1. UCLÉS, Cuenca. Restos del castillo.
2. UCLÉS, Cuenca. Vista del Monasterio.
3. UCLÉS, Cuenca. Fachada principal del Monasterio.
4. UCLÉS, Cuenca. Portada principal del Monasterio.
5. UCLÉS, Cuenca. Claustro del Monasterio.
6. UCLÉS, Cuenca. Aljibe del claustro del Monasterio.
7. UCLÉS, Cuenca. Portada de la igl. del Monasterio.
8. UCLÉS, Cuenca. Vista general de la nave de la igl. del Monasterio.
9. UCLÉS, Cuenca. Artesonado de la sala capitular del Monasterio.
10. UCLÉS, Cuenca. Escalera principal del Monasterio.
11. UCLÉS, Cuenca. Exterior del Monasterio.
12. UCLÉS, Cuenca. Arco del recinto amurallado.
UCLÉS* (I), provincia de Cuenca: 12 de septiembre de 2008.
Muy antigua villa manchega cercana a Tarancón, que posee uno de los monumentos más espectaculares de la región: el monasterio de Uclés, llamado "El Escorial de La Mancha".
Indiscutiblemente, el conjunto de castillo y monasterio es el principal atractivo de Uclés. El enclave defensivo-religioso es de origen medieval, aunque hayan algunos restos de murallas romanas y visigodas. El núcleo de la fortaleza debió estar en lo que hoy es el monasterio. El castillo que queda es una estructura de los siglos XI y XII de origen árabe, reforzada en el siglo XVI y en el XX.
De la época primitiva se pueden apreciar dos torreones unidos por un arco de ladrillo, llamados torre de Plata y del Homenaje, que es lo que queda de las siete torres que con sus puentes levadizos componían la fortaleza. Además de estas torres, un trozo de muralla, una torre albarrana y el foso forman los vestigios de la etapa árabe. Todo el conjunto formaba una verdadera ciudad fortificada, dotada de casa para el alcaide, cuartel para los guerreros, caballerizas -se puede ver la portada adornada por un friso visigodo-, vivienda para el comendador, convento de los monjes, la casa del Gran Maestre y la iglesia de Santa María. Del segundo cinturón de defensas construido queda un arco llamado de la Fuente, frente al cual se encuentra la fuente de los Cinco Caños, reedificada durante el siglo XIX.
El monasterio actual se construyó entre los siglos XV y XVIII sobre una antigua iglesia gótica, comenzándose la nueva en el año 1529. Es de planta cuadrada con patio central y claustro de dos cuerpos, con tres portadas, siendo la fachada más antigua la del muro este, de estilo plateresco, de gran tamaño, construida entre 1530 y 1550. La portada norte tiene una escalinata y arco de medio punto y la del oeste es similar, con un medallón de Santiago, levantándose a ambos lados de ella dos torres gemelas que fueron rematadas con chapiteles destruidos en sendos incendios durante los años 1845 y 1877. La portada principal data de 1735 y se atribuye a Pedro de Ribera, de estilo churrigueresco y rematada por un busto de Santiago provisto de espada y estandarte.
El claustro es del siglo XVII, con 36 arcos, en cuya construcción intervino Francisco de Mora, discípulo de Herrera. En el centro, un aljibe con decoración barroca y al mediodía, una gran escalera con 44 escalones labrados de una sola pieza cada uno.
La iglesia se hizo por Francisco de Mora sobre el proyecto de Gaspar de Vega, interviniendo además otros arquitectos. Es de una sola nave en planta de cruz latina, de grandes proporciones y se cierra en el crucero por una cúpula de media naranja con gajos sobre pechinas que descansan sobre capiteles y cornisas, arcos del ábside, nave y bóvedas del crucero. Por fuera, la cúpula remata en chapitel. La sacristía, terminada en 1537, tiene dos tramos cubiertos por bóvedas de crucería estrellada y decoración plateresca y en la Sala Capitular hay un buen artesonado de 1548, con los bustos de Carlos I y los 36 maestres de la Orden de Santiago. Como curiosidad destaca una calavera en el lugar reservado a don Álvaro de Luna, quie murió ajusticiado.
