ROMA** (XVII), capital de la provincia, de la región, y de Italia: 8 de septiembre de 2023.
Piazza di San Giovanni in Laterano. Metro línea A, S. Giovanni. Entrada sur de la ciudad histórica, la plaza constituye un resumen de la cultura arquitectónica romana, con elementos que la datan de la antigüedad al siglo XX.
El actual trazado se debe a la profunda transformación llevada a cabo por Domenico Fontana, entre 1585 y 1589, por encargo del papa Sixto V. Bajo la dirección del arquitecto, se reconstruyeron el palacio de Letrán, la loggia delle Benedizioni y el edificio de la Scala Santa, y se abrieron las avenidas rectilíneas que llevan hacia Santa María la Mayor, el Coliseo y la via Appia Antica. En el vértice donde confluían estos radios, se emplazó el obelisco de Tutmosis o Lateranense*, del siglo XV a.C. Con una altura de 47 m, Constante II lo había transportado desde Tebas hasta Roma en 357 para colocarlo en el Circo Massimo.
Actualmente, escenario de eventos públicos y religiosos como el concierto del 1º de mayo y la fiesta de los santos protectores de Roma, Letrán tiene a sus espaldas una larga historia, que se remonta a los albores de la cristiandad. Desde los inicios del Imperio fue sede de palacios patricios que más tarde fueron confiscados por Nerón, vio a la mujer de Constantino donar el palacio de los Lateranos al papa Melquíades, que lo destinó a residencia propia y de sus sucesores; el emperador, por su parte, donó los terrenos colindantes para levantar en ellos la primera basílica cristiana (hacia 313-318). El conjunto arquitectónico del Patriarcado -que, tras la huida de los papas a Avignon y el definitivo traslado de la residencia papal al Vaticano, cayó en la ruina- se sacrificó para dar paso a la remodelación de Fontana y a la construcción de los hospitales del Salvador y de las Mujeres, y que actualmente recibe el nombre de complejo hospitalario de S. Giovanni-Addolorata.
La fachada de la basílica data del siglo XVIII y la disposición del Triclinio Leoniano. Con las obras de urbanización posteriores a la unificación italiana desaparecieron las villas y los jardines que hasta entonces ocupaban la zona.
Palacio de Letrán. Piazza di S. Giovanni in Laterano. Metro línea A, S. Giovanni. Con la firma de los Pactos de Letrán (11 de febrero de 1929), que pusieron fin a más de 50 años de desencuentros entre el reino de Italia y la Iglesia católica, nacía el Estado de la Ciudad del Vaticano: el edificio se incluyó entonces entre los bienes pontificios, recibiendo así el privilegio de extraterritorialidad. El arquitecto Domenico Fontana lo había ideado en 1586-1589 para sustituir el Patriarcado, con una planta cuadrada de tres vistas iguales, rematado con un mirador con columnas. Tras destinarse a hospital, archivo y sede museística, el palacio se convirtió en 1967 en la sede del vicariato de Roma. A partir de 1987 se instaló aquí el Museo de la Historia del Vaticano, dedicado a la iconografía papal desde el siglo XVI hasta nuestros días, al ceremonial de la corte pontificia y a sus cuerpos armados.
Una balaustrada, desde la que asoman dos campanarios gemelos, con tres ventanas cada uno, del siglo XIII con cúspides de 1370, corona la loggia delle Benedizioni, realizada por Domenico Fontana en 1586 en el extremo del transepto derecho de la basílica. A la derecha de la loggia, el Baptisterio Lateranense o S. Giovanni in Fonte, construido por Constantino en 315-324, sirvió de modelo para este tipo de edificios.
En el interior, de planta octogonal, ocho columnas de pórfido con capiteles corintios sustentan el arquitrabe rematado con un cimborio, mientras que un recinto circular envuelve una urna de basalto, utilizada para celebrar bautismos por inmersión. De la antigua decoración quedan mosaicos del siglo VII en la capilla de S. Venancio y de finales del siglo v en las de Santa Rufina y San Juan Evangelista, esta última cerrada por unas antiguas puertas** de bronce de finales del siglo XII.
