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domingo, 13 de octubre de 2019

2765. SEVILLA** (MLXXXVIII), capital: 19 de septiembre de 2018.

7983. SEVILLA, capital. Relieve "San Juan Bautista ante Portam Latinam", Juan Martínez Montañés, 1638. Procedente del Convento de Monjas de Pasión, Sevilla, tras la Desamortización (1869), en la sala IV del Museo de BB. AA.
7984. SEVILLA, capital. Otra perspectiva del relieve "San Juan Bautista ante Portam Latinam", Juan Martínez Montañés, 1638. Procedente del Convento de Monjas de Pasión, Sevilla, tras la Desamortización (1869), en la sala IV del Museo de BB. AA.
7985. SEVILLA, capital. "Las Ánimas del Purgatorio", Alonso Cano, 1636. Procedente del Convento de Monte Sión, Sevilla, tras la Desamortización (1840), en la sala IV del Museo de BB. AA.
7986. SEVILLA, capital. Vista general de la Sala IV del Museo de BB. AA.
7987. SEVILLA, capital. "Niño Jesús Salvador", Juan de Roelas, hacia 1610. Adquisición de la Junta de Andalucía (2004), en la sala IV del Museo de BB. AA.
7988. SEVILLA, capital. "Niño Jesús Desnudo", anónimo del círculo de Martínez Montañés, hacia 1630. Adquisición del Estado (1972), en la sala IV del Museo de BB. AA.
7989. SEVILLA, capital. "Niño Jesús Vestido", anónimo del círculo de Francisco Dionisio de Ribas, hacia 1650. Donación de Dº Rafael González Abreu (1928), en la sala IV del Museo de BB. AA.
7990. SEVILLA, capital. "San Juan niño servido por dos ángeles", Juan del Castillo, hacia 1640. Donación de Dº José Moreno Larrazábal (1932), en la sala IV del Museo de BB. AA.
7991. SEVILLA, capital. "Retrato de Dama y Caballero orantes", Francisco Pacheco, hacia 1630. Procedente del Convento del Ángel, Sevilla, tras la Desamortización (1840), en la sala IV del Museo de BB. AA.
7992. SEVILLA, capital. "Retrato de Dama y Caballero orantes", Francisco Pacheco, hacia 1630. Procedente del Convento del Ángel, Sevilla, tras la Desamortización (1840), en la sala IV del Museo de BB. AA.
7993. SEVILLA, capital. "Retrato de don Cristóbal Suárez de Ribera", Diego de Silva Velázquez, 620. Depósito de la Hermandad de San Hermenegildo, Sevilla (1970), en la sala IV del Museo de BB. AA.
7994. SEVILLA, capital. "San Francisco de Borja", Alonso Cano, hacia 1624. Procedente de la Casa Profesa de la Compañía de Jesús, Sevilla, tras la Desamortización (1840), en la sala IV del Museo de BB. AA.
7995. SEVILLA, capital. "Jesús camino del Calvario", Juan de Roelas, hacia 1620. Procedente de la Desamortización, en la sala IV del Museo de BB. AA.
7996. SEVILLA, capital. "Santa Ana enseñando a leer a la Virgen", Juan de Roelas, hacia 1615. Procedente del Convento de la Merced Calzada, Sevilla, tras la Desamortización (1840), en la sala IV del Museo de BB. AA.
7997. SEVILLA, capital. "Cabeza de Apóstol", Diego de Silva Velázquez, hacia 1620. Depósito del Museo del Prado (2007), en la sala IV del Museo de BB. AA.
7998. SEVILLA, capital. "Sagrada Familia", Juan de Uceda, 1623. Procedente del Convento de la Merced Calzada, Sevilla, tras la Desamortización (1840), en la sala IV del Museo de BB. AA.
7999. SEVILLA, capital. "Desposorios místicos de Santa Catalina", Francisco de Herrera el Viejo, hacia 1615. Adquisición de la Junta de Andalucía (2005), en la sala IV del Museo de BB. AA.
8000. SEVILLA, capital. Otra perspectiva de la sala IV del Museo de BB. AA.
SEVILLA** (MLXXXVIII), capital de la provincia y de la comunidad: 19 de septiembre de 2018.
Museo de Bellas Artes** - Sala IV - El tránsito entre los siglos XVI y XVII.

