36. SALAMANCA, capital. La Plaza Mayor.
37. SALAMANCA, capital. El Ayuntamiento en la Plaza Mayor.
38. SALAMANCA, capital. Medallón de los anteriores Reyes de España en las enjutas de la arquería de la Plaza Mayor.
39. SALAMANCA, capital. Portada románica de la igl. de San Martín.
40. SALAMANCA, capital. Portada meridional renacentista de la igl. de San Martín.
41. SALAMANCA, capital. Interior de la igl. de San Martín.
42. SALAMANCA, capital. Fachada de la Casa de las Conchas.
43. SALAMANCA, capital. Portada de la Casa de las Conchas.
44. SALAMANCA, capital. Una de las ventanas de la fachada de la Casa de las Conchas.
45. SALAMANCA, capital. Patio interior de la Casa de las Conchas.
46. SALAMANCA, capital. Portada de la Clerecía, actual Universidad Pontificia.
47. SALAMANCA, capital. Fachada de la igl. de la Clerecía.
48. SALAMANCA, capital. Una de las portadas de la igl. de San Benito.
49. SALAMANCA, capital. Una de las casonas platerescas salmantinas.
50. SALAMANCA, capital. Patio de Escuelas de la Universidad.
51. SALAMANCA, capital. Fachada de las Escuelas Mayores de la Universidad.
52. SALAMANCA, capital. Medallón de los Reyes Católicos en la fachada de las Escuelas Mayores de la Universidad.
53. SALAMANCA, capital. Detalle de la rana calavérica de la fachada de las Escuelas Mayores de la Universidad.
54. SALAMANCA, capital. Bóveda del zaguán de las Escuelas Mayores de la Universidad.
55. SALAMANCA, capital. Claustro de las Escuelas Mayores de la Universidad.
56. SALAMANCA, capital. Artesonado del claustro de las Escuelas Mayores de la Universidad.
57. SALAMANCA, capital. Aula fray Luis de León de las Escuelas Mayores de la Universidad.
58. SALAMANCA, capital. Paraninfo de las Escuelas Mayores de la Universidad.
59. SALAMANCA, capital. Antigua capilla de las Escuelas Mayores de la Universidad.
60. SALAMANCA, capital. Escalera del claustro de las Escuelas Mayores de la Universidad.
61. SALAMANCA, capital. Biblioteca de las Escuelas Mayores de la Universidad.
62. SALAMANCA, capital. Uno de los clásicos vítores salmantinos.
63. SALAMANCA, capital. Fachada del Hospital del Estudio, hoy Rectorado de la Universidad.
64. SALAMANCA, capital. Fachada de las Escuelas Menores de la Universidad.
65. SALAMANCA, capital. Acceso al patio de las Escuelas Menores de la Universidad.
66. SALAMANCA, capital. Patio de las Escuelas Menores de la Universidad.
46. SALAMANCA, capital. Portada de la Clerecía, actual Universidad Pontificia.
47. SALAMANCA, capital. Fachada de la igl. de la Clerecía.
48. SALAMANCA, capital. Una de las portadas de la igl. de San Benito.
49. SALAMANCA, capital. Una de las casonas platerescas salmantinas.
50. SALAMANCA, capital. Patio de Escuelas de la Universidad.
51. SALAMANCA, capital. Fachada de las Escuelas Mayores de la Universidad.
52. SALAMANCA, capital. Medallón de los Reyes Católicos en la fachada de las Escuelas Mayores de la Universidad.
53. SALAMANCA, capital. Detalle de la rana calavérica de la fachada de las Escuelas Mayores de la Universidad.
54. SALAMANCA, capital. Bóveda del zaguán de las Escuelas Mayores de la Universidad.
55. SALAMANCA, capital. Claustro de las Escuelas Mayores de la Universidad.
56. SALAMANCA, capital. Artesonado del claustro de las Escuelas Mayores de la Universidad.
57. SALAMANCA, capital. Aula fray Luis de León de las Escuelas Mayores de la Universidad.
58. SALAMANCA, capital. Paraninfo de las Escuelas Mayores de la Universidad.
59. SALAMANCA, capital. Antigua capilla de las Escuelas Mayores de la Universidad.
60. SALAMANCA, capital. Escalera del claustro de las Escuelas Mayores de la Universidad.
61. SALAMANCA, capital. Biblioteca de las Escuelas Mayores de la Universidad.
62. SALAMANCA, capital. Uno de los clásicos vítores salmantinos.
63. SALAMANCA, capital. Fachada del Hospital del Estudio, hoy Rectorado de la Universidad.
