1. LA SEU D'URGELL, Lérida. Fachada principal de la Seu.
2. LA SEU D'URGELL, Lérida. Detalle de la portada principal de la Seu.
3. LA SEU D'URGELL, Lérida. Capiteles de la portada principal de la Seu.
4. LA SEU D'URGELL, Lérida. Fachada de levante de la Seu.
5. LA SEU D'URGELL, Lérida. Portada de la fachada de levante de la Seu.
6. LA SEU D'URGELL, Lérida. Capiteles de la portada de la fachada de levante de la Seu.
7. LA SEU D'URGELL, Lérida. Ábside de la Seu.
8. LA SEU D'URGELL, Lérida. Galería del ábside de la Seu.
9. LA SEU D'URGELL, Lérida. Torre y ábsides de la igl. de Sant Miquel.
LA SEU D'URGELL* (I), provincia de Lérida: 16 de agosto de 2011.
La mayor población del Pirineo catalán se ubica en un punto en el que el valle del Segre presenta una notable amplitud, y queda enmarcada entre las altas cumbres pirenaicas y las verticales paredes de la sierra del Cadí.
La Seu conserva un núcleo antiguo de acentuado carácter medieval, con soportales, robustos envigados y sugerentes arcos, que constituyen un marco ideal para su magnífica catedral. Vertebran este sector, de norte a sur, dos interesantes calles más o menos paralelas: el Carrer Major y el carrer dels Canongers. Tal vez esta última sea la calle más antigua de la población; mantiene porticados ambos flancos formando un espléndido conjunto de arquitectura civil en el que destaca su gran homogeneidad.
Conviene caminar atento a ciertos detalles en las fachadas de casas que, si bien carecen de un valor notorio, están llenas de sorpresas: figuras talladas en el final de las vigas, ventanales góticos geminados o decoraciones curiosas, como las conchas de los peregrinos en cal Roger.
El Carrer Major también tiene un costado cubierto por soportales y ofrece una sugestiva estampa medieval, sobre todo bajo uno de los arcos donde se conservan "las medidas públicas del grano", cuya piedra aparece datada en 1579. En esta calle desembocan las callejas más características de la Seu d'Urgell histórica, como el carrer del Jueus, que llega por poniente y recuerda el viejo call medieval, o el carrer de la Perdiu.
El Carrer Major, que asciende por el centro del triángulo que forma el núcleo antiguo, gira en la parte superior de éste hacia levante hasta alcanzar la zona monumental de la ciudad, presidida por la Seu** o catedral románica, erguida en honor a Santa María.
Las obras del templo se iniciaron en 1116 tras la iniciativa del obispo Ot. En 1175 fue contratado el maestro Ramon Llombard, originario seguramente de la Lombardía. El estilo arquitectónico propio de esta región italiana ejerció un influjo decisivo sobre la Seu y sobre el románico catalán en general.
La catedral posee una planta basilical de tres naves con un gran transepto y una cúpula sobre el crucero. La fachada principal refleja toda la magnificencia de la obra. Está compuesta por tres cuerpos que se corresponden con las tres naves del templo. La simetría se completa con dos torres laterales de trazado octogonal. El cuerpo central presenta a su vez tres secciones horizontales, con el pórtico principal, una serie de armónicos vanos y un friso a dos vertientes elegantemente ornamentado, en el que los arcos ciegos convocan la máxima emoción estética. La fachada de levante rivaliza en atractivos con la principal. Exhibe ésta un ábside monumental en el que destaca la galería de arcos de medio punto.
En esta misma cara asoman también los tres ábsides, más discretos en su dimensión, de la anexa iglesia de Sant Miquel, templo románico de época anterior a la catedral. En el muro septentrional se abre un nuevo pórtico de notoria profundidad y adosado al muro meridional se encuentra el claustro, al que da el otro pórtico. El claustro conserva tras alas románicas, compuestas de arcos de medio punto, con capiteles esculpidos. La cuarta crujía, la de levante, fue sustituida a inicios del siglo XVII; anexa al claustro se halla la iglesia de la Pietat (siglo XVI), que alberga las colecciones de arte sacro del Museu Diocesà d'Urgell. En un pequeño absidiolo tras el altar mayor de la Seu se venera una imagen románica, conocida popularmente como la Mare de Déu d'Andorra (siglo XIII). Completa el conjunto diocesano el Palau Episcopal, resultado de una reforma del siglo XIX sobre un edificio del XV.
