1. MEDINA DE RIOSECO, Valladolid. Acceso al cvto. de San Francisco.
2. MEDINA DE RIOSECO, Valladolid. Fachada de la igl. del cvto. de San Francisco.
3. MEDINA DE RIOSECO, Valladolid. Monumento al Cardenal Fray Carlos Amigo Vallejo, en el compás del cvto. de San Francisco.
4. MEDINA DE RIOSECO, Valladolid. Restos del claustro del cvto. de San Francisco.
5. MEDINA DE RIOSECO, Valladolid. La Rúa.
6. MEDINA DE RIOSECO, Valladolid. Fachada de la igl. de Sta. Cruz.
7. MEDINA DE RIOSECO, Valladolid. Monumento a la Semana Santa.
8. MEDINA DE RIOSECO, Valladolid. Portada principal y torre de la igl. de Sta. Mª de la Mediavilla.
9. MEDINA DE RIOSECO, Valladolid. Paso del Descendimiento en la Cap. de los Pasos Grandes.
10. MEDINA DE RIOSECO, Valladolid. Paso de la Crucifixión en la Cap. de los Pasos Grandes.
11. MEDINA DE RIOSECO, Valladolid. Fachada principal y torre de la igl. de Santiago.
12. MEDINA DE RIOSECO, Valladolid. Portada gótica de la igl. de Santiago.
13. MEDINA DE RIOSECO, Valladolid. Cabecera de la igl. de Santiago.
14. MEDINA DE RIOSECO, Valladolid. Portada plateresca de la igl. de Santiago.
15. MEDINA DE RIOSECO, Valladolid. Fachada de la igl. de San Pedro mártir.
MEDINA DE RIOSECO* (I), provincia de Valladolid: 28 de mayo de 2011.
La antigua "Ciudad de los Almirantes" es un importante núcleo monumental estratégicamente situado en la Tierra de Campos, de la que viene a ser la capital.
Cerca de la entrada suroriental de la ciudad se encuentra la Plaza Mayor, de irregular forma alargada, con escalinatas y un parquecillo en el centro. El edificio del Ayuntamiento, situado en un lateral bajo pórticos, reúne en su actual construcción (1973) elementos modernos con otros procedentes del antiguo claustro del convento de San Francisco, que se alza en la contigua plaza de la Constitución. El convento fue fundado por el almirante Don Fadrique en 1491 y de su estructura original sólo conserva el claustro y la iglesia, obra gótica (siglo XVI) que tiene en su interior destacables retablos y esculturas. Ante el edificio conventual, al otro lado de la carretera, el parque de Osuna ocupa el lugar donde estuvo el castillo.
De la Plaza Mayor parte la arteria principal de la villa, la Rúa* por antonomasia (calle de Lázaro Alonso en los rótulos), bella muestra de arquitectura popular con soportales alzados sobre pies y vigas de madera o, en algunos tramos, columnas. Por ella se llega a la iglesia de la Santa Cruz, templo de aspecto herreriano, que posee una monumental fachada de finales del siglo XVI.
Al final de la Rúa, junto al corro de Santo Domingo, se levanta la iglesia de San Pedro Mártir, único elemento salvado del convento fundado en 1556. El templo presenta una fachada con gusto por la simetría, que se corona con una torrecilla de ladrillo y esconde un interior definido por el rigor clasicista que proporciona una arquitectura equilibrada.
Al final de la Rúa, junto al corro de Santo Domingo, se levanta la iglesia de San Pedro Mártir, único elemento salvado del convento fundado en 1556. El templo presenta una fachada con gusto por la simetría, que se corona con una torrecilla de ladrillo y esconde un interior definido por el rigor clasicista que proporciona una arquitectura equilibrada.
A poca distancia, presidiendo la plaza de su mismo nombre, la iglesia de Santa María de la Mediavilla** es una importante obra gótico-isabelina construida entre 1490 y 1516. El primitivo campanario se derrumbó a principios del siglo XVIII y poco después se levantó la actual torre barroca, obra del arquitecto local Pedro de Sierra. En el interior, de tres naves cubiertas por bóvedas estrelladas (se han remozado recientemente), se conserva un retablo mayor (siglo XVI), laboriosa obra romanista de diversos autores, principalmente Esteban Jordán, que siguieron la directriz de Gaspar Becerra. A la izquierda, la capilla de los Benavente* es una estancia con gran riqueza decorativa y escultórica, debida principalmente a los hermanos Corral de Villalpando (siglo XVI), y un retablo de Juan de Juni dedicado a la Inmaculada. A los pies del templo, la sacristía, barroca (1670), y otras estancias acogen el Museo de Mediavilla* (está previsto su traslado a la iglesia de Santa Cruz), en el que pueden verse una magnífica colección de esculturas, pinturas, alabastros, marfiles filipinos y obras de orfebrería (custodia* procesional de Antonio de Arfe, labrada en plata en 1552).
En la misma plaza encontramos la capilla de los Pasos Grandes. Este lugar pertenece a la cofradía de la Quinta Angustia y guarda pasos de la Crucifixión, obra tallada por Tomás de Sierra en 1673, y del Descendimiento, conjunto escultórico cuyo autor es Francisco Díez de Tudanca (1663). Las justas medidas de la entrada ponen a prueba la habilidad de los cofrades, quienes todos los años tienen que sacar del habitáculo unos pasos que casi no caben.
En la misma plaza encontramos la capilla de los Pasos Grandes. Este lugar pertenece a la cofradía de la Quinta Angustia y guarda pasos de la Crucifixión, obra tallada por Tomás de Sierra en 1673, y del Descendimiento, conjunto escultórico cuyo autor es Francisco Díez de Tudanca (1663). Las justas medidas de la entrada ponen a prueba la habilidad de los cofrades, quienes todos los años tienen que sacar del habitáculo unos pasos que casi no caben.
Desde Santa María, por la calle Mediana, se llega a la iglesia de Santiago, iniciada en 1533 y terminada a finales del siglo XVII, aunque la torre quedó inacabada. Además de su poderosa cabecera con triple ábside, lo más destacado es la hermosa, aunque muy deteriorada, portada* plateresca debida a Miguel de Espinosa (siglo XVI), que se abre en el flanco meridional. En el interior alberga un retablo mayor de Joaquín Churriguera (1704). Durante la visita a esta localidad, esta iglesia era una de las sedes de "Passio" la exposición de 2011 de Las Edades del Hombre.Cerca de la iglesia de Santiago, por último, el arco de Ajújar, de estilo gótico, es una de las puertas de la antigua muralla y preside pintorescos rincones de la villa.
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