13. RONDA, Málaga. Compás y Torre del cvto. de Sta. Isabel de los Ángeles.
14. RONDA, Málaga. Ayuntamiento.
15. RONDA, Málaga. Portada de la igl. de Sta. Mª la Mayor.
16. RONDA, Málaga. Torre y galería balconada de la igl. de Sta. Mª la Mayor.
17. RONDA, Málaga. Otra vista del exterior de la igl. de Sta. Mª la Mayor.
18. RONDA, Málaga. Una visión más del exterior de la igl. de Sta. Mª la Mayor.
19. RONDA, Málaga. La torre de la igl. de Sta. Mª la Mayor.
20. RONDA, Málaga. Antiguo pilar de la igl. de Sta. Mª la Mayor.
21. RONDA, Málaga. Arco del Mihrab en la sacristía de la igl. de Sta. Mª la Mayor.
22. RONDA, Málaga. Custodia procesional de la igl. de Sta. Mª la Mayor.
23. RONDA, Málaga. Baldaquino en la capilla mayor de la igl. de Sta. Mª la Mayor.
24. RONDA, Málaga. Interior de la igl. de Sta. Mª la Mayor.
25. RONDA, Málaga. Vista del coro de la igl. de Sta. Mª la Mayor.
26. RONDA, Málaga. Virgen del Mayor Dolor en la igl. de Sta. Mª la Mayor.
27. RONDA, Málaga. Vía Lucis de la igl. de Sta. Mª la Mayor.
28. RONDA, Málaga. Retablo del Sagrario de la igl. de Sta. Mª la Mayor.
29. RONDA, Málaga. Minarete de San Sebastián.
30. RONDA, Málaga. Interior de la Mina.
31. RONDA, Málaga. Vista del Tajo desde el interior de la Mina.
32. RONDA, Málaga. Exterior de la Mina.
33. RONDA, Málaga. Otra visión del Tajo desde la Mina.
34. RONDA, Málaga. Jardines de Forestier.
RONDA* (II), provincia de Málaga: 23 de mayo de 2008.
El palacio de Mondragón*
En el número 11 de la calle San Juan Bosco, se encuentra el palacio de los Hinojosa Bohórquez, en cuyo patio se conservan bellísimos azulejos. Enfrente está el palacio de los duques de Ahumada, uno de cuyos miembros fundó la guardia civil. Toda esta zona, desde el Tajo hasta la puerta Almocábar, está lleno de grandes palacios y casas solariegas, la mayoría de ellos en muy buen estado de conservación. Aquí está también la recoleta plazuela que Ronda le dedica al poeta Pedro Pérez Clotet. Desde ella, por Ruedo Alonso Gamero, se alcanza el majestuoso palacio de Mondragón, en la plaza de su nombre. Este es, sin duda el palacio más suntuoso de Ronda. Se dice que fue residencia del rey Abomelic o Abbel Malik, hijo de Abul Hassan, sultán de Marruecos y último gobernador merinida antes de que la ciudad pasara a poder de los nazaríes granadinos. La construcción ha sufrido diferentes reformas a lo largo de su historia. Así, el exterior es del siglo XVIII. En él destacan los dos torreones de los extremos y la portada, magnífica, constituida por un hueco adintelado y flanqueado por pares de columnas toscanas sobre altos paramentos. Por encima se abre un amplio balcón coronado por un frontón curvo y partido para dar cabida a un tercer cuerpo puramente decorativo compuesto también de pares de columnas igualmente toscanas. El palacio es hoy la sede del Museo de Ronda, histórico y etnográfico. La entrada se hace por las que fueron en su tiempo cuadras. A continuación se alcanza el patio de entrada, magnífico claustro con arquerías sobre columnas corintias y singulares óculos en las enjutas, al que sigue un sobrio patio castellano muy propio de la época de construcción del edificio. A la derecha de éste se encuentra el patio mudéjar, típicamente rondeño, con sus arcos de medio punto, de ladrillos finamente moldurados, la decoración de azulejos de las albanegas y del friso, así como la galería de madera en la planta alta. Este patio da paso al jardín, milagrosamente colgado sobre el Tajo, a través de un doble arco de herradura igualmente de ladrillo. Del patio de entrada sube la escalera a la planta alta. Es muy buena la cúpula de media naranja sobre pechinas que la cubre, profusamente decorada a base de escayola pintada.
Independientemente de las salas en las que se ubica el museo, todavía en formación, en esta planta sobresale el salón noble, dedicado a sala de actos, con un espléndido artesonado mudéjar, con su característica decoración de lacerías.
