1. RONDA, Málaga. Vista general del Puente Nuevo con el Cvto. de Sto. Domingo a la derecha.
2. RONDA, Málaga. Otra vista del Puente Nuevo.
3. RONDA, Málaga. Una vista más del Puente Nuevo con el Cvto. de Sto. Domingo en segundo término.
4. RONDA, Málaga. Vista del Tajo sobre el Guadalevín.
5. RONDA, Málaga. El Puente Nuevo y al fondo la plaza de España y el Parador de Turismo.
6. RONDA, Málaga. Una última vista del Puente Nuevo.
7. RONDA, Málaga. Portada de la igl. de la Virgen de la Paz en la plazoleta del Beato Diego José de Cádiz.
8. RONDA, Málaga. Detalle de la Virgen de la Paz, patrona de la localidad en la igl. del mismo nombre.
9. RONDA, Málaga. Retablo de la Virgen de la Paz, en la igl. del mismo nombre.
9. RONDA, Málaga. Púlpito donado por el beato Diego José de Cádiz a la igl. de la Virgen de la Paz.
10. RONDA, Málaga. Cristo de la Sangre, de Pedro Duque Cornejo en 1737, de la igl. de la Virgen de la Paz.
11. RONDA, Málaga. Remedo de la Scala Sacta de la basílica romana de San Juan de Letrán, con el Ecce Homo en la igl. de la Virgen de la Paz.
12. RONDA, Málaga. Vista general de la única nave de la igl. de la Virgen de la Paz.
RONDA* (I), provincia de Málaga: 23 de mayo de 2008.
La capital de la serranía, ciudad histórica y monumental, se levanta sobre una impresionante meseta que aparece, a su vez, cortada por una estrecha garganta -el famoso Tajo- de más de 180 metros de profundidad, por cuyo seno corre sinuoso el Guadalevín, afluente del Guadiaro.
LA RONDA PRIMERA
Ronda es una ciudad mágica y abrumadora. Se llegue a ella con prisas o con el ánimo sosegado de los viajeros antiguos, el visitante cae atrapado de inmediato en la red del hechizo que brota principalmente del lugar en el que se eleva el caserío, esa altísima meseta cortada a pico y atravesada por el imponente Tajo, rodeada, en primer lugar, por una gran llanada que es como un valle reluciente, y, en segundo término, por una cadena montañosa que cierra por completo el horizonte allá donde quiera que los ojos se dirijan.
La plaza de España
El mejor lugar para iniciar la visita es, sin duda, este luminoso espacio que se abre a la vez a la Ronda de siempre y a la ciudad moderna y contemporánea. Aquí, bordeando el Tajo, se encuentra desde 1994 el Parador de Turismo, atalaya formidable que antes fue mercado de abastos y cine, y antes aún, desde 1843, Ayuntamiento. En el centro de la plaza, peatonal en su mayor parte, un busto sobre un monolito recuerda al político rondeño Antonio de los Ríos Rosas (1807-1873), diputado, ministro y presidente del Congreso. De esta plaza parte, hacia el sur, el llamado Puente Nuevo** que une las dos orillas del abismo sobre el que se levanta la ciudad. Este puente es una soberbia obra de ingeniería que se construyó entre los años 1751 y 1793 bajo la dirección del arquitecto aragonés Martín de Aldehuela. Desde su construcción es también el monumento más representativo de Ronda. Su visión desde cualquier ángulo es sobrecogedora. Arranca del fondo del Tajo y alcanza una altura de 98 m. a base de sillares de piedra labrados. Sobre un primer arco inferior de medio punto, se levanta otro, poderoso, de 90 m., flanqueado por otros dos sobre los que apoya la calzada. Entre el arco principal y la calle se configura un espacio cerrado con dos balcones a cada cara, que, entre otros usos, ha sido cárcel de presos peligrosos y, en la actualidad, es el Centro de Interpretación del Puente Nuevo. En el pretil, igualmente de piedra bien labrada, se abren balcones con rejas rondeñas desde la que se obtienen vistas vertiginosas y espectaculares.
La calle Tenorio
Ronda es una ciudad muy limpia y muy cuidada, las fachadas de sus numerosas casas blasonadas relucen con el blanco de la cal y el brillo de la piedra. Nada más cruzar el Puente Nuevo aparece, a la izquierda, el convento de Santo Domingo, al comienzo de la calle Armiñán. Fundado por los Reyes Católicos, se construyó siguiendo pautas de estilos gótico, mudéjar y renacentista. Fue sede de la Inquisición y primer mercado con el que contó Ronda. En la actualidad se encuentra en restauración. Enfrente del convento se abre la calle Tenorio, en cuyo número 1 se encuentra la casa natal de Pedro Pérez Clotet (1902-1966), poeta de la generación de 1927. La calle Tenorio es una primera muestra espectacular de la ciudad primitiva que, en su actual configuración, mantiene la traza laberíntica que le dieron los musulmanes. Antes de llegar a la mitad, la calle, que conserva numerosas casas nobles, se abre en una plazoleta deliciosa. En el número 13, buen ejemplo de casa tradicional rondeña, vivió Federico Serratosa, médico muy volcado en el servicio a la ciudad. Pero la mejor casa de la calle es la número 20, conocida como casa de Don Bosco. Se trata de un edificio modernista levantado por Santiago Sanguinetti a principios del siglo XX para la familia de los Granadinos, quienes, posteriormente, la cedieron a los salesianos como casa de reposo. En su patio de entrada conserva bellísimos azulejos nazaríes. Dentro tiene un jardín con una espléndida terraza sobre el Tajo y una preciosa fuente circular hecha de enchinado y azulejos.
