14. ÚBEDA, Jaén. Portada de la igl. de San Lorenzo.
15. ÚBEDA, Jaén. Espadaña de la igl. de San Lorenzo.
16. ÚBEDA, Jaén. Fachada de la Casa de las Torres.
17. ÚBEDA, Jaén. Portada de la Casa de las Torres.
18. ÚBEDA, Jaén. Palacio de Medinilla.
19. ÚBEDA, Jaén. Una de las portadas de la igl. de Sto. Domingo.
20. ÚBEDA, Jaén. Palacio Vela de los Cobos.
15. ÚBEDA, Jaén. Espadaña de la igl. de San Lorenzo.
16. ÚBEDA, Jaén. Fachada de la Casa de las Torres.
17. ÚBEDA, Jaén. Portada de la Casa de las Torres.
18. ÚBEDA, Jaén. Palacio de Medinilla.
19. ÚBEDA, Jaén. Una de las portadas de la igl. de Sto. Domingo.
20. ÚBEDA, Jaén. Palacio Vela de los Cobos.
ÚBEDA** (II), provincia de Jaén: 15 de octubre de 2011.
La Casa de las Torres*
Desde la plaza de Andalucía, la calle Rastro baja suavemente hacia el sur. Esta calle marcaba el límite de la antigua medina. A la izquierda, conforme se baja, pueden verse aún torreones y lienzos de la muralla medieval, que se prolongan por la calle Cava, con sus aceras ajardinadas. Esta calle llega hasta la glorieta del Alférez Reyes Navarrete, donde se ha abierto un agradable jardín, al fondo del cual hay un mirador con sorprendentes vistas de los olivares que se extienden a los pies de la ciudad, así como de los montes de sierra Mágina.
Este mirador se prolonga a través de un paseo que se inicia en el arranque de la glorieta y que avanza hacia el este, asomándose al pequeño tajo por el borde del cual cual corría y corre aún en parte la muralla. Es un paseo precioso, que va recibiendo distintos nombres a lo largo de su recorrido y que rodea casi por completo el casco histórico. Entrando por él, a sólo unos metros, se llega a la iglesia de San Lorenzo, templo del siglo XIV, reconstruido por completo en el siglo XVI, que fue parroquia hasta 1842. Actualmente se encuentra cerrado y en bastante mal estado, pendiente de su restauración. Pero su imagen, cubiertos en parte sus muros de hiedra, resulta sumamente romántica y evocadora.
Esta iglesia se asoma a la plaza de su nombre, en la que se encuentra la Casa de las Torres*, sede actual de la Escuela de Artes y Oficios, declarada Monuemnto Histórico Nacional en 1921. Este soberbio palacio, que recibe su nombre por los dos torreones que flanquean la portada, fue construido en el siglo XVI para mansión del capitán Andrés Dávalos de la Cueva, caballero de la Orden de Santiago y regidor de Úbeda. Se trata de una auténtica, pero muy refinada, fortaleza urbana, característica que le otorgan las macizas torres y el hermetismo de sus muros. Entre las torres se alza una magnífica portada plateresca de tres cuerpos, en la que resaltan, en primer lugar, las enormes dovelas de medio punto sobre impostas en que consiste el acceso, y, seguidamente, la decoración a base de semicolumnas, frontones, arcos, flameros, canes y cresterías. El interior se articula alrededor de un gran patio que asume ya por completo las características del Renacimiento: clasicismo, delicadeza y equilibrio en las proporciones, principalmente. De planta cuadrada, consta de dos cuerpos, ambos formados por arcos de medio punto sobre esbeltas columnas corintias, con los escudos de la casa y todos con relieves en las albanegas de los del segundo cuerpo, bajo cuyo alero aparecen curiosas gárgolas con figuras extravagantes.
La iglesia de Santo Domingo
A partir de aquí, el itinerario discurre durante bastante tiempo por el interior de la medina, a través de un Dédalo de serenas callejuelas que se cruzan y se entrelazan formando un inolvidable laberinto. Casi sin interrupción se suceden las grandes casonas y palacios de magníficas fachadas. Aquí se mencionarán únicamente los más relevantes, pero el paseante hará bien en caminar atento, pues su número es, ciertamente, extraordinario.
Una de estas casonas es el Palacio de Medinilla, situado algo más arriba de la Casa de las Torres, pero ya en la calle Jurado Gómez. Mandado construir por don Juan de Medinilla en 1627, es también un palacio de gran porte, en el que junto al puro renacimiento, aparecen los primeros atisbos del manierismo, como puede verse en los frontones que coronan los balcones y ventanas de la planta alta. Como la mayoría de las casas nobiliarias de Úbeda, el interior se encuentra centrado por un gran patio de dos plantas, pero en esta ocasión los arcos han sido sustituidos por dinteles con zapatas de madera que apean en columnas sobre plintos.
Muy cerca, subiendo por la calle Padilla, enseguida se alcanza una recoleta plazuela-rincón, sombreada de moreras, a la que asoma la fachada meridional de la iglesia de Santo Domingo. Es este un hermoso templo, construido a finales del siglo XIII o, como mucho, en los comienzos del XIV, aunque ha sufrido reformas y añadidos posteriores. Al exterior tiene dos portadas, ambas laterales. La más bella es esta que da a la placeta, construida en la segunda década del siglo XVI en un muy bello estilo renacentista. En ella figura el escudo del obispo Esteban Gabriel Merino, bajo cuyo pontificado se realizó. En el interior se aprecia la influencia gótico-mudéjar, presente en su construcción. Es de una sola nave cubierta con armadura de par y nudillo, cabecera circular con cúpula de horno y capillas góticas en el lado sur, o de la Epístola, y en los pies.
El Palacio Vela de los Cobos*
En la calle Juan Montilla, al comienzo de la cual, asomándose a la plaza del Ayuntamiento, se alza el palacio Vela de los Cobos*. Esta soberbia edificación fue proyectada por Vandelvira a mediados del siglo XVI para el que fuera regidor de la ciudad don Francisco Vela de los Cobos. La construcción presenta una novedad que, a partir de aquí, se repetirá en otros muchos palacios ubetenses. Se trata de la logia de la última planta, formada por una sucesión de arcos de medio punto, con algún elemento a dintel, con antepecho de piedra decorado con geometrías. Magnífica es, asimismo, la ventana esquinera de la planta primera, con parteluz de columna, entre pilastras y coronada por un frontón adornado con jarrones, ventana que se repite en la última planta, aunque sin el frontón. El resto de la fachada presenta un dintel entre columnas corintias en la planta baja y dos ventanas laterales, y en la primera un balcón central con tenantes que sostienen los escudos del propietario y otros dos laterales, los tres con frontón triangular con jarrones.
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