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jueves, 10 de enero de 2019

2489. SANTIPONCE (II), Sevilla: 16 de diciembre de 2017.

12. SANTIPONCE, Sevilla. Exterior del Mon. de San Isidoro del Campo.
13. SANTIPONCE, Sevilla. Portada de ingreso al recinto monacal de San Isidoro del Campo.
14. SANTIPONCE, Sevilla. Crucero en el exterior del recinto monacal de San Isidoro del Campo.
15. SANTIPONCE, Sevilla. Portada de acceso a la igl. nueva del mon. de San Isidoro del Campo.
16. SANTIPONCE, Sevilla. En el interior de la igl. antigua del mon. de San Isidoro del Campo.
17. SANTIPONCE, Sevilla. Retablo mayor de la igl. antigua del mon. de San Isidoro del Campo.
18. SANTIPONCE, Sevilla. San Isidoro penitente en el retablo mayor de la igl. antigua del mon. de San Isidoro del campo.
19. SANTIPONCE, Sevilla. Escena del Nacimiento de Jesús en el retablo mayor de la igl. antigua del mon. de San Isidoro del Campo.
20. SANTIPONCE, Sevilla. Sepulcro de Alonso Pérez de Guzmán, en el presbiterio de la igl. antigua de mon. de San Isidoro del Campo.
21. SANTIPONCE, Sevilla. Retablo de Sta. Paula, San Eustoquio, y los arcángeles en la igl. antigua del mon. de San Isidoro del Campo.
22. SANTIPONCE, Sevilla. Fascistol en el centro del coro de la igl. antigua del mon. de San Isidoro del Campo.
23. SANTIPONCE, Sevilla. Órgano, fascistol y coro en la igl. antigua del mon. de San Isidoro del Campo.
24. SANTIPONCE, Sevilla. Campanario o Titinámbulo de la igl. antigua del mon. de San Isidoro del Campo.
25. SANTIPONCE, Sevilla. La igl. nueva del mon. de San Isidoro del Campo.
26. SANTIPONCE, Sevilla. Bóvedas de la igl. nueva del mon. de San Isidoro del Campo.
27. SANTIPONCE, Sevilla. Retablo mayor de la igl. nueva del mon. de San Isidoro del Campo.
28. SANTIPONCE, Sevilla. Calvario del retablo mayor de la igl. nueva del mon. de San Isidoro del Campo.
29. SANTIPONCE, Sevilla. Sacristía de igl. antigua del mon. de San Isidoro del Campo.
30. SANTIPONCE, Sevilla. Retablo de la Deposición de Cristo en el Sepulcro, en la sacristía de la igl. antigua del mon. de San Isidoro del Campo.
31. SANTIPONCE, Sevilla. Bóvedas de la sacristía de la igl. antigua del mon. de San Isidoro del Campo.
32. SANTIPONCE, Sevilla. La sala capitular del mon. de San Isidoro del Campo.
33. SANTIPONCE, Sevilla. Bóveda de la sala capitular del mon. de San Isidoro del Campo.
34. SANTIPONCE, Sevilla. Retablo de San Pedro en la sala capitular del mon. de San Isidoro del Campo.
35. SANTIPONCE, Sevilla. Pinturas murales de la sala capitular del mon. de San Isidoro del Campo.
36. SANTIPONCE, Sevilla. Retablo de la cap. privada o del reservado del mon. de San Isidoro del Campo.
37. SANTIPONCE, Sevilla. Virgen con el Niño Jesús en el retablo de la cap. privada o del reservado del mon. de San Isidoro del Campo.
38. SANTIPONCE, Sevilla. Decoración pictórica de la cap. privada o del reservado del mon. de San Isidoro del Campo.
39. SANTIPONCE, Sevilla. Detalle de la decoración de los muros y bóvedas de la cap. privada o del reservado del mon. de San Isidoro del Campo.
40. SANTIPONCE, Sevilla. El clasutro de los Muertos del mon. de San Isidoro del Campo.
41. SANTIPONCE, Sevilla. Decoración mural de una de las pandas del claustro de los Muertos en el mon. de San Isidoro del Campo. 
42. SANTIPONCE, Sevilla. Otro detalle de la decoración mural del claustro de los Muertos en el mon. de San Isidoro del Campo.
43. SANTIPONCE, Sevilla. Más detalles de la decoración pictórica en los muros de las estancias del mon. de San Isidoro del Campo.