San Juan de Letrán*. Piazza di S. Giovanni in Laterano, 4. Metro A, S. Giovanni (visita de 7 h a 18.30 h, www.vatican,va/various/basiliche/san_giovanni/index_it.htm). Dedicada a Juan el Bautista, Juan Evangelista y al Santísimo Salvador, se considera la catedral de Roma y es heredera de la basílica constantina erigida en 313-318. Esta basílica, propiedad de la Santa Sede, es una de las iglesias que se deben visitar en el peregrinaje de las siete iglesias de Roma para alcanzar el jubileo en el Año Santo.
Restaurada varias veces, debe su grandiosa fachada a la intervención de Alessandro Galilei (1732-1735), con balaustrada coronada con las estatuas de Cristo, San Juan Bautista y los evangelistas. Poco menos de un siglo antes, en 1660, desde la Curia del Foro se trajeron hasta aquí las hojas* de bronce de la puerta central, a la derecha de la cual se encuentra la Puerta Santa, que solo se abre con motivo del año jubilar. A Francesco Borromini (que trabajó aquí en dos fases, en 1646-1650 y de 1656 a 1657) se debe la reconstrucción del interior, basilical de cinco naves, con una longitud de 130 m, y que conserva tanto el pavimento cosmatesco como el techo de madera del siglo XVI; llevan su firma los 12 nichos que se distribuyen a lo largo de la nave central, y que acogen las colosales estatuas de los apóstoles que se colocaron aquí antes de 1718. El tabernáculo (1367) ojival al final de la nave es de Giovanni di Stefano, y está decorado en sus paneles exteriores con frescos atribuidos a Barna da Siena, posteriormente retocados por Antoniazzo Romano y Fiorenzo di Lorenzo; arriba, tras la verja, las custodias de plata contienen las reliquias de los apóstoles Pedro y Pablo; debajo, en el altar papal, desde el cual solo el papa puede decir misa, ha conservado el de madera en el que, según se cree, oficiaron los primeros papas.
En la nave lateral derecha, entre la segunda y tercera capillas, se encuentra una pequeña estatua de Santiago de Andrea Bregno (1492); más adelante, el sepulcro del cardenal Antonio Martino de Chaves (1447) con esculturas de Isaia da Pisa. La nave central derecha acoge la tumba del cardenal Ranuccio Farnese (m. 1565), diseñada por Vignola; en el primer pilar, Bonifacio VIII proclamando el Jubileo de 1300*, fragmento de un fresco de Giotto. La capilla Corsini es de Galilei, que acoge el monumento de Clemente XII, con urna y columnas de pórfido procedentes del atrio del Panteón. En el último pilar de la nave central izquierda se halla el sepulcro de Elena Savelli de Jacopo del Duca (1570). En 1597-1601 Giacomo della Porta y el Caballero de Arpino (Giuseppe Cesari) renovaron el transepto, este último asistido por Paris Nogari, el Pormarancio (Cristoforo Roncalli), G. B. Ricci, Cesare Nebbia, Giovanni Baglione y Bernardino Cesari (desde el brazo derecho se accede al museo, con apreciables piezas de orfebrería y la Cruz constantiniana, del siglo XIII o XIV).
La remodelación del ábside, realizada en el siglo XIX por Francesco Vespignani, permitió recuperar el mosaico* de Jacopo Torriti (de finales del siglo XIII) de Cristo y la Jerusalén celestial: los cuatro ríos representan los Evangelios, y las ovejas y los ciervos que se refrescan en ellos, los fieles. El claustro*, construido en 1215-1232 por los Vassalletto, es una obra maestra del arte cosmatesco, y sus paredes están salpicadas con lápidas sepulcrales -entre ellas restos del sepulcro de Ricardo degli Annibaldi*, obra de Arnolfo di Cambio- y materiales procedentes de excavaciones romanas y paleocristianas.
Al este de la basílica, la puerta de S. Giovanni se abre en la muralla Aureliana para marcar el comienzo de la via Appia Nuova. Realizada en 1574 por Jacopo del Duca (VV.AA. Guía total: Roma y el Vaticano. Anaya. Madrid, 2020).
Enlace a la Entrada anterior de Roma**:
3983. ROMA** (XVI), capital: 8 de septiembre de 2023.
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