64. SALAMANCA, capital. Fachada de las Escuelas Menores de la Universidad.
65. SALAMANCA, capital. Acceso al patio de las Escuelas Menores de la Universidad.
66. SALAMANCA, capital. Patio de las Escuelas Menores de la Universidad.
SALAMANCA** (III), capital de la provincia: 23 de octubre de 2010.
El itinerario que se propone en esta guía, sólo uno de los muchos posibles en una ciudad con una nómina monumental tan extensa, tiene como lógico eje central la Plaza Mayor, a partir de la cual se trazan diversos circuitos urbanos a pie que, salvo alguna excepción, pueden seguirse en un cómodo callejeo. A la hora de definir el recorrido se han tenido en cuenta criterios de importancia artística y proximidad física de los monumentos, de forma que la prioritaria atención prestada a los lugares cuya visita se considera imprescindible (Plaza Mayor, Universidad, catedrales, casa de las Conchas, Clerecía, San Esteban, convento de las Dueñas, colegio Fonseca y palacio de Monterrey) sirva como eje vertebrador de otros muchos que sólo por la aludida riqueza artística pueden calificarse de secundarios.
De la Plaza Mayor a la Universidad
La Plaza Mayor**, eje geométrico y vital de la ciudad, está justamente considerada como uno de los más elegantes espacios públicos existentes en España. Configurada en sus cuatro lados por arcos de medio punto alzados sobre pilares y recorrida por simétricas balconadas, fue construida, según proyecto de Alberto Churriguera, entre 1729 y 1755, como lugar de encuentro y de comercio, e incluso coso taurino. Responde a un depurado estilo barroco que, pese a la profusión decorativa, posee una armonía admirable. Además de distintos miembros de la familia Churriguera, en su construcción, iniciada por el lado oriental con el Pabellón Real o arco del Toro, intervino el arquitecto Andrés García de Quiñones, autor del edificio del Ayuntamiento, situado en el flanco septentrional y rematado por una espadaña de 1852. Los medallones emplazados entre las arquerías, en las enjutas, muestran efigies de reyes, héroes, descubridores, santos y otros personajes históricos, entre ellos los anteriores monarcas de España.
Adosada al flanco meridional de la plaza, ante el encantador espacio con soportales conocido como el Corrillo, se encuentra, empotrada entre edificaciones posteriores, la iglesia de San Martín, románica del siglo XII, con añadidos del XVI (portada meridional, coro) e interesantes sepulcros y un retablo barroco en su interior.
Rúa Mayor adelante, en la confluencia con la calle de la Compañía se alza la renovada casa de las Conchas**, del siglo XV, uno de los edificios civiles más representativos de la ciudad, con su elegante mezcla de formas tardogóticas y renacentistas. Su fachada principal, provista de una hermosa puerta y ventanas finamente decoradas, aparece cuajada de las veneras que le dan nombre, tal vez por la pertenencia de su impulsor, don Rodrigo Arias de Maldonado, a la Orden de Santiago. No obstante, otras versiones, acentuando la interpretación del edificio como un homenaje al amor conyugal, las relacionan con emblemas del linaje de los condes de Benavente, del que procedía la esposa del fundador, doña María de Pimentel.
El patio interior, integrado por dos galerías y profusamente decorado, es de gran belleza. Destacan los arcos mixtilíneos de la parte inferior, de inequívoca influencia morisca y muy utilizados en los patios salmantinos de la época, según tendremos ocasión de comprobar. El palacio sufrió grandes reformas en el siglo XVIII, época en la que se rehizo la fachada de la Rúa. Recientemente ha sido objeto de una larga restauración, concluida a finales del 1993, que le ha devuelto su esplendor. Bajo el claustro, además, se han creado nuevos espacios que acogen una biblioteca pública.