44. SANTIPONCE, Sevilla. Espadaña sobre el claustro del mon. de San Isidoro del Campo.
45. SANTIPONCE, Sevilla. Otro detalle más de las pinturas murales del mon. de San Isidoro del Campo.
46. SANTIPONCE, Sevilla. Refectorio del mon. de San Isidoro del Campo.
47. SANTIPONCE, Sevilla. Pintura de "La Última Cena" que preside el refectorio del mon. de San Isidoro del Campo.
48. SANTIPONCE, Sevilla. Techumbre pintada de una de las estancias del mon. de San Isidoro del Campo.
49. SANTIPONCE, Sevilla. Retablo de Cristo atado a la columna en el claustro de los Muertos del mon. de San Isidoro del Campo.
50. SANTIPONCE, Sevilla. Un último detalle de la decoración pictórica mural del mon. de San Isidoro del Campo.
SANTIPONCE (II), provincia de Sevilla: 16 de diciembre de 2017.
Monasterio de San Isidoro del Campo**
   El monasterio de San Isidoro del Campo** surge en Plena Edad Media, cuando ya Itálica había dejado de existir como ciudad. Lo funda en 1301 Alonso Pérez de Guzmán, alojándose en él una comunidad cisterciense. En 1431 los cistercienses son sustituidos por frailes jerónimos. Después de la exclaustración, en 1835, el monasterio se convierte en cárcel, siendo parte del edificio vendido a particulares. En el siglo XX los monjes volvieron al monasterio, pero en nuestros días han vuelto a abandonarlo. A pesar de tantas vicisitudes el convento es un monumento artístico de primer orden.
   Consta el conjunto de un templo y tres patios, alrededor de los que se desarrollan las dependencias del antiguo monasterio. El templo tiene dos naves, la más antigua construida por el fundador, Alonso Pérez de Guzmán, y la más moderna por su hijo Juan Pérez de Guzmán. Al exterior presenta aspecto de fortificación por sus contrafuertes y su cabecera rematada en almenas. Ambas naves son construcciones góticas de planta rectangular y cubiertas de crucería que se edificaron en piedra y ladrillos, material que se empleó igualmente en la portada de ingreso. Dicha portada presenta arquivoltas apuntadas enmarcadas por alfiz, decorándose sus enjutas con lacerías de ladrillos rojos y azulejos blancos, entre los que se intercalan  estrellas polícromas de azulejería. Es obra de fines del siglo XV y está firmada por "Diego Quixada y su hermano".
   El interior de la iglesia más antigua contiene un gran retablo, obra del gran escultor de la escuela sevillana Juan Martínez Montañés, realizado entre 1609 y 1613, mientras que la policromía corresponde a Francisco Pacheco. Consta el retablo de banco, tres calles de dos cuerpos y remate, siendo de sección poligonal para adaptarse el ábside. Su iconografía está dentro del más puro estilo tridentino, pues en las esculturas y relieves se representan, no sólo los santos titular y de la orden, sino también los principales dogmas cristianos. La imagen central es San Jerónimo y en la hornacina superior se halla San Isidoro, titular del monasterio. En el resto de las calles figuran los relieves de la Epifanía, el Nacimiento, la Resurrección y la Ascensión, más las esculturas de San Juan Bautista, San Juan Evangelista y la Asunción de la Virgen, situándose en los remates laterales las imágenes de las virtudes. Todas ellas son esculturas realizadas por Montañés, aunque se piensa que sus discípulos Juan de Mesa, Andrés de Ocampo y Andrés de Oviedo le ayudarían en una obra de tanta envergadura. A los lados del retablo se hallan los sepulcros de los fundadores, Alonso Pérez de Guzmán y su mujer, María Alonso Coronel, en sendas hornacinas y en actitud orante, debidas también a Montañés, así como el marco arquitectónico en el que se alojan.
   En el lado derecho hay un retablo del segundo cuarto del siglo XVIII con esculturas de Santa Paula, Santo Eustoquio y de los arcángeles San Miguel y San Rafael. En el frente del altar hay una lápida alusiva al enterramiento de los Guzmán. A los pies de la iglesia hay un magnífico coro con doble fila de sitiales y sobria decoración geométrica debido al artista gallego Bernardo de Cabrera, quien lo realizó antes de 1650. En el centro se halla un gran fascistol de madera tallada, que se apoya en tres leones y se remata por una imagen de la Inmaculada sostenida por ángeles, excelente obra de la segunda mitad del XVIII, aunque el vástago central se realizó un siglo antes. Es de destacar también el campanario o tintinábulo y el órgano, con mueble de estilo neoclásico.
   Las dos iglesias están unidas por un gran arco, en cuyo intradós se halla una inscripción relativa al enterramiento de los Guzmanes.
