31. RUTA DE LAS LADERAS - Cazalla de la Sierra, Sevilla. Panel explicativo del sendero de Las Laderas.
32. RUTA DE LAS LADERAS - Cazalla de la Sierra, Sevilla. Saliendo del casco urbano de la población.
33. RUTA DE LAS LADERAS - Cazalla de la Sierra, Sevilla. Primeros kms. del sendero.
34. RUTA DE LAS LADERAS - Cazalla de la Sierra, Sevilla. Vista de la sierra con neblina.
35. RUTA DE LAS LADERAS - Cazalla de la Sierra, Sevilla. Escorrentías que salen a nuestro paso.
36. RUTA DE LAS LADERAS - Cazalla de la Sierra, Sevilla. Los primeros frutos silvestres.
37. RUTA DE LAS LADERAS - Cazalla de la Sierra, Sevilla. Impresionante vista con los fenómenos geológicos a la vista.
38. RUTA DE LAS LADERAS - Cazalla de la Sierra, Sevilla. Más accidentes geológicos a nuestro paso.
39. RUTA DE LAS LADERAS - Cazalla de la Sierra, Sevilla. Un pequeño arroyo sale a nuestro paso.
40. RUTA DE LAS LADERAS - Cazalla de la Sierra, Sevilla. Encina de gran porte que encontramos por el sendero.
41. RUTA DE LAS LADERAS - Cazalla de la Sierra, Sevilla. En cualquier sendero de la sierra, no pueden faltar los amigos de la cabaña porcina.
42. RUTA DE LAS LADERAS - Cazalla de la Sierra, Sevilla. Los rayos del sol entre los árboles.
43. RUTA DE LAS LADERAS - Cazalla de la Sierra, Sevilla. Otro enorme ejemplar de encina con el tronco cubierto de musgo.
44. RUTA DE LAS LADERAS - Cazalla de la Sierra, Sevilla. El puente de los Tres Ojos sobre el Huéznar.
45. RUTA DE LAS LADERAS - Cazalla de la Sierra, Sevilla. La ermita de Ntra. Sra. del Monte.
46. RUTA DE LAS LADERAS - Cazalla de la Sierra, Sevilla. El puente del ferrocarril.
47. RUTA DE LAS LAS LADERAS - Cazalla de la Sierra, Sevilla. Tramo final del sendero.
48. RUTA DE LAS LADERAS - Cazalla de la Sierra, Sevilla. Llegando al pueblo, ya de regreso.
RUTA DE LAS LADERAS - Cazalla de la Sierra* (III), provincia de Sevilla: 15 de enero de 2011.
Las Laderas es una propuesta que nos lleva desde Cazalla de La Sierra a la Rivera del Huéznar por una antigua vereda, y nos trae de regreso por otro camino histórico.
Un circuito de 8 kms., que ofrece al senderista la oportunidad de aproximarse a los paisajes y valores más representativos del Parque Natural Sierra Norte de Sevilla, desde los más o menos modificados, como ruedos agrícolas o dehesas con ganadería extensiva, a los que conservan en mayor medida sus rasgos naturales, como el bosque de galería.
Comenzamos nuestro recorrido en Cazalla de la Sierra, más concretamente en la conocida Fuente del Chorrito, situada al final de las calles Parras y Azahín, en el borde oriental de su casco urbano. Emprendemos el camino en dirección este, por la vereda del Valle, una antigua vía pecuaria, hoy ya más conocido como camino de Las Laderas.
El primer tramo del camino es el descenso a la Ribera del Huéznar, con unos cuatro kilómetros cuesta abajo. Atravesaremos, en primer lugar, el ruedo agrícola del pueblo, con fértiles huertos, prados y olivares, salpicado de cortijos, haciendas o viviendas más modestas, pero de claro sabor tradicional. Muchas sufren abandono, pero otras están habitadas y son conservadas, como las que veremos a nuestro alrededor después de kilómetro y medio de camino.
Un circuito de 8 kms., que ofrece al senderista la oportunidad de aproximarse a los paisajes y valores más representativos del Parque Natural Sierra Norte de Sevilla, desde los más o menos modificados, como ruedos agrícolas o dehesas con ganadería extensiva, a los que conservan en mayor medida sus rasgos naturales, como el bosque de galería.