La villa se desarrolla alrededor de la Plaza Mayor, en la que durante la época árabe se encontraba la mezquita sobre la que se debió construir la iglesia de Santa María, que era de estilo románico y fue derribada a primeros de nuestro siglo. La iglesia actual es de 1967. En la plaza se alza el Ayuntamiento, edificado en el siglo XVII con pórtico y arquería. Cerca, en la calle de las Angustias, se halla el antiguo pósito del siglo XVI. Hay también algunas casas-palacio en diversos puntos de la población, como las de los Torre (calle Isabel de Castilla), los Fernández y Contreras (calle de las Angustias), Pareja y Cedillo (plaza del Conde de Cedillo), etc.
De la época primitiva se pueden apreciar dos torreones unidos por un arco de ladrillo, llamados torre de Plata y del Homenaje, que es lo que queda de las siete torres que con sus puentes levadizos componían la fortaleza. Además de estas torres, un trozo de muralla, una torre albarrana y el foso forman los vestigios de la etapa árabe. Todo el conjunto formaba una verdadera ciudad fortificada, dotada de casa para el alcaide, cuartel para los guerreros, caballerizas -se puede ver la portada adornada por un friso visigodo-, vivienda para el comendador, convento de los monjes, la casa del Gran Maestre y la iglesia de Santa María. Del segundo cinturón de defensas construido queda un arco llamado de la Fuente, frente al cual se encuentra la fuente de los Cinco Caños, reedificada durante el siglo XIX.
El monasterio actual se construyó entre los siglos XV y XVIII sobre una antigua iglesia gótica, comenzándose la nueva en el año 1529. Es de planta cuadrada con patio central y claustro de dos cuerpos, con tres portadas, siendo la fachada más antigua la del muro este, de estilo plateresco, de gran tamaño, construida entre 1530 y 1550. La portada norte tiene una escalinata y arco de medio punto y la del oeste es similar, con un medallón de Santiago, levantándose a ambos lados de ella dos torres gemelas que fueron rematadas con chapiteles destruidos en sendos incendios durante los años 1845 y 1877. La portada principal data de 1735 y se atribuye a Pedro de Ribera, de estilo churrigueresco y rematada por un busto de Santiago provisto de espada y estandarte.
El claustro es del siglo XVII, con 36 arcos, en cuya construcción intervino Francisco de Mora, discípulo de Herrera. En el centro, un aljibe con decoración barroca y al mediodía, una gran escalera con 44 escalones labrados de una sola pieza cada uno.
La iglesia se hizo por Francisco de Mora sobre el proyecto de Gaspar de Vega, interviniendo además otros arquitectos. Es de una sola nave en planta de cruz latina, de grandes proporciones y se cierra en el crucero por una cúpula de media naranja con gajos sobre pechinas que descansan sobre capiteles y cornisas, arcos del ábside, nave y bóvedas del crucero. Por fuera, la cúpula remata en chapitel. La sacristía, terminada en 1537, tiene dos tramos cubiertos por bóvedas de crucería estrellada y decoración plateresca y en la Sala Capitular hay un buen artesonado de 1548, con los bustos de Carlos I y los 36 maestres de la Orden de Santiago. Como curiosidad destaca una calavera en el lugar reservado a don Álvaro de Luna, quie murió ajusticiado.
La villa se desarrolla alrededor de la Plaza Mayor, en la que durante la época árabe se encontraba la mezquita sobre la que se debió construir la iglesia de Santa María, que era de estilo románico y fue derribada a primeros de nuestro siglo. La iglesia actual es de 1967. En la plaza se alza el Ayuntamiento, edificado en el siglo XVII con pórtico y arquería. Cerca, en la calle de las Angustias, se halla el antiguo pósito del siglo XVI. Hay también algunas casas-palacio en diversos puntos de la población, como las de los Torre (calle Isabel de Castilla), los Fernández y Contreras (calle de las Angustias), Pareja y Cedillo (plaza del Conde de Cedillo), etc.
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