los tendidos en 1849.
1853-1854. Se realizan 16 nuevos balcones que sustituyen a los de madera existentes en el lado norte del coso. En los espacios en los que no había arquería superior se habilitaban gradas y asientos provisionales de madera que aumentaba el aforo.
1867-1868. Se construye el Balcón de Diputados y las dos ochavas contiguas, en total once balcones. Esta obra fue dirigida por Juan Talavera y de la Vega.
1876-1877. Reforma realizada por Juan Talavera, consistente en la reducción y rebaje del ruedo, que se cubrió de albero, el derribo de los cajones de fábrica y la colocación de dos filas de bancos en su sustitución.
1880-1881. La última gran obra de Juan Talavera consistió en el cierre de la arquería superior, con la construcción de 40 balcones que faltaban, veinte a cada lado de la zona de toriles. Se utilizó el hierro por primera vez en la construcción. Se introdujeron importantes mejoras en el edificio y sus dependencias: una entrada para el encierro de los toros sin que tuvieran que atravesar el ruedo; una extensa cuadra, un guadarnés, la enfermería, la Capilla y la sala de descanso de los toreros; se mejoró el desolladero, se habilitaron nuevos almacenes bajo los tendidos, diversos puntos de venta de billetes y se planificaron adornos para la plaza.Con esta intervención se terminó de construir la plaza.
SIGLO XX. HASTA SU ASPECTO ACTUAL
1914-1915. Sustitución del antiguo tendido por uno nuevo de ladrillo visto. Esta obra significó una nueva reducción del ruedo, la desaparición del palco de madera que antecedía al del Príncipe y la colocación de la espléndida reja proveniente del convento de Regina Angelorum. Obras llevadas a cabo por José Sáez y López y Aníbal González.
1927-1930. Se construye la Casa de la Real Maestranza, con proyecto de Aníbal González. La unión de la Casa con la plaza a través de un pasaje elevado, llevó a la Maestranza a cambiar la ubicación de su palco en el coso, trasladándose a la izquierda del balcón principal. Este pasaje fue ampliado en 1968 por Joaquín Barquín y Barón.
1937-1956. Edificación de la Capilla de la sede maestrante, proyecto original de Aurelio Gómez Millán.
Se toma la decisión de desalojar el grueso de los almacenes y crear un pasillo inferior de circunvalación, trabajo acometido por Joaquín Barquín.
LA PECULIAR FORMA DEL RUEDO SEVILLANO
La Real Plaza de Sevilla se distingue por un elemento singular, la irregularidad del trazado de su coso. Es conocido cómo los 120 años que duró su construcción (1761-1881) influyeron en las deformaciones que hoy presenta, así como en la variedad y calidad de los sistemas constructivos empleados. La etapa constructiva del siglo XVIII (1761-1785) se divide en dos fases diferenciadas.
En la primera (1761-1766) se lleva fielmente a cabo el plan de construcción inicialmente previsto por Francisco Sánchez de Aragón. Por el arco del ruedo que describe puede pertenecer a una plaza circular de treinta ochavas.
En la segunda etapa (1781-1785), sin embargo, comienza a deformarse el círculo al reducirse el ruedo para ajustarla al terreno disponible o para adaptar las dimensiones al toreo a pie que venía imponiéndose por aquellos años. De esta forma, Vicente de San Martín desplaza el centro del círculo describiendo desde este nuevo centro un círculo de radio más corto. El resultado es la conocida forma ovalada de su planta. Posteriormente, para ajustarse al ámbito de una plaza más pequeña, desplazará un nuevo centro intermedio, tal como se observa en los planos adjuntos.
En 2008, SS.AA.RR los Príncipes de Asturias, inauguraron las nuevas Salas de Pinturas y Estampas de la Plaza de Toros de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla.
Para ilustrar lo que significa una visita a la Real Plaza de Toros de la Maestranza, pocos testimonios más elocuentes que las palabras del arquitecto Rafael Moneo, entresacadas del XXIX Pregón Taurino del que es autor, invitado por la Real Maestranza de Caballería de Sevilla.