Al otro lado de la calle, se eleva el gigantesco conjunto de la Clerecía*, de los siglos XVII y XVIII, que incluye una iglesia y las dependencias de lo que inicialmente fue colegio de los Jesuitas, posteriormente Seminario y en la actualidad sede de la Universidad Pontificia. Su construcción se inició en 1617 bajo el mecenazgo de doña Margarita de Austria, esposa de Felipe III, y las obras se dilataron por espacio de más de 100 años bajo la sucesiva dirección, entre otros, de Juan Gómez de Mora, Pedro Mato y Andrés García de Quiñones, al que se deben las ascencionales torres barrocas y la espadaña de la fachada principal, además del claustro* del antiguo colegio, espacio de gran monumentalidad columnaria considerado como una obra maestra del barroco. La iglesia, de tres naves y bella cúpula, acoge destacados retablos. En la sacristía se guarda un Ecce Homo esculpido por Luis Salvador Carmona (siglo XVIII).
Muy próxima, la iglesia de San Benito, obra tardogótica del siglo XV, preside un apacible rincón en el que pueden verse algunsa casonas platerescas.
Bordeando la Clerecía por su flanco meridional, la calle de Libreros conduce a la Universidad**, fundada por Alfonso X el Sabio en 1254 a partir del Estudio General creado por Alfonso IX en 1218. Es bien conocida su importancia cultura a lo largo del tiempo, con épocas de extraordinario esplendor en los siglos XV y XVI, en los que llegó a figurar a la cabeza de las universidades europeas. A ese periodo corresponde la ejecución de los principales edificios, entre los que destaca el de las Escuelas Mayores, obra de predominante estructura gótica: muros almenados, contrafuertes, pináculos, ojivas. Se accede a ella por el recoleto patio de Escuelas, presidido por una estatua de fray Luis de León que muestra al gran poeta y teólogo agustino en un gesto de apaciguamiento frente a la maravilla plateresca de la fachada**, concluida antes de 1529. Este "tapiz" o "estandarte" labrado en piedra arenisca de las canteras de Villamayor, de uso generalizado en la ciudad, alza sobre la doble puerta de arcos rebajados sus tres cuerpos horizontales, coronados por una crestería y recorridos, en sentido vertical, por cinco calles enmarcadas entre pilastras. La profusa decoración a base de finos grutescos con medallones, escudos, héroes, escenas eclesiásticas, personajes mitológicos y otras muchas figuras y símbolos (entre ellos, la tan buscada rana calavérica), es un inacabable reclamo para la mirada. Algunas interpretaciones la consideran una alegoría de los vicios y virtudes.
Traspasada la puerta, un zaguán gótico conduce al claustro, de dos plantas y con artesonados mudéjares en las techumbres. En la galería inferior se suceden distintas dependencias, entre ellas el aula de fray Luis de León, mantenida en toda su elocuente simplicidad, el solemne paraninfo y la antigua capilla, con techumbre mudéjar. Por una magnífica escalera de tres tramos, que tiene esculpidos originales relieves alegóricos, se sube al claustro alto, reedificado a finales del siglo XVIII a imitación de la galería occidental, la única original que se conserva. Una puerta gótica con reja da paso a la biblioteca, reconstruida en 1749, donde se custodian valiosos manuscritos.
De nuevo en el patio de Escuelas, a un lado se encuentra el hospital del Estudio, antiguamente destinado a estudiantes pobres y hoy convertido en el Rectorado, y al fondo, las Escuelas Menores, con fachada también plateresca y un hermoso patio interior de arcos mixtilíneos con balaustrada superior barroca. En él se halla el Museo Universitario, en el que destacan las pinturas conocidas como Cielo de Salamanca, de Fernando Gallego (siglo XV), trasladadas de la cúpula de la antigua biblioteca. Contigua a la fachada de las Escuelas Mayores, puede visitarse la casa-museo de Unamuno, instalada en un edificio del siglo XVIII donde, como rector de la Universidad, vivió el escritor entre 1900 y 1914. También por el patio de Escuelas se accede al Museo de Salamanca o de Bellas Artes, que ocupa un palacio del siglo XV -la llamada casa de los Doctores de la Reina-, no ha mucho restaurado. Muestra una variada colección de pinturas (La Piedad, de Luis de Morales) y esculturas de los siglos XIV al XX.