   La iglesia nueva tiene una disposición paralela a la antigua, siendo de menor anchura. En la cabecera se halla el retablo mayor, de tres calles separadas por estípites, banco y remate, que puede situarse en el segundo tercio del siglo XVIII. Ocupa el lugar central un Crucificado de tamaño natural, obra del siglo XVI. A su lado las imágenes de la Virgen y San Juan, contemporáneas, pero de menor calidad, y repartidos por el retablo relieves de esa misma época. En los laterales del presbiterio se hallan dos hornacinas sin imágenes que debieron de realizarse junto con el retablo. También en el presbiterio están los sepulcros de los fundadores de esta iglesia, en forma de esculturas yacentes, Juan Alonso Pérez de Guzmán y Urraca Osorio, su mujer; piezas ambas de mediados del siglo XIV. Junto a ellas se hallan la del Marqués de Ayamonte, Bernardino de Zúñiga, escultura de mediados del siglo XVI.
   En el lado izquierdo hay cuatro sepulcros neogóticos de los marqueses de Miraflores y un brocal de pozo con la inscripción "Gutta cavat lapidem", alusiva al pensamiento de San Isidoro.
   La Sacristía, que comunica con la iglesia antigua, está cubierta por dos bóvedas de crucería y decorada con pinturas del siglo XVI, época de la que datan los balcones que se abren en los muros. Contiene dos retablos de estilo rococó con espejuelos, que enmarcan lienzos de la primera mitad del siglo XVII: uno representan a Cristo atado a la columna  el otro a la Deposición en el sepulcro. Otro retablo, de tipo marco, contiene la imagen de la Virgen de la Antigua, en el cuerpo principal, y una pintura del Padre Eterno, en el remate. Tanto los lienzos como el retablo datan de la primera mitad del siglo XVII. A los lados hay dos grandes espejos de marco rococó.
   En esta misma estancia hay algunas pinturas entre las que destacan una Coronación de la Virgen, de estilo zurbaranesco y de buena calildad, y ocho lienzos de grandes dimensiones que representan escenas de la vida de San Isidoro, apareciendo uno de ellos fechado en 1656.
   La Sala Capitular está también decorada con pinturas de la primera mitad del siglo XVII, con representación de las virtudes, en el techo, y, en las paredes, de San Jerónimo, San Isidoro y escenas de la vida de Cristo. Bajo estas pinturas hay otras del siglo XV, con escenas de la vida de San Jerónimo. Contiene este recinto un retablo del primer tercio del siglo XVII, con columnas corintias de fuste entorchado, en cuyo cuerpo central hay un lienzo de San Pedro y el ático otro del Calvario. Hay que mencionar también ocho pinturas, que representan un Apostolado doble, copia de los que hizo Navarrete el Mudo para El Escorial, un Cristo atado a la columna, un San Cristóbal y una muerte, todas del siglo XVII. La sillería es del primer tercio del siglo XVII.
   Comunicada con estas estancias se halla la llamada Capilla Privada o del Reservado, decorada también con pinturas de comienzos del siglo XVII, con temas de hojarasca, grutescos y emblemas marianos en cartelas manieristas. En las paredes hay pinturas alusivas a la vida de la Virgen de hacia 1637. Al fondo se conserva el retablo que contrataron Martínez Montañés y Andrés Ortega en 1591. En el primer cuerpo están las esculturas de la Virgen con el Niño, San Joaquín y Santa Ana, obras de Martínez Montañés, apareciendo en el segundo lienzos del siglo XVIII. La pintura del Niño Jesús que se halla en el banco es también coetánea del retablo.
   De los claustros que posee el convento, el llamado de los Muertos es de estilo mudéjar, con planta rectangular y doble galería recorrida por arcos de medio punto peraltados y alfices. Los arcos se apoyan en pilares ochavados y las cubiertas son techumbres de madera y bóvedas de crucería muy planas. La parte inferior está decorada con pinturas del siglo XVII, bajo las que se hallan otras de hacia 1468, que imitan lacerías, hojarascas y almenas góticas. Se conservan restos de algunas escenas, como la de la Anunciación de la Virgen, de estilo hispano-flamenco, firmada por Juan Sánchez y semidestruida por la apertura de una puerta en el siglo XVII. Igualmente se aprecian un San Miguel Arcángel y un San Jerónimo, de los que sólo queda el dibujo. De las pinturas del siglo XVII se conservan algunos santos jerónimos. La reciente restauración del monasterio ha sacado a la luz otras pinturas mudéjares que estaban ocultas por azulejos o pinturas del siglo XVII, así como fragmentos de retablos pictóricos de mediados del siglo XVI.