Comenzamos nuestro recorrido en Cazalla de la Sierra, más concretamente en la conocida Fuente del Chorrito, situada al final de las calles Parras y Azahín, en el borde oriental de su casco urbano. Emprendemos el camino en dirección este, por la vereda del Valle, una antigua vía pecuaria, hoy ya más conocido como camino de Las Laderas.
El primer tramo del camino es el descenso a la Ribera del Huéznar, con unos cuatro kilómetros cuesta abajo. Atravesaremos, en primer lugar, el ruedo agrícola del pueblo, con fértiles huertos, prados y olivares, salpicado de cortijos, haciendas o viviendas más modestas, pero de claro sabor tradicional. Muchas sufren abandono, pero otras están habitadas y son conservadas, como las que veremos a nuestro alrededor después de kilómetro y medio de camino.
Más adelante el camino se estrecha, encajándose en un umbrío valle, y la bajada se hace más pronunciada. Nos rodean encinas, alcornoques y quejigos, y ante nosotros se abren espléndidas panorámicas del valle al que nos dirigimos. A continuación, ya acercándonos a la Ribera del Huéznar, el valle se abre y el camino se suaviza. Encontramos una cancela más, que como siempre dejaremos cerrada, y a continuación la vía del tren con un paso a nivel. La prudencia obligada la recuerda una señal grabada en madera: Para, mira, escucha y pasa.
Pasada la vía férrea Mérida-Sevilla, tornamos nuestro rumbo para ponernos a caminar en paralelo al río. Inmediatamente vemos que por nuestra derecha se une a nosotros otro sendero señalizado del parque natural, el del Molino del Corcho, en el que vemos un puente de ladrillo y piedra que salva el río, llamado de los Tres Ojos.
El caminante no podrá evitar acercarse al río para contemplar su espléndido bosque de galería y dejarse encantar por el rumor de sus aguas cristalinas. Pero sólo adelantamos a la vera del río unos quinientos metros, ya que lo dejamos cruzando de nuevo la vía del tren, bajo el puente de Castillejo. Ahora toca subir de regreso a Cazalla, por el que se conoce, por serlo, como Camino Viejo de la Estación (de ferrocarril).
Ya en dirección oeste. De nuevo nos encontramos entre una gran variedad de árboles y arbustos, algunos centenarios, entre los que se encuentran encinas, alcornoques, lentiscos o cornicabras. Cuando el arbolado pierde espesor, después de kilómetro y medio de subida, afloja la pendiente y atravesamos un denso matorral aromático de lavanda, tomillo y mejorana, entre otras especies.
Olivares y campos de cultivo, con algunos viñedos, nos anuncian que volvemos al ruedo agrícola del pueblo, cuyo blanco caserío dominamos durante el último trecho del camino, que nos lleva hasta la calle Resolana, cerca del punto inicial.
Pasada la vía férrea Mérida-Sevilla, tornamos nuestro rumbo para ponernos a caminar en paralelo al río. Inmediatamente vemos que por nuestra derecha se une a nosotros otro sendero señalizado del parque natural, el del Molino del Corcho, en el que vemos un puente de ladrillo y piedra que salva el río, llamado de los Tres Ojos.
El caminante no podrá evitar acercarse al río para contemplar su espléndido bosque de galería y dejarse encantar por el rumor de sus aguas cristalinas. Pero sólo adelantamos a la vera del río unos quinientos metros, ya que lo dejamos cruzando de nuevo la vía del tren, bajo el puente de Castillejo. Ahora toca subir de regreso a Cazalla, por el que se conoce, por serlo, como Camino Viejo de la Estación (de ferrocarril).
Ya en dirección oeste. De nuevo nos encontramos entre una gran variedad de árboles y arbustos, algunos centenarios, entre los que se encuentran encinas, alcornoques, lentiscos o cornicabras. Cuando el arbolado pierde espesor, después de kilómetro y medio de subida, afloja la pendiente y atravesamos un denso matorral aromático de lavanda, tomillo y mejorana, entre otras especies.
Olivares y campos de cultivo, con algunos viñedos, nos anuncian que volvemos al ruedo agrícola del pueblo, cuyo blanco caserío dominamos durante el último trecho del camino, que nos lleva hasta la calle Resolana, cerca del punto inicial.
Enlace a la Entrada anterior de Cazalla de la Sierra*:
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