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21. ÉVORA, capital. Ruinas del templo romano. |
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22. ÉVORA, capital. Otra perspectiva de las ruinas del templo romano. |
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23. ÉVORA, capital. Una última perspectiva del templo romano con el Cvto. dos Lóios y la igl. de São João Evangelista a la izqda. |
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24. ÉVORA, capital. Interior del Cvto. dos Lóios. |
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25. ÉVORA, capital. Patio claustral del Cvto. dos Lóios. |
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26. ÉVORA, capital. Portada de la igl. de São João Evangelista. |
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27. ÉVORA, capital. La igl.-cvto. de Nossa Senhora da Graça |
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28. ÉVORA, capital. Detalle del frontón de la portada de la igl.-cvto. de Nossa Senhora da Graça. |
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29. ÉVORA, capital. Fachada de la igl. Real de São Francisco. |
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30. ÉVORA, capital. Pórtico de la igl. Real de São Francisco. |
ÉVORA** (II), capital del distrito y de la provincia: 2 de noviembre de 2015.
Por encima de la catedral, en el punto más elevado de la colina, se yerguen aisladas en el centro de una explanada las ruinas del templo romano, probablemente de principios del siglo III. Si bien el romanticismo decimonónico lo quiso ver consagrado a Diana, los estudios recientes han apuntado que lo estaba a Júpiter o al emperador. Hoy sólo queda el basamento de sillería y cantos, la escalinata y una columnata de 14 elementos con capiteles corintios, algunos de ellos con frisos y arquitrabes.
Convertido en lonja durante el medievo, fue incorporado a los muros del castillo hasta que a finales del pasado siglo se restituyó la estructura que presenta en la actualidad. Por su ubicación en el punto más elevado de la colina, la antigua acrópolis, se adivina que éste ha sido desde siempre el centro neurálgico de Évora. Los valiosos edificios de alrededor así lo demuestran.
Junto al templo, en el lado norte, se encuentran el Convento dos Lóios*, hoy Pousada Nacional, suntuosamente decorado y con las habitaciones en galerías que dan a un patio claustral interior, gótico manuelino en el piso inferior y renacentista en el superior, y la iglesia de São João Evangelista, de estilo gótico manuelino y añadidos rococós posteriores, cuyo frontal en ángulo recto con el anterior forma un pequeño rincón cerrado por las ruinas romanas.
Cercana a la praça do Giraldo, desde una esquina, se ve la iglesia-convento de Nossa Senhora da Graça (hacia 1537), de clásicas líneas renacentistas, con un atrio de columnas dóricas, una ventana con rosetones en el primer nivel y dos figuras de atlantes sentadas en los bordes del frontón.
Al final de la via da República se encuentra la iglesia Real de São Francisco*, la segunda en cuanto a valor artístico se refiere, después de la Catedral, y una de las más grandes construidas al final de la Edad Media. El atrio consta de seis macizas pilastras góticas y cinco bóvedas, con arcos interiores de diferentes estilos -herradura, apuntados, medio punto- y un pórtico de mármol estremocense, de doble arco con tres arquivoltas y parteluz en estilo manuelino, con las insignias reales de los dos principales impulsores de la construcción, la esfera armilar de Manuel I y el pelícano de João II. El resto de la fachada frontal está ocupado por un gran ventanal. Hileras de pináculos cónicos lisos bordean las aristas almenadas, complementadas por otros mayores y torneadas sobre tambores adosados sobre los contrafuertes de las esquinas, similares a la cubierta de la torre. En la fachada norte, orientada hacia la ciudad, hay un pequeño pórtico gótico saliente con tres arquivoltas.
Enlace a la Entrada anterior de Évora**:
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