Santa María la Mayor*
La calle Manuel Montero lleva directamente al corazón de la medina islámica, hoy plaza de la Duquesa de Parcent, solemne conjunto urbano de tan gran riqueza monumental que sólo por él ya merece la pena visitar la ciudad. La mayor parte del espacio central de esta plaza lo ocupa un romántico jardín, en lo más hondo del cual, entre unas tuyas, aparece un busto de doña Trinidad von Scholtz, duquesa de Parcent y gran benefactora de la ciudad. A la derecha, según se viene desde Manuel Montero, aparece el convento de Santa Isabel de los Ángeles, de monjas clarisas, edificado en 1540 en el sitio donde habían estado los depósitos de agua de la medina musulmana. En el lado sur de la plaza, se sitúa el colegio de El Castillo, denominado así por ocupar el solar del castillo romano de Laurus, que los franceses destruyeron en 1812. El colegio fue fundado por el marqués de Moctezuma y confiado a los salesianos, quienes lo han mantenido en funcionamiento hasta el año 2003, en que decidieron abandonarlo. De gran porte, aunque sin otro valor que el de las vistas que ofrece, el edificio se encuentra a la espera de un nuevo destino. A su lado, está la iglesia de María Auxiliadora, edificada por los salesianos en 1950 y muy visitada por los rondeños, tanto por la imagen titular como por la del Cristo de la Sangre, un Crucificado que se encuentra a la entrada en la nave de la Epístola.
Edificio imponente es el del Ayuntamiento*, contiguo a la iglesia salesiana. Lo mandó construir Felipe V en 1734 para cuartel de milicias. La fachada se constituye en tres cuerpos. En el bajo se abre la portada, una gran dintel entre pilastras, así como una serie de ventanas protegidas con rejas rondeñas, en tanto los superiores muestran bellas arquerías de piedra, con arcos de medio punto sobre pilares de base cuadrada. Convertido en sede del Ayuntamiento en 1978, el edificio conserva un buen artesonado mudéjar, siendo también interesantes el área correspondiente a la antigua alhóndiga y el salón de plenos, con sus poderosos arcos de ladrillo sobre pilares de piedra.
Pero la joya de la plaza es la iglesia de Santa María la Mayor*, antigua mezquita mayor de Ronda, de la que conserva la ubicación del alminar y un arco del mihrab, precioso, visible desde la sacristía.. De cara a la plaza, el templo muestra un aspecto singular. A la izquierda, se levanta la torre, de estilo mudéjar, con tres cuerpos de ladrillo visto, el primero de base cuadrada; a continuación, uno muy airoso, octogonal, en el que se ubican las campanas, adornado en el remate superior con labor de lacería que recuerda a la sebka musulmana, y, por último, uno circular a modo de templete sumamente delicado. A la derecha, tapando la fachada del templo, aparecen unas galerías o balconadas a dintel sobre una estilizada arquería de medio punto, construidas en tiempos de Felipe II para la asistencia de la nobleza a las corridas de toros que, entre otros actos públicos, se celebraban en la plaza. El interior de la iglesia muestra dos partes bien diferenciadas. La primera de ellas se corresponde con la edificación primera realizada a finales del siglo XV y comienzos del XVI en estilo gótico. En ella sobresale el altar mayor, denominado del Sagrario, una gran máquina barroca construida en el siglo XVIII en la que se ubica el camarín de la Inmaculada. Un terremoto producido en 1580 causó tales daños en la edificación que fue necesaria la sustitución del artesonado mudéjar por las cúpulas sobre pechinas que se ven en la actualidad. Se derrumbó también el muro norte por lo que se procedió a levantar el segundo cuerpo de la iglesia, adosado al primero. Esta segunda nave, muy diferente a la anterior, es renacentista y llama poderosamente la atención tanto su grandiosidad como el equilibrio con el que se conjugan sus elementos: altas columnas corintias y toscanas, bóvedas de cañón, cúpulas de media naranja, todo ello en un espacio de planta basilical y tres naves, en el que sobresale, además el coro, una excelente talla del escultor sevillano Dubé de Luque.
La casa del Rey Moro*
Saliendo de la plaza por el callejón de los Tramposos, se alcanza la calle Armiñán, singular eje que parte en dos la Ronda más antigua. Es lugar de mucho tránsito, con numerosas tiendas de muebles rondeños, de antigüedades y otros, y con tres magníficos museos. En el número 65 está el Museo del Bandolero, orientado a esta figura legendaria y a su época. En el número 59, se encuentra el Museo de la Caza, lugar insólito no porque la caza no constituya una actividad corriente en Ronda, sino porque aquí se encuentran taxidermias de animales de todos los rincones del mundo. En el número 29 está el Museo Lara, en el que fue palacio de los condes de la Conquista. Se trata de una verdadera joya y tan insólito o más que el de la caza, pues guarda la colección privada más grande de España, compuesta de todo tipo de objetos históricos que van desde armas blancas a armas de fuego, numismática, cerámica, relojes, etc., con dos salas especialmente llamativas, una dedicada a la brujería y otra a la Inquisición. Entre el Museo de la Caza y el Museo Lara se encuentra la plaza de Abul Beka. En ella se alza, airoso, el minarete de San Sebastián, obra del siglo XIII y único de la época que se conserva íntegro. Formaba parte de una mezquita, hoy desaparecida, que en 1485 fue erigida como parroquia de San Sebastián, de ahí su nombre.
