12. MEDINA DEL CAMPO, Valladolid. Colegiata de San Antolín en la plaza mayor.
13. MEDINA DEL CAMPO, Valladolid. Portada de la colegiata de San Antolín.
14. MEDINA DEL CAMPO, Valladolid. Ayuntamiento.
15. MEDINA DEL CAMPO, Valladolid. Portada del palacio del Almirante.
16. MEDINA DEL CAMPO, Valladolid. Portada del pal. de los Dueñas.
17. MEDINA DEL CAMPO, Valladolid. Igl. de Santiago.
18. MEDINA DEL CAMPO, Valladolid. Cvto. de San José.
19. MEDINA DEL CAMPO, Valladolid. Puente sobre el Zapardiel.
20. MEDINA DEL CAMPO, Valladolid. Carnicerías Reales.
21. MEDINA DEL CAMPO, Valladolid. Una de las portadas de las Carnicerías Reales.
22. MEDINA DEL CAMPO, Valladolid. Igl. de San Miguel.
23. MEDINA DEL CAMPO, Valladolid. Portada de la igl. de San Miguel.
24. MEDINA DEL CAMPO, Valladolid. Fachada del hospital de la Purísima Concepción.
25. MEDINA DEL CAMPO, Valladolid. El castillo de la Mota.
MEDINA DEL CAMPO* (II), provincia de Valladolid: 29 de mayo de 2011.
La Plaza Mayor*, es el eje sobre el que ha girado siempre la vida comercial y urbana de Medina del Campo. Hacia su amplio espacio rectangular, provisto de soportales sobre los que se funden edificios de épocas muy distintas, asoman extraordinarias muestras de la historia ciudadana. En ella está la colegiata de San Antolín*, desde cuyo balcón plateresco solía decirse misa los días de mercado. De estilo gótico tardío, se erigió sobre un templo anterior por iniciativa de Juan Ruiz de Medina, obispo de Segovia, al comenzar el siglo XVI, y las obras finalizaron en 1635. En su interior, dispuesto a modo de grandioso salón con tres naves cubiertas por bóvedas estrelladas, destaca el retablo mayor (siglo XVII), de estilo plateresco. Las diferentes capillas* albergan obras de gran valor, especialment en la de la Concepción, donde se encuentra La Piedad, altorrelieve de Juan de Juni. Compartiendo la plaza con la Colegiata, el Ayuntamiento, es un interesante edificio barroco (siglo XVII), bien restaurado, con hermosas balconadas corridas y un elegante patio interior. Junto a él, un pequeño edificio corresponde al antiguo Palacio Real, conocido como el "Testamentario", ya que fue aquí donde Isabel la Católica dictó su última voluntad en 1504. Fue reformado en el siglo XVII y tiene ante sí el monumento que la ciudad dedicó a la reina.
Por las reconstruidas y un tanto impersonales calles que en la actualidad componen la trama de Medina, provista no obstante aún de rincones de gran carácter, se distribuyen otros muchos monumentos, signos inequívocos de su esplendor. Así, saliendo de la plaza por la calle del Almirante, ennoblecida por el palacio (siglo XVI) del mismo nombre, se llega a la calle de San Martín, en la que aún sobreviven varias casonas palaciegas, y girando a la derecha se desemboca en la plaza del Pan. Desde ella, por la calle de Santa Teresa se alcanza el palacio de los Dueñas*, ligado a esta antigua familia de cambistas. Es una hermosa construcción de ladrillo de gran pureza renacentista (siglo XVI). En su fachada destaca la puerta adintelada sobre la que se halla el escudo familiar.
Próxima a él, y también vinculada en sus orígenes a la familia Dueñas, la iglesia de Santiago*, del siglo XVI, constituye una muestra anticipada de los que sería el estilo jesuítico (esta orden tuvo aquí uno de sus primeros conventos), con planta de cruz latina y las capillas situadas entre los contrafuertes de los muros. Posee bellos retablos, singularmente el del altar mayor, y en un rincón de la espaciosa sacristía se encuentra la capilla-relicario, de finales del siglo XVII. Durante esta visita fue la sede de "Passio" de la Fundación Las Edades del Hombre. Los conventos de San José, de carmelitas descalzas, que alberga recuerdos de Santa Teresa, y el de la Magdalena, de agustinas, completan este conjunto monumental.
En dirección al puentecillo sobre el Zapardiel podemos desviarnos, por el paseo de los Ferroviarios, hasta las carnicerías Reales, un singular edificio del siglo XVI, muy blasonado, concebido como lonja o mercado de carne y que aún hoy mantiene su función mercantil. Ya al otro lado del río se alza la iglesia de San Miguel, del siglo XVI, sencilla obra de ladrillo con portada clasicista.
De notable interés es asimismo el casi escurialense hospital de la Purísima Concepción, del siglo XVII, también llamado de Simón Ruiz, que lo donó a la ciudad. Y, naturalmente, especial atención merece el emblemático castillo de la Mota*, imponente fortaleza gótico-mudéjar cuya construcción se finalizó, tras numerosas variaciones, en el siglo XV con los Reyes Católicos. Fue restaurado hacia el año 1940. Tras el foso y la primera muralla defensiva, flanqueada por torreones cilíndricos, se eleva a gran altura el recinto principal con la hermosa torre del homenaje. Entre las estancias de su interior, además del patio de armas, destacan la capilla y el tocador de la Reina. El edificio está regentado por la Junta de Castilla y León, que suele dedicarlo a actividades culturales.
Enlace a la Entrada anterior de Medina del Campo*:
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