26. VALLADOLID, capital. Una esquina de la Plaza Mayor.
27. VALLADOLID, capital. Ayuntamiento en la Plaza Mayor.
28. VALLADOLID, capital. Fachada de la igl. de la Pasión.
29. VALLADOLID, capital. Academia de Caballería, en la plaza de Zorrilla.
30. VALLADOLID, capital. Monumento a José de Zorrilla, en la plaza homónima.
31. VALLADOLID, capital. Real Col. de los Agustinos Filipinos.
32. VALLADOLID, capital. Fachada de la igl. de San Juan de Letrán.
33. VALLADOLID, capital. Monumento a Colón, en la plaza homónima.
34. VALLADOLID, capital. Estación del Norte.
35. VALLADOLID, capital. Fachada de la igl. del cvto. de las Comendadoras de Sta. Cruz.
36. VALLADOLID, capital. Igl. de Santiago.
37. VALLADOLID, capital. Torre de la igl. de Santiago.
33. VALLADOLID, capital. Monumento a Colón, en la plaza homónima.
34. VALLADOLID, capital. Estación del Norte.
35. VALLADOLID, capital. Fachada de la igl. del cvto. de las Comendadoras de Sta. Cruz.
36. VALLADOLID, capital. Igl. de Santiago.
37. VALLADOLID, capital. Torre de la igl. de Santiago.
VALLADOLID** (III), capital de la provincia y de la comunidad: 28 de mayo de 2011.
Plaza Mayor y Campo Grande
Cerca de San Benito queda la alargada estructura metálica del popular mercado del Val, de finales del XIX, ya en las inmediaciones de la Plaza Mayor*. Este espacioso y animado núcleo de la vida vallisoletana debe su actual disposición a la reconstrucción impulsada por Felipe II en 1561, tras el voraz incendio que asoló la ciudad, y su ordenación a base de soportales se extendió a la zona colindante. En el flanco norte de su trazado rectangular (fue la primera plaza de esas características construida en España) se alza el Ayuntamiento. Frente a éste, se halla el teatro Zorrilla y, entre ambos, ocupando el centro de la plaza, la estatua del fundador de la ciudad, el conde Ansúrez. Por los alrededores de la plaza, el ajetreo de la urbe se deja sentir en rincones de mucho carácter, tales como las calles de Correos, Platerías o la de Ferrari, que conduce hasta la plaza de la Fuente Dorada.
Al oeste de la Plaza Mayor está la antigua iglesia de la Pasión, templo de fachada barroca que albergaba la sección de pintura del Museo Nacional de Escultura y que, tras su restauración, se utiliza como sala de exposiciones del Ayuntamiento.
Al final de la calle de la Pasión, la plaza de Zorrilla, con el monumento al escritor vallisoletano, es punto de confluencia de importantes y modernas avenidas. En su flanco occidental se alza el edificio de la Academia de Caballería, construido a partir de 19287 en un estilo ecléctico que, sobre todo en la fachada y por la calidad de la piedra, imita al palacio de Monterrey de Salamanca. Ante él pude verse el monumento a los Cazadores de Alcántara, grupo escultórico en bronce de Benlliure (1931).
Frente a la plaza se extiende el espacio ajardinado conocido como el Campo Grande. Al otro lado del parque, en el paseo de Filipinas, se halla el Real Colegio de los Agustinos Filipinos*, singular exponente del neoclasicismo vallisoletano construido a partir de 1759 según planos de Ventura Rodríguez. Destaca por su sobriedad exterior, mientras que el interior se organiza en torno a la iglesia de planta circular, con capillas radiales. El centro fue fundado por Felipe V para la formación de misioneros destinados a la Islas Filipinas, y fruto de esa actividad es, sin duda, el interesantísimo Museo Oriental*, que desde 1980 ocupa las antiguas dependencias conventuales. Posee la mejor colección de arte chino existente en España (bronces, porcelanas, monedas, sedas, ...) y una excelente muestra de arte filipino. Al lado se alza la iglesia de San Juan de Letrán, templo barroco (siglos XVII y XVIII) de sinuosa portada.
Al final del paseo de Filipinas se llega a la plaza de Colón, con el monumento al descubridor y, enfrente, la estación del Norte. De nuevo en la plaza de Zorrilla, por la peatonal calle de Santiago, animada arteria comercial con notables edificaciones, se pasa frente al antiguo convento de las Comendadoras de Santa Cruz, que posee una iglesia barroca del siglo XVIII (se utiliza como sala de exposiciones) y un elegante claustro del XVI. El interior del edificio acoge un moderno centro comercial. Más adelante, cerca ya de la confluencia con la calle de la Constitución, está la iglesia de Santiago, templo del gótico tardío (siglo XVI), parcialmente enmascarado por añadidos posteriores, que es la sede de la Cofradía de las Siete Palabras. Entre las valiosas obras de su interior destaca el retablo de la Epifanía* (siglo XVI), de Alonso de Berruguete.
Al final del paseo de Filipinas se llega a la plaza de Colón, con el monumento al descubridor y, enfrente, la estación del Norte. De nuevo en la plaza de Zorrilla, por la peatonal calle de Santiago, animada arteria comercial con notables edificaciones, se pasa frente al antiguo convento de las Comendadoras de Santa Cruz, que posee una iglesia barroca del siglo XVIII (se utiliza como sala de exposiciones) y un elegante claustro del XVI. El interior del edificio acoge un moderno centro comercial. Más adelante, cerca ya de la confluencia con la calle de la Constitución, está la iglesia de Santiago, templo del gótico tardío (siglo XVI), parcialmente enmascarado por añadidos posteriores, que es la sede de la Cofradía de las Siete Palabras. Entre las valiosas obras de su interior destaca el retablo de la Epifanía* (siglo XVI), de Alonso de Berruguete.
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