Desde el arranque de la calle Armiñán, regresando hacia el Puente Nuevo, baja la cuesta de Santo Domingo en la que se ubica la casa del Moro, cuyo nombre se debe a haberla creído residencia del rey Abomelic. Sin embargo, el edificio es una obra relativamente moderna, de 1709, aunque su aspecto actual se debe a la duquesa de Parcent, última de los distintos propietarios que ha tenido a lo largo del tiempo, quien lo reformó profundamente en 1920. Ahora bien, lo que sí parece que se debe a Abomelic es la construcción de la Mina, un conjunto militar destinado a la obtención y protección del agua que abastecía a la ciudad, consistente en una escalera de 365 banzos, de los que conserva 200, por la que se subía el agua en grandes zaques u odres. Abajo existe todavía la sala del Manantial y la torre que servía para la defensa del venero con su sala de Armas y su curiosa sala de los Secretos, así denominada porque se puede hablar de un rincón a otro sin que el que se sitúe en el centro se entere de lo que se dice. El conjunto de la Mina, único en España, cuenta con la declaración de Bien de Interés Cultural desde 1943. Los jardines de Forestier forman parte del palacio, el nombre se lo deben a su diseñador, el paisajista francés Jean Claude Nicolás Forestier, bajo el encargo que en 1912 le hiciera la duquesa de Parcent. Se trata de un romántico rincón armonioso y bello.
Enlace a la Entrada anterior de Ronda*:
537. RONDA (I), Málaga: 23 de mayo de 2008.
Independientemente de las salas en las que se ubica el museo, todavía en formación, en esta planta sobresale el salón noble, dedicado a sala de actos, con un espléndido artesonado mudéjar, con su característica decoración de lacerías.
Santa María la Mayor*
La calle Manuel Montero lleva directamente al corazón de la medina islámica, hoy plaza de la Duquesa de Parcent, solemne conjunto urbano de tan gran riqueza monumental que sólo por él ya merece la pena visitar la ciudad. La mayor parte del espacio central de esta plaza lo ocupa un romántico jardín, en lo más hondo del cual, entre unas tuyas, aparece un busto de doña Trinidad von Scholtz, duquesa de Parcent y gran benefactora de la ciudad. A la derecha, según se viene desde Manuel Montero, aparece el convento de Santa Isabel de los Ángeles, de monjas clarisas, edificado en 1540 en el sitio donde habían estado los depósitos de agua de la medina musulmana. En el lado sur de la plaza, se sitúa el colegio de El Castillo, denominado así por ocupar el solar del castillo romano de Laurus, que los franceses destruyeron en 1812. El colegio fue fundado por el marqués de Moctezuma y confiado a los salesianos, quienes lo han mantenido en funcionamiento hasta el año 2003, en que decidieron abandonarlo. De gran porte, aunque sin otro valor que el de las vistas que ofrece, el edificio se encuentra a la espera de un nuevo destino. A su lado, está la iglesia de María Auxiliadora, edificada por los salesianos en 1950 y muy visitada por los rondeños, tanto por la imagen titular como por la del Cristo de la Sangre, un Crucificado que se encuentra a la entrada en la nave de la Epístola.
Edificio imponente es el del Ayuntamiento*, contiguo a la iglesia salesiana. Lo mandó construir Felipe V en 1734 para cuartel de milicias. La fachada se constituye en tres cuerpos. En el bajo se abre la portada, una gran dintel entre pilastras, así como una serie de ventanas protegidas con rejas rondeñas, en tanto los superiores muestran bellas arquerías de piedra, con arcos de medio punto sobre pilares de base cuadrada. Convertido en sede del Ayuntamiento en 1978, el edificio conserva un buen artesonado mudéjar, siendo también interesantes el área correspondiente a la antigua alhóndiga y el salón de plenos, con sus poderosos arcos de ladrillo sobre pilares de piedra.
