1. EL ROCÍO - Almonte, Huelva. Fachada del santuario de Ntra. Sra. del Rocío.
2. EL ROCÍO - Almonte, Huelva. Aspecto general de la nave central del santuario de Ntra. Sra. del Rocío.
3. EL ROCÍO - Almonte, Huelva. Retablo mayor del santuario de Ntra. Sra. del Rocío.
4. EL ROCÍO - Almonte, Huelva. Imagen de Ntra. Sra. del Rocío en su santuario.
557. EL ROCÍO* - Almonte (I), provincia de Huelva: 8 de junio de 2008.
Aldea mariana perteneciente al término municipal de Almonte, situada al borde de la Marisma y del Parque Nacional de Doñana.
El principal atractivo de la aldea lo constituye el famosísimo santuario de Nuestra Señora del Rocío. Aunque la aldea tiene un origen prehistórico, el actual poblamiento se fue formando en torno a la primitiva ermita de Nuestra Señora de las Rocinas, a partir del siglo XVI. Esta ermita y la imagen de la Virgen debieron existir ya a mediados del siglo XIII.
Posteriormente, los continuos ataques de los árabes despoblaron el lugar y la imagen debió ser ocultada para evitar profanaciones.
En el siglo XV, normalizada la situación, se reconstruyó de nuevo la ermita en el lugar en el que, según la tradición, encontró la imagen el cazador de Villamanrique Gregorio Medina.
El terremoto de Lisboa del año 1755 arruinó el santuario. Entonces se construyó uno nuevo, más amplio, adecuado al número cada vez mayor de peregrinos que ya por entonces se ponían en camino. La ermita sufre diversas reparaciones y reconstrucciones a partir de entonces, hasta que en 1963 se derriba y se construye de nuevo enteramente.
El edificio actual es un hermoso templo de estilo neobarroco, obra de los arquitectos sevillanos Delgado Roig y Balbotín. Comenzó su construcción en 1964 y hasta el 2 de mayo de 1981 no se bendijo, poniendo punto final a las obras, la portada principal y la espadaña. Posee tres naves, la central con bóveda de cañón y de arista las laterales. El crucero se abre con una cúpula sobre pechinas, con linterna dotada de vidrieras. La cabecera cuenta con un gran ábside semicircular en el que se encuentra el camarín con la Virgen. En la fachada sobresale la enorme venera, enmarcada por cuatro pilastras, que corona la amplia portada de arco escarzano. Está coronada por una espadaña con una gran cruz de hierro forjado.
La imagen de la Virgen, conocida como la Blanca Paloma, obra del siglo XIII, fue muy restaurada en el siglo XV, tras su hallazgo. Se le rehicieron casi enteramente las manos y el rostro, adquiriendo la morfología propia del estilo gótico final. En el siglo XVIII sufrió otra importante transformación, al cambiársele los bordados y la estructura de los vestidos. Así permaneció hasta 1919, año en el que con la coronación canónica adquirió su aspecto actual.
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