La casa del Gigante
Desde la calle Tenorio, lo mejor es salir por la calle San Juan de Letrán, que se encuentra junto a la casa del médico Serratosa. En el número 3 de esta última calle murió el 24 de marzo de 1801 el beato Diego José de Cádiz. Enfrente, una plazoleta que lleva su nombre y en la que una estatua en bronce da fe de su memoria, se alza la iglesia de la Virgen de la Paz, patrona de Ronda. Es este un pequeño templo de una sola nave, cuya construcción se llevó a cabo entre los siglos XVI y XVIII. Destaca en su fachada la espadaña en ángulo y la decoración a base de rosetas y estrellas. Además de la imagen de la Patrona, el templo guarda los restos de Diego José de Cádiz. Al final de San Juan de Letrán, a la derecha, se alcanza la casa del Gigante, situada en la placita del mismo nombre, un lugar de ensueño que se abre para acoger tres hermosas casas solariegas: esta del Gigante, una particular, y el palacio de Moctezuma, hoy reconvertido en Museo Joaquín Peinado. La placita cuenta además con un busto de Vicente Espinel, músico, novelista y poeta rondeño, inventor de la décima llamada espinela y de la quinta cuerda de la guitarra. La casa del Gigante es la única que queda en Ronda de la época nazarí. Los rondeños la bautizaron con este apelativo por un busto que se levantaba en su muro exterior y que parecía corresponder a un hombre tremendamente grande. La casa, visitable, ha sido restaurada por la Junta de Andalucía y reinaugurada en diciembre del 2004. Tiene patios preciosos y salas delicadas y exquisitas que, poco a poco, se irán convirtiendo en museo etnográfico.
Joaquín Peinado (Ronda, 1898 - París, 1975) fue un pintor vanguardista de la llamada Escuela Española de París. Su obra, plena de serenidad y de rigor, a la búsqueda siempre de la realidad objetiva, se encuentra en los mejores museos del mundo. Éste de Ronda se debe a la Fundación Unicaja y se ubica en una parte bellamente restaurada del soberbio palacio de Moctezuma. Guarda abundantes oleos y dibujos de Peinado, repartidos en dos plantas, de las que también son dignas de admiración las puertas y los artesonados.
La casa del Gigante
Desde la calle Tenorio, lo mejor es salir por la calle San Juan de Letrán, que se encuentra junto a la casa del médico Serratosa. En el número 3 de esta última calle murió el 24 de marzo de 1801 el beato Diego José de Cádiz. Enfrente, una plazoleta que lleva su nombre y en la que una estatua en bronce da fe de su memoria, se alza la iglesia de la Virgen de la Paz, patrona de Ronda. Es este un pequeño templo de una sola nave, cuya construcción se llevó a cabo entre los siglos XVI y XVIII. Destaca en su fachada la espadaña en ángulo y la decoración a base de rosetas y estrellas. Además de la imagen de la Patrona, el templo guarda los restos de Diego José de Cádiz. Al final de San Juan de Letrán, a la derecha, se alcanza la casa del Gigante, situada en la placita del mismo nombre, un lugar de ensueño que se abre para acoger tres hermosas casas solariegas: esta del Gigante, una particular, y el palacio de Moctezuma, hoy reconvertido en Museo Joaquín Peinado. La placita cuenta además con un busto de Vicente Espinel, músico, novelista y poeta rondeño, inventor de la décima llamada espinela y de la quinta cuerda de la guitarra. La casa del Gigante es la única que queda en Ronda de la época nazarí. Los rondeños la bautizaron con este apelativo por un busto que se levantaba en su muro exterior y que parecía corresponder a un hombre tremendamente grande. La casa, visitable, ha sido restaurada por la Junta de Andalucía y reinaugurada en diciembre del 2004. Tiene patios preciosos y salas delicadas y exquisitas que, poco a poco, se irán convirtiendo en museo etnográfico.
Joaquín Peinado (Ronda, 1898 - París, 1975) fue un pintor vanguardista de la llamada Escuela Española de París. Su obra, plena de serenidad y de rigor, a la búsqueda siempre de la realidad objetiva, se encuentra en los mejores museos del mundo. Éste de Ronda se debe a la Fundación Unicaja y se ubica en una parte bellamente restaurada del soberbio palacio de Moctezuma. Guarda abundantes oleos y dibujos de Peinado, repartidos en dos plantas, de las que también son dignas de admiración las puertas y los artesonados.
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