Pero la joya de la plaza es la iglesia de Santa María la Mayor*, antigua mezquita mayor de Ronda, de la que conserva la ubicación del alminar y un arco del mihrab, precioso, visible desde la sacristía.. De cara a la plaza, el templo muestra un aspecto singular. A la izquierda, se levanta la torre, de estilo mudéjar, con tres cuerpos de ladrillo visto, el primero de base cuadrada; a continuación, uno muy airoso, octogonal, en el que se ubican las campanas, adornado en el remate superior con labor de lacería que recuerda a la sebka musulmana, y, por último, uno circular a modo de templete sumamente delicado. A la derecha, tapando la fachada del templo, aparecen unas galerías o balconadas a dintel sobre una estilizada arquería de medio punto, construidas en tiempos de Felipe II para la asistencia de la nobleza a las corridas de toros que, entre otros actos públicos, se celebraban en la plaza. El interior de la iglesia muestra dos partes bien diferenciadas. La primera de ellas se corresponde con la edificación primera realizada a finales del siglo XV y comienzos del XVI en estilo gótico. En ella sobresale el altar mayor, denominado del Sagrario, una gran máquina barroca construida en el siglo XVIII en la que se ubica el camarín de la Inmaculada. Un terremoto producido en 1580 causó tales daños en la edificación que fue necesaria la sustitución del artesonado mudéjar por las cúpulas sobre pechinas que se ven en la actualidad. Se derrumbó también el muro norte por lo que se procedió a levantar el segundo cuerpo de la iglesia, adosado al primero. Esta segunda nave, muy diferente a la anterior, es renacentista y llama poderosamente la atención tanto su grandiosidad como el equilibrio con el que se conjugan sus elementos: altas columnas corintias y toscanas, bóvedas de cañón, cúpulas de media naranja, todo ello en un espacio de planta basilical y tres naves, en el que sobresale, además el coro, una excelente talla del escultor sevillano Dubé de Luque.
La casa del Rey Moro*
Saliendo de la plaza por el callejón de los Tramposos, se alcanza la calle Armiñán, singular eje que parte en dos la Ronda más antigua. Es lugar de mucho tránsito, con numerosas tiendas de muebles rondeños, de antigüedades y otros, y con tres magníficos museos. En el número 65 está el Museo del Bandolero, orientado a esta figura legendaria y a su época. En el número 59, se encuentra el Museo de la Caza, lugar insólito no porque la caza no constituya una actividad corriente en Ronda, sino porque aquí se encuentran taxidermias de animales de todos los rincones del mundo. En el número 29 está el Museo Lara, en el que fue palacio de los condes de la Conquista. Se trata de una verdadera joya y tan insólito o más que el de la caza, pues guarda la colección privada más grande de España, compuesta de todo tipo de objetos históricos que van desde armas blancas a armas de fuego, numismática, cerámica, relojes, etc., con dos salas especialmente llamativas, una dedicada a la brujería y otra a la Inquisición. Entre el Museo de la Caza y el Museo Lara se encuentra la plaza de Abul Beka. En ella se alza, airoso, el minarete de San Sebastián, obra del siglo XIII y único de la época que se conserva íntegro. Formaba parte de una mezquita, hoy desaparecida, que en 1485 fue erigida como parroquia de San Sebastián, de ahí su nombre.
Desde el arranque de la calle Armiñán, regresando hacia el Puente Nuevo, baja la cuesta de Santo Domingo en la que se ubica la casa del Moro, cuyo nombre se debe a haberla creído residencia del rey Abomelic. Sin embargo, el edificio es una obra relativamente moderna, de 1709, aunque su aspecto actual se debe a la duquesa de Parcent, última de los distintos propietarios que ha tenido a lo largo del tiempo, quien lo reformó profundamente en 1920. Ahora bien, lo que sí parece que se debe a Abomelic es la construcción de la Mina, un conjunto militar destinado a la obtención y protección del agua que abastecía a la ciudad, consistente en una escalera de 365 banzos, de los que conserva 200, por la que se subía el agua en grandes zaques u odres. Abajo existe todavía la sala del Manantial y la torre que servía para la defensa del venero con su sala de Armas y su curiosa sala de los Secretos, así denominada porque se puede hablar de un rincón a otro sin que el que se sitúe en el centro se entere de lo que se dice. El conjunto de la Mina, único en España, cuenta con la declaración de Bien de Interés Cultural desde 1943. Los jardines de Forestier forman parte del palacio, el nombre se lo deben a su diseñador, el paisajista francés Jean Claude Nicolás Forestier, bajo el encargo que en 1912 le hiciera la duquesa de Parcent. Se trata de un romántico rincón armonioso y bello.
Enlace a la Entrada anterior de Ronda*:
537. RONDA (I), Málaga: 23 de mayo de 2008.
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