Al otro lado de la calle, se eleva el gigantesco conjunto de la Clerecía*, de los siglos XVII y XVIII, que incluye una iglesia y las dependencias de lo que inicialmente fue colegio de los Jesuitas, posteriormente Seminario y en la actualidad sede de la Universidad Pontificia. Su construcción se inició en 1617 bajo el mecenazgo de doña Margarita de Austria, esposa de Felipe III, y las obras se dilataron por espacio de más de 100 años bajo la sucesiva dirección, entre otros, de Juan Gómez de Mora, Pedro Mato y Andrés García de Quiñones, al que se deben las ascencionales torres barrocas y la espadaña de la fachada principal, además del claustro* del antiguo colegio, espacio de gran monumentalidad columnaria considerado como una obra maestra del barroco. La iglesia, de tres naves y bella cúpula, acoge destacados retablos. En la sacristía se guarda un Ecce Homo esculpido por Luis Salvador Carmona (siglo XVIII).
Muy próxima, la iglesia de San Benito, obra tardogótica del siglo XV, preside un apacible rincón en el que pueden verse algunsa casonas platerescas.
Bordeando la Clerecía por su flanco meridional, la calle de Libreros conduce a la Universidad**, fundada por Alfonso X el Sabio en 1254 a partir del Estudio General creado por Alfonso IX en 1218. Es bien conocida su importancia cultura a lo largo del tiempo, con épocas de extraordinario esplendor en los siglos XV y XVI, en los que llegó a figurar a la cabeza de las universidades europeas. A ese periodo corresponde la ejecución de los principales edificios, entre los que destaca el de las Escuelas Mayores, obra de predominante estructura gótica: muros almenados, contrafuertes, pináculos, ojivas. Se accede a ella por el recoleto patio de Escuelas, presidido por una estatua de fray Luis de León que muestra al gran poeta y teólogo agustino en un gesto de apaciguamiento frente a la maravilla plateresca de la fachada**, concluida antes de 1529. Este "tapiz" o "estandarte" labrado en piedra arenisca de las canteras de Villamayor, de uso generalizado en la ciudad, alza sobre la doble puerta de arcos rebajados sus tres cuerpos horizontales, coronados por una crestería y recorridos, en sentido vertical, por cinco calles enmarcadas entre pilastras. La profusa decoración a base de finos grutescos con medallones, escudos, héroes, escenas eclesiásticas, personajes mitológicos y otras muchas figuras y símbolos (entre ellos, la tan buscada rana calavérica), es un inacabable reclamo para la mirada. Algunas interpretaciones la consideran una alegoría de los vicios y virtudes.
Traspasada la puerta, un zaguán gótico conduce al claustro, de dos plantas y con artesonados mudéjares en las techumbres. En la galería inferior se suceden distintas dependencias, entre ellas el aula de fray Luis de León, mantenida en toda su elocuente simplicidad, el solemne paraninfo y la antigua capilla, con techumbre mudéjar. Por una magnífica escalera de tres tramos, que tiene esculpidos originales relieves alegóricos, se sube al claustro alto, reedificado a finales del siglo XVIII a imitación de la galería occidental, la única original que se conserva. Una puerta gótica con reja da paso a la biblioteca, reconstruida en 1749, donde se custodian valiosos manuscritos.
De nuevo en el patio de Escuelas, a un lado se encuentra el hospital del Estudio, antiguamente destinado a estudiantes pobres y hoy convertido en el Rectorado, y al fondo, las Escuelas Menores, con fachada también plateresca y un hermoso patio interior de arcos mixtilíneos con balaustrada superior barroca. En él se halla el Museo Universitario, en el que destacan las pinturas conocidas como Cielo de Salamanca, de Fernando Gallego (siglo XV), trasladadas de la cúpula de la antigua biblioteca. Contigua a la fachada de las Escuelas Mayores, puede visitarse la casa-museo de Unamuno, instalada en un edificio del siglo XVIII donde, como rector de la Universidad, vivió el escritor entre 1900 y 1914. También por el patio de Escuelas se accede al Museo de Salamanca o de Bellas Artes, que ocupa un palacio del siglo XV -la llamada casa de los Doctores de la Reina-, no ha mucho restaurado. Muestra una variada colección de pinturas (La Piedad, de Luis de Morales) y esculturas de los siglos XIV al XX.
Enlace a la Entrada anterior de Salamanca**:
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