   Al claustro se abren varias puertas, tres del siglo XVII y dos mudéjares, ojivales y con alfiz de ladrillo bícromo. Hay también una pila de mármol de la primera mitad del siglo XVII y diversas lápidas sepulcrales de los jerónimos. En uno de los ángulos se levanta un retablo rococó que contiene un Cristo atado a la columna y pinturas en las puertas que lo cierran, del siglo XVII.
   El otro claustro, llamado de los Evangelistas, sólo conserva tres de sus lados mudéjares. Los de la planta baja están formados por arcos de medio punto peraltados sobre pilares octogonales y los de la planta alta por arcos carpaneles, también sobre pilares, siendo la cubierta de viguería de madera decorada. Lo más interesante de este claustro son las pinturas murales de la parte baja, en las que se alternan los paneles de lacería con figuras humanas, siendo el tema central el de San Jerónimo dictando sus reglas rodeado de sus discípulos. En los otro nueve recuadros aparecen santos y santas, entre los que es posible identificar a San Gregorio, San Agustín, San Ambrosio y San Isidoro. Sobre este zócalo se encuentra una pintura muy deteriorada que representa el Árbol de la Vida, el cual aparece sobre una barca a la que atacan la muerte, los demonios y las ratas. Don Enrique de Guzmán, conde de Niebla, costeó estas pinturas entre 1431 y 1436, fecha en la que hizo venir a los jerónimos. La portada de acceso al claustro es ojival y está enmarcada por un alfiz decorado por lacerías, entre las que figuran los escudos de los Guzmanes. La otra puerta que se abría a la iglesia está actualmente cegada.
   Del tercer claustro o Claustro Grande se conservan sólo tres lados. Dos de ellos son de principios del siglo XVI, con recuerdos góticos, y el tercero de estilo barroco del siglo XVIII. Presenta arquerías de medio punto y molduras geométricas. En la galería alta se conserva una pintura que representa un ángel en una hornacina en forma de venera, que puede fecharse en la primera mitad del siglo XVI. Otros elementos importantes de este antiguo convento son su torre de ladrillo y azulejos, de época barroca, y la fachada oriental, que agrupa las dependencias inmediatas a la sacristía, que está construida en sillares, fechada en 1792 y firmada por el arquitecto José Suárez.
   En la restauración del monasterio llevada a cabo en fecha reciente además de recuperarse algunas pinturas murales se han restaurada otros bienes muebles. Entre ellos se incluyen una serie de lienzos del Apostolado, que no ha sido posible recuperar por completo habida cuenta las pérdidas que presentaban, además de un lienzo del Triunfo de la Muerte, de mediados del siglo XVII. Otras obras recuperadas son una escultura del Crucificado del siglo XIV y otras dos de barro cocido y atribuidas a Lorenzo Mercadante de Bretaña que representan a la Virgen con el Niño y a San Jerónimo, ésta parcialmente mutilada. De 1607 es un Niño Jesús atribuido a Francisco de Ocampo y de la segunda mitad del XVII un Crucificado de marfil sobre cruz de ébano con incrustaciones de aquel material, de probable origen flamenco.
   También se han recuperado varios manuscritos miniados, fechables entre los siglos XV y el XVIII; un ara de altar de comienzos del siglo XVI con marco de cuero repujado, pintado y dorado; un frontal de altar de seda blanca con bordados y el relicario de San Eutiquio, consistente en una caja de madera dorada y pintada y fechable hacia 1600, probable obra italiana, que fue donada por el Conde-Duque de Olivares y que perteneció a su padre.
   En cuanto a las piezas de metalistería hay que destacar dos grandes bandejas de latón llamadas "dinanderies", del siglo XVI, un portapaz de cobre dorado de inspiración veneciana y de la misma época, un cáliz de plata y dos relicarios de cobre dorado y adornados con botones de esmalte, obras todas de la primera mitad del siglo XVII, más un copón de plata dorada del último tercio del siglo XVIII.
Textos de:
ARJONA, Rafael: Guía Total: Andalucía. Ed. Anaya. Madrid, 2005.
ARJONA, Rafael y WALLS, Lola: Guía Total: Sevilla. Ed. Anaya. Madrid, 2007.
MORALES, Alfredo J.; SANZ, María Jesús; SERRERA, Juan Miguel y VALDIVIESO, Enrique: Guía artística de Sevilla y su provincia [II]. Fundación José Manuel Lara y Diputación provincial de Sevilla. Sevilla, 2004.

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