298. CÁDIZ, capital. El retablo mayor de la igl. del cvto. de San Francisco. |
299. CÁDIZ, capital. Remate del retablo mayor y cúpula sobre el presbiterio de la igl. del cvto. de San Francisco. |
300. CÁDIZ, capital. Bóveda de la nave central de la igl. del cvto. de San Francisco. |
301. CÁDIZ, capital. Púlpito de la igl. del cvto. de San Francisco. |
302. CÁDIZ, capital. El claustro del cvto. de San Francisco. |
303. CÁDIZ, capital. Cúpula y retablo de la Capilla del Sagrario de la igl. del cvto. de San Francisco. |
304. CÁDIZ, capital. El paso de misterio de la Hdad. de Vera-Cruz de Puerto Real en la igl. del cvto. de San Francisco. |
305. CÁDIZ, capital. Detalle de Ntra. Sra. de la Amargura y del Stmo. Xto. de la Veracruz, de Pto. Real en la igl. del cvto. de San Francisco. |
306. CÁDIZ, capital. Otra perspectiva del paso de misterio de la Hdad. de Veracruz de Pto. Real, en la igl. del cvto. de San Francisco. |
307. CÁDIZ, capital. El paso del Stmo. Xto. del Perdón, de Chiclana de la Frontera, en la igl. del cvto. de San Francisco. |
308. CÁDIZ, capital. El Stmo. Xto. del Perdón, en la igl. del cvto. de San Francisco. |
309. CÁDIZ, capital. El Señor Resucitado, en la igl. del cvto. de San Francisco. |
310. CÁDIZ, El Señor Resucitado en la igl. del cvto. de San Francisco. |
311. CÁDIZ, capital. El retablo mayor de la capilla de Veracruz, en la igl. del cvto. de San Francisco. |
312. CÁDIZ, capital. El Stmo. Xto. de la Veracruz, en su retablo de la igl. del cvto. de San Francisco. |
313. CÁDIZ, capital. La Virgen de la Soledad, de la Hdad. de la Veracruz, en su retablo de la igl. del cvto. de San Francisco. |
CÁDIZ* (XLIX), capital de la provincia: 7 de julio de 2018.
Convento de San Francisco
Este Convento, casa-grande de los franciscanos en Cádiz, fue fundado en 1566 y se reedificó a finales del siglo XVII, sufriendo su iglesia una sustancial reforma a mediados del siglo XVIII, bajo la dirección de José Francisco Badaraco, que le confirió su fisonomía barroca actual.
Las dependencias conventuales, notablemente reducidas tras la desamortización, se centran en torno a un claustro manierista, de planta rectangular con arcadas sustentadas por columnas dóricas en su primer cuerpo y jónicas en la galería superior. La escalera principal del Convento, que comunica el claustro con las dependencias altas, fue realizada a mediados del siglo XVII y se desarrolla en dos tramos, cubriéndose por cúpula sobre pechinas decorada con yeserías. En los muros de la escalera principal se conservan algunas pinturas de interés, entre ellas una Asunción, de dinámica composición, fechable en la segunda mitad del siglo XVII y que parece muy cercana al quehacer de Francisco de Herrera “el mozo”. El lienzo que representa a San Jerónimo es también del siglo XVII y su marco rococó fue dorado en 1769 por Francisco María Mortola. Una de las crujías está ocupada por la sacristía, donde se conserva una cajonera del siglo XVII y varias obras pictóricas y escultóricas, entre las que sobresalen una imagen de candelero, que representa a San Diego de Alcalá, atribuida a Juan Martínez Montañés y fechable en 1589, y Cristo resucitado, que talló Francisco María Galeano en 1732.
La iglesia, de planta rectangular, es de una sola nave, a la que se fueron incorporando una serie de capillas, que le confieren un falso aspecto de templo de tres naves. A los pies de la nave, en alto y ocupando su primer tramo, se sitúa el coro. La cubierta es de bóveda de medio cañón con lunetos y arcos fajones, situándose ante el presbiterio un cimborrio de dos cuerpos, con cúpula encamonada sobre pechinas en su interior. Bajo la cúpula, en los muros laterales, se abren dos grandes arcos que dan acceso a sendas capillas que van cubiertas con cúpulas semiesféricas sobre pechinas, conformando una especie de crucero. Todas las bóvedas presentan decoración de yesería a base de lacerías geométricas, complementado por las rocallas de madera dorada en las pechinas, cúpulas y tribunas. La bóveda del presbiterio también conserva la policromía dorada y al fresco con motivos florales.
Al exterior destacan el perfil del cimborrio y la portada lateral, fechable a mediados del siglo XVIII. Esta última puede relacionarse con la producción de Cayetano de Acosta y está enmarcada por pilastras corintias y rematada con una hornacina que contiene la imagen en mármol de San Antonio, del mismo autor. La torre está separada del edificio de la iglesia y su construcción data de 1669. Tiene planta cuadrada, rematada por un cuerpo de campanas octogonal con cubierta semiesférica y linterna.
El retablo mayor, de madera dorada, fue realizado en 1763 por Gonzalo Pomar y se terminó de dorar en 1771. Su planta ochavada se compone de banco, dos cuerpos divididos en tres calles por columnas corintias, cuyos fustes en ocasiones se suplantan por querubines, y ático, presentando una profusa decoración a base de rocallas. La hornacina principal está ocupada por una imagen de la Virgen de la Asunción, talla policromada que procede del desaparecido Convento de los Descalzos.
Es obra dieciochesca que puede relacionarse con el escultor levantino José Esteve Bonet. En el cuerpo superior se sitúa el manifestador, donde se ha colocado la imagen de la Virgen de los Remedios, titular de la iglesia, talla del siglo XVII realizada por el escultor flamenco Van Pomberge. Las hornacinas laterales están ocupadas por las imágenes de San Francisco, Santo Domingo, Santa Clara y Santa Coleta, obras contemporáneas del retablo, al igual que el altorrelieve de la Coronación de la Virgen que ocupa el ático.
A ambos lados del presbiterio hay dos ángeles lampareros de madera policromada, tallas dieciochescas de escuela genovesa, y en la nave central se sitúa el púlpito, obra barroca de mediados del siglo XVIII, realizada en mármoles de colores, cuyo frente se decora con imágenes de santos, cubriéndose con tornavoz rococó de madera dorada. La fisonomía y los materiales empleados en esta pieza parecen indicar que se trata de una producción hispana, en contraste con el usual origen italiano de otros púlpitos conservados en la ciudad. En los muros de la nave se sitúan cuatro grandes lienzos, dos de ellos son parejos y representan la Oración en el Huerto y el pasaje de la Calle de la Amargura, obras barrocas de mediados del siglo XVII, muy cercanas a Juan de Valdés Leal. El que representa a San Luis es obra decimonónica, regalada por Napoleón III para decorar la capilla de los franceses.
Capilla de El Sagrario. La preside un retablo dieciochesco de madera dorada sustentado por estípites y articulado en banco, un cuerpo dividido en tres calles y ático. Está centrado por un relieve genovés que representa la Pentecostés, a cuyos lados se sitúan las imágenes de Santa Clara y San Bernardino y en el ático un relieve con la Trinidad. Todas estas imágenes son obras barrocas de los siglos XVII y XVIII. El conjunto está flanqueado por dos ángeles lampareros, dieciochescos, en actitud de adoración y las pechinas se decoran con tallas doradas enmarcando lienzos. Paralela a esta capilla se dispone otra abierta al claustro, en cuyo testero hay un retablo de mármoles realizado a base de taraceas en el siglo XVIII; en él hay algunas imágenes contemporáneas y una talla de San Sebastián del siglo XVII.
Capilla de la Vera-Cruz. Aloja a la cofradía penitencial más antigua de la ciudad, fundada en 1566, si bien su aspecto actual corresponde a la reforma que afectó al conjunto del templo a mediados del siglo XVIII. Tiene planta rectangular y va cubierta por bóveda de medio cañón con arcos fajones y lunetos, decorándose con yeserías geométricas, similares a las del resto del templo. Lo preside un retablo de madera policromada de mediados del siglo XVIII, con movidas formas y abundante decoración rococó. En él se sitúa la imagen titular de la cofradía, talla de Cristo crucificado realizada en Génova durante la segunda mitad del siglo XVIII. En el ático hay una imagen de Santiago a cuyos lados van dos ángeles lampareros en madera policromada de factura genovesa, obras contemporáneas del retablo. En el muro lateral se dispone un pequeño retablo de hechura similar al principal con la imagen de candelero contemporánea de la Virgen de la Soledad, obra de Sebastián Santos de 1945. A su lado hay una vitrina rococó, conteniendo la cruz de guía de la hermandad, obra en madera dorada y espejos, realizada en la primera mitad del siglo XVIII.
Capilla de San Diego. A los pies del lado de la Epístola se abre la primitiva capilla de la nación portuguesa. Es una construcción del siglo XVI, de tradición mudéjar, con planta cuadrada y cubierta por bóveda octogonal sobre trompas. Los paños de la bóveda están decorados con trampantojos que imitan yeserías, relacionados con los trabajos que Cavallini llevó a cabo en la ciudad durante los últimos años del siglo XIX.
El retablo principal, presidido por la talla dieciochesca de la Virgen de la Paz, es obra de principios del siglo XVII, aunque ha sido muy alterado en el XIX. En el muro frontero hay un pequeño retablo de estípites con la imagen de San Francisco, de principios del siglo XVIII, y un niño Jesús pasionario del mismo siglo.
Uno de los testeros está ocupado por las imágenes contemporáneas de la cofradía del Nazareno del Amor; la talla del Cristo, obra de José Rivera García en 1940 y la Dolorosa y San Juan, de Alfonso Barraquero.
Capilla de San Andrés. Fue levantada en 1612 por el ingeniero militar Cristóbal de Rojas, que la dedicó a San José. Sus herederos la vendieron en 1615 a los flamencos y desde entonces estuvo bajo el patronazgo de San Andrés. Su arquitectura ha sufrido diferentes reformas, siendo la de mayor entidad la realizada por Torcuato Cayón, en la segunda mitad del siglo XVIII. Va cubierta por bóveda de medio cañón y está presidida por un retablo protobarroco fechado en 1621, muy alterado por repintes posteriores.
En él se encuentra la imagen contemporánea de la Inmaculada y a sus lados dos pinturas del siglo XVIII con marcos de talla, ajenas a la estructura del retablo.
Capilla de San Telmo. Fue erigida en 1567 y perteneció a los navegantes cántabros. Tiene planta rectangular y se cubre por bóveda esquifada, abriéndose en uno de sus muros la puerta lateral de la iglesia, que está protegida por un cancel fechable a mediados del siglo XVIII.
En su ámbito se disponen cuatro pequeños retablos pertenecientes a distintas épocas; los dedicados a San Antonio y San José son obras de los siglos XVII y XVIII, el de las Ánimas es neoclásico del siglo XIX y el de María Auxiliadora neogótico, firmado por Juan Rosado a principios del siglo XX. Todas las imágenes que los ocupan son de la primera mitad del siglo XX, algunas firmadas por Pío Mollar.
Capilla de San Luis de los Franceses. La última capilla, contigua a la cabecera en el lado de la epístola, perteneció a la nación francesa y está presidida por un retablo barroco de madera policromada, realizado en 1673 por Damián Machado. Su cuerpo principal, dividido en tres calles separadas por columnas salomónicas, contiene la talla de San Luis, mientras que las hornacinas laterales están ocupadas por las de San Dionisio y San Remigio. El ático alberga un calvario, cuyo crucificado es obra de pasta de yute, realizado en México. El resto de las imágenes se deben a Pedro Roldán. En un lateral se sitúa la imagen barroca del Cristo de la Expiración, crucificado de madera policromada realizado por Jacinto Pimentel en 1655. También se encuentra en esta capilla una talla de San Francisco, atribuida a Juan Martínez Montañés, fechable hacia 1605. Esta escultura ha sido recientemente rescatada de un lamentable abandono, a consecuencia del cual ha perdido la policromía y uno de sus brazos, no obstante se mantiene plena la elevada calidad de sus formas. En las dependencias conventuales se conserva un interesante conjunto de bordados, entre los que destacan dalmáticas del siglo XVII, con motivos figurativos en sedas de colores, varias casullas y un paño mortuorio del siglo XVIII. Igualmente la cofradía de la Vera-Cruz posee algunas piezas bordadas en el siglo XIX para la Dolorosa y demás tallas del misterio.
Durante la visita, se encontraban en el interior de la iglesia conventual, los pasos de misterio de la Hermandad de la Veracruz de Puerto Real, de la Asociación Parroquial del Perdón de Chiclana de la Frontera, y el del Señor Resucitado de la propia iglesia conventual de San Francisco, para participar en el Vía Crucis Diocesano con motivo del DCCL aniversario del traslado de la sede episcopal de Medina Sidonia a Cádiz.
Durante la visita, se encontraban en el interior de la iglesia conventual, los pasos de misterio de la Hermandad de la Veracruz de Puerto Real, de la Asociación Parroquial del Perdón de Chiclana de la Frontera, y el del Señor Resucitado de la propia iglesia conventual de San Francisco, para participar en el Vía Crucis Diocesano con motivo del DCCL aniversario del traslado de la sede episcopal de Medina Sidonia a Cádiz.
Textos de:
ARJONA, Rafael. Guía total: Andalucía. Anaya Touring. Madrid, 2005.
ARJONA, Rafael y WALS, Lola. Guía Total: Cádiz, Costa de la Luz. Anaya Touring. Madrid, 2008.
ALONSO DE LA SIERRA, Lorenzo; ALONSO DE LA SIERRA, Juan; POMAR RODIL, Pablo y MARISCAL, Miguel Ángel. Guía artística de Cádiz y su provincia [I]. Diputación de Cádiz y Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2005.
Enlace a la Entrada anterior de Cádiz*:
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