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1. ELVAS, Portalegre. Praça da República. |
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2. ELVAS, Portalegre. Igl. de Nossa Senhora da Assunção. |
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3. ELVAS, Portalegre. Lateral de la igl. de Nossa Senhora da Assunção. |
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4. ELVAS, Portalegre. Puerta lateral de la igl. de Nossa Senhora da Assunção. |
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5. ELVAS, Portalegre. Nave central de la igl. de Nossa Senhora da Assunção. |
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6. ELVAS, Portalegre. Nave lateral de la igl. de Nossa Senhora da Assunção. |
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7. ELVAS, Portalegre. Capilla mayor de la igl. de Nossa Senhora da Assunção. |
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8. ELVAS, Portalegre. Coro y órgano de la igl. de Nossa Senhora da Assunção. |
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9. ELVAS, Portalegre. Una de las capillas de la igl. de Nossa Senhora da Assunção. |
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10. ELVAS, Portalegre. Otra capilla de la igl. de Nossa Senhora da Assunção. |
ELVAS* (I), distrito de Portalegre: 2 de noviembre de 2015.
Plaza fuerte de gran importancia en la historia portuguesa por su proximidad con España y su posición de privilegio sobre la llanura alentejana.
Se entra a la ciudad amurallada por cualquiera de las puertas meridionales para acabar en la praça da República, pasando por debajo de la antigua Câmara Municipal a través de un arco-pasadizo. El pavimento central de la plaza está empedrado con piedras basálticas blancas, negras y marrones, que forman un mosaico de formas geométricas en el que se pierde la vista.
Al frente está la iglesia matriz de Nossa Senhora da Assunção, antigua Sé, reedificada en el mismo solar donde plantara la cruz el obispo guerrero y a partir de otro templo gótico del siglo XIII. La obra actual se atribuye al arquitecto Francisco de Arruda, durante el siglo XVI, en época manuelina, como atestiguan las dos puertas laterales. El edificio presenta un indudable aire de semifortaleza. Contribuye a ello la dureza de sus líneas, con contrafuertes y almenas, pero sobre todo la situación de la maciza torre campanario, adosada a la fachada frontal, con un profundo pórtico en el que se abre la puerta principal, sustituta de otra manuelina más recargada. Un balcón en el segundo nivel, con dos ventanales y un rosetón centrado, servía de palco de privilegio para que el cabildo catedralicio contemplara las corridas de toros que se celebraban en la plaza.
En el interior, todo el suelo está recubierto de lápidas funerarias, incluso bajo los bancos. Las capillas laterales y mayor están cubiertas con mármoles polícromos, así como en el coro.
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