«La Maestranza es, sin duda, uno de los monumentos más bellos de la ciudad (...) uno de esos edificios exentos, capaces de encarar solos el paso del tiempo y que hacen que Sevilla sea lo que es. ¿Hay acaso solar más hermoso que el de la Maestranza?. Asomándose al río, la Maestranza ha visto correr las aguas del Guadalquivir sin sentir el paso del tiempo. Y si la Giralda hermana culturas, la Maestranza nos recuerda que siempre hay lugar para valientes, que no está escrito nuestro destino. Que la Maestranza es y ha sido la plaza de toros por antonomasia, aquella que mejor representa lo que la Fiesta es capaz de dar, es algo que nadie pone en duda (...) siempre fue una obra de arquitectura con vida propia. Hablar de la arquitectura de la Maestranza implica hablar de sus proporciones, de la relación que establecen con el ruedo el graderío y la arquería. Al entrar en el recinto de la Maestranza uno siempre queda sorprendido por la amplitud de su generoso ruedo, que es, con seguridad, el responsable de que nos sintamos inmediatamente transportados al campo abierto, si bien conscientes de estar en el corazón de una metrópoli como Sevilla (...) la Puerta del Príncipe es el inesperado paréntesis en la ciudad que, como decía, nos hace sentir de nuevo el aire de las dehesas donde se crían los toros, el campo abierto. ¿En cuántas otras plazas de toros ocurre esto? Me atrevería decir que en ninguna. El ruedo se extiende en los tendidos haciendo que las bien pintadas tablas de la barrera que dan origen al callejón, den a ésta el aspecto de una cinta airosa. Cinta que limita el albero, estableciendo una nota de color muy difícil de encontrar en se a cualquier otra plaza. Albero de la Maestranza. No es poca cosa. Es el universo del torero, que como tal lo siente al ver que su condición convexa hace que en él se le haga presente aquello que el poeta llamó "la integridad del planeta" (...) El torero siente la redondez de la Tierra (...) Albero de la Maestranza que pisaron todos aquellos que quisieron ser toreros. Pepe Hillo y Pedro Romero, Paquiro y Cúchares, Frascuelo y Lagartijo, Joselito y Belmonte...»
El recorrido por los tendidos de la plaza se complementa con la visita a la Sala de Exposiciones, que se compone de dos sectores claramente diferenciados. El primer sector que se visita contiene una muestra de pinturas y una selección de los fondos de estampas taurinas que pertenecen a la colección de la Real Maestranza, una de las más importantes del mundo. Estas salas fueron inauguradas por SS.AA.RR. los Príncipes de Asturias el 21 de Noviembre de 2008.
La Sala de Pinturas reúne una colección de óleos de los siglos XVIII, XIX y XX que conforman una pinacoteca de tema taurino de gran relieve, principalmente del período romántico. Escenas en el campo y en la plaza, toreros y personajes relacionados con el universo de los toros están plasmados en obras de Gutiérrez de la Vega, Eugenio Lucas, José Elbo, Joaquín y Valeriano Domínguez Bécquer, José Jiménez Aranda, Horace Vernet, John Philip o Nicolás Ruiz de Valdivia entre otros.
En la antesala se reúnen libros y objetos, apuntes de Mariano Benlliure, óleos de pintores como Roberto Domingo, Mariano Fortuny y Carmen Laffón. En la pared opuesta se dispone una vitrina con las estampas de la famosa serie "Arte de torear de Pepe Hillo" (1804). Encima, un retrato anónimo del siglo XVIII del legendario torero Joaquín Rodríguez "Costillares".
La Sala de Estampas alberga un selecto repertorio de estampas, litografías y grabados. Prácticamente están representadas todas las series taurinas históricas de los siglos XVIII y XIX, incluyendo una de las primeras imágenes de una función de toros de la que se tiene noticia, "Corrida caballeresca", de J. Stradan (1578). La muestra se abre con una serie completa, de Luis Fernández Noseret (c.1790) y continúa con muestras de la del pintor real Antonio Carnicero (1790), cuya influencia posterior alcanza hasta Goya. Se suceden a continuación estampas pertenecientes a series románticas firmadas por autores europeos como John H. Clark (1813), Victor Adam (c. 1834), Wilhem Gaïl (c. 1835), W. Lake Price (1852), Gustavo Doré (c. 1863) o de Pharamond Blanchard (1835). En la sala contigua se exponen doce estampas de la "Tauromaquia" de Francisco de Goya, pertenecientes a la tercera edición de esta legendaria serie de aguafuertes, realizada en París en 1876.
El recorrido de la visita lleva al segundo sector, el más antiguo. Fue inaugurado el 5 de abril de 1989 por S.A.R. la Condesa de Barcelona. En él se establece una secuencia que arranca en los orígenes de la Real Maestranza, con un espacio dedicado a los juegos practicados por la nobleza en los siglos XVII y XVIII, y una amplia vitrina con una variada representación de servidores de la plaza en el siglo XVIII: timbaleros, desjarretadores y lanceros. Destaca un cartel en seda de 1740 y un uniforme de maestrante cedido por S.A.R. el Infante Don Carlos de Borbón Dos Sicilias y de Borbón.
Sigue una serie de pinturas de tema taurino del siglo XIX, como "Cogida de muerte de Pepe Illo", de Eugenio Lucas Velázquez (1817- 1870), y un sector dedicado al toreo en época de Belmonte y Joselito el Gallo, con obras en bronce de Mariano Benlliure y otros autores, así como diferentes carteles taurinos. Termina el recorrido con los fondos más modernos, repertorio de variada naturaleza del imaginario taurino: trajes de toreros, capotes, carteles, cabezas de toros y pinturas de autores contemporáneos. La visita se prolonga por las Cuadras de Caballos Rejoneadores hasta un rincón de elevada espiritualidad, la Capilla de los Toreros, presidida por un retablo de la Virgen de Nuestra Señora de la Caridad, que goza de gran devoción entre los diestros y a la que han donado numerosos exvotos.
Textos de:
http://www.realmaestranza.com/plaza_de_toros/La_plaza-ides-idhtml.html
Enlace a la Entrada anterior de Sevilla**:
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