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martes, 12 de marzo de 2024

3982. ROMA** (XV), capital: 8 de septiembre de 2023.















ROMA** (XV), capital de la provincia, de la región, y de Italia: 8 de septiembre de 2023.
Plaza del Coliseo*. Metro línea B, Colosseo (aquí se sitúan tanto las taqui­llas del Coliseo, como una de las entradas al recinto del Foro Romano y el Palatino). Animada siempre por el incesante trasiego de visitantes, guías más o menos autorizados y centuriones, esta es una de las visitas irrenunciables de Roma. Sin embargo, no se trata de un simple lugar turístico: aquí, la noche del Viernes Santo tiene lugar la tradicional pro­cesión oficiada por el papa, y nunca de­jan de llegar parejas de novios que, el día de su boda, se hacen la típica fotografía con el Coliseo al fondo.
     La plaza ocupa una depresión que debe su nombre al coloso de Nerón, una estatua de bronce dorado que el emperador ordenó esculpir a Zenodoro tras el incendio del año 64, y en la que se hizo representar como el dios Sol.
Coliseo**. Piazza del Colosseo, 1. Metro línea B, Colosseo, (visita, con­junta con el Foro Romano y el Palatino). Tras la muerte de Nerón y la damnatio memoriae (la condena póstuma que precedió a la supresión de todo monumento que hiciese referencia a él), la dinastía Flavia decidió erigir un anfi­teatro en los terrenos aledaños a la Do­mus Aurea. Se perseguía un doble objetivo: dotar a la ciudad con una sede estable para los espectáculos y mostrar al pueblo que los nuevos emperadores crearían edificios de servicio público, allí donde Nerón se había construido su villa particular.
     La construcción del Anfiteatro Fla­vio duró diez años: las obras comen­zaron bajo el mandato de Vespasiano, pero sería Tito el encargado de inaugurarlo en el año 80 (aunque los últimos añadidos en los pisos superiores y en los sótanos datan de la época de Diocleciano). En él tenían lugar ante todo cruentos combates de gladiadores y caza de animales exóticos, llevados hasta la capital del Imperio expresamente a tal fin.
      A lo largo de los siglos, el Coliseo sufrió varios devastadores incendios (en­tre 217 y 222 permaneció cerrado por obras de reconstrucción), y su importancia disminuyó a medida que, con la conversión al cristianismo, esta clase de entretenimientos comenzó a gozar cada vez menos del favor de los príncipes. En 438 terminaron los combates de gladiadores, pero fue en 532, con el final de los espectáculos cinegéticos, cuando se abandonó definitivamente el anfiteatro; esto supuso el lento expolio de travertino, mármoles y bloques de piedra, que se utilizaron en la edificación de iglesias y palacios, así como en la producción de cal.
     Ocupado por casas, talleres y por una fortaleza de la familia Frangipane durante la Edad Media, a partir del siglo XVIII el Coliseo fue restaurado por varios arquitectos para evitar el peligro de derrumbamiento. A tal época se remonta la consagración del edificio a la Pasión de Cristo (basada en algunas fuente cristianas que hablaban de mártires asesinados en su arena) por parte de Benedicto XIV.
     Con una altura de 52 m, el anfiteatro presenta tres hileras de arcos rematados por un ático; sobre este, con objeto de protegerse del sol, se extendía la inmensa lona del velarium. La arena propiamente dicha era una elipse de 86 x 54 m, y estaba separada de la cávea por un palco adornado con nichos y mármoles, reservado a los miembros de la familia imperial. El resto del público, que podía llegar hasta las 70.000 localidades, se distribuía según su clase social entre los cinco sectores de la cávea (el nivel más alto estaba destinado a la plebe), a los que se accedía por medio de pasillos abovedados y escaleras. Los sótanos albergaban los montacargas para elevar animales y utilería escénica.
Arco de Constantino**. Via di San Gregorio. Metro línea B, Colos­seo. En lo que se refiere a decoración, el arco de Constantino es un refinado ejemplo de 'reciclaje' de material procedente de expolios, tal vez debido a que las arcas del Estado, tras la victo­ria del emperador sobre Majencio en 312, no daban para una obra completamente nueva.
     Así, relieves de tema alegórico e histórico, expresamente realizados para el monumento, se mezclan con otros de la época de Trajano (los bárbaros prisioneros, los frisos de los laterales del ático y los del arco central), de Adriano (los tondos sobre los arcos menores) y de Aurelio (como son los relieves en el ático a los lados de la inscripción). Y precisamente por esta reutilización algunos historiadores ponen en duda que deba atribuirse a Constantino.
     En sus inmediaciones se encuentran los restos de la Meta Sudans (llamada así porque el agua brotaba como si sudara), fuente ordenada por Tito, reconstruida por Domiciano y demolida finalmente en 1936.
     En 1932 se efectuaron trabajos para la apertura del Parque del Monte Op­pio y de las termas de Trajano (metro línea B, Colosseo); fue entonces cuando salió a la luz la planta superior de la Domus Aurea sobre la que, para eliminar cualquier recuerdo de Nerón, Trajano hizo cons­truir sus termas. Un desvío dentro de este enorme complejo termal lleva a través de las ruinas de ladrillo dispersas entre el verde hasta la cercana cisterna de las Siete Salas (metro línea B, Colosseo) (VV.AA. Guía total: Roma y el Vaticano. Anaya. Madrid, 2020).

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3981. ROMA** (XIV), capital: 8 de septiembre de 2023.

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