Frente al muro norte de la catedral se alza la iglesia de Sant Domènec (gótica del siglo XV), cuyo claustro ha sido convertido en el patio central del Parador de Turismo.
La Seu conserva un núcleo antiguo de acentuado carácter medieval, con soportales, robustos envigados y sugerentes arcos, que constituyen un marco ideal para su magnífica catedral. Vertebran este sector, de norte a sur, dos interesantes calles más o menos paralelas: el Carrer Major y el carrer dels Canongers. Tal vez esta última sea la calle más antigua de la población; mantiene porticados ambos flancos formando un espléndido conjunto de arquitectura civil en el que destaca su gran homogeneidad.
Conviene caminar atento a ciertos detalles en las fachadas de casas que, si bien carecen de un valor notorio, están llenas de sorpresas: figuras talladas en el final de las vigas, ventanales góticos geminados o decoraciones curiosas, como las conchas de los peregrinos en cal Roger.
El Carrer Major también tiene un costado cubierto por soportales y ofrece una sugestiva estampa medieval, sobre todo bajo uno de los arcos donde se conservan "las medidas públicas del grano", cuya piedra aparece datada en 1579. En esta calle desembocan las callejas más características de la Seu d'Urgell histórica, como el carrer del Jueus, que llega por poniente y recuerda el viejo call medieval, o el carrer de la Perdiu.
El Carrer Major, que asciende por el centro del triángulo que forma el núcleo antiguo, gira en la parte superior de éste hacia levante hasta alcanzar la zona monumental de la ciudad, presidida por la Seu** o catedral románica, erguida en honor a Santa María.
Las obras del templo se iniciaron en 1116 tras la iniciativa del obispo Ot. En 1175 fue contratado el maestro Ramon Llombard, originario seguramente de la Lombardía. El estilo arquitectónico propio de esta región italiana ejerció un influjo decisivo sobre la Seu y sobre el románico catalán en general.
La catedral posee una planta basilical de tres naves con un gran transepto y una cúpula sobre el crucero. La fachada principal refleja toda la magnificencia de la obra. Está compuesta por tres cuerpos que se corresponden con las tres naves del templo. La simetría se completa con dos torres laterales de trazado octogonal. El cuerpo central presenta a su vez tres secciones horizontales, con el pórtico principal, una serie de armónicos vanos y un friso a dos vertientes elegantemente ornamentado, en el que los arcos ciegos convocan la máxima emoción estética. La fachada de levante rivaliza en atractivos con la principal. Exhibe ésta un ábside monumental en el que destaca la galería de arcos de medio punto.
En esta misma cara asoman también los tres ábsides, más discretos en su dimensión, de la anexa iglesia de Sant Miquel, templo románico de época anterior a la catedral. En el muro septentrional se abre un nuevo pórtico de notoria profundidad y adosado al muro meridional se encuentra el claustro, al que da el otro pórtico. El claustro conserva tras alas románicas, compuestas de arcos de medio punto, con capiteles esculpidos. La cuarta crujía, la de levante, fue sustituida a inicios del siglo XVII; anexa al claustro se halla la iglesia de la Pietat (siglo XVI), que alberga las colecciones de arte sacro del Museu Diocesà d'Urgell. En un pequeño absidiolo tras el altar mayor de la Seu se venera una imagen románica, conocida popularmente como la Mare de Déu d'Andorra (siglo XIII). Completa el conjunto diocesano el Palau Episcopal, resultado de una reforma del siglo XIX sobre un edificio del XV.
Frente al muro norte de la catedral se alza la iglesia de Sant Domènec (gótica del siglo XV), cuyo claustro ha sido convertido en el patio central del Parador de Turismo.
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