LA PINTURA DEL ÚLTIMO TERCIO DEL SIGLO XVI: ALONSO VÁZQUEZ
   Alonso Vázquez y el portugués Vasco Pereira son, junto con Pacheco, los más destacados pintores de la última generación de artistas que trabajaron en Sevilla en el siglo XVI dentro de la estética manierista.
   De Alonso Vázquez (hacia 1540? - México,  hacia 1608) hay noticias en Sevilla desde 1588 hasta su marcha a México en 1603, donde per­maneció hasta 1608 ejerciendo una importante influencia en la for­mación de la pintura mexicana de la primera mitad del siglo XVII.
   Su estilo pone de manifiesto la mezcla de elementos flamencos e italianos que caracterizó la pintura sevillana hasta bien entrado el siglo XVII. Fiel a los principios de ese Manierismo tardío, su pintura apenas evoluciona, repitiendo similares esquemas compositivos y figuras. En relación con esto hay que tener en cuenta los gustos de la cliente la que imponía composiciones arcaizantes y reiterativas, así como el uso generalizado en la escuela sevillana de los grabados de maestros de generaciones anteriores como el flamenco Martín de Vos.
   Su primera obra conocida que se conserva en el Museo, es la Santa Cena realizada para el refectorio de la Cartuja en 1588. La composi­ción se basa en diferentes grabados, conviviendo los elementos naturalistas de la vajilla y los alimentos, con rasgos del convencionalismo manierista presentes en los colores artificiales, las marcadas anatomías de los personajes o sus estáticas gesticulaciones. En torno a 1603 es una elegante Inmaculada recientemente atribuida al pintor y de la que realizaría una versión casi exacta posteriormente para el Hospital de la Purísima Concepción de México. El punto de partida de la composición es también en este caso un grabado, que Vázquez interpreta intensificando  los elementos que identifican a María como mujer del Apocalipsis e integrando en el paisaje aquellos otros que señalan su pureza.
   En el año 1600 recibió junto a Francisco Pacheco el encargo decorar el Claustro Mayor del Convento de la Merced con una serie de pinturas que ensalzaban la historia de la Orden y de sus principales miembros. La Orden de la Merced surge en la Edad Media con la misión de ayudar a redimir de su cautiverio a los cristianos apresados por los musulmanes y piratas del Mediterráneo. Según la tradición el primer convento mercedario de Sevilla había sido fundado por San Pedro Nolasco en unos terrenos cedidos por Fernando III tras  la conquista de la ciudad en 1248. A comienzos del siglo XVII, siendo General de la Orden Fray Alonso de Monroy, la Merced renovó totalmente el edificio para adaptarse a las exigencias surgidas tras la Contrarreforma. La importante empresa constructiva fue encarga­da al arquitecto y escultor Juan de Oviedo y de la Bandera y decorada con obras de los más notables artistas sevillanos, de manera que cuando tras la Desamortización el convento pasa a ser Museo pro­vincial ya merecía ese título.
   Según el propio Francisco Pacheco escribía en El Arte de la Pintura, la decoración del claustro principal de la Merced le fue encomenda­da a él ya Alonso Vázquez en 1600. Las serie de pinturas que realizaron narraban la historia de la orden mercedaria y de sus principales miembros, el fundador San Pedro Nolasco y San Ramón Nonato. De  ellas sólo han permanecido en el Museo cuatro. Las realizadas por Vázquez reproducen el momento de la transacción de un rescate y la entrevista de San Pedro Nolasco con Jaime I. Ambos lienzos evidencian el estilo de Vázquez, la firmeza de su dibujo y la gravedad de sus monumentales figuras. De Pacheco son, la escena de la redención de cautivos en la que San Pedro es ayudado a embarcar y la aparición de la virgen  a San Ramón Nonato. Las pinturas adolecen de una falta de expresividad y una rigidez que atestiguan el uso de grabados y la pervivencia en Pacheco de una retardataria tradición manierista.
   Una muestra de la continuación de esquemas del siglo anterior es la pintura que Vázquez contrató en 1603 con el Hospital de San Hermenegildo de Sevilla y que hubo de terminar Juan de Uceda cuando partió a México ese mismo año. Era la escena principal de un retablo que representaba El Tránsito de San Hermenegildo. La preparación y la composición general de la pintura pertenecen a Vázquez, quien realiza la franja inferior en la que San Hermenegildo acompañado por el rey Recaredo, San Isidoro y San Leandro, es confortado  por ángeles. En la zona superior también se adivinan por sus característicos tipos físicos algunos ángeles salidos de su mano.

