1. GRANADA, capital. Portada de acceso al Corral del carbón.
2. GRANADA, capital. Interior del Corral del carbón.
3. GRANADA, capital. Paso de Ntra. Sra. del Perpetuo Socorro en el interior de su templo.
GRANADA** (I), capital de la provincia: 11 de abril de 2009.
La ciudad nazarí, cabeza del último reino musulmán de la Península Ibérica, se levanta a los pies del gran macizo de Sierra Nevada y ante una gran vega que se extiende, fulgente de verdor, hacia el norte y hacia el oeste.
Granada es un laberinto en el que se cruzan y vuelven a cruzarse los más insospechados caminos. En los últimos tiempos, la ciudad está sufriendo una poderosa remodelación que, gracias a que afecta sobre todo a las vías exteriores de comunicación, mantiene prácticamente intacta su estructura histórica. La visita puede plantearse dejándose llevar por el atractivo de una callejuela inesperada o bien siguiendo los hitos que a continuación se relacionan.
Detrás del Ayuntamiento, en la calle Mariana Pineda, se levanta el Corral del Carbón, edificio árabe de gran importancia y belleza que fue en su origen, a partir del siglo XIV, almacén y fonda de comerciantes y más tarde, tras su subasta en 1531, almacén de carbón, de donde procede su actual nombre, corral de comedias y casa de vecinos. En la actualidad está destinado a la venta de artesanía granadina. Es un edificio de gran belleza. Consta de una portada con un gran arco de herradura y un zaguán, los dos muy bien labrados con los tradicionales motivos geométricos, y de un patio rodeado por una galería hacia la que confluyen diversos aposentos.
La iglesia del Perpetuo Socorro hace esquina con la calle de San Jerónimo y con la del Gran Capitán, formando parte de la institución anexa de los Padres Redentoristas, que antes fue sede del oratorio de San Felipe Neri, establecido en Granada en 1671 y exclaustrado en 1835. La iglesia entonces, junto con el resto de las dependencias, fue subastada, corriendo un riesgo más que serio de ser derribada. En 1913, todo el conjunto fue adquirido por los redentoristas, quienes tras un profundo proceso de rehabilitación rebautizaron la iglesia con el nombre del Perpetuo Socorro.
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