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lunes, 23 de octubre de 2017

2045. LISBOA** (III), capital: 31 de octubre de 2015.

38. LISBOA, capital. El teatro nacional de Dona Maria II.
39. LISBOA, capital. El monumento a Pedro IV.
40. LISBOA, capital. Una de las fuentes de la praça do Rossio.
41. LISBOA, capital. En la praça do Rossio.
42. LISBOA, capital. Detall de una de las fuentes de la praça do Rossio.
43. LISBOA, capital. Una última imagen de la praça do Rossio.
44. LISBOA, capital. El elevador de Sta. Justa.
45. LISBOA, capital. En la parte superior del elevador de Sta. Justa.
46. LISBOA, capital. Subiendo la escalera del elevador de Sta. Justa.
47. LISBOA, capital. El Mon. do Carmo, desde el elevador de Sta. Justa.
48. LISBOA, capital. La praça do Rossio desde el elevador de Sta. Justa.
49. LISBOA, capital. Las ruinas del mon. do Carmo.
50. LISBOA, capital. Ventanal del mon. do Carmo.
51. LISBOA, capital. Ábside de la igl. del mon. do Carmo.
52. LISBOA, capital. Túmulo de la reina Ana en el mus. del Mon. do Carmo.
53. LISBOA, capital. Entre momias del mus. del Mon. do Carmo.
54. LISBOA, capital. Otro de los túmulos del mus. del mon. do Carmo.
55. LISBOA, capital. Paños de azulejos en el mus. del mon. do Carmo.
56. LISBOA, capital. El pelourinho en la praça do Municipio.
57. LISBOA, capital. La Câmara Municipal en la praça do Municipio.
LISBOA** (III), capital del distrito, de la provincia y de Portugal: 31 de octubre de 2015.
   En la praça do Rossio* o de Dom Pedro IV, viejo recinto ciudadano siempre presente en la vida de la capital portuguesa. Su planta rectangular constituye el eje estético del centro de Lisboa.
   Asentado en lo que fuera solar de la sede central de la Inquisición portuguesa, que reconstruyó Pombal tras el terremoto de 1755 y desapareció en 1836 a causa de un incendio, el bello perfil del teatro de Dona Maria II preside con elegancia el lado septentrional del Rossio.
   Se trata de una construcción neoclásica, realizada por el arquitecto italiano Fortunato Lodi en 1846, que ostenta una amplia y larga fachada, centrada en un pórtico dotado de seis esbeltas columnas jónicas procedentes de la desaparecida iglesia de São Fracisco. Este pórtico majestuoso está coronado por un gran frontón triangular decorado con alegorías en piedra, obra de Assis Rodrigues. El edificio tiene dos niveles bien definidos, provistos de amplios ventanales, y un tercero, de menor altura, coronado por remates de sesgo clasicista.
   Frente a la fachada del teatro se alza el monumento a Pedro IV, obra del escultor Elias Robert y del arquitecto Gabriel Davioud -ambos franceses-, que se elevó para perpetuar el reconocimiento del pueblo portugués a Pedro IV y sus ideas liberales. En éste se integran, además de la noble evocación del rey, cuatro grandes alegorías de las virtudes cardinales (Prudencia, Fortaleza, Justicia y Templanza), así como dieciséis escudos en bajorrelieve de ciudades de Portugal y cuatro figuras representando a la Fama. Los dos extremos de la plaza están ocupados por dos hermosas fuentes de tazas decoradas con figuras alegóricas.
   El Monasterio do Carmo** es actualmente una ruina familiar para los lisboetas; está atravesado en el lado sur por el elevador neogótico de Santa Justa*, un ascensor construido en el siglo pasado por G. Eiffel. La construcción del Monasterio data de 1423 y permanece en estado ruinoso desde el gran terremoto de 1755. El museo**, instalado en las ruinas del Monasterio, se extiende por todo el recinto del cenobio, albergando una serie de excelentes colecciones arqueológicas, entre las que sobresale la integrada por túmulos y lápidas sepulcrales. Destaca: una pila bautismal medieval, un sarcófago del siglo XIV y cuatro lápidas sepulcrales hebraicas, un túmulo renacentista con la estatua yacente del caballero Rui de Meneses, varias sepulturas del siglo XV y una magnífica cruz románica de cobre.
   La Praça do Município está compuesta por un admirable conjunto formado por la Câmara Municipal y el pelourinho, y es conocida comúnmente por el nombre de largo do Pelourinho debido al rollo característico que fue levantado, frente a la Câmara Municipal, en el siglo XVIII. Aunque su tradición se remonta al año 1392, fecha en la que se levantó un monumento similar en la capital portuguesa. Hoy día, tras ser despojado de los ganchos de hierro en los que se colgaba, para escarnio popular, a los condenados, el pelourinho ha logrado permanecer como símbolo de la libertad ciudadana de administrar justicia. La configuración actual de la Câmara Municipal data del año 1864; el edificio está basado en un proyecto de restauración de P. da Silva, inspirado en los perfiles tardíos del neoclasicismo.

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