54. SIGÜENZA, Guadalajara. Bóvedas de la nave central de la catedral, con el trascoro en primer término.
55. SIGÜENZA, Guadalajara. Bóvedas de una de las pandas del claustro de la catedral.
56. SIGÜENZA, Guadalajara. Torres de la catedral desde el claustro.
57. SIGÜENZA, Guadalajara. Dependencia anexa al claustro de la catedral.
58. SIGÜENZA, Guadalajara. Portada de la capilla de San Juan y Sta. Catalina, de la catedral.
SIGÜENZA* (VI), provincia de Guadalajara: 13 de septiembre de 2008.
La catedral: su interior.
Es oscuro, rasgo propio del arte cisterciense, y está más cerca del románico en el uso de los vanos que del gótico, pródigo en amplios ventanales. El templo es de tres naves, la central más alta que las laterales. Las bóvedas que las cubren están sostenidas por pilares con columnas adosadas. en medio de la nave principal se encuentra el coro, con sillería gótica, y a lo largo de las naves laterales se abren numerosas capillas y dependencias. La capilla de San Pedro, de estilo plateresco, está cerrada por una reja de Juan Francés (1532). Tras ella, la puerta de San Valero da paso al claustro, de configuración claramente gótica y rodeada de estancias como la capilla de la Concepción (1509), plateresca y con bóveda policromada; el Museo Catedralicio, que exhibe piezas de arte religioso de gran interés; la Claustra, especie de claustro primitivo de factura románica; la librería del Cabildo y la hermosa puerta del Jaspe, por la que se retorna al interior del templo. Entre las capillas restantes, destacan la de la Anunciación, cuya portada combina los estilos mudéjar, gótico y plateresco, y la de San Marcos. El contiguo altar de Santa Librada es renacentista y alberga la urna con las reliquias de la santa.
Es de gran belleza y singularidad la llamada sacristía de las Cabezas*, una estancia de grandes dimensiones, profusamente decorada en todos sus paños y bóveda. Posee grandes medallones en los que se representan bustos de sibilas y profetas, separados por pilastras y que se rematan en capiteles, y la gran bóveda de medio cañón, en la que destacan rosetones en los que hay talladas cabezas humanas, todas diferentes, con la maestría y expresividad que proyectó su diseñador, Alonso de Covarrubias, y la talla de Martín de Vadoma. En total cuenta con 304 cabezas que representan al Papa, el emperador, cardenales, canónigos, figuras relevantes de la ciudad y otros personajes de la época. Enfrente se encuentra la capilla de las Reliquias, con una hermosa reja forjada por Hernando de Arenas y la estancia profusamente decorada con tallas, pinturas y orfebrería, entre las que destacan la custodia procesional de plata y la Anunciación de María pintada por El Greco.
De las restantes capillas, la de San Juan y Santa Catalina es la que ha despertado en el visitante de Sigüenza mayor expectación. Fue primero ábside de la catedral y panteón de obispos y, desde el siglo XV, panteón de la familia de los Arce. En ella se encuentra "la más hermosa estatua yacente del mundo", como la calificó Ortega y Gasset, y la obra de arte que identifica a Sigüenza sobre todo lo demás: el sepulcro del Doncel Martín Vázquez de Arce*, muerto a los 25 años de edad, cuando en 1486 combatía a los moros en la conquista de Granada. Rodeado de tumbas familiares, sus padres en una de ellas, todas estatuas yacentes, el Doncel parece indolentemente vivo y eternizado en actitud meditativa, la mirada lejana, un segundo antes enfrascada en la lectura del libro que tiene abierto entre las manos, el codo apoyado en un haz de laureles y a sus pies, un pajecillo afligido que se sostiene sobre el yelmo guerrero. El artista ha trabajado con primor todos los detalles logrando un casi hiperrealismo escultórico: el hábito militar, la cota de malla, la armadura de cuero, la esclavina atada al cuello, la cruz de Santiago en el pecho ... El autor es desconocido para la historia. Además del enterramiento de los padres del Doncel, don Fernando de Arce y doña Catalina de Sosa, en el centro de la capilla, es muy interesante el del hermano, don Fernando, adosado al muro, de estilo plateresco muy decorado.
La Capilla Mayor ocupa el fondo de la nave principal y se cierra con una obra maestra de rejería de 1628, debida a Domingo de Zialceta. El altar mayor es de 1609 y realizado por Giraldo de Melo en estilo manierista castellano en madera policromada. En el centro de la nave se alza el coro, construido por orden y financiación del cardenal González de Mendoza entre 1488 y 1491. La sillería, de estilo gótico, está profusamente decorada en los respaldos, destacando la de los asientos altos con motivos geométricos y la silla episcopal coronada por el escudo del cardenal Mendoza y el pináculo y bellas tallas en el respaldo que representan a unos ancianos dialogando como contraste pacífico a las escenas de lucha del asiento, trabajo atribuido a Mateo Alemán.
Enlace a la Entrada anterior de Sigüenza*:
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