LA PRIMERA GENERACIÓN DE ARTISTAS. (SALAS IV, V, VI)
   En la primera generación de artistas activo en Sevilla que partiendo de una formación manierista fueron evolucionando hacia el naturalismo, destaca Antonio Mohedano (Antequera, 1561 - 1626), de quien conserva el Museo una de las obras de su reducido  catálogo, La Sagrada Familia (hacia 1610). De Juan de Uceda (Sevilla, hacia 1570 - 1631) se conserva su primera realización conocida, la finalización del Tránsito de San Hermenegildo que Alonso Vázquez dejó inconcluso al marchar a México. A él pertenece también La Trinidad en la Tierra, fir­mada y fechada en 1623, que ofrece el interés de estar situada en el mismo lugar para el que se realizó el convento de la Merced, actual sede del Museo sevillano. A Francisco Varela (1580/85 -Sevilla, 1645) pertenecen en el Museo cuatro tablas que integraban un Retablo de San Juan Evangelista (hacia 1640) en la iglesia del convento sevillano de Pasión. Presidía el retablo un relieve de San Juan Evangelista obra de Montañés flanqueado por las pinturas de San Cristóbal y San Agustín de Varela. En el banco figuraban en una tabla Santa Catalina de Siena con Santa Lucía y en la otra Santa Catalina de Alejandría con Santa Teresa de Jesús.
   Juan del Castillo (Sevilla, hacia 1590 - hacia 1657/58 )es conocido fundamentalmente por su amistad con Alonso Cano y ser el maestro de Murillo. La principal serie de pinturas que realizó y que se conserva en el Museo, es el Retablo Mayor del Convento de Monte Sión de Sevilla (hacia 1634/36). Las pinturas reflejan su estilo de madurez, de dibujo correcto y amable naturalismo. Asimismo pertenecen a Castillo Santo Domingo disciplinándose y San Pedro ante Cristo atado a la columna (hacia 1640) procedentes del Convento de Capuchinos de Marchena y San Juan Niño atendido por ángeles (hacia1640). Otros destacados maestros del momento fueron Pablo Legot (Marche, Luxemburgo, 1598 - Cádiz, 1671), Juan Sánchez Cotán, documentado en Sevilla entre 1614 y 1631 y Miguel de Esquivel (Sevilla, hacia1590/95 - 1621).

LA ESCULTURA EN EL TRÁNSITO DEL SIGLO XVI AL XVII: PEQUEÑAS OBRAS MAESTRAS
   El Museo conserva algunas interesantes muestras de temas icono­gráficos muy populares en el barroco español, el de las cabezas cor­tadas de santos y el del Niño Jesús exento.
   De Gaspar Núñez Delgado  (+Sevilla, 1606) activo en Sevilla entre 1576 y 1606, es la Cabeza cortada de San Juan Bautista, firmada y fechada en 1591. Escultor de la transición del siglo XVI al XVII, dominó todas las técnicas y materiales, realizando espléndidas obras en marfil, barro y madera policromada.
   La iconografía de las cabezas degolladas se difunde en Sevilla con la ilustración que hizo de este tema el alemán Jacobo Cromberger en el libro del cartujo sevillano  Juan de Padilla Retablo de la vida de Cristo. La obra de Núñez Delgado ofrece un doble interés, ser el modelo para las posteriores realizaciones de imágenes barrocas y ser el inicio de la forma tan sevillana de tratar el cabello, alborotado y con un mechón en la frente.
   Tras la huella dejada por Jerónimo Hernández y su discípulo Núñez Delgado, la figura más destacada de la primera generación de escultores barrocos fue Juan Martínez Montañés (Alcalá la Real, 1568 - Sevilla, 1649). La herencia renacentista se expresa en el equilibrio y orden compositivo de sus obras pero en ellas aflora una inquietud vital que es característica de la incipiente expresividad barroca.
   Montañés creó un tipo de escultura infantil de una gran delicadeza,  el Niño Jesús bendiciendo del Sagrario de la Catedral de Sevilla. El tema iconográfico tiene orígenes paleocristianos, continuó en el gótico y bajo renacimiento y se popularizó en el barroco. Son famosas las creaciones que realizaron Jerónimo Hernández, Diego Velasco, Juan de Oviedo y sobre todo las de Montañés.
   El éxito del Niño montañesino provocó la proliferación de numerosas versiones que salían de su propio taller destacando las de su discípulo Juan de Mesa. Se realizaron también versiones más baratas en barro y plomo policromados que popularizaron aun más este modelo de imagen para devoción particular.
Textos de:
SAN MARTÍN MONTILLA, Concha. Museo de Bellas Artes de Sevilla. Guía Oficial. Consejería de Cultura, Junta de Andalucía. Sevilla, 2009.

Enlace a la Entrada anterior de Sevilla**:

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