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domingo, 27 de octubre de 2019

2779. SEVILLA** (MXCVI), capital: 13 de octubre de 2018.

8111. SEVILLA, capital. La Puerta de Córdoba.
8112. SEVILLA, capital. Acceso a la Puerta de Córdoba.
8113. SEVILLA, capital. Detalle del acceso a la Puerta de Córdoba.
8114. SEVILLA, capital. Portada en la Puerta de Córdoba hacia el interior del recinto amurallado.
8115. SEVILLA, capital. Portada en la Puerta de Córdoba hacia el exterior del recinto amurallado.
8116. SEVILLA, capital. Interior de la Puerta de Córdoba hacia la igl. de San Hermenegildo.
8117. SEVILLA, capital. La igl. de San Hermenegildo desde la parte superior de la Puerta de Córdoba.
8118. SEVILLA, capital. El adarve de la muralla, desde la Puerta de Córdoba.
8119. SEVILLA, capital. Vista de la Puerta de Córdoba desde la parte superior de la misma.
8120. SEVILLA, capital. Una de las cámaras en la Puerta de Córdoba.
8121. SEVILLA, capital. Otra de las cámaras en la Puerta de Córdoba.
8122. SEVILLA, capital. Vista de otra de las estancias de la Puerta de Córdoba.
SEVILLA** (MXCVI), capital de la provincia y de la comunidad: 13 de octubre de 2018.
   Mostramos imágenes de la Puerta de Córdoba. Un chirrido y luego el bronco arrastre de las pesadas puertas bastan para alertar a varios viandantes, que tardan unos segundos en sacar sus teléfonos móviles para grabar. Quizás son vecinos o pasan a diario por este extremo de la Muralla de la Macarena, por la Puerta de Córdoba, un edificio anexo a la iglesia de San Hermenegildo, frente al convento de Capuchinos, que encierra una parte de la historia de Sevilla y que sigue siendo uno de sus tesoros ocultos.
   Quien abre las puertas es el hermano mayor de San Hermenegildo. Y, desde hace unos años, lo hace cada vez que un grupo lo solicita. “No podemos hacerlo más días, el pasado abril hicimos una jornada de puerta abiertas, porque no tenemos recursos para costear el mantenimiento, a los grupos pedimos simplemente un donativo”, explica para desmentir la creencia de que esté cerrada al público. También de que sea patrimonio público, como la muralla de la que forma parte.
   Las llaves de la Puerta de Córdoba las tiene la hermandad desde el siglo XVI, cuando se le concedió su uso como capilla para venerar a San Hermenegildo, rey visigodo y copatrón de Sevilla, representado allí en imágenes y del que se decía que estuvo preso y fue martirizado en dicha torre-puerta. “Si este patrimonio existe hoy en su estado primitivo es porque se salvó de la piqueta municipal al estar en manos privadas y no una vez, sino dos”, asegura su hermano mayor.
   La Puerta de Córdoba es la más antigua que se conserva de la muralla, la única almohade, y apenas ha sido transformada. Hay dos hitos que explican esta circunstancia. En el siglo XVI, cuando estos sistemas defensivos pierden su razón de ser, las puertas de la muralla se transforman para darles otro uso que ya no es el militar y ahí se sitúa el momento en el que este monumento pasa a manos de la hermandad. El Cabildo Municipal abre un nuevo postigo más amplio junto a la Puerta de Córdoba, del que hoy queda una guía para los tablones que se colocaban en la puerta para proteger a la ciudad de las riadas, y la primitiva torre queda en manos de la hermandad, que la usa como capilla.
   La construcción de la nueva puerta evita que la primitiva sea derruida o transformada, según explican en la hermandad, que sitúa la construcción de la actual Iglesia de San Hermenegildo, anexa, en el siglo XVII. La devoción creció y la capilla se quedó pequeña por lo que se solicitó al Cabildo Municipal la cesión de unos terrenos para levantar un templo, de la misma anchura que la torre y hacia el campo, que hoy es la ronda. Se hizo el templo y un jardín, que hoy ocupa un vivero, pero todo el terreno restante que discurre junto a la muralla, hasta el arco de la Macarena, que era un basurero insalubre, se cedió también a la hermandad que lo convirtió en huertas. “Por eso tampoco se edificó nada en ese espacio y esto explica la conservación de estos lienzos de muralla, declarados en 1908 monumento nacional”, apunta.
   No obstante, en el siglo XVIII estos terrenos fueron devueltos al Cabildo, que empezó a adecentar la ciudad, construyendo paseos y alamedas. Luego las necesidades del tráfico han reducido también ese espacio verde, que se limita a unos metros entre la muralla y la acera de la ronda.
   El otro hito que destaca la hermandad y que fue clave para mantener en pie la Puerta de Córdoba se sitúa en el siglo XIX. Habían pasado casi tres siglos en pacífica posesión cuando llegó la revolución de 1868 y se acelera el derribo de las murallas, consideradas un corsé para el progreso de las ciudades. “Se tiró la Puerta de Córdoba que se construyó en el siglo XVI, como muchas otras, se expropió el templo, cuya entrada se hacía todavía por la primitiva torre, y fue entonces cuando la hermandad solicitó, por conducto del gobernador de la provincia, la suspensión de su venta”, explica el hermano mayor. Y ahí se inicia un proceso que acaba obligando al ayuntamiento a devolver las llaves de la Puerta de Córdoba a la hermandad, que dio un paso más, el que muchas instituciones están dando en los últimos años para inmatricular sus bienes patrimoniales.
   La hermandad de San Hermenegildo se fundó en el siglo XIII por los caballeros del rey San Fernando, que celebraban torneos y justas en la Puerta de Córdoba para honrar a San Hermenegildo. Tras la reconquista cristiana, la hermandad, que residía en la parroquia de San Julián, se traslada allí a instancias de Cristóbal Suárez de Ribera. La hermandad posee un retrato suyo, obra de Velázquez, que está depositado en el Bellas Artes y expone una copia. La actual iglesia se construyó en 1616, cuando el Cabildo Municipal concedió unos terrenos, al quedarse pequeña la capilla. El templo se restauró en los años 50 y fue entonces cuando aparecieron nuevos elementos de la torre que estaban adosados, como una puerta con arco de herradura y unos frescos de un altar de Santa Justa y Rufina que fueron retirados y cuyo paradero desconoce la hermandad. También se abrió la puerta principal, trasladándose el quiosco que había allí a los terrenos que hoy ocupa el bar La Pastora.
Textos de:
www.diariodesevilla.es

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