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sábado, 31 de agosto de 2019

2722. CÁDIZ* (XLVIII), capital: 7 de julio de 2018.

287. CÁDIZ, capital. Interior de la igl. conventual de San Agustín.
288. CÁDIZ,capital. Retablo de Ntra. Sra. de la Amargura, de la Hdad. de la Humildad, en la igl. conventual de San Agustín.
289. CÁDIZ, capital. El Stmo. Xto. de la Humildad y Paciencia, en su paso procesional, en la igl. conventual de San Agustín.
290. CÁDIZ, capital. El paso del Stmo. Xto. de la Buena Muerte, en su paso procesional, en la igl. conventual de San Agustín.
291. CÁDIZ, capital. El Stmo. Xto. de la Buena Muerte en su paso, en la igl. conventual de San Agustín.
292. CÁDIZ, capital. Detalle del Stmo. Xto. de la Buena Muerte, en la igl. conventual de San Agustín.
293. CÁDIZ, capital. El Stmo. Xto.de la Humildad y Paciencia en su paso, en la igl. conventual de San Agustín.
294. CÁDIZ, capital. El Stmo. Xto. de la Humildad y Paciencia, desde otra perspectiva, en la igl. conventual de San Agustín.
295 CÁDIZ, capital. Grupo de la Sgda. Familia en una de las capillas de la igl. conventual de San Agustín.
296. CÁDIZ, capital. El retablo de San Nicolás de Tolentino, en la igl. conventual de San Agustín.
297. CÁDIZ, capital. Mª Stma. del Mayor Dolor en besamanos, en su capilla de la igl. conventual de San Agustín.
CÁDIZ* (XLVIII), capital de la provincia: 7 de julio de 2018.
Convento de San Agustín
   El Convento de San Agustín, fundado en 1617, ha sufrido diversas reformas a lo largo de su historia. Las dependencias conventuales, que fueron exclaustradas en el siglo XIX y actualmente están ocupadas por un Instituto de Secundaria, se organizan en torno a un claustro. Presenta planta cuadrada con tres cuerpos, el primero con arcos de medio punto, sustentados por columnas toscanas de mármol, reflejando todo el conjunto el gusto decorativo de la segunda mitad del siglo XVII.
   Construida en la primera mitad de dicho siglo, la iglesia presenta planta de cruz latina, inscrita en un rectángulo con tres naves. La nave principal tiene cinco tramos, separados por pilastras toscanas y sobre las naves laterales se disponen tribunas abiertas a la principal por medio de balcones; se cubre con bóveda de medio cañón con lunetos y arcos fajones, mientras que las laterales presentan bóvedas de aristas. En el crucero se dispone una cúpula de media naranja con lunetos sobre pechinas; el coro, situado en alto, ocupa los dos primeros tramos de la nave.
   En la fachada principal se abre una portada de mármol, mandada construir en Génova por el vasco Sancho de Urdanibia en 1647, cuyas trazas pueden obedecer a un diseño de Alejandro de Saavedra. Se articula en dos cuerpos; el primero tiene pilastras pareadas de fuste cajeado, que sustituyen los capiteles por ménsulas, y está rematado por frontón curvo roto, que alberga un segundo cuerpo centrado por una hornacina con la imagen de San Agustín, rematándose el conjunto por frontón triangular. Al lateral derecho se abre otra puerta secundaria, también en mármol, de sencilla composición con la imagen de San Nicolás de Tolentino.
   Todo el interior presenta hoy gran sobriedad, como resultado de una sustancial reforma realizada en época neoclásica, si bien se pueden observar algunos restos de la primitiva decoración barroca, a base de yeserías en la cúpula y en el sotocoro. Casi todos los retablos corresponden también a la citada reforma. El mayor, de elegantes formas academicistas, fue realizado a partir de 1783 por Pedro Ángel Albisu, autor a quién también se atribuyen el resto de los retablos neoclásicos de la iglesia. Está realizado en madera policromada imitando mármoles, constando de un cuerpo dividido en cinco calles por grandes columnas y pilastras compuestas de fuste estriado. En los laterales se sitúan pinturas de Domingo Álvarez Enciso, que representan escenas de la vida de Santa Rita y San Agustín y tallas de santos de la orden agustiniana, que, al igual que las situadas en el ático, pertenecieron al anterior retablo y fueron realizadas en 1666 por Alonso Martínez, aunque aparecen repintadas imitando bronce dorado. En la hornacina central se sitúa una imagen contemporánea de la Virgen del Buen Consejo. El conjunto se remata por un arco abocinado, decorado con casetones en cuyo centro hay una gran ráfaga con el Espíritu Santo. Flanquean el ámbito del presbiterio dos ángeles lampareros de madera policromada, realizados a mediados del siglo XVIII y de probable origen genovés. En los muros frontales del crucero se sitúan dos retablos neoclásicos de idéntica traza, realizados en mármoles de colores a finales del siglo XVIII. Sus hornacinas están ocupadas por el Cristo de la Humildad y Paciencia en el de la izquierda, talla realizada por Jacinto Pimentel en 1638, cuya policromía es obra probable de Francisco de Zurbarán. Es titular de una cofradía penitencial, fundada por los vizcaínos residentes en la ciudad, quienes obtuvieron a finales del siglo XVII el patronato de la capilla mayor del templo, como queda reflejado en los escudos de las provincias vascas situados en las pechinas que sustentan la cúpula. El del lado derecho cobija a la Virgen del Mayor Dolor, talla de candelero de la escuela neoclásica gaditana, realizada a finales del siglo XVIII. Los áticos presentan dos lienzos atribuidos a Juan Rodríguez “el Panadero”.
   El testero del lado izquierdo del crucero lo ocupan dos lienzos, anteriormente situados en el coro, que representan escenas de la vida de San Agustín. Son copias de Murillo atribuidas a Bernardo Lorente Germán. Las dos primeras capillas del lado del evangelio tienen retablos neoclásicos idénticos, de los que el primero contiene el grupo escultórico de la Sagrada Familia, obra en madera policromada realizada por el escultor genovés Antonio Molinari en 1752, titular de la antigua cofradía de los carpinteros que tuvo su sede en el desaparecido Convento de la Candelaria. La siguiente tiene un Corazón de Jesús contemporáneo en la hornacina principal y un Nazareno caído en el banco, talla relacionable con la producción del escultor barroco napolitano Nicolás Fumo. El siguiente tramo también tiene un retablo neoclásico, en cuya hornacina va una talla policromada del siglo XVIII de la Virgen de la Consolación, de escuela genovesa; en la vitrina del banco hay un pequeño grupo escultórico que representa la visión de San Antonio, atribuible a Luis Salvador Carmona. En la siguiente capilla se sitúa un retablo de movida composición barroca, realizado en mármoles genoveses a mediados del siglo XVIII, cuya hechura puede relacionarse con la producción de Alessandro Aprile y está presidido por la talla policromada de San Nicolás de Tolentino, de cronología similar. La última capilla tiene un retablo neoclásico, con una imagen dieciochesca que representa a Santa Rita.
   En la nave de la epístola, la capilla situada a los pies posee un retablo en madera dorada de mediados del siglo XVII, que contenía originalmente un lienzo de la Virgen de Regla y en la actualidad está presidido por la Imagen de candelero de la Virgen de la Amargura, obra contemporánea de Sebastián Santos (1967). A continuación se sitúa un retablo, también barroco, decorado con estípites, de mediados del siglo XVIII, presidido por la imagen contemporánea de Santa Mónica. Las dos capillas siguientes presentan retablos neoclásicos, de iguales características, que albergan las imágenes de la Virgen del Carmen, obra contemporánea, y San Juan Bautista, talla de la escuela sevillana, realizada en las décadas centrales del siglo XVII.
   En el testero del lado derecho del crucero, bajo un sencillo dosel, se sitúa el Cristo de la Buena Muerte, crucificado de madera policromada realizado en 1649 para presidir la capilla de enterramiento de los frailes, por lo que originalmente se le conocía como Cristo de Ánimas o de San Agustín. Su perfecto estudio anatómico y barroquismo compositivo, hacen que esté considerada como una de las obras cumbres de la escultura española del siglo XVII, cuya resolución evidencia la inspiración en modelos rubenianos, a la vez que se hace eco de las innovaciones escultóricas de Bernini. De autor desconocido, los especialistas coinciden en señalar que su estética se halla próxima a maestros cercanos a las formas de plenitud del barroco, como Alonso Cano, Felipe de Ribas, Alonso Martínez o José de Arce.
   En el coro se sitúan dos cajas de órgano, realizadas a mediados del siglo XVIII, con decoración rococó y en los muros hay diferentes pinturas barrocas. De otras dependencias cabe destacar una interesante colección de azulejos holandeses y una cruz de carey y plata, realizada en la segunda mitad del siglo XVII.
   Durante la visita, se encontraban en el interior de la iglesia conventual, los pasos del Santísimo Cristo de la Humildad y Paciencia, y del Santísimo Cristo de la Buena Muerte, titulares de sus hermandades homónimas, para participar en el Vía Crucis Diocesano con motivo del DCCL aniversario del traslado de la sede episcopal de Medina Sidonia a Cádiz.
Textos de:
ARJONA, Rafael. Guía total: Andalucía. Anaya Touring. Madrid, 2005.
ARJONA, Rafael y WALS, Lola. Guía Total: Cádiz, Costa de la Luz. Anaya Touring. Madrid, 2008.
ALONSO DE LA SIERRA, Lorenzo; ALONSO DE LA SIERRA, Juan; POMAR RODIL, Pablo y  MARISCAL, Miguel Ángel. Guía artística de Cádiz y su provincia [I]. Diputación de Cádiz y Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2005.

Enlace a la Entrada anterior de Cádiz*:

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