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15. SORIA, capital. En la portada principal de la Concatedral de San Pedro. |
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16. SORIA, capital. La nave central de la Concatedral de San Pedro. |
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17. SORIA, capital. Bóvedas de la concatedral de San Pedro. |
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18. SORIA, capital. Retablo de una de las capillas de la Concatedral de San Pedro. |
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19. SORIA, capital. Retablo mayor de la Concatedral de San Pedro. |
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20. SORIA, capital. Otro de los retablos de la Concatedral de San Pedro. |
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21. SORIA, capital. El claustro de la Concatedral de San Pedro. |
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22. SORIA, capital. Vista de las arquerías del claustro de la Concatedral de San Pedro. |
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23. SORIA, capital. Capitel de los centauros del claustro de la Concatedral de San Pedro. |
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24. SORIA, capital. Marcas de canteros en un sillar del claustro de la Concatedral de San Pedro. |
Muy cercana al Monasterio de San Juan de Duero, se encuentra la Concatedral de San Pedro*, levantada en tiempos de Alfonso I el Batallador como una modesta edificación que a mediados del siglo XII se decide sustituir por otra de nueva fábrica para ser regida por canónigos agustinianos. En el siglo XVI se derrumbó este templo, rehaciéndose al poco. Hoy es concateral (junto a la del Burgo de Osma). Por la portada renacentista se accede al interior, compuesto por tres naves góticas alzadas sobre pilares cilíndricos y cubiertas por bóvedas estrelladas de igual altura. Alberga valiosos retablos, especialmente el del altar mayor (1578), una pintura de Tiziano y el tríptico de La Crucifixión, obra flamenca de 1559.
De la iglesia románica sólo queda parte de un muro del crucero y buena parte del claustro*. Conserva éste íntegra su crujía septentrional y prácticamente completas la oriental y la occidental. Un zócalo corrido apoya finas columnas geminadas con pilares intercalados. Son sumamente originales las parejas de columnas en dos niveles adosadas a ambos lados de éstos. Los capiteles son esbeltos, con un arranque circular alto y pronunciado para abrirse después rápidamente. Los arcos son de medio punto. El ala norte es la mejor conservada.
La escultura de los capiteles es muy elaborada, realizada cuidadosamente y con un aire silense, aunque lejano, inconfundible. Predominan los temas vegetales (los más voluminosos), un bestiario variado (más emblemático que en acción), existiendo otros figurados en los que los hombres y bestias comparten el capitel (jinetes a lomos de grifos, etc.) y finalmente algunos con escenas neotestamentarias (Anunciación, Epifanía).
En uno de los muros puede verse la puerta, finamente decorada, que daba acceso a la antigua sala capitular, donde se depositaron algunos sepulcros.
La iglesia guarda el antipendio procedente de San Nicolás que representa la entrada de Jesús en Jerusalén.
El primer efecto que causa el claustro de San Pedro es magnífico por sus proporcionadas medidas y el equilibrio de sus volúmenes. La admirable y dorada arenisca soriana ayuda considerablemente también a ello.
Es un claustro perfecto, inspirador de una especie de serenidad clásica, escrupulosamente montado al que no le faltan exotismos arquitectónicos como el de las columnas a doble altura. Sólo carece de una pizca de movilidad, de chispa vital en sus capiteles.
Textos de:
RAMOS, Alfredo J. Guía Total: Castilla y León. Ed. Anaya. Madrid, 2004.
COBREROS, Jaime. Guía Total: Las Rutas del Románico I. Ed. Anaya. Madrid, 2004.
COBREROS, Jaime. Guía del Románico en España: de la A a la Z. Ed. Anaya. Madrid, 2010.
Enlace a la Entrada